Escuchamos los gritos de las fans en cuanto ven llegar el auto, peor aún cuando Eiden bajó de este a saludarlas, todas estallaron y pidieron de todo. Él cruza el lugar desde una zona segura con sus guardias y nosotras detrás. Llegamos hasta el lugar donde entrarían las fans para conocerlo y nos preparamos.

—Mira esto, ya algunas han empezado a decir que ellas son las novias y que las dejen entrar ahora —Cristal y yo nos aguantamos la carcajada y nos cubrimos la boca para ayudarnos.

En ese momento escuchamos a la primera chica que entró al lugar gritando y corriendo hacia Eiden para abrazarlo. Yo sonreí enternecida porque sabía que con esto Eiden estaba cumpliendo muchos sueños.
De verdad que no me sentía celosa para nada, no me molestaba esto. Solo me molestaría si alguna coqueteara con él.

El lugar pronto se llenó de regalos para Eiden, le hicieron varias preguntas con respecto al tema de su novia y luego se fueron al no tener mucha información.

—Iré al baño un momento —avisé a Cristal.

—Bien, no te tardes, quiero ver tu reacción si alguna quiere besarlo —suelta riendo con malicia.

Le di un leve golpe en el brazo por eso y me alejé riendo. No tardé mucho en el baño, tampoco es necesario tanto detalle sobre eso, lo interesante fue al volver de allí... porque cuando regresé, una chica se me acercó con aires de superioridad.

—Eh tú, chica.

Miré a mis alrededores por si no fuera a mí a quien se dirigía, pero en realidad solo no quería que se dirigiera a mí si tenía esa actitud. Suspiré resignada y traté de sonreír.

—¿Sí? ¿Qué necesita? —pregunté.

—Eres la asistente de Eiden ¿no? Déjame pasar. Necesito verlo —exigió de brazos cruzados.

—Eh... perdona pero... hay fila y si tampoco tienes la pulsera como las demás, no podrás verlo —comenté apuntando la pulsera que todas las otras tenían.

Las chicas de la fila me dan la razón a gritos y quieren que esta extraña se vaya, pero la chica frente a mí se molesta y lo hace notar.

—¿Perdona? ¿Eres tonta o qué? Te estoy diciendo que me dejes entrar.

—Me parece que la tonta aquí eres tú, porque no puedes colarte y menos entrar sin la pulsera —me crucé de brazos, además de enarcar una ceja.

—¿Tienes idea de quién soy? Puedo hacer que Eiden te despida en un segundo —exclamó.

—Am... no, en realidad no tengo ni la más mínima idea de quien eres —respondí.

—Pues ahora te enteras, soy su novia.

Hasta este punto varias ya que estaban grabando, algunas se lo creyeron, otras sabían que era falso. ¿En serio creen que Eiden andaría con una niña mimada como esta? Por favor...
Como sea, debía controlarme, al ser asistente de Eiden también soy su imagen... ¡Pero es tan difícil con gente tan ridícula como ella!
Me quise echar a reír como nunca antes en mi vida. Y lo hice, me comencé a reír a carcajada limpia.

—¿De qué te ríes tarada? Déjame entrar para ver a mi novio —volvió a exigir aquella loca.

—Sí... ¿Segura que no te confundes con un póster? ¿O con el Eiden de tus sueños? Conozco a la novia y no eres tú, además... ni siquiera eres su tipo, las irrespetuosas, mentirosas y engreídas como tú ni siquiera están en su lista de estándares.

Ella se vuelve roja de la ira y vergüenza, levanta una mano como si fuera a golpearme pero agarré su muñeca y por acto reflejo pateé sus piernas para hacerla caer e inmovilizarla.

—Ni siquiera unos lobos pudieron matarme ¿Y tú piensas que podrías siquiera tocarme un pelo? —me reí entre dientes—. Como asistente debo cuidar a Eiden, eso quiere decir que puedo hacerme cargo de lunáticas como tú que se hacen pasar por alguien que jamás podrán ser.

La solté y pasé por su lado para irme pero me detuvo el escuchar los aplausos de todas las chicas de la fila. Me sentí un poco avergonzada por la escena ocasionada así que bajé la cabeza con una disculpa.

—Lamento todo este drama, por favor, continúen con lo que vinieron a hacer y les pido que no relacionen a Eiden con mis actitudes, él es mejor.

Pude notar como había conmovido a las chicas que me sonreían ampliamente. Regresé donde los demás, dándome cuenta que Eiden seguía prestando atención a tres chicas más.

—Sí tardaste —me acusa Cristal al verme.

—Lo siento, tuve un percance —suspiré.

—Bueno, no importa, igual nadie a intentado besarlo ni nada, creo que todas respetan su relación, aunque no conozcan a la novia.

—No todas... —murmuré riendo.

—¿Huh? ¿Dijiste algo? —preguntó al no poder escucharme.

—Nada, nada —negué con la cabeza al mismo tiempo y Cristal se encogió dr hombros.

Me quedé mirando como pasaban fans por fans hasta que pasó la última y tuvimos que irnos de una vez, pues ya era tarde. Aunque mi celular empezó a sonar, pude ver en la pantalla que se trataba de Dylan.

—Enseguida vuelvo —dije mirando a los demás, Eiden y Cristal asintieron mientras guardan sus cosas. Salí hasta fuera y respondí la llamada.

—¿Bueno?

—Hey, princesa —escuché la voz de mi otro hermano en lugar de la de Dylan.

—¿Jayd? ¿Qué haces con el celular de Dylan? —pregunté confundida.

—Pues da la casualidad que fui a visitarlo un momento al igual que a mamá y a papá y nos llegó un video que ahora se hizo muy famoso.

—¿Ah sí?

—Así es. Papá, Dylan y yo estamos orgullosos de la perfecta llave que le hiciste a esa chica —comentó haciéndonos reír a ambos.

— Oh... ¿Tan rápido les llegó ese video?

—La magia del internet. Mira al frente.

Así lo hice, cuando levanté la cabeza pude ver a Dylan, Jayd, Jin y Nilsa, todos juntos. Colgué la llamada sonriendo y caminé hacia ellos, Jin y Nilsa corren hacia mí para abrazarme.

—¿Dónde está? Quiero partirle el rostro —comenta Jin molesta.

—Sí, yo igual, unos balazos no vendrían mal —le sigue Nilsa.

Me reí por ellas, negando con la cabeza de forma divertida, pero luego miré a mis hermanos.

—Ahora... justamente sigue aquí y está coqueteando con sus novios, amigas —comenté separándome de ellas.

Ambas giraron como si fueran la niña del exorcista hacia aquella chica que supongo se había quedado para ver si tenía suerte... y vaya que pensó que la tenía.
Esto estará bueno...

Jin chasquea la lengua con molestia antes de cambiarla a una tan inalcanzable. Camina hacia Dylan para abrazarlo del costado.

—Amor... acabo de acordarme que necesitamos ir a la farmacia... se me acabaron las pastillas al igual que la caja de preservativos —"susurró" mi cuñada.

Okey... me encanta la expresión de la chica, pero eso... ¡Por Dios, no quería escuchar eso, es mi hermano!

Noté como la chica miraba a Jin como si esta le causara inseguridad, no iba a mentir... me ha provocado lástima, pues Jin incluso me causaba inseguridades a mí, pero claro que eso no era algo que debía saber porque no era su culpa. Es que... es tan guapa... Alta, elegante, con clase y firme. Dylan realmente se ha ganado la vida con Jin a su lado.
Mi hermano mayor la sujeta por la cintura e ignorando a la extraña se aleja con ella.

La chica mira a Jayd para ver si tenía oportunidad, pero Nilsa ya estaba a su lado, abrazándolo y con el brazo de mi hermano sobre sus hombros.

—Jayd, cariño... ¿Qué ella no es la que intentó golpear a tu hermana? —pregunta Nilsa haciendo que la expresión de la chica cambiara drásticamente.

—Lo es, estoy seguro —comenta Jayd.

Todas las miradas pasan a mí para confirmarlo, asentí dándoles la razón y la chica corre avergonzada justo cuando escuché pasos tras de mí y luego sentí un brazo apoyarse sobre mis hombros.

—¿Esa era mi supuesta novia? —pregunta Eiden enarcando una ceja y viendo hacia donde se había ido la chica.

—Esa misma —respondí.

—Vimos los videos hace un momento, con razón habías tardado —menciona Cristal riendo incrédula.

—Creo que nos debes una explicación... —dicen mis hermanos mirándonos a ambos con los ojos entrecerrados por la cercanía entre Eiden y yo.

—¿Yo? ¿Una explicación? ¿De qué hablan? —me hice la desentendida y aparté la mirada.

—Aha, y nosotros somos idiotas —Jayd rueda los ojos.

—Bueno... fuiste tú quien lo admitió, yo no dije nada —me encogí de hombros con una sonrisa divertida.

Las chicas y Eiden se ríen pero mis hermanos caminan hacia mí amenazantes.

—Oh, oh... —me solté de Eiden y retrocedí—. Señores, creo que ya son un poco mayorcitos como para estar persiguiendo a su querida e indefensa hermana menor...

—De indefensa no tienes nada —suelta Jayd.

—Sí bueno... ¡ahí se ven viejitos! —salí corriendo con ellos detrás de mí.

—¡No nos llames viejos! —dice Jayd.

—¡Vuelve aquí enana! —grita Dylan.

—¡Enana la cosa que tienes entre las patas! —espeté corriendo de espaldas para fulminarlo, pero fue mala idea pues me mira como un engreído.

—Jin no opina lo mismo.

—¡Oye no quiero saber eso, joder, que asco! —simulé arcadas.

—¡Tú empezaste! —exclama Jayd.

—¡Pero no para que me sigan! ¡Saben que digo cosas tan pendejas como lo son ustedes!

Ellos ya estaban pisándole los talones pero yo salté sobre unas cajas y me di vuelta para mirarlos.

—¡Caballeros! Este día lo recordarán... como aquel en que casi atrapan al capitán Jack...

—¡Deja tus escenitas!

—¡Déjame terminar! —le grité a Jayd. Ambos hermanos se detienen y resopla, yo sonreí—. Capitán Jack Sparrow... ¡Hm!

Caí hacia atrás al retorcer y sentir que me quedaba sin cajas que pisar. Pero en lugar de caer al suelo, caí sobre los brazos de Eiden que se había apresurado para atraparme. Sonreí al mirarlo igual que él.

—Gracias, lobito.

—Cuando quiera, Capitán Sparrow.