Capítulo 8
Estaba cansada, es que tengo un problema y es que siempre que salgo y ceno en alguna otra parte que no sea mi casa, me da sueño al rato. Eiden hablaba con Brad, Maddy y otros amigos y sus acompañantes mientras que yo estaba por dejar caer mi cabeza sobre la mesa y dormir un rato, aunque trataba de disimular mi cansancio ya que no quería obligar a Eiden a irse si aún no quería hacerlo. Después de todo, yo solo estoy viniendo como una acompañante y puedo aguantar.
En ese momento, mi celular comienza a vibrar para indicarme que me estaban llamando. Era Cristal.
-Enseguida regreso -avisé mientras me levantaba.
Eiden me mira dudoso, volteamos a ver hacia donde Tanner estaba pero se lo veía de espaldas, hablando con otras celebridades. Eiden suspira y asiente. Me alejé del ruido y llegué hasta el patio para poder responder la llamada.
-¿Sigues despierta? -pregunté riendo un poco al contestar.
-Claro, estoy viendo maratones de película aprovechando que tengo casa sola -respondió.
-Y yo en cambio queriendo dormir -bufé recostándome contra la pared.
-¿Y por qué no se lo dices a Eiden? Seguro que te lleva a casa enseguida.
-Ese es el problema, no quiero cortarle su gran charla con sus amigos, se lo ve muy feliz hablando con ellos.
-Hm... -es lo único que la escuché decir. Bostecé un momento, apartando el celular de mi rostro al hacerlo-. Bueno... solo llamaba para saber cómo iba todo y... preguntarte algo.
-Dime.
-¿No se te ha acercado... alguien llamado Tanner Gritts, o sí?
-Se me acercó un Tanner y aunque no sepa el apellido, estoy segura de que hablamos del mismo. Odia a Eiden.
Escuché que resoplaba y maldecía al otro lado de la línea. Me asomé por la puerta para ver en donde estaba Eiden y los demás, y también en dónde estaba Tanner, seguía de espaldas y hablando con sus amigos pero fue como sentir que me miraba aún así... que podía percibirme. Todo mi cuerpo se estremeció y estaba segura que era mi instinto de cuervo, actuando por el peligro. Quería huir.
Volví a esconderme tras la pared para evitar que me viera.
-Eiden me advirtió sobre él -comenté.
-Y con razón. No entiendo que tiene ese hombre contra Eiden pero... siempre intenta llevarse a las mujeres cercanas a él, incluso lo intentó conmigo, lo consiguió con otras antiguas asistentes de Eiden.
-¿Hablas en serio? ¿No les importó que tuviera denuncias en su contra?
-El dinero mueve al mundo, cariño. Bastó con agregarle diez ceros a un cheque y ella se lanzó a sus pies -respondió asqueada-. Son de lo peor y Tanner aún más.
-Tendrá envidia de Eiden, supongo -me encogí de hombros asomándome de nuevo para ver a Eiden y suspirar ligeramente.
-Es lo más probable, pero ten cuidado. Es experto en usar su labia para atraer a cualquiera, quizás aparente ser bueno pero es todo lo contrario.
-Lo capto, no te preocupes. Cualquier intento extraño y no tendré miedo en usar mis tacones tipo aguja del quince en su contra.
Ambas empezamos a reír por ello, ella con una sonora carcajada.
-Está bien, me quedo tranquila. ¡Oh! Debo dejarte, empezó otra película.
-Está bien, disfrútalo. Nos vemos.
-Chao, Sarah.
Ambas colgamos la llamada pero apenas lo hice, me sobresalté cuando una mano se apoya junto a mi cabeza.
-Al lobo no le importó mi advertencia y dejó a una buena presa para cazar... -Tanner sonríe y toma mi barbilla con una mano mientras yo tragaba grueso.
¡Vamos, Sarah! no es momento de congelarte, sí da miedo cuando recuerdas que los zorros cazan cuervos ¡pero también eres humana! ¡Recuerda lo que has aprendido!
Cerré la boca y con un rápido movimiento quise golpear su cuello, abrí los ojos de par en par cuando sujetó mi muñeca y la apegó contra la pared, acercándose tanto que nuestros cuerpos se rozaban.
-Buen intento, pero no eres tan rápida -acercó su rostro y para evadirlo volteé el mío- ¿Cuánto quieres porque abandones a Eiden? Puedo darte lo que sea...
-Olvídalo, no voy a dejarlo. Menos por alguien como tú.
Levanté la rodilla y lo golpeé en aquella zona que lo dejó adolorido. Me arreglé el vestido pero sentí una mano en mi hombro que me sobresaltó.
-Hey... ¿Estás bien? -suspiré aliviada al ver a Eiden.
-Sí... lo estoy.
Él asiente y me toma por la cintura cuando Tanner se recompuso, Eiden me coloca más atrás de él para interponerse entre Tanner y yo. Nos mantuvimos mirándonos un segundo antes de que un chillido dentro de la habitación nos dustrajera.
-¡Oh por Dios, mi vestido! ¡Era tan caro!
Escuché un leve gruñido y al volver la vista al frente me sorprendí de que Tanner se hubiera escapado, toqué el brazo de Eiden, llamando su atención.
-¿Se fue? -pregunté.
Él no responde por un instante pues estaba concentrado en percibir lo más mínimo sobre Tanner, finalmente suspira y asiente.
-No está aquí, ya se ha ido.
Suspiré aliviada y aguanté unas nuevas ganas de bostezar, pero Eiden se voltea hacia mí con una sonrisa.
-No hace falta que lo escondas. Vamos, te llevaré a tu casa, estás muy cansada.
-Si quieres seguir hablando con tus amigos no hace falta que me lleves. Puedo esperar o pedirle a alguno de mi familia que me busque.
-No. No te preocupes, de todas formas también quería irme, es muy tarde. Vamos... mejor no molestar a tu familia que seguro ya están dormidos.
Me tiende su brazo con una sonrisa que me hizo derretirme, terminé aceptando su brazo y ambos nos despedimos de los demás antes de irnos. Nos subimos al auto, estaba tan cansada que quise dormir de una vez, incluso dejé de escuchar a Eiden, sin saber que me estaba hablando.
-¿Sarah?
Suspiré profundo, abrí los ojos y me sorprendí cuando lo vi tan cerca de mí que me dejó helada.
-¿A..Ah? -él me mira con una sonrisa.
-No me escuchabas y no quería arrancar sin que te abrocharas el cinturón.
En ese momento, escuché un click a mi lado. Miré sus manos sujetando el broche del cinturón antes de alejarse y acomodarse en su lugar.
-Oh... lo siento -mencioné avergonzada por ignorarlo y por lo cerca que estuvimos.
-No te preocupes, estás muy cansada, lo entiendo. Puedes dormir si quieres, te avisaré cuando llegamos.
Asentí apenas mientras sentía que todo mi cuerpo se relajaba en los tan cómodos asientos del auto. Incluso Eiden inclinó mi asiento con un botón en la pantalla de los controles, sonreí cansada. Me acomodé mejor y no pasaron ni tres segundos cuando me había quedado dormida.
<<Por si te lo preguntas... Eiden tiene la ubicación de la casa de mis padres pues fue un requisito poner una dirección de emergencia en el formulario cuando me contrató Katalina.>>
Estaba soñando para cuando sentí que mi cuerpo era sacudido levemente. Lo ignoré porque no quería despertar del fantástico sueño que estaba teniendo, no necesitas detalles de mi sueño, es privado. Pero entonces, el Eiden de mis sueños me cargó como si nada en sus brazos, sonreí ampliamente y toqué su mejilla con una mano.
-Eres tan guapo...
La dejé caer para aferrarme a su cuerpo mientras lo sentía vibrar por una pequeña risa. Vaya, eso se sintió tan real. Supongo que es de aquellos sueños realistas.
No pasó mucho tiempo para cuando Eiden quiso dejarme en una superficie blanda, pero yo no quería separarme. Me aferré cuanto pude pero no tenía fuerzas, así que terminó alejándose de mí.
-¿Por qué todos se tienen que ir? -bufé molesta-. Tú también me dejarás como ese niño, ¿cierto?
¿Hm? ¿Qué es lo que estaba diciendo? ¿Cuál niño? Ni siquiera yo entendía mis propios pensamientos, pero sentía que guardaba un recuerdo como si le hubiera puesto un candado. No podía recordar, pero solo ver la silueta de un niño y luego de un adolescente.
-Jamás me he ido, y jamás lo haré... -escuché a Eiden susurrar antes de acariciar el cabello que cubría un poco mis ojos y apartarlos.
De repente se desvaneció como todo a mi alrededor, traté de alcanzarlo pero solo pude escuchar voces a lo lejos. Era alguien, me estaba llamando... gritaba mi nombre, ¿quién es? No puedo verlo.
Y de pronto... todo se detuvo.
Abrí los ojos lentamente, viendo cómo el sol alumbraba mi habitación, colándose por mi ventana. Froté mis ojos cansada y me levanté para sentarme en mi cama... Un momento, estaba en mi cama, en mi habitación...
¡Joder, me había dormido en el auto de Eiden! ¿Me ha traído hasta aquí?
Rápidamente vi todos mis pósters y fotos de él pegadas en la pared de mi habitación y en todas mis cosas, además de mi repisa con discos de vinilo enmarcados de sus canciones. ¡También la foto con un beso que estaba sobre mi cama! ¡¿Vio todo esto?! Voy a morir...
La puerta se abre con delicadeza y noté que había entrado mi madre, quien al verme despierta sonríe y se me acerca.
-Quería saber si ya habías despertado... -habla cerrando la puerta tras de ella-. Llegaste muy tarde anoche.
-Pues... me secuestraron para ir a una cena con muchas celebridades -comenté sonriendo apenada-. Me olvidé de avisarte, lo siento.
-No te preocupes, esa chica, Cristal, lo hizo por ti -suspiré aliviada-. Pero sí me sorprendí cuando llegaste. Tu padre y yo estábamos despiertos y de la nada Eiden Castle llega cargándote en brazos mientras estabas dormida.
Solté un chillido avergonzada mientras me sonrojaba y mamá me miraba con picardía y diversión. Me cubrí con mis mantas hasta taparme incluso la cabeza, mamá empezó a reír por eso.
-Y papá lo vio...
-No te preocupes, tu padre no hizo nada -me asomé ligeramente para verla-... porque hasta dormida no querías que te separen de Eiden.
Volví a cubrirme completamente y a ahogar un grito entre mis mantas mientras me sonrojaba aún más y mamá soltaba una carcajada.
-No, ah, ah. Lo siento madre pero me mudaré y cambiaré mi nombre y apellido -solté. Ella me destapa de golpe.
-No creo que sea posible esconderse de un padre y dos hermanos cuervos y sobreprotectores que te encontrarán en un dos por tres gracias a sus grandes influencias.
Sería complicado... Es verdad. ¡Joder, odio que sean tan famosos!
-No te pongas así, cariño. En realidad fue muy tierno, tenías que ver la expresión de Eiden, se notaba que estaba encantado contigo...
-¿Encantado cómo? -la miré con cautela.
-Encantado como Dylan con Jin, Jayd con Nilsa y tu padre conmigo.
Negué rápidamente y bajé la mirada, pues me había desanimado.
-A él le gusta alguien más, mamá.
-¿Cómo lo sabes?
-Cristal me lo dijo. Por esa persona es que él escribió una música... y justamente es mi favorita.
-¿La que siempre escuchas... Fairytail? -asentí-. Pero... ¿No crees que pudo haber cambiado de parecer al conocerte?
-Como si fuera una de tus novelas, mamá -me levanté de la cama-. Si no es esa chica de la canción entonces sería Cristal, ellos son muy cercanos y... se aprecian mucho.
Mamá se levanta y me acaricia los brazos con cariño mientras me sonríe para calmarme.
-Hay amistades que son así... pero siguen siendo amigos... no porque un hombre y una mujer se lleven muy bien quiere decir que tienen que ser más que amigos, si no es lo que sienten, no lo serán.
Suspiré, tenía que razón, puede ser que Cristal y él solo sean amigos pero... él tiene a tantas chicas babeando por él al igual que yo soy una de ellas... ¿Por qué yo sería especial?
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