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Capítulo 7

-Estás perfecta... -Cristal me mira asombrada y orgullosa a la vez. Mientras tanto, la estilista no paraba de sacar fotos de lo que hizo conmigo.

-Jamás tuve a una clienta como tú, algún día te pediré que seas la modelo de mi local -dice ella sonriendo orgullosa.

Sonreí avergonzada pero halagada por todos los cumplidos, tampoco podía dejar de mirarme en el espejo pues no paraba de pensar que no podía ser yo la que estuviera reflejada. Realmente todo lo que traía era hermoso, el maquillaje, peinado, joyas y el vestido... Dios mío, el vestido es hermoso.

Yo estaba hermosa...

-Bueno, vamos que el tiempo es oro y no hay mucho más para perder -Cristal hace acabar con las fotos a la estilista y me saca de la habitación.

Me lleva hasta fuera del hotel donde estábamos para prepararnos frente mismo al lugar del Royal y cuando cruzamos la puerta nos encontramos con Eiden y Brad, ambos en traje y viéndose espléndidos... No sabía que Brad estaría aquí, aunque era de imaginar.

-Ahora me arrepiento de haber aceptado dejarla... -Brad se me queda mirando de pies a cabeza y Eiden voltea para verme.

Se mantiene en silencio y con los ojos bien abiertos. Igual que Brad, me mira de arriba-abajo y sonríe asombrado, le da unas cuantas palmadas a Brad en el hombro para consolarlo, creo.

-Sí, bueno... yo no me arrepiento de nada -Eiden se me acerca mientras Brad lo fulmina, me sonrojé un poco-. Señorita...

Me tiende la mano y al apoyar la mía sobre la suya, él se inclina y besa mis nudillos lentamente, como si disfrutara de hacerlo. De repente se me acerca, tomando mi cintura con una mano y acercándo sus labios hasta rozar mi oreja y hacerme estremecer.

-Estás tan hermosa, más de lo habitual.

-I..Igual que tú, estás muy apuesto -murmuré nerviosa.

Él se separa para verme y sonreír, pero en ese momento Cristal llama nuestra atención pues ya se nos haría tarde.

-Bueno, ya váyanse los tres -Cristal me da un empujón que me hace desestabilizarme por los tacones, por suerte Eiden tiene buenos reflejos y me sujeta antes de caer.

-Está bien, está bien, ya nos vamos -suelta Eiden hacia Cristal y me ayuda a enderezarme mientras ríe leve.

Eiden me mira y coloca su brazo en posición para que me sujetara de él. Tímidamente lo hice y estaba segura que ahora me había sonrojado más.

Esto era un sueño... debía ser eso.

-¿No les importa que entre con ustedes en lo que encuentro a Maddy? -pregunta Brad.

-Claro que no, amigo, pero solo si no me robas a mi señorita -comenta Eiden.

Me reí un poco y Brad sonríe divertido pero se coloca a mi otro lado y me da su brazo igual que Eiden.

-Bueno, no puedo prometer nada, pero... si hay una oportunidad...

-Lo siento, tendrás que seguir soñando, Brad -respondí sonriendo.

-Me duele que no te emocione quedarte conmigo -dice fingiendo estar indignado.

Los tres reímos ante la escena. Aún así, tuve que agarrar el brazo de Brad también, lo cual seguía siendo un sueño... No podía creer que dos chicos tan atractivos estuvieran a mis lados.

Me sentía especial...

Los tres fuimos hasta el edificio de la cena y luego de pasar por los cientos de guardias llegamos a donde muchos fotógrafos esperaban para fotografiar a las parejas que llegaban, nos detuvimos antes de ir allí.

-Brad -escuchamos tras nosotros.

Los tres nos damos vuelta para ver a una Maddy totalmente diferente a la que conocí en la oficina de Katalina. Una que dejaba mostrar su belleza total.

-Wau... ¿Por qué nunca antes vi esto? -Brad corre hasta estar junto a Maddy-. Estás tan hermosa, Maddy... Me siento afortunado.

Maddy se sonroja y aparta la mirada mientras Brad la halaga y se la lleva para las fotos. Sonreí leve al verlos. Maddy se veía realmente bien.

-Aún así voto por ti -Eiden susurra en mi oído.

-¿Eh? Ni que fuera un concurso de belleza, por Dios -me sonrojé y lo jalé para finalmente pasar por las fotos.

Eiden ríe animado pero se concentra en posar junto a mí. Los flashes de las cámaras me cegaron por completo, pero Eiden se veía tan acostumbrado. Me tomó por la cintura y me acercó a él sorpresivamente, lo miré un segundo, asombrada, pero volví a sonreírle a las cámaras.

-¿Esto está bien? Digo... ¿No creará chismes o algo así? -pregunté al salir del alcance de los fotógrafos.

-No te preocupes, todos saben que en esta cena es obligatorio traer acompañantes así que no se toman muy en serio con quienes venimos.

Asentí sin más.
Ambos nos encontramos en el salón donde todas las celebridades estaban reunidas, miré sorprendida a todos ellos. ¡Esa es Adele! ¡Joder, tengo que saludarla! ¡Oh, Beyoncé!

-Eiden, al fin llegas.

Nos detuvimos y reaccioné cuando escuché una voz femenina junto a nosotros. Eiden me suelta para saludarla y saludar al chico que la acompañaba. Eso ocurrió muy seguido y he de admitir que ha sido un poco incómodo, al ser tímida frente a tantas personas importantes no se me ha dado bien la oportunidad de presentarme y entablar una conversación. Ellos saludaban a Eiden como si fueran amigos de toda la vida, mientras yo solo miraba y de vez en cuando saludaba a algunos que me notaban.

Eiden también ponía de su esfuerzo para integrarme en las conversaciones con los conocidos, pero simplemente no pude seguir así, necesitaba alejarme un segundo. Toqué la mano de Eiden con disimulo para llamar su atención y con un pequeño gesto le dije que me alejaría, él duda pero antes de que dijera algo yo me alejé y los demás llamaron su atención de nuevo. Suspiré aliviada cuando me alejé de ese ambiente incómodo para mí. Si iba a estar de pie y en silencio, al menos quería que fuera yo sola y no forzada a sonreír frente a otros.

Me mantuve alejada un tiempo, mirando a mi alrededor y a veces distrayéndome con mi celular. Cuando me había aburrido dejé mi celular y volví a mirar a Eiden justo cuando volteó a verme y termina alejándose de donde estaba para acercarse a mí.

-Si te sientes incómoda... -lo interrumpí.

-No te preocupes, estoy bien. Tú puedes seguir hablando con los demás.

Él planeaba decirme algo pero otro chico en un grupo llama su atención y yo sonreí viendo mi oportunidad para alejarme de nuevo y dejar que hable con los que lo llamaron. Fui alrededor de la habitación mirando la decoración y a las demás parejas. Casi todo el tiempo sentía la mirada de Eiden sobre mí pero traté de ignorarlo cuanto podía.
Me di vuelta para caminar hacia el otro lado pero en ese momento, si no fuera por mis reflejos, habría chocado con un hombre que no había visto antes.

-Lo siento, señorita -se disculpa el hombre-. Aunque... tiene unos buenos reflejos.

-No... No pasa nada, y gracias -respondí, me di vuelta para irme.

-¿Usted no es... Sarah Rais, de casualidad...?

Me detuve de golpe y abrí los ojos de par en par, sorprendida porque alguien se supiera mi nombre.

-Am, sí... ¿Cómo sabe de mí? -pregunté volviendo a mirarlo.

-¿Cómo no saberlo? -habla sonriendo-. Si me permite decirle... que usted es una de las joyas que ya casi no hay... una de las más hermosas.

Me reí un poco indiferente. Se notaban sus intenciones pero a mí no me interesaban en realidad. No dije nada, simplemente quise darme la vuelta para irme de nuevo, pero volvió a hablar.

-Es usted la asistente de Eiden Castle... ¿o me equivoco? -pregunta.

-No se equivoca. Y como sabe eso, sabrá entender que debo volver con él ahora.

-Es descuidado dejar a tu acompañante sola y él lo sabe... por eso nunca dejó que sus otras acompañantes se separen de él... -comentó.

-¿Qué insinúa? -preguré enarcando una ceja.

-Yo no insinúo nada, señorita.

Su sonrisa me inquietó por un momento. Aparté la mirada, pues verlo a él me hacía sentir extraño en el estómago y no me interesaba vomitar de los nervios frente a mis ídolos. ¿Qué pensaría Adele de mí? Moriría.

-Solo digo... que si él no pretende cuidar de una mujer como usted... -repentinamente se inclina sobre mí, obligándome a inclinarme hacia atrás, mientras su mano acaricia mi barbilla-... yo podría tomar su lugar...

Apenas un segundo me había tocado y antes de que yo le abofeteara la mano, un brazo se enrolla en mi cintura, Eiden me aparta de aquel hombre y lo mira con severidad.

-Tanner... -saluda indiferente.

-Eiden... -responde de igual forma, juraría que habían rayos saliendo de los ojos de ambos-. Llegas en perfecto momento... como siempre.

El sarcasmo del tal Tanner hace reír a Eiden con amargura e ironía.

-Y tú siempre apareces en los momentos más convenientes -soltó-. Será mejor que no te acerques a mi acompañante...

-No, chucho... será mejor que tú no la dejes sola. -la mano de Eiden se aferra en mi cintura y su mirada se endurece. Tanner me mira y sonríe de nuevo-. Nos vemos, preciosa.

Tanner se va, dejándonos en silencio a Eiden y a mí. Me puse frente a él para que pudiera verme mejor y me explicara lo que estaba pasando.

-¿Eiden? ¿Por qué te ha llamado chucho? ¿A caso sabe sobre ti?

Eiden suspira profundo, mira a todos lados y me toma de la mano para alejarnos hasta salir al patio y hablar más privadamente allí.

-Tanner... es de la especie de los zorros. Sabe lo que eres y por eso le atraes, además de estar conmigo... lo siento.

-¿Por qué le interesaría que yo esté contigo?

-No es un secreto que los zorros y lobos son enemigos naturales. Me odia, más porque tengo más fama que él y porque varias de sus antiguas novias lo dejaron por mí -bufó y se cruzó de brazos-. Ni siquiera les hacía caso, pero a él no le importa eso.

-¿Es en serio? Eso es absurdo -rodé los ojos.

-Lo sé, créeme... pero será mejor que te mantengas lejos de él. Además de lo que te dije, tiene varias denuncias en su contra... la mayoría por violación -mi cuerpo tiembla por la advertencia.

-Está bien, lo capto. No me acercaré a él.

Asintió más aliviado pero en ese momento decidimos volver dentro. Miramos como todos ya estaban reuniéndose en la mesa para empezar la cena, vimos a Tanner a un lado, mirándonos con una sonrisa que me hizo helar la sangre. Eiden me sorprende apoyando su mano en mi espalda baja.

-Vamos, por aquí.

Ambos caminamos hacia la mesa, muy lejos de Tanner y cuando ya todos estaban en sus lugares, llegó el anfitrión.

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