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"Sueño, besos y llamadas."
La peliverde cerró sus ojos mientras el chico de cabellos bicolor la cargaba en su espalda, el ejercicio había terminado, sin embargo, gracias a las altas horas de la noche y el gran esfuerzo que había hecho la pecosa se encontraba completamente cansada. Ambos se encontraban dirigiéndose al lugar estipulado para encontrarse con el resto del grupo, al llegar, ambos notaron como varias personas bostezaban o estaban a punto de caer dormidas de pie.
Momo bostezaba mientras que Jirou se encontraba abrazandola, apoyando su cabeza en el hombro de la chica mientras mantenía sus ojos cerrados, Yuga mantenía su cabeza apoyada en una pared mientras simulaba que dormía perfectamente. Por otra parte Ochako flotaba domrida mientras Shinso la llevaba como si fuera un globo atada a sus cintas, Iida se encontraba menos enérgico de lo usual al igual que Kirishima, Izuku rascaba sus ojos para evitar que estos ardieran, Denki dormía en el hombro de Swro mientras este miraba hacia el infinito y más allá. Ojiro estaba durmiendo sobre su propia cola, Tokoyami y Tsuyu se encontraban sentados en el suelo con los ojos cerrados, la chica apoyaba la cabeza en el hombro de su novio mientras este dormía con la cabeza para atrás y sus brazos cruzados.
Sato comía azúcar para evitar el cansancio, se podía ver los ojos de Shoji parpadear lentamente, varios perros se encontraban al rededor de Koda mientras lo rodeaban y este apoyaba su cabeza en ellos, Mina al parecer abrazaba Hakagure mientras dormían a un lado de Koda, Mineta se encontraba desmayado a los pies de Bakugo el cual simplemente se encontraba con el ceño fruncido mientras tenía sus brazos cruzados.
Aizawa respiró hondo:— ya llegaron los últimos.— dijo el, masajendo sus párpados, en realidad se encontraban esperando el autobús el cual llevaba tardando ya diez minutos.— deben acostumbrarse a esto ya que no solo será cosa de hoy.
Sin embargo, luego de un rato de espera el autobús llegó, haciendo que todos subieran a este cual Zombies, Shoto se sentó junto con la peliverde en uno de los asientos al fondo cercanos a los del medio, pudiendo así inclinar las sillas y acurrucarse junto a la ya dormida peliverde.
(...)
La peliverde se quejó al oír su alarma sonar, había pasado toda su vida sin faltar un solo día a la escuela, podía permitirse faltar uno, la verdad era que el sueño le hacía sentir nauseas y no quería levantarse de la cama. Usualmente su alarma sonaba más temprano que las demás, así podía tener tiempo para si misma, sin embargo, en aquel momento no planeaba levantarse. Una hora paso en la que la chica replanteo si de verdad quería ser una heroína, razón por la cual actualmente todos se encontraban haciendo ruido afuera, realmente era molesto que no la dejaran dormir. La pecosa gruñó, tomando una almohada y colocandola sobre su rostro, a ver si así podía ahogarse hasta morir y poder así dormir en paz, sin embargo, por razones obvias esto no funcionó.
Que pena.
— Midoriya, ¿dónde está tu hermana? Es extraño no verla rondando por ahí.— comento Iida, fuera de la habitación de la chica.
Los párpados de la anteriormente mencionada pesaban, era ahora o nunca, debía decidir si iba o no a la escuela. Al final el sueño ganó, razón por la cual la pecosa colocó otro audio subliminal, cayendo profundamente dormida y sin tener idea de que pasaría aquel día, realmente no le importaba. Izuki, quien había dormido a su lado ese día, gruñó, se había levantado temprano por primera vez en su vida y ahora resultaba que su hermana no iría a la escuela, sin embargo, no tardó mucho en quitarse la camisa, su cinturón y zapatos para luego lanzarse hacia la cama de la pecosa, cayendo a un lado de esta.
La paz de los hermanos fue interrumpida por un tercero, abriendo la puerta de la chica:— ¿te sientes bien?— pregunto Izuku, su versión malvada gruñó.
— No quiero ir hoy a la escuela, no me siento bien, moriré si voy.— dijo ella, colocando su antebrazo sobre sus ojos.
— ¿Quieres que me quede?— pregunto el mellizo mayor con preocupación.
La menor suspiró:— No, tu debes tener un futuro, estaré bien. Ve.— dijo ella antes de volver a caer dormida.
(...)
La pecosa metió una galleta en su boca mientras mantenía una gran sonrisa en sus labios, realmente no tenía idea de lo divertido que podría ser faltar a clases:— entonces, la razón veinticuatro es precisamente esta, no tendrías que ir a clases jamás.— dijo Izuki, metiendo un puñado de palomitas a su boca.
— Bueno, no está mal.— dijo ella con una sonrisa.
El peliverde, cuando su hermana volteó la mirada, desvaneció su sonrisa, despues de todo el había puesto somníferos y solución de pastillas tranquilizantes en el agua que la chica había bebido la noche anterior.
— Oye, Izuki, últimamente sales mucho. ¿A dónde vas?— pregunto la chica con curiosidad.
El hombre rasco la parte de atrás de su cuello:— solo busco un regalo para ti, no es la gran cosa.— dijo con una inocente sonrisa.
La menor se enternecio, lanzándose a abrazar a su hermano mientras sonreía, este la recibió con los brazos abiertos mientras pensaba:— te daré la cabeza de Destro en bandeja de plata.
La peliverde hecho su cabello a un lado, suspirando y masajeando su cuello mientras que con su otra mano transcribia los apuntes de aquel día, al parecer esta era la parte mala de faltar a clases, cansada, la chica se decidió por leer una de las muchas cartas que recibía constantemente, a ver si con esto se distraía un poco.
A la chica que me gusta.
No se como decirte lo que siento por ti y, por eso, espero que esta carta me ayude a expresarte todo lo que siento por ti.
Al principio fuiste solo una chica más en mi vida, pensé que realmente no me importabas, después de todo ya tenía un chico que me gustaba, sin embargo, por alguna razón siempre tuve ese sentimiento de admiración, quería verte y estar siempre a tu lado, pensé que era solo eso. Simple admiración.
Cuando te secuestraron las cosas cambiaron, la atención era mía, la atención del chico que me gustaba era mía y no tuya, y a pesar de que se preocupaba por ti el intentaba descargar su amor en mi, como si fuera tu reemplazo, en ese tiempo había podido destacar y no solo me sentía como una extra.
Cuando regresaste todo eso se fue, no pude evitar sentir envidia.
Eres perfecta, eres hermosa y tienes a muchas personas que te aman, sobre todo, tienes talento para ser una heroína. La envidia me cegó, así que no pude evitar tratarte mal, me arrepiento por eso, porque tiempo después no tarde mucho en notar que estaba enamorada de ti.
El odio que sentía solo era yo intentando negar mis sentimientos, era yo intentando negar que estaba enamorada de otra chica. Me di cuenta que toda esa admiración, todas esas veces que me quedaba largos ratos admirando lo bella que eras, eran señales de mis verdaderos sentimientos.
No espero que aceptes mi confesión, pero, quería hacerte saber mis sentimientos.
— U.O.
La sonrojada pecosa colocó sus manos en sus mejillas:— ¿Terminaste ____-chan?— preguntó Ochako, entrando sin tocar a la habitación de la mencionada.
La peliverde observo a esta con nerviosismo, sin embargo, rápidamente se levantó, tomando los apuntes de la chica y entregandoselos:— gracias.— balbuceo la chica, realmente no sabia que hacer ante esa situación.
La castaña, confundida, se dirigió hacia la cama de la chica, sentándose en esta y haciendo a la peliverde maldecir para sus adentros:— ¿te pasa algo? Tienes el rostro rojo, ¿es por eso que no fuiste a clase hoy?— pregunto esta con inocencia.
— No es nada de eso, estaba cansada y no tenía ánimos para ir a clase.— balbuceo la peliverde.
La castaña suspiró, quería que la chica que le gustaba estuviera bien, sin embargo, sonrio al tener una idea en mente, tomando su teléfono coloco la canción: "Snowman" para luego dejar este a un lado y tomar a la peliverde, haciendo a esta sonrojarse aun más:— no puedo hacer mucho, pero tal vez bailar te animará.— la castaña sonrio, tomando una mano de la chica mientras que la otra la coloco en sus cintura.
Ambas comenzaron a bailar al son de la música, la peliverde daba pasos torpes mientras que Ochako guiaba entre risas, bailaban dando vueltas. Cualquiera que las viera se enterneceria. Al terminar la canción ambas se lanzaron a la cama de la pecosa mientras reían, habían pasado un buen rato después de todo.
Uraraka giró si cabeza, observando a la peliverde mientras reia, logrando ver cada facción de su rostro, como sus ojos se achinaban mientras reia, como sus mejillas estaban ligeramente rojas, cada pequeño detalle que para los ojos de Ochako eran hermosos. La peliverde miraba el cielo de su habitación, recordando uno sus sueños anteriores.
— siempre quise pintar flores en mi techo, una ves cuando era niña soñé con un hermoso campo de flores, no quería apartar la vista. ¿Alguna ves haz visto algo tan hermoso que no puedes apartar la vista?— dijo ella, sonriendo.
— Si.— respondió Ochako mientras observaba a la peliverde, esta por inercia se giró al escuchar tan rápida respuesta, notando así como la observaba.
Ambas se observaron la una a la otra por un tiempo, así fue hasta que Ochako se aventuró, colocándose sobre ella y uniendo sus labios en un beso, al sentir los suaves labios de Ochako contra los suyos la peliverde quedó conmocionada, si saber que hacer. El corazón de la castaña latía rápidamente, no sabía cuál sería la reacción de la chica y si esta no reaccionaba pronto ella estaría al punto de un para cardíaco.
La castaña sentía calidez, se sentia bien besando a la chica, la peliverde comenzó a cerrar sus ojos lentamente, correspondiendo el beso de la chica sin saber realmente porque lo hacía, sin embargo, esto hizo que la castaña desbordarse de alegría, la pecosa comenzó a acariciar el cabello de la castaña, lo cual, hacia que esta sintiera mariposas en todo el estómago. De repente, la boca de la castaña se abrió ligeramente, haciendo a la peliverde abrir sus labios y de allí, tímidamente, la lengua de Ochako se coló.
Si las sensaciones en aquel momento habían sido impresionantes Ochako en aquel momento estaba al borde de un colapso, el jadeo que salió de los labios de la peliverde solo la hizo avergonzarse aún más, aquel beso era torpe, después de todo la castaña no había besado a nadie antes y, por más experiencia que tuviera, la peliverde no sabia guiarla correctamente. A pesar de eso, Uraraka supo que ningún beso con experiencia superaría aquel. Era la primera vez que sentía algo tan cálido y tan estimulante como aquello.
Era su primer beso.
Ambas se separaron y se observaron por un tiempo, una se encontraba más sonrojada que la otra, sin embargo, Ochako no tardó en abrazarla y susurrar en su oído:— gracias por permitirme darte un beso.— los sentimientos de alegría desbordaban de ella aquel día.
La noche había caído, la peliverde había pasado la mayoría del tiempo en su habitación, después de todo aquel día habían escrito más cosas de las que imaginó ¿quién diría que justo en día en el que faltó a clase escribirán dos biblias completas? Con pereza la pecosa se lanzó a su cama, tocando sus labios en el acto, después de todo habia recordado lo habia pasado hace unas horas.
Es sonido de una llamada entrante interrumpió sus pensamientos, haciéndola suspirar gracias a este hecho:— ¿Aló?— pregunto, luego de tomar su teléfono y contestar la llamada.
— Vaya, no te escuchas nada bien, ¿será porque no te he llamado?— dijo, la voz ronca y profunda de Dabi sonó cono música para los oídos de la peliverde.
— Touya, llevábamos tiempo sin hablar.— dijo ella con una sonrisa mientras acariciaba su propio cabello, justo como a Dabi le gustaba hacerlo.
— He estado algo ocupado.— dijo el, subiendo sus pies a la baranda del edificio frente a Yūei.— pero al parecer tu también lo has estado.
La peliverde sonrio:— no se a que te refieres.— con falsa inocencia contestó, haciendo que una pequeña risa ronca saliera de la boca de Dabi.
— Oh, niña...— dijo el mientras reia por lo bajo.— me vuelves loco, ¿lo sabías? Besarte con el prodigio de Endeavor, Ja.
La peliverde mordió su labio mientras sonreía, intentando evitar que se le escapara una risa:— ¿Celoso?— preguntó.
El hombre volvió a reír:— no se, tu dime, preciosa.— la peliverde dejo salir un suspiro para evitar reír.
— Oh, estamos románticos hoy.— dijo ella.— la última vez dijiste que no serían solo besos.
Dabi chasqueó su lengua:— eso será cuando te vea, niña.— dijo el con una sonrisa.
— Ahora soy una niña, ¿eh? Bueno, es muy ilegal esto.— dijo ella, sabiendo perfectamente que respondería el villano.
— ¿crees que me importa? Te follaria en frente de un policía.— a la peliverde se le escapó un risa, estaba indignada.— es solo un ejemplo, te respeto, niña. No haré nada como eso.
— Entonces no me harás nada como eso.— dijo ella mientras reia, haciendo énfasis en la palabra eso.
— Oh, no, si te follaré. No te confundas.— dijo el con una sonrisa, observando como Toga atacaba violentamente a un secuaz de re-destro.— Escucha esto, _____.
El hombre se recargo en la silla mientras que por su parte la chica aún seguía acostada en su cama:— gracias a ti y a tu incontrolable boca no tengo idea de que decir, hacer o creer, solo se, que en este instante quiero arrancarte la ropa y besar cada centímetro cuadrado de tu cuerpo mientras que tus estupidos compañeros, escuchan...deseando ser nosotros.— dijo el hombre, imaginando aquella situación y plasmando una sonrisa en su boca.
La peliverde se sonrojo, haciendo que el mayor de los hermanos Todoroki lograra escuchar como su respiración se aceleraba, cosa que lo hizo sonreír:— pero, es una mala idea ¿no? — dijo Dabi, lamiendo su labio superior.
La peliverde río ligeramente:— Si.— dijo, algo de duda se escuchaba en sus palabras.
— Si... sabes, tu respiración agitada te delata.— dijo el para luego reír.
La chica resopló:— sabes, haces las cosas muy difíciles aveces.— dijo ella girando y quedando boca abajo.
— Lo hago, me gusta saber hasta donde llegarías, así puedo estar seguro de lo que te haré.— dijo el con una sonrisa.— aveces puedes ser un pensamiento agradable en ciertos momentos, imaginarte, es muy placentero. Aceptalo, te gusto, piensas en todo lo que te podría hacerte.
La peliverde suspiró:— aveces pienso en ti, cuando no estás siendo un sinvergüenza.— dijo ella, su respiración se había calmado un poco.
— ¿Sinvergüenza?...¿sinvergüenza?— esto último el pelinegro lo dijo con un tono más seductor.— me gusta como se escucha eso...
El tono grave de las palabras de Dabi hizo que la piel de de la pecosa se erizara, nunca antes le había seguido el juego:— esto me gusta... esta bien, debo irme, sueña conmigo, pequeña.— dijo el para luego colgar
La noche nos saca la verdadera versión de cada uno, esa que nos negamos a mostrar por el día, creo firmemente en eso que en la noche todo se siente un poco más. Eso era lo que acababa de pasar con aquel villano y la futura heroína.
(...)
— ¿_____?— la peliverde abrió sus ojos con pesades al notar que alguien la llamaba.
— Kirishima, son las dos de la mañana, ¿qué pasa?— el chico que se encontraba sobre la pecosa sonrio.
— ¿Puedo dormir contigo?— preguntó
— ¿Que? No, Eijiro...— antes de terminar el pelirrojo ya se encontraba acostado a un lado de la pecosa mientras la abrazaba.— Ey...
— Calma, esta bien, es que tuve una pesadilla y no quiero dormir solito.— dijo el mientras apoyaba su barbilla en el hombro de la peliverde.
La chica suspiró:— esta bien.— dijo ella, quería seguir durmiendo así que no pensó mucho en las consecuencias.
— gracias.— dijo el mientras abrazaba a su mejor amiga por detrás.
En aquel momento ambos durmieron plácidamente, sin realmente esperar que el hermano de mayor de la peliverde tomara al chico y la atara a un árbol al día siguiente.
(...)
Izuki mordió su labio inferior mientras observaba a su hermana dar clases, realmente quería que dejara de asistir, sin embargo, a pesar que puso varios somníferos en su bebida ella insistió en ir a clase; con resignación el hombre pasó su mano por su cabello, peinando este con sus dedos, cualquier mujer que lo mirara en aquel momento pensaría que era algún tipo de modelo, después de todo se miraba realmente guapo.
Al terminar la clase Toru se acercó al asiento de la melliza de Izuku, la cual luchaba por no quedar dormida:— _____-chan, tu hermano es realmente guapo.— la peliverde levantó una de sus cejas.
— ¿cuál de los dos?— pregunto mientras bostezaba, para luego comenzar a abrir y cerrar su boca, sintiendo esta reseca.
— El malo, no puedo esperar a ver que Midoriya-kun crezca y se vea así.— la chica rasco su cuello mientras miraba hacia otro lado.
— el se ve así porque es malo, a todas nos atraen más los chicos malos.— dijo ella con una sonrisa.
La chica invisible se sonrojo:— tienes razón.— dijo para luego reír ligeramente.
La peliverde se encontraba caminando por los techo de la ciudad, al ser un grupo diferente el que había escogido aquel día para la vigilancia decidió ir sola, era eso o llevar a Mineta con ella, esa definitivamente no era opción. El aire frío de la noche refrezcaba su rostro mientras caminaba por la cornisa de aquel edificio, una sonrisa se curvo en sus labios mientras cerraba los ojos y equilibraba su cuerpo para no caer. Luego de un rato comenzó a girar, tal como si bailara, la brisa hacia que su cabello se moviera de manera hermosa, tanto así que se podría comparar con la belleza de un hada o un Ángel, aquello hizo que las personas que la observaran quedarán hipnotizados, después de todo la gran mayoría se encontraban enamorados de ella.
Natsuo, el cual pasaba por allí luego de ir a la universidad, la observo por un largo rato mientras sonreía, recientemente había conseguido un teléfono nuevo así que no dudaría en escribirle a la peliverde a penas llegara a casa; Shoto, el cual se encontraba del otro lado de la calle, la observaba sin articular ninguna expresión en su rostro, lo última que quería era que Bakugo notara que ella se encontraba allí. Dabi chasqueó su lengua, observando con molestis como sus dos hermanos menores observaban a la chica que el había auto proclamado como suya.
— Ya vuelvo.— dijo Mr. Compress, el cual se encontraba sentado a un lado del hombre de cabellos negros.
La peliverde se habia detenido y se había sentado justo en el borde del edificio, después todo tenía hambre, tomando un par de galletas de su bolso de utilidad, la peliverde comia felizmente mientras movia sus piernas:— Disculpe, señorita, te vi tan hermosa mientras caminabas y no pude evitar el venir a saludarte.— la voz de aquel hombre hizo que le peliverde se atragantara con las galletas, haciendo que Atsuhiro le diera leves golpes en la espalda para que se recomponerse.
— Atsu.— dijo ella, recobrando el aliento.— no hagas eso.
El del sombre río:— Como ordenes.— dijo, tomando una de las manos de la pecosa y besando la palma de esta mientras la observaba con una sonrisa.
El hombre, el cual anteriormente se había retirado su máscara y solo llevaba puesto un pasamontañas, usó la mano de la chica para atraer a esta hacia el, haciendo que el rostro de esta sin querer chocara con el pecho del castaño:— auch.— dijo la peliverde mientras acariciaba su nariz para luego reír y levantar la vista, observando al más alto a los ojos.
— Pronto será tu cumpleaños.— dijo el, acariciento el rostro de la chica con su mano real, mientras que con su brazo de metal sostenía a esta de la cintura.
— lo se, seré un año más vieja.— dijo ella mientras reia.
— y cada vez más adulta.— dijo el, manteniendo su miraba sobre la peliverde.— y más apta para casarte.
La menor de los Midoriya no pudo evitar sonrojarse al escuchar aquello, si bien Atsuhiro le había propuesto matrimonio anteriormente pensaba que solo era un juego:— nunca he jugado con eso.— dijo el, como si hubiera leído los pensamientos de la peliverde.
La chica observo con sorpresa y algo de sospecha al mayor, pensando que podría tener un segundo Quirk— no lei tus pensamientos y no tengo otra particularidad, _____, eres demasiado predecible.— dijo el de traje mientras reia levemente.
La menor resopló mientras miraba hacia otro lado:— no soy predecible.— dijeron ambos al unísono, después de todo Mr. Compress había adivinado que era lo que iba a decir.
La peliverde frunció el ceño, haciendo al mayor reír:— estoy bromeando, si lo fueras no me hubieras llamado nunca la atención.— dijo el hombre, acariciando el cabello de la chica.— y si lo fueras, realmente no creo que sea importante. Me gustas tal y como eres, desde tu sonrisa hasta tus ojos. Desde tu cabello hasta tus mejillas llenas de pecas, desde tu corazón hasta tu alma.
Con la mano con la que anteriormente acariciaba el rostro de la pecosa, Atsuhiro tomó el mentón de chica, guiando su mirada hacia la suya y así poder tener un constante contacto visual. Nadie está libre de enamorarse, y mucho menos cuando los sentimientos crecen sin permiso de la persona que les robó el corazón, ese era el caso de el hombre, debía admitir que al conocer a la chica solo pensó en esta como una distracción, alguien que no se quedaría durante mucho tiempo en su vida, sin embargo, al pasar el tiempo, sin quererlo, el castaño le había tomado demasiado cariño a la chica, tanto así que pronto se enamoró.
— Ay, _____, me vuelves loco.— dijo el mientras sonreía, acercando su rostro al de la mencionada, besando su mejilla.— ¿puedo besarte?
Atsuhiro formuló aquella pregunta, temiendo al hecho de ser rechazado, sin embargo, la peliverde no contestó, simplemente lo observaba, sus grandes y brillantes ojos verdes observaban sus oscuros ojos cafés, intrigado aún más al hombre, afamando por tener una respuesta. Con vergüenza, la peliverde rodeó el cuello del hombre con sus brazos y planto un corto y tierno beso en sus labios, luego de eso ella lo observo, esperando por una reacción. El sorprendido castaño observó como los ojos de la peliverde brillaban más que nunca, definitivamente no esperaba nada como eso, pero, ¿quién si?
Teniendo cuidado de no ser observado, el retiro su sombrero y su pasamontañas, sorprendiendo aún más a la peliverde, luego de aquello el acaricio el rostro de la chica con una gran sonrisa, por primera vez sus ojos tenían un hermoso brillo, un brillo que había encantado a la pecosa. Y entonces Atsuhiro se incluso hacia ella y la besó con suavidad. Ella cerró los ojos y se dejó llevar, y sintió que algo estallaba en su pecho y que un extraño hormigueo recorría todo su cuerpo. Los labios del hombre acariciaron los suyos, con ternura, una de sus manos se dirigió a su cuello, apretando este co su pulgar, con tacto y suavidad, y cuando se separó de ella, la muchacha se sentía tan débil que tuvo que apoyarse en el pecho de él para no venirse abajo. al reconpomerse ambos se observaron por un rato, encantandos el uno por el otro.
El castaño fue el primero en reaccionar, sonriendo y tomando a cintura de la chica con sus manos para luego alzarla y dar un corto giro mientras reia y celebraba, luego de esto la abrazo con necesidad y cariño:— al fin.— dijo el mientras sonreía y un pequeño sonrojo se encontraba en sus mejillas.
Extra:
Por su parte un enojado Dabi se encontraba lanzando cosas a sus hermanos menores sin que estos adivinaron de donde venían, desde que se fue compress había comenzado a acosar a estos para enseñarles una lección: nadie se mete con lo que es suyo.
Lo que Dabi no sabía era que ella se estaba comiendo algo más rico que unas galletas. Xd
Hola caracola.
¿Que tal pasaron el fin de semana sin que yo publicara?
Espero les esté gustando. Pronto haré un maratón, aunque no será pronto.
¿No notaron que este es el primer beso que la Rayis da? O sea, todos se los han robado. Capo el Mr compress.
Me iré sin decir más que: pronto algo importante pasará
Ustedes cuando hago este tipo de declaraciones xd:
En fin, lxs amo.
Opiniones del cap aquí->
Byes
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