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"Solo besos."
(Hubo problemas técnicos con el gif.)
Ella iba caminando tranquilamente, sintiendo el frío viento de la noche chocar contra su rostro, suspirando mientras miraba a su alrededor, había escapado de casa por un rato gracias a lo agobiantes que podían ser sus hermanos cuando peleaban por atención. Sin embargo, a ella no le importaba mucho eso, estaba acostumbrada, lo único que ocupaba sus pensamientos era el hecho de que pronto volvería a la escuela y que, en un rato, ya finalizarian la mitad de su año escolar y pronto estarían en tercero.
De alguna manera tenía miedo, sin embargo, al mismo tiempo queria que ese día llegara para así poder festejar con sus amigos y, después de mucho tiempo de indecisión, festejar también con la persona que eligiera.
La chica pateó una roca, sentándose en una banca que había por ahí, con pereza la chica echó su cabeza para atrás, cerrando sus ojos y escuchando el sonido del viento al chocar con las hojas de los árboles:— ¿Que hizo una preciosa dama como tú para terminar sola en una fría noche como esta?— dijo una voz masculina, haciéndola abrir sus ojos y ver al a un hombre, su rostro estaba tapado con una máscara y llevaba un traje escarlata con una inusual gabardina negra.
— ¿Que hace un caballero como usted caminando solo? Si puedo preguntar.— la chica observó al hombre, el cual, retiró su máscara, mostrando que llevaba un pasamontañas negro que solía usar cuando no tenía su máscara.— Que desperdició.
El hombre, con su dedo índice, sostuvo la barbilla de la chica, guiando a esta para poder así tener contacto visual:— Tal vez, buscando al amor de mi vida, ¿la haz visto?— la pecosa se sonrojó ligeramente, sonriendo.
— No lo sé, ¿podrías describirla? — dijo ella, Atsuhiro no tardó en hacer que la pecosa se levantara, haciéndola levantar la mirada para poder observar al castaño.
— Cabellos verdes y revueltos, ojos que brillan como esmeraldas, hermosas mejillas con pecas que suelen sonrojarse con facilidad, una sonrisa angelical que ilumina mis días cada vez que la veo.— dijo el acariciando el rostro de la chica.— posiblemente la veas cada vez que te miras al espejo.
La peliverde suspiró, simulando pesadez:— No creo haber visto una villana con esos atributos.— dijo ella, fingiendo tristeza.
El mayor resopló para luego soltar una risa, aveces ella solía dale vuelta a cualquier asunto que la envolviera:— De hecho, somos como Romeo y Julieta, ella es una heroína y yo un villano. Bastante trágico.— el hombre abrazó a la chica por la cintura, haciendo que esta envolviera su cuello con sus brazos, teniendo que pararse sobre la punta de sus pies, pensando que la besaría en cualquier momento.
— Si, lo es.— la chica sonrió, tomando el sombrero de copa del hombre y colocando este sobre su cabeza.
De forma juguetona la peliverde se alejó del más alto, observando a este de forma pícara, por su parte Atsuhiro soltó una risa:— Estas especialmente traviesa hoy, ¿no?— él, con precaución, observó a su alrededor y, con delicadeza, retiró su pasamontañas, haciendo a la pecosa sonrojarse.
El hombre se sentó en la banca en la que la peliverde se encontraba anteriormente sentada, el hombre pasó una de sus manos por su cabello, intentando arreglar este, mientras que su otro brazo se encontraba apoyado al espaldar de la banca, al terminar con su cabello el hombre palmeó dos veces uno de sus muslos, sonriendo.
— Ven, siéntate.— dijo él, con tal mirada que hizo que el corazón de la pecosa se acelerará.
A paso lento ella se acercó, sentándose en las piernas de el mayor, acto que hizo que este la acomodará y abrazara con uno de sus brazos, específicamente el que estaba hecho de metal:— Dime, ¿qué sucedió para que estés así? La verdad no me quejo, pero, me intriga.— el hombre sonrió de lado, acariendicando la cintura de la chica por arriba de la tela de su blusa.
— Nada en especial.— dijo ella en un tartamudeo, cuestionandose mentalmente como aquel hombre frente a ella podía ser tan jodidamente sexy.
La peliverde desvió su mirada por un comento, haciendo al castaño ladear la cabeza con confusión, sin embargo, al notar lo enrojecido que estaba su rostro no tardó en su soltar una risa:— Iré a Tokyo por dos días, ¿quieres que te traiga algo? ¿Algún manga en especial? — dijo él, acto seguido sacó el guante de su única mano real usando su boca, después de todo su otra "mano" sostenía a la pecosa.
Aquella imagen hizo a la chica morder su labio, al notar aquello Atsuhiro amplió su sonrisa, observando a la pecosa:— Si quieres que me quite algo más, a tus órdenes.— dijo el de manera coqueta, usando la mano que no tenía guante para sostener el rostro de la chica y acercar a esta aún más a su rostro.
Aquel comentario revolvió los pensamientos de la chica, haciendo que tarde se diera cuenta que se encontraba besando al castaño, el hombre no pasaba sus agarres de su cintura a su rostro, después de todo respetaba mucho a la pecosa, por su parte, ella pensaba en todo lo que quería que le hiciera aquel hombre que estaba frente a ella.
Al separarse el hombre sonrió observando a la sonrojada chica, sus labios se habían teñido de un color rosado, causado por la presión y el movimiento de aquel beso y, obviamente, porque el hombre había mordido aquellos labios con delicadeza:— ¿Quieres que te lleve conmigo?
Atontada por aquel beso ella respondió:— Lo que sea si es contigo.— al darse cuenta de su respuesta la chica se sonrojo e intentó separarse del hombre, sin embargo este la apretó contra el.— lo siento, eso no...
— ambos sabemos que si.— dijo el castaño, coqueto.— Pero, pasado mañana entra a la escuela, no puedo llevarte conmigo. Son asuntos de la liga.
El hombre la dio un último beso a la chica, dejando unos pocos más al rededor de su rostro mientras ella reía:— Ya tengo que irme.— dijo el con una sonrisa.
La peliverde frunció el ceño, molesta, después de todo no quería que Mr. Compress se alejará de ella, además, a lo lejos una chica lo observaba con evidentes pensamientos de invitarlo a salir, con rapidez lo tomó de la corbata, acercando sus rostros y estampando sus labios con los del mayor, sorprendiendo a este, sin embargo, el hombre no tardó en seguir aquel beso, colocando ambas manos en la cintura de la femenina, sin embargo, la pecosa guió una de las manos de compress para que la apoyara en una se sus piernas. El hombre, sorprendió, siguió el beso, acariciando la suave pierna de la chica por sobre la tela del pantalón.
La menor de los Midoriya enrolló el cuello del hombre con sus brazos, profundizando en beso y jugueteando con la lengua del hombre, luego de un rato la chica abrió sus ojos, observando a la chica que anteriormente observaba a "su" Atsuhiro, sonriendo a la mitad del beso mientras la observaba, haciendo que la avergonzada chica se fuera. Victoriosa, la peliverde siguió disfrutando de aquel beso, tanto como su su respiración se lo permitía, al quedarse ambos sin oxígeno se separaron. El castaño se encontraba ligeramente sonrojado, razón por la cual la pecosa sonrió.
— Intenta no quitarte mucho tu máscara.— dijo ella con una sonrisa, besando la nariz del hombre para luego levantarse de sus piernas.— llámame cuando llegues a casa.
La pecosa se alejó de aquel lugar con el corazón latiendo en su garganta, algo confundida por lo que acababa de hacer, sin embargo, satisfecha. Atsuhiro por su parte se colocó su pasamontañas y luego su máscara y sombrero, intentando disimular el gran sonrojo que había obtenido gracias aquella chica de cabellos rizados.
— Supongo que ya creciste mucho.— susurró para sí mismo, sonriendo.— supongo que ya no tendré que reprimirme.
Con delicadeza el hombre tomó una de las esferas en las que se encontraba un auto, el cual el mismo había comprado, cabe recalcar:— Luego le preguntaré a Toga que manga le hace falta.— el hombre subió al auto de color azul rey y condució en dirección al aeropuerto.
(...)
Toga mordió su labio, observando la habitación de la pecosa, se encontraba escondida en su armario, esperando a que volviera, quería verla desde hace ya tiempo así que decidió ir a visitarla, aunque realmente no sabía cómo saldría de allí, después de todo tuvo que esperar a que toda la familia estuviera fuera para poder entrar.
El sonido de la puerta abriéndose se escuchó, haciendo que Toga se tensara al pensar que podía ser algún familiar de la chica, con cautela la rubia abrió un poco la puerta del armario, intentando ver quien había entrado a la habitación de su amada.
Grata fue la sorpresa de la rubia al ver como la peli verde cerraba su puerta con seguro y comenzaba a quitarse su ropa, con obvias intenciones de cambiar estás por una pijama, usualmente solía usar lo que sea que fuese cómodo, sin embargo, su madre le había comprado una linda pijama de seda que quería que se colocara. Toga no demoró mucho en sonrojarse al ver como la chica que le gustaba estaba frente a ella en ropa interior.
— Debería mostrársela a mis hermanos también.— dijo ella, observando la linda pijama azul de seda.
Toga suspiró, lo único que cabía en su mente en esos momentos era la imagen de la hermosa y descubierta piel de la peli verde, lo único que rondaba por su mente era la idea de llegar la linda y seguramente piel de la chica de mordiscos, besas sus labios y apretar su hermoso cuerpo contra el suyo.
Con vergüenza ella mordió su labio, sonrojándose aún más al sentir una extraña electricidad en su abdomen bajo, aquello hizo que no pudiera evitar soltar un jadeo bajo ante aquella nueva sensación. Decidida a seguir viendo la chica se asomó por aquella pequeña apertura de la puerta del armario de la peliverde, sin embargo, para su buena o mala suerte lo único que pudo ver fue como la mano de la pecosa tomaba la puerta de su armario con fuerza y la abría con brusquedad, notando así que Toga se encontraba frente a ella, observándola con una sonrojo.
La rubia soltó un jadeo de sorpresa, sonrojándose aún más al ver la ropa interior rosa de la chica, observando cómo estaba tan cerca de ella que podía hacer lo que fuera. y, con aquel sentimiento en mente, la rubia se lanzó sobre la pecosa, besando sus labios y haciéndola caer al suelo, quedando sobre ella, apresando sus piernas con las suyas.
— Vine a visitarte, ______-chan.— dijo la aún sonrojada Toga, volviendo a besar los labios de la peliverde y bajando de apoco sus besos al cuello de la chica, dejando varias mordidas en este y haciendo jadear a la peliverde.
— ¡Toga!— exclamó ella antes de soltar otro jadeo mientras la mencionaba presionaba sus pechos contra los suyos.
Buenas noches sucias pecadoras
pregunta ¿desean algo de Lemon yuri? dejen su respuesta aquí —>
espero les esté gustando :3
he teñido unos problemas con mi teléfono así que no pude escribir mucho, lo bueno es que mí papá mañana va a llevárselo a ver qué
¿quien será el próximo? dejen su comentario aquí, no les diré si o cuando seguiré por donde quedó este cap muahahah.
dejen sus bellas opiniones sobre el cap aquí —>
lxs amo, gracia por leer.
adieu.
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