(psdt: en esta historia el nombre real de Green es Edward Grey Powell [con apellidos])

Capítulo 1: "El Presente"

La habitación estaba sumida en un silencio sepulcral, roto solo por el suave murmullo de la respiración agitada del protagonista. Green yacía en la cama, con los ojos fijos en el techo, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos y emociones tumultuosas. El dolor palpitante que recorría su cuerpo era la cruel realidad de la pesadilla que había vivido. Green se forzó a sí mismo a revivir cada momento, cada detalle de la oscura experiencia que lo había llevado hasta allí. Cada recuerdo era una herida abierta, una cicatriz en su alma que se resistía a sanar. Sabía que para encontrar la paz, debía enfrentarse al pasado que lo perseguía sin piedad.

Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, debía comprender cómo había llegado a esa desesperada encrucijada. Debía retroceder en el tiempo, regresar a los eventos que habían desencadenado su caída en las profundidades de la desesperación. Y así, con un suspiro tembloroso, Edward se preparó para enfrentar la verdad cruda y dolorosa que lo esperaba en los recovecos de su memoria . . .

–POR DIOS! CUANTAS VECES TE LO DEBO REPETIR?!! EL ES GLITCH.Y!!!!!!!!!! 

 – Yellow por favor! ESCUCHAME!! 

–S-Señor Green! Despierte!!!

– . . . N-No te alejes . . .p-pequeño . . .

–M-Mierda~ uhgggg~ Sabes? eres una buena muñeca jajajaja!!

Edward cerró los ojos con fuerza, tratando de alejar los recuerdos que amenazaban con consumirlo. Sin embargo, las imágenes seguían apareciendo en su mente, fragmentos del pasado que se negaban a ser olvidados. Recordó el momento en que se vio acorralado en los oscuros pasillos de un edificio abandonado y vasto, rodeado por sombras amenazantes y silencios siniestros. El corazón de Green latía con fuerza en su pecho mientras revivía el miedo paralizante que había sentido en aquel momento, la sensación de estar atrapado en un laberinto de peligro y desesperación. Un flashback lo transportó de vuelta a esa noche, el eco de sus propios pasos resonando en los pasillos vacíos mientras corría en busca de una salida. Cada sombra parecía acecharlo, cada puerta cerrada ocultando secretos oscuros que lo acechaban en la oscuridad.

Con un suspiro tembloroso, Green se esforzó por volver al presente, dejando atrás los fantasmas del pasado por un momento más. Sabía que no podía permitirse ser consumido por el miedo y la desesperación, que debía seguir adelante y encontrar una manera de superar los obstáculos que lo habían dejado tan vulnerable y herido . . . Green se quedó quieto por un momento, su mente llena de pensamientos turbios y emociones tumultuosas. El recuerdo sombrío había desatado una tormenta de recuerdos y sentimientos que amenazaban con consumirlo por completo.

Se preguntó cómo había llegado a ese punto, cómo una serie de decisiones y circunstancias lo habían llevado a este oscuro callejón de la vida. La culpa y el arrepentimiento lo embargaban, recordándole cada error que había cometido y cada oportunidad que había desperdiciado.

La voz de la duda susurraba en su mente, cuestionando sus elecciones y su valía como persona. ¿Podría alguna vez escapar de las sombras del pasado que lo perseguían sin piedad? ¿Podría encontrar la fuerza para seguir adelante y buscar la redención que tanto ansiaba? Con un suspiro, Edward se obligó a apartar esos pensamientos oscuros de su mente. Sabía que no podía permitirse sucumbir a la autocompasión y la desesperación, que debía encontrar una manera de seguir adelante y enfrentar los desafíos que lo esperaban en el presente. Las lágrimas brotaron sin control, traicioneras, como un río desbordado que no podía ser contenido. El dolor se apoderaba de su frágil cuerpo, convirtiéndolo en un prisionero de su propia agonía. Cada lágrima era un testimonio silencioso de la tortura que soportaba día tras día, una carga que amenazaba con aplastarlo bajo su peso implacable.

Mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos, Edward se vio invadido por recuerdos dolorosos que se negaban a desaparecer. Recordó el primer encuentro con su captor, los momentos de terror que lo consumieron cuando fue arrancado de su vida cotidiana y arrojado a un mundo de oscuridad y violencia.

Un flashback lo llevó de vuelta a aquel primer día, cuando una simple rosa blanca fue el primer regalo de su captor, un gesto de aparente bondad que ocultaba la trampa mortal en la que había caído. La inocente belleza de la flor se convirtió en un símbolo de la ilusión de seguridad y afecto que su captor había tejido a su alrededor. Otros recuerdos lo transportaron a los días siguientes, cuando el miedo dio paso a un sentimiento confuso de admiración hacia su captor. Recordó los momentos de ternura fingida y las palabras manipuladoras que lo convencieron de que no había esperanza de escape, que su única opción era someterse a su destino y encontrar consuelo en su prisión autoimpuesta.

Cada día que pasaba, Green se encontraba más y más cautivo de los encantos engañosos de su captor. Aunque sabía que estaba siendo manipulado, una parte de él se resistía a abandonar la ilusión de que su captor lo amaba de verdad. Era un prisionero de su propio deseo, atrapado en un torbellino de emociones confusas y anhelos contradictorios . . .