Raily:

Salí del café donde estaba reunido con unos amigos y me fui caminando a dónde tenía el auto estacionado. Pero no llegue cuando tres hombres me trancaron el paso y un auto a mi lado abrió la puerta y vi dentro de el a un hombre de unos treinta años, con el cuerpo tatuado y me dió una mala vibra.

—Veo que te sorprende verme Raily. —hablo el hombre dentro del auto.

—¿Quien es usted? y ¿Como sabe mi nombre?. —no entendí que estaba sucediendo, ni quienes eran esos tipos.

—¿Que les parece chicos?, ahora no me conoce, Pero cuando estábamos hablando de dinero, allí si me conocías muy bien ¿No?. —le hizo una señal a los tipos con la cabeza y dos de ellos me tomaron por los brazos bruscamente.

—Olle suéltame, ¿Que les pasa?, yo no te conozco. —el que no me agarró me comenzó a sacar todo de los bolsillos.

Mi teléfono, mi cartera y un chicle de menta. El hombre dentro del auto tomo la cartera que había caído sobre el asiento libre a su lado.

—Veo que no llevas tanto efectivo, Pero con tu reloj. —señalo mi muñeca y me quitaron el reloj. —Y esto, estamos a mano. —guardo todo en su pantalón y me lanzó mi cartera solo con la identificación. —Pero no te irás ileso, esto te pasa por jugar conmigo Raily.

Sus hombres entendieron el mensaje y me comenzaron a golpear, yo me removí y me tape la cara, para que no me golpearan tan duro.

—Sueltenme, déjame se están equivocado de hombre. —dije entre jandeo ya que me dieron una patada en la costilla, me dieron golpes en la cara y el estómago.

—Ya nos veremos en las carreras. —fue lo último que escuché cuando me dejaron caer al suelo y me enrolle en mi mismo, el dolor era insoportable.

Escuché el auto alejándose y cerré los ojos, apretando los puños.

Esto fue culpa de Rayan, y lo sabía porque el era quien corría en esas carreras ilegales, una vez lo segui y lo descubrí.

Pero esto ya había sido la gota que derramo el vaso, ya no me iba a importar que fuera mi hermano, me las iba a pagar y muy cara.

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Estaba haciendo mi bolso para el fin de semana que mamá había organizado, estaba emocionado porque Olivia pasaría ese tiempo junto a mi y quizás pasaríamos al siguiente paso.

No la había tocado íntimamente porque quería que fuera especial nuestra primera vez.

Se que en estos tiempos eso era estúpido, Pero todavía quedaba gente que creía en el amor y yo era uno de ellos.

Partimos todos al día siguiente en la mañana.

Cada uno en sus autos.

Yo pasaría por Olivia a su casa y alcanzaría a todos en la autopista.

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Después de una hora tenía todo listo, así que saque mi teléfono y marque el número de Olivia, no hablaba con ella desde ayer en la tarde.

—Hola amor ¿Cómo estás?. —Le dije a penas contestó.

—Hola bien y tu amor. —sono un poco rara.

—Bien, ¿Te sucede algo?. —le pregunté.

—No solo no dormí bien. —me respondió.

—Anoche que hiciste que no te dejo dormir. —se hizo un silencio del otro lado de la línea y dije que algo le había pasado.

—Solo una pelea con mi hermana, Pero todo bien. —recorde que su hermana era un poco rebelde y se escapaba de su casa.

—Te entiendo, no es fácil lidiar con alguien inmaduro. —le dije. —¿Quieres ir por un helado?, ya mañana es el gran día. —Me mire en el espejo los golpes de la cara y ya no se miraba tan mal, yo no le dije a Olivia nada de lo que había pasado.

—Si me gustaría. —respondio.

—Paso por ti en veinte minutos. —le dije y finalice la llamada, cuando tome mis cosas unos golpes en la puerta me hicieron mirar en su dirección.

Abrí la puerta y fruncí el ceño, ¿Qué hacía el allí?

—¿Que quieres no estoy de humor para ti?. —solte y salí de mi habitación, cerrando la puerta.

—Lo que pasó fue..., esos tipos se pasaron no debieron hacerte daño. —se rasco la nuca.

—Ya no importa, solo no te acerques a mi y no te hagas pasar por mi. —camine por el pasillo para bajar las escaleras y salir de casa.

—Olle, espera deja la prisa ¿a dónde vas?. —me detuvo por el brazo Pero yo lo jale y lo ví feo.

—No me toques y eso no es asunto tuyo, por lo menos yo tengo una vida normal y no ando por allí jugando a la identidad de otro. —pase por su lado y baje los primeros escalones.

—Lo siento. —dijo y me detuve en seco con sus palabras, pues el nunca se disculpaba con nadien.

—Solo no lo hagas otra vez. —lo mire sobre el hombro y después baje el resto de los escalones y salí de la casa.

Iba a disfrutar de la tarde con mi novia y un helado.

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Rayan:

Estaba en mi cuarto viendo el techo pensando.

Lo que había pasado con Raily, lo de Olivia y lo del viaje de mañana me tenían la cabeza echa un lío.

Todo estaba mal, yo estaba mal.

Y muy mal al querer besar otra vez a Olivia, no podía hacerlo ni siquiera desearlo.

Eso estaba mal, estaba traicionando a mi hermano.

Me senté en la cama y la puerta se abrió mostrando a mi madre, quien entró y se sentó al lado mío.

—Hijo. —yo la mire y ella tomo mi mano. —Esto que estás haciendo está mal, me estás causando daño y a Raily, mira como lo dejaron. —sus ojos se llenaron de lágrimas. —¿En qué estás metido?, ¿Son drogas?. —yo me tense cuando la ví tan frágil, ella nunca había estado así.

—No son drogas madre, es solo que el quiere ser tan perfecto que no puedo evitar querer hacerle eso. —fui sincero. —Pero ya no lo haré más. —ella asistió y se limpio una lágrima que se había escapado de su ojo.

—Y ya hiciste las maletas, ya sabes ¿con quién irás?. —me soltó la mano y se levantó de la cama.

—Ya invite a una persona, solo espero no me falle. —miro mi cuarto y luego a mi y me sonrió.

—Ya verás que si irás, ahora prepara tu bolso, no dejes nada. —camino a la puerta. —nos vemos al rato.

Yo asistí con la cabeza y ella salió del cuarto, cerrando la puerta. Yo me levanté de la cama y prepare el bolso con lo necesario, solo serían tres días y ya después volvería a la vida normal.

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Ya tenía todo dentro del auto y solo esperaba que ella viniera, que no me dejara el fin de semana solo con ellos, eso sería la peor tortura. Sin señal, sin internet y con mi hermano encerrados en un solo lugar.

No eso no.

Mire a mamá cerrar la casa y activar las alarmas y venir con papá a su auto, ya Raily se había ido por Oliva hacia unos diez minutos, nos veríamos en la autopista.

Cuando ví que solo faltaba yo por subir al auto me resigne a que sería torturado el fin de semana, así que subí y encendí el auto, listo para seguir el auto de mamá que salia de la casa.

—¿A dónde vas sin mí?. — Lizzie Abrió la puerta y yo sonreí ampliamente.

—A ningún lado, sin ti no sobreviviría este fin de semana. —le sonreí y ella hizo lo mismo.

—¿Y que esperas? ¿que nos dejen?. —señalo el auto de mis padres que esperaba por mi, así que arranque y los seguí.

Condujimos por unas cuantas horas cuando ya el medio día nos dió y con eso las dos de la tarde y la entrada al pueblo donde estaba la cabaña que mamá había alquilado.

Una cabaña, con un lago, bosque al rededor y sin señal, la vida perfecta. Eso lo pensé con ironía.

Pero bueno ya estaba aquí, a disfrutar del fin de semana.

Estaciones el auto al lado del de mi padre y baje. Mirando a Raily y Olivia tomados de la mano riendo con algo que se estaban diciendo. Cuando Raily la beso tomando su quijada y ella apretando su camina en su pecho con su mano.

Mi estómago se sintió extraño y no pude evitar quitar la vista.

No sabía que era eso que sentía, Pero no me gustaba por nada.

—Bueno chicos, las habitaciones están arriba, Olivia no sé si tú quieres dormir con Raily o quieres una habitación sola. —mi mamá le pregunto cuando ya estábamos dentro de la cabaña.

Por dentro era súper espaciosa y tenía un concepto abierto, y la planta de arriba se miraba increíble.

—Bueno madre, creo que le sería más cómodo una habitación sola, Pero junto a la mía. —Raily hablo y yo mire a Olivia quien miró a Raily como si no esperaba dormir sola.

Quizá el no se daba cuenta de lo que ella estaba queriendo. Pero yo si lo podía sentir en el ambiente, en su cuerpo y hasta en sus gestos. Olivia quería experimentar.

Pero Raily era un idiota.

Lo que daría yo por enseñarle de lo que se estaba perdiendo.

—Eso suena muy bien, no quiero nada de inventos. —dijo mi padre y Raily le sonrió, el típico títere de el.

Olivia evitó todo el tiempo mi mirada, sabía que estaba luchando con todo eso que paso en el auto.

—Rayan, tu también dormirás en una habitación solo. —me dijo mi padre y yo rodé los ojos.

—En serio padre, no tengo cinco años. —mire a Lizzie quien estaba sonriendo con burla y le saque el dedo medio.

—Los modales Rayan. —me regaño mamá. —A Lizzie no le importa ¿Verdad?. —mi mamá la miró y ella asistió sonriendo.

—No hay problemas y gracias por dejarme venir. —mi mamá le sonrió, Pero yo mire otra cosa, o mejor dicho, a otra persona quien miraba a Lizzie con mala cara y luego cruzó su mirada con la mía por unos segundos y me volteo los ojos.

Y lo que no supo fue que con ese gesto me dijo muchas cosas.

Hay Olivia, estaba tentando a la bestia, luego no te quejes.