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『Veintidos』

Canción del capítulo: Libianca ft. Becky G - People.

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Capítulo 22
El cuerpo colapsa también

—Maldita YoungOk—gruñó JaeWang chasqueando la lengua. Se cruzó de brazos apoyando su cadera del escritorio mirando al detective con duda—¿Por qué estás diciéndome esto?, ¿En qué momento te volviste leal, detective Kwon?

—En el momento que cumpliste con devolverme a mi familia si te entregaba a Jeon JungKook y Shin HyeLin—MinSoo había respondido sin dudarlo—Había escuchado a tus hombres decir que Agust D es otro gánster con el cual siempre ha existido rivalidad.

Y en efecto, así era. Agust D era otro gánster con un nivel superior a Jae, a diferencia de éste, tenía negocios clandestinos en todo el país donde el lavado de dinero era lo más común junto a la venta de drogas. No tuviera relevancia que YoungOk hablara con él de no ser porque JaeWang había logrado quitarle no sólo parte de sus hombres sino también de sus negocios al encargarse de que la policía hiciera lo suyo.

JaeWang manipulaba a todos y en eso tenía más ventaja que Agust D, negocios eran negocios, aquel gánster no iba a medir palabras con él.

—Me encargaré de YoungOk, mantenme informado sobre Agust D—ordenó.

—Está bien—MinSoo giró sobre sus talones para retirarse, se detuvo lo escuchó decir...

—Si esto es una trampa ya sabes lo que pasará con tu familia e incluso contigo—advirtió.

Esperaba que eso no fuera necesario. Una vez fuera de la casa de JaeWang subió a su auto enviando un mensaje.

MinSoo:
JaeWang dijo que se encargaría del asunto. Ya sabes que hacer, ¿Podemos contar con Agust D?

No tardó en recibir respuesta.

YoungOk:
Está con nosotros.

MinSoo:
Ten cuidado.

Exactamente a la medianoche JungKook se había despertado sintiendo que algo no estaba bien. No recordaba haberse quedado dormido, aunque sabía que su cuerpo terminacaba cediendo al cansancio. Su corazón latía rápidamente, se levantó de la cama dirigiéndose a la habitación de HyeLin, su mal presentimiento aumentó al encontrarla entreabierta.

—¿Hye?—llamó en voz baja adentrándose. La cama estaba vacía, pero desecha—Hye—llamó de nuevo caminando al baño donde la luz estaba encendida. El suelo mojado fue tocado por sus pies descalzos—¿Hye?—la bañera estaba desbordando el agua—Mierda—se apresuró en sacar a la castaña de la bañera. HyeLin había estado hundida en ella, estaba inconsciente, la recostó en el suelo tomando su pulso, allí era lo preocupante, no estaba respirando.

Intentó darle respiración boca a boca sin tener éxito, presionó su pecho en repetidas ocasiones teniendo el mismo resultado.

—Respira, por favor.

Los labios de Hye estaban tornándose morados, sus manos comenzaban a estar frías.

—No, no, por favor, despierta.

Sólo porque lo dijera no significaba que lo hiciera.

El pelinegro despertó encontrándose en la habitación oscura, se levantó de inmediato saliendo de la suya y dirigiéndose a la de HyeLin. Al abrir, la cama estaba vacía. El recuerdo viviente del sueño le hizo entrar en pánico, la luz del baño estaba encendida junto a la puerta abierta. Esta vez no había bañera llena de agua, sólo la chica sentada en el suelo con la cabeza apoyada del borde de ésta.

—Hye—sus mejillas estaban rojas. Apenas tocó su rostro notó la fiebre alta que atacaba a la castaña.

—JungKook—murmuró entreabriendo los ojos—No me...siento bien.

—Te llevaré a un hospital. Espera—regresó a su cuarto para recoger sus zapatos y al volver la cargó en brazos escuchando un leve quejido de ella.

La sacó de la habitación caminando por el pasillo hasta bajar las escaleras. Ni siquiera pudo salir de la casa cuando uno de los hombres de JaeWang lo detuvo.

—¿A dónde crees que vas?

—Necesito llevarla al hospital.

—Ella no puede salir de aquí.

—¿Que parte de necesito llevarla a un hospital no entiendes?

—¿Qué parte de ella no puede salir tú no entiendes?

—Quiero hablar con JaeWang.

—Está descansando, será mañana—la paciencia del chico estaba llegando al límite. Miró a HyeLin quien ardía en fiebre. No le sorprendía que JaeWang no quisiera que ella saliera de la casa.

Los prisioneros no eran ni él ni NamJoon, era Hye como siempre.

Hye comenzó a despertar por la mañana con dolores en sus huesos y su cuerpo, su fiebre en vez de disminuir se había vuelto más grave. JungKook cambió el pañuelo de su frente, al encontrarse con la mirada cansada de ella sonrió un poco acariciando su mejilla.

—Buenos días.

—Me duele la cabeza—habló lento y bajo.

—Revisaré el botiquín que hay en el baño—se levantó dejándola sola unos segundos. Hye intentó sentarse en la cama sintiendo miles de agujas en su cuerpo, tanto pensar y soportar emociones le estaban pasando factura. El chico regresó con una pastilla en su mano y un vaso con agua—Intenté llevarte al hospital, pero no me dejaron sacarte de aquí.

HyeLin bebió el agua con la píldora recostando su cabeza de la almohada. JungKook la cubrió con las sábanas notando ligeros temblores en ella, le preocupaba que su fiebre siguiera aumentando.

—¿Dónde está NamJoon?

—Supongo que aún no despierta, son las séis de la mañana.

—¿Cómo supiste que necesitaba ayuda?, pareces tener un radar...

—Tuve una pesadilla sobre ti—respondió colocando otro pañuelo en su frente. Hye tomó su mano y él la acarició con delicadeza—Vine a verte, te encontré en el suelo del baño. Debiste llamarme, Hye.

—Iba a hacerlo, cuando me senté un momento no pude levantarme, me sentía muy mal. Pensaba de nuevo...

—Deja de pensar por unas horas, ¿De acuerdo?—susurró dando un suave apretón a su mano—Hay mucho pasando por tu cabeza y si retienes todo tu cuerpo termina enfermando. No quiero que te hagas daño, ¿Me entiendes?

—JaeWang vino anoche—aquello no le gustó—Me vio en el baño cuando estaba en el suelo, dijo que no estaba enferma y que sólo fingía—JungKook tensó su mandíbula—Le pedí que te llamara.

—YoungOk está ayudando al detective Kwon para tenderle una trampa a JaeWang—habló muy bajo—NamJoon y yo estamos esperando para intervenir—decidió contarle—¿Puedes contarme lo que tienes en mente sobre tu plan?

—Sólo quiero verlo sufrir.

—Todos lo queremos, pero no podemos ser impulsivos.

—Fuiste impulsivo en venir por mí—susurró.

—Eso es debido a que no soporto imaginar a este idiota cerca de ti, temo que vuelva a lastimarte—miró sus ojos ladeando su cabeza—Sé que me odias por lo ocurrido con tu madre, sé que odias a NamJoon...

—JungKook, no los odio—aclaró—Me odio a mí misma por haber dejado que esto pasara—el chico apartó una lágrima silenciosa—Siento que el trabajo de todo el año en mi salud mental se vino abajo, por eso me cuesta tanto no pensar.

—Escúchame, escúchame bien—depositó un beso en su mano—Te prometo que todo mejorará, JaeWang pagará por lo que hice y luego de esto no nos preocuparemos por nada más, nos iremos lejos de aquí o viviremos en el bosque si eso quieres—le sacó una débil sonrisa—¿Puedes resistir un poco más para verlo?

—Lo intentaré—asintió.

—Intenta descansar, yo estaré aquí.

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