—Sabes que esto que haces está mal y es enfermizo. —me decía Olivia mientras caminaba hacía las escaleras de la casa de mis padres.

—Lo que haga o no, no es tu problema. —le dije cuando llegue al inicio de la escalera para bajar al salón y salir de la casa.

—Pues si es mi problema, porque tú hermano es mi novio y lo estás perjudicado a el. —cuando me iba a girar para irme me tomo la mano y me jalo.

—No me toques. —jale mi mano.

—Y tu déjate de estupideces y se un hombre ya. —me respondió molesta.

—Anda y busca a Raily, que debe estar lloriqueando por allí. — comencé a bajar las escaleras.

—Eres un idiota Rayan. —me grito desde lo alto y yo solo le sonreí con burla desde la mitad de la escalera y luego la ignore y salí de la casa.

Se que lo que hacía no estaba bien, Pero era por joder al perfecto de mi hermano gemelo, al preferido de papi.

Resople y subí en mi auto, hoy tenía una carrera a las afueras de la ciudad.

Y si.

Volvería a usar el nombre de mi hermano.

Desde que comencé a frecuentar las carreras ilegales use el nombre de mi hermano.

Y mira que cuando lo descubrió se puso ofendido y me acuso con mis padres. El no se defendía si no era bajo las faltas de mi madre o los pantalones de nuestro padre. Le faltaba mucho para ser un hombre.

Y eso que ya teníamos veintidós años, Pero el era un niño de papis.

Conduje por la autopista por una hora y llegué al destino, un muelle a las afueras de la cuidad de Moscú, nuestro dulce hogar.

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—¿Qué tal Raily?, listo para correr y ganar. —me hablo Omar, el chico que recogía las apuestas.

—Siempre Omar, nací para eso, ¿Cuánto hay para hoy?. —pregunte por la paga.

—Mil grandes amigo. —se froto las manos y sonrió con malicia.

—Ya sabes a dónde irán. —le dije y acelere el auto haciendo rugir el motor.

—Como siempre. —chocamos la mano y yo me fui a la meta de salida.

Por supuesto que ese dinero sería mío.

Me reí para mi mismo.

Y para todos aquí seguiría siendo Raily O'connor.

Y también seguiré jodiendolo a mi hermano gemelo.