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"El día en el que no fue a clase."

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La peliverde despertó confundida, sin embargo no demoró mucho en abrazar más aquella que ella creía que era una almohada, la calidez que esta le transmitía era fantástica, razón por la cual quería volver a dormir mientras se mantenía abrazandola.

— _______-chan...— aquel tartamudeo de la supuesta almohada hizo que ella comenzara a sospechar de que se trataba de una persona, a pesar de eso no le tomó mucha importancia.

La supuesta almohada olía realmente delicioso, olia a dulces, pero el olor de los Takoyakis era el que más resaltaba, pensando para si misma lo afortunada que era por tener una almohada tan cómoda, calentita y con un olor relamente delicioso.

— ________-chan ya es tarde.— tartamudeo de nuevo, haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de la mencionada al escuchar su nombre.

La pecosa abrió sus ojos, encontrándose con un sonrojado Tamaki, quien tenía sus manos cubriendo su rostro mientras esperaba que ella lo soltara:— Tamaki... ahora eres mío, no te dejaré ir nunca, nuestros hijos serán unas almohadas muy cómodas.— dijo ella, apretando al muchacho contra su cuerpo y haciendo que este se sonrojara aún más, colocando las manos sobre los hombros de la menor.

Al no poder con tantas emociones Amajiki terminó en un lapsus mental, del que no despertó después de dos horas, dándose cuenta que la menor seguía abrazando y que seguramente ya habían perdido las primeras clases. Mirio y Nejire habían impedido que cualquiera entrase a aquella habitación, después de todo sus mentes trabajaron, imaginando escenarios al notar que, desde que Amajiki y la hermana de Izuku subieron anoche nadie los había vuelto a ver.

Con flojera la muchacha se levantó, liberando al chico cautivo, después de todo queria ver que hora era en aquel momento, bostezando al notas que eran las nueve de la mañana, ella estiró sus brazos, observando a Tamaki buscar ropa en su mochila mientras llevaba una pijama de estampado de pulpos.

— El entrenamiento de hoy es después de almuerzo, no hay necesidad de apurarnos.— dijo ella con una sonrisa, acercándose a la puerta para abrirse paso hacia los baños termales femeninos.

Al llegar a su destino la femenina se despojó de su ropa y se metió a las agua termales, relajando su cuerpo y sonriendo, hace mucho que no dormía tan bien como lo había hecho aquella noche. La calma de la chica se vio interrumpida gracias a una cabellera azabache que sobresalió de las aguas, la cual se acercaba a ella, lo cual hizo que la peliverde lanzara una parada, haciendo que quien se encontraba sumergido saliera.

— Que violeta eres.— dijo Laito mientras agua salía de su boca.

Sorprendida la chica abrió su boca:— ¿por qué me ves así?— dijo el de ojos ámbar, sentándose a un lado de la chica, quien tapó sus pechos con sus manos.

— Primero, estas en los baños femeninos y estoy desnuda, a demas, no nos hemos visto en mucho tiempo. Pensé que te habías muerto o algo.— Laito solo la miró por un momento para luego chasquear la lengua y hacer un puchero.

— No puedo creer que mi muerte te importe tan poco.— dijo el hombre, sonriente y ligeramente sonrojado, peinando su cabello hacia atrás.— Tengo una vida, no eres el centro del universo, mi hermana mayor se va a casar y tengo que buscar a mi gemelo psicótico.

Ella por su parte hizo su cabello a un lado:— Laito, te vi haciendo turismo en Osaka cuando fuimos de viaje con mi familia.— el hombre se aclaró la garganta.

— Ese debe ser Yuki, muchas gracias por decirme en donde estaba.— él cerró sus ojos, hundiéndose ligeramente en las aguas termales.

El mayor se levantó, haciendo que la menor se tapara los ojos con sus manos, dejando pequeñas aperturas para espiar:— Oye, mi cara está aquí.— dijo el mayor con diversión mientras sonreiá.

— Veras, la situación es la siguiente, tu perro guardián es muy rabioso y, no me malentiendas, aveces es una buena compañía, pero sus celos cuando se trata de ti son realmente molestos.— el hombre se sentó a un lado de la pecosa, quien se sobresaltó al sentir como el hombre la abrazaba por los hombres.

Laito tomó el rostro de la pecosa entre sus manos, haciendo que ella se viera obligada a observar sus ojos dorados:— ¿Por qué no pude...?— antes de terminar su oración ella se vio interrumpida por el mayor.

— No me detectase porque yo apagué mi radar, es mi habilidad especial, algo que solo yo puedo hacer, primor. Aunque eso no es a lo que vine.— dijo él con pereza, acariciando la piel de la más baja.— Te estás volviendo aburrida, predecible, eso no me gusta, aunque la última vez vi unas cuantas cosas interesantes, tus hermanos se encargaron de arruinar la diversión.

Laito borró su sonrisa y mostró una expresión de fastidio:— No me interesa mucho tu vida amorosa, por más entretenido que sea, te lo dije desde un principio, tu eres como un experimento.— Laito pasó su dedo pulgar por el labio inferior de la menor, lentamente.— Eres linda, me agradas, pero eso no es suficiente para mi, así que... lo que estoy por hacer, no te lo tomer personal ni le des más valor que el que debe tener.

Antes de que ella pudiera formular alguna oración los labios del mayor se encontraban sobre los suyos, su mano comenzó a tocar su espalda, presionando cierto punto en esta que hizo que sus alas salieran, dos pares de hermosas y blancas alas, un par más pequeño que el otro, al abrir los ojos y notar aquello él mordió el labio de la menor con molestia.

Ella intentó separarse de aquel beso, sin embargo, la fuerza de Laito era mucho mayor a la suya, era justo como Ángel le había dicho, por ser una hibrida no significa que pueda ganarles a Yuki y Laito en batalla.

Al tocar el par de alas más pequeño el hombre se interesó en esto, rompiendo el contacto de labios a labios y obligando a la hermana de Izuku a girar, quedando de espaldas frente a él:— Las vi desde lejos pero esto...— él hombre tocó aquellas alas con delicadeza, haciendo a la menor sonrojarse a un más y dejar salir un lijero jadeo, al ser aquellas pequeñas alas un punto tan sensible.

Laito colocó su dedo índice en la parte lumbar de la espalda de la menor, subiendo este hasta el cuello y con esta acción haciendo que las alas de la menor se esfumaran, con rapidez tomó la cintura de la peliverde e hizo que su espalda chocara contra su pecho, apoyando su mentón en su hombro para así susurrar en su oído.

— Me pregunto, ¿si te las arranco saldrán unas nuevas?— dijo en tonos bajos mientras sonreiá.— No me arriesgaré, a demas, no soy Yuki. Estoy ansioso por ver qué sale de esto, no me decepciones, Mon ange, quiero ver que sucede con tu Nogitsune.

La peliverde se había abstenido de asistir a clase, razón por la cual Tamaki habia ido solo, a pesar de que realmente no quería dejar sola a la pecosa terminó por irse, algo preocupado, después de todo ella le había mentido diciéndole que se sentía un poco mal para las clases de aquel día.

Dejando una copia de si misma atrás en aquel momento ella se encontraba caminando en un parque, sin rumbo alguno, aunque al ver una cafetería no dudo dos veces en transportarse a si misma al cuartel de la liga, pensaba que así podía escapar del ojo vigilante de Laito.

— Oye, dame hielo.— ordenó tomar a Geten, quien lo miró de mala manera, sin embargo, obedeció, después de la muerte de Destro aquel chico se había convertido en un miembro activo de la liga.— Mañana iré al laboratorio del científico que sigue a mi maestro, no volveré en un par de...

Al notar la presencia de la menor Tomura calló, observandola con el ceño fruncido:— Hola...— dijo ella, curiosa y algo apenada por aparecer tan de repente.

Geten, sonriente, se levantó de la silla y se lanzó a abrazar a la muchacha, la única razón para estar en aquel lugar que tanto le causaba fastidio era ella, después de todo si no fuera por ella él seguramente metería su mano en la boca de Tomura y congelaria sus intestinos como castigo por las tediosas tareas que este le enviaba a hacer.

— ¿Que haces aquí? Deberias estar en clase, vive tu vida y déjanos a nosotros con la nuestra, no molestes. Luego cuando te gradúes e intentemos asesinarlos nos veremos mucho.— dijo el de ropajes negros mientras cruzaba sus brazos.

¿Por qué era tan frío con ella? Esa era la pregunta en la mente de la hermana de Izuku, la respuesta era sencilla, ella había decidido ser una heroína, él era un villano, no podía haber nada entre ellos, quería alejarla lo más posible para no saliera lastimada.

— No lo escuches y, si te vas, llévame contigo.— rogó Geten, abrazando a la muchacha por encima de los hombros.

— Yo realmente no se que hacer con mi vida, lo siento, este es el único lugar en el que puedo mostrar mi parte mala y no ser juzgada por eso.— dijo ella abrazando la cintura de Geten.

El albino plantó un beso en sus cabellos rizados y revueltos, por su parte Tomura solo la observó por un momento y siguió con lo suyo, anteriormente había sido contactado por Ujiko Daruma, científico fiel a su maestro, sin embargo, el motivo de su llamada no sería explicado si no hasta cuando el fuera al laboratorio.

— Puedes quedarte un rato.— se limitó a decir aquel adulto joven, líder de toda la liga.

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Geten le sonrió a la menor, quien lo imitó, sentándose junto a Tenko con felicidad.

Se que es corto y pasé casi toda la semana sin publicar, lo siento, estoy en mis exámenes y no he tenido tiempo de respirar.

Lo bueno es que termino el lunes con un examen de mate, deseenme suerte.

Ne duele pero debo decirlo, el final se acerca y esto es solo relleno.

En fin, mañana podrán tener un mejor capítulo, escribiré durante la noche aprovechando que no tengo que escribir ninguna historia ya que acabo de publicar un capítulo de mi otra historia.

Por favor déjenme sus opiniones, espero leerles en los comentarios.

No siendo más.

Nos vemos, gracias por leer.

Les amo

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