Capítulo 1
Dejé escapar un suspiro profundo por culpa de mis pensamientos, era inevitable pensar muy seguido en el mismo tema una y otra vez, no importa qué hiciera, seguía dándole vueltas al mismo asunto todos los días.
Mi hermano Dylan finalmente había regresado de su viaje por el mundo, terminó la universidad, consiguió crear una empresa tan grande y famosa que es conocido en el mundo sobrenatural y humano por igual. Además de tener a una líder de un clan de cuervos fuerte y poderosa a su lado como su mano derecha.
Mi otro hermano, Jayd, vive junto a Nilsa en su propio clan, siendo ambos los líderes y muy famosos, pero también lo son entre todas las especies sobrenaturales, ya que su historia fue recorriendo largas distancias, de boca en boca hasta que todos en el mundo lo conocieran, y por esa razón, ahora el clan alberga a más especies además de los cuervos.
Mis hermanos habían triunfado, son reconocidos en todo el mundo... en ambos mundos. Mientras que yo... sigo en casa de mis padres, siendo una humana normal e invisible.
Hace tiempo que me había resignado y dado cuenta de que nunca tendría las alas que tanto anhelé toda mi vida, ya que yo no soy como mi padre y mis hermanos... yo he salido a mi madre y está bien, eso no me molesta, mi madre es genial siendo humana, solo que... me hubiera gustado poder volar junto a los demás con mis propias alas.
-Ya me voy, los quiero -me despedí de mis padres acercándome a la puerta principal de la casa.
-Adiós, cariño, cuídate -responden ambos sonriéndome, por lo que les devolví el gesto.
Salí de casa, empezando a caminar, dirigiéndome a mi entrevista de trabajo mientras escuchaba las canciones de mi artista favorito Eiden Castle. Demonios, con solo pensar en su nombre ya me hace suspirar y sonrojar a la vez. Es tan talentoso y tan guapo que es imposible resistirse a sus encantos. Lo mejor de todo es que él hace música de diferentes géneros, y todas son geniales, creándome sentimientos diferentes pero que me ponían la piel de gallina.
No me di cuenta de cuánto había caminado pues estaba muy sumida en la música de Eiden, tampoco de que había llegado al lugar de mi entrevista, todo por estar entretenida con la música y casi me pasaba la calle, pero regresé a tiempo y entré al edificio. Guardé mis audifonos y celular, también ordené mis papeles mientras subía el ascensor.
Se supone que tenía que ir al último piso...
Suspiré tratando de calmarme en cuanto las puertas se abrieron para mí y yo crucé el pasillo en donde estaba. Me habían dado todas las indicaciones necesarias para encontrar la habitación donde se haría la entrevista, revisé una y otra vez los números para no cometer ningún error y al encontrar la habitación correspondiente, llamé a la puerta y entré, siendo recibida por una mujer sonriente tras un escritorio.
-Hola, bienvenida. Sarah Rais, ¿cierto? Llegas muy puntual.
-Sí, soy yo. Es un placer -comenté acercándome a ella quien me tendió la mano. Traté de ocultar mis nervios lo mejor posible.
-Igualmemte. Soy Katalina Parker, hablamos por teléfono, yo seré la que te entrevistará.
Asentí comprendiendo. Ella me indica que tome asiento en el asiento frente a ella y eso hice. Le entregué mis papel y ella les dio una leve ojeada antes de sonreírme amablemente.
-Bien, debo de admitir que tu currículum me ha sorprendido mucho. Nunca había visto uno tan ordenado y bien redactado -comentó.
-Me gusta ser ordenada, siento más comodidad.
-Lo haces notar, eso está muy bien. Pero dime... tú sabes que el trabajo de asistente de una celebridad es un trabajo de tiempo completo y muy pesado ¿no? -asentí- ¿Entonced por qué te interesa el trabajo?
-Pues porque siento que me acerca de cierta forma a algo que me gusta. La música es algo primordial en mi vida.
-Lo entiendo, pero si es así ¿por qué no te dedicas a hacer música? Ser una asistente no es algo conector en realidad.
-Siempre pienso que por algo se empieza, ser asistente me ayudaría a aumentar mi conocimiento en el ámbito musical y conocer desde las experiencias de los famosos lo que se necesitaría para seguir creciendo -me sentía segura de mi respuesta y más cuando noté su sonrisa convencida.
-Interesante...
Ella sonreía complacida y volvió a mirar algunas hojas. Me hizo varias preguntas más sobre mi currículum hasta que guardó las hojas y se levantó.
-¿Sabes algo, Sarah? Tú has sido la última a la que he entrevistado y debo de decir que la mejor de todas las que pasaron aquí. Tu interés y ganas de aprender con un trabajo que exige mucho pero que otros consideran no muy importante me dice mucho, y me ha gustado.
Mi corazón se aceleraba de emoción por sus palabras, incluso podía sentir mis mejillas ardiendo por recibir sus halagos.
-Así que felicidades, me haz convencido. Te contrato. Mañana mismo empiezas a trabajar, te asignaremos a alguna celebridad cuanto antes.
Reprimí mis ganas de saltar de la felicidad pues no se vería profesional luego de esto. Sonreí ligeramente y suspiré disimulada.
-Estoy muy agradecida, Katalina, gracias por darme esta oportunidad.
-No es nada, Sarah. Me haz dejado encantada así que el puesto es tuyo. Cuento contigo para que cuides de nuestros artistas.
Estaban tan feliz, nunca se me hubiera ocurrido que algo así podría pasar. ¿Esto es un sueño? Parece serlo, porque creía que las demás lo habían hecho mucho mejor que yo. Pero al parecer no, esto estaba pasando de verdad.
Katalina me acompañó hasta la puerta para despedirse de mí mientras me da un par de detalles extras sobre cómo iniciaría y a quien consultar.
-Cualquier cosa, no dudes en consultarme.
-Por supuesto, eso haré -respondí.
Ambas nos despedimos una última vez antes de que yo me fuera y ella cerrara la puerta de su oficina. Entré al ascensor sintiendo tantas ganas de festejar, lo hice cuando estuve sola allí dentro. Solté todo el aire acumulado inconscientemente en mis pulmones y sonreí muy ampliamente, hasta que mi celular empieza a vibrar, era mi madre, respondí de inmediato.
-Cariño, respondiste, ¿la entrevista ha terminado?
-Sí, mamá. Terminó.
-¿Y cómo te fue?
-¡Me dieron el trabajo! ¡Me contrataron!
-¡Eso es increíble, hija! Te felicito, tu padre y yo estamos muy orgullosos de ti. Aunque ya lo veíamos venir, ¿quién no querría contratarte?
-Gracias... Aún estoy temblando -comenté suspirando y levantando mi mano para ver aquello.
-Pero te supiste controlar bien y no se ha notado, por eso lo haz hecho de maravilla.
-Eso dijo la mujer, dijo que había quedado encantada conmigo y que lo había hecho mejor que los anteriores.
-¿Lo ves? Te has preocupado por una semana entera por nada.
Las puertas del ascensor se abren en ese instante haciéndome distraer por un segundo para salir de este pero rodé los ojos divertida por el comentario de mi mamá.
-No fue por nada, me estaba preparando con antelación, es todo.
-Hm, sí pero mientras, te comias las uñas, preguntándote si lo harías bien y si les agradarías y...
-Bueno, bueno, ya entiendo, ya -la interrumpí quejosa pero riendo leve.
-¿Y a quién vas a asistir? -pregunta ella.
-Pues... aún no lo sé, me dijeron que me lo dirán mañana y...
Me sobresalté cuando escuché un griterío muy fuerte fuera del edificio y cuando me di cuenta, entrecerré los ojos para saber de qué se trataba pero los abrí de par en par cuando Eiden Castle pasó justo por mi lado mientras un montón de fans gritaban y trataban de entrar al edificio. Mi corazón se aceleró cuando al pasar junto a mí él me miró de reojo.
-¿Sarah? ¿Hola? ¿Qué es todo ese ruido? -pregunta mamá pero no pude prestarle atención.
Mis piernas flaquearon cuando me sonrió de lado y mi mano perdió fuerza soltando mi celular cuando me guiñó un ojo y siguió su camino. Dejé caer mi celular sin darme cuenta y uno de sus guardias que iban tras él lo patea con fuerza.
-Ah, rayos... -murmuré y fui hacia allí para recoger únicamente mi celular pero uno de los guardia me hace retroceder abruptamente y alejarme al colocarse frente a mí.
-No puede acercarse más, señorita -dice uno de ellos.
-Lo siento, es que mi celular... -intenté explicar pero el guardia se mantuvo reacio a dejarme recoger mi celular solo por estar cerca del espacio personal de Eiden.
-Xavier con calma... La señorita solo quiere su celular de regreso.
Me había quedado sin aliento al escuchar a Eiden hablar mientras se acercaba a nosotros, apoyando su mano en el hombro del tal Xavier quien asintió y se apartó pero se mantuvo no muy lejos de ambos. Todos se veían tan alertas a mis acciones cerca de Eiden, pero en realidad no podía prestarles atención a ellos pues Eiden se la llevó toda... Con aquellos ojos celestes muy claros...
¡Dios! Como brillaban, parecían diamantes maravillosos, y su altura que me hacía sentir tan pequeña a su lado. Era mucho más guapo en persona. Rostro perfilado; cabello oscuro, casi negro; tez bronceada, tatuajes... labios gruesos... dientes perfectos... sonrisa perfecta... ropa que le quedaba como anillo al dedo...
-Me parece que esto... le pertenece -él me tiende mi celular. Su voz tan profunda y grave me hizo temblar y sentir que mi cuerpo se erizaba. ¡Joder, debería controlarme!
Me obligué a reaccionar, aunque sea un poco, y sujeté mi celular un poco lento por aún estar sorprendida de estar frente a frente y hablando con Eiden Castle. Sacudí leve la cabeza y volví a mirarlo a los ojos, tratando de no sonrojarme tanto.
-G..Grac... -aclaré mi garganta al tartamudear-. Gracias.
-No fue nada, señorita.
Vuelve a sonreír y guiñarme el ojo antes de darse la vuelta e irse junto a sus guardias que lo siguieron de inmediato. Bajé la mirada a mi celular y lo encendí solo para sorprenderme al ver que se había sacado fotos con este y yo aparecía en el fondo.
¿En qué momento pasó esto?
Noté también que la llamada de mi madre se había colgado ya, así que guardé mi teléfono para salir rápidamente, pero en ese instante todas las fans de Eiden me miraban con recelo y envidia, la gran mayoría. Las ignoré olímpicamente y me fui casi corriendo de allí.
¡No puedo creer lo que acaba de pasar! ¡Por favor que no haya sido un sueño o voy a llorar! ¡Eiden Castle me habló!
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