Capítulo 25
Zona roja

NamJoon detuvo el auto al entrar por el portón de la casa de JaeWang. Tanto él como JungKook bajaron del auto, éste último sacó a YoungOk del vehículo tomándola del brazo, JaeWang miraba desde una de las ventanas. Miró al hombre que estaba en la puerta haciendo un leve gesto con la cabeza recordándole lo que debía hacer. Los chicos junto a YoungOk esperaron en la sala, tomó pocos minutos para que JaeWang apareciera fijándose en los golpes o rasguños que NamJoon y JungKook tenían en el rostro.

—¿Qué le diremos a JaeWang cuando lleguemos sin sus hombres?—NamJoon miró a YoonGi—Si envías a uno de tus hombres...

—No, eso sería muy estúpido—negó con la cabeza cruzado de brazos.

—¿Qué haremos entonces?—JungKook tampoco tenía una solución en mente.

Agust D miró a ambos chicos teniendo una idea en segundos. YoungOk también estaba en esa oficina.

—YoungOk, estás más cerca del escritorio, abre el primer cajón—ella obedeció encontrando varias cosas allí, nada importante a excepción de...—Toma la navaja.

—¿Por qué?

—Tómala—insistió—JungKook, levántate.

—¿Qué vas a hacer?—NamJoon los miró sin entender a donde llegarían.

YoonGi indicó a YoungOk que se acercara, se colocó detrás de ella observando el rostro del pelinegro.

—Haz un corte en el pómulo derecho.

—¿Qué?—los tres hablaron al mismo tiempo.

—Ustedes dos encontraron a YoungOk en su casa, JungKook quiso ir allí porque su intuición le decía que era el lugar indicado—explicó con seguridad—Tuvieron que enfrentar dos de mis hombres para poder sacarla de la casa, así que YoungOk, haz un corte en el pómulo derecho, un rasguño.

—No puedo, no puedo herirlo...

YoonGi rodó los ojos un poco harto.

—Una vez quisiste matarlo, no me vengas con esa mierda—su voz cambió a una más ronca—La única que lo ha protegido es HyeLin, sólo a ella no le pediría esto.

—¿Por qué no le pides a uno de tus hombres que lo haga?

—Porque el chico terminaría con un rostro desfigurado.

YoungOk miró la navaja en su mano en desacuerdo, pero si querían llevar a cabo el plan tendrían que hacerlo.

—Así que...mis hombres murieron en el ataque y ustedes lograron escapar con YoungOk—resumió JaeWang con sus manos en los bolsillos de su pantalón, los rostros de los chicos estaban golpeados, parecía que habían recibido una paliza en el forcejeo por traer a la mujer. NamJoon se sentía nervioso, aunque sabía disimularlo, dos grandulones acompañaban a Jae esperando órdenes de su jefe—¿Estabas en tu casa cuando sabes que sería el primer lugar que te buscarían?—cuestionó a YoungOk.

—No pensé que estaría allí—JungKook intervino—Fue intuición.

—Incluso le había dicho que era un plan estúpido—mintió NamJoon.

—¿Dónde está HyeLin?

JaeWang levantó su mano indicándole que se callara. Miró a uno de los grandulones antes de dar la orden.

—Vayan a casa de YoungOk, verifiquen que sea cierto lo que dicen.

—Iré a ver a Hye—avisó a Nam. Éste asintió sin soltar a YoungOk, JungKook pasó junto a JaeWang subiendo las escaleras. Fue directo a la habitación donde había dejado a la castaña, la cama estaba vacía, perfectamente arreglada. No había rastros de que alguien hubiera estado allí, abrió la puerta del baño como si fuera a encontrarla allí. No dudó en regresar a la sala sintiendo su miedo ir en aumento—¿Dónde está HyeLin?

—Llévenlos al sótano—ordenó a uno de sus hombres llamando a otros dos.

—JaeWang—JungKook intentó acercarse siendo detenido por uno de los tipos, sus brazos fueron colocados detrás de su espalda—No, espera, JaeWang, ¿Dónde está HyeLin?

—Estaba enferma, ¿No?, ¿Qué crees que pasa con la gente enferma?

—Me dijiste que no le harías nada.

—Nunca dije eso, te dije que ella debía quedarse—se encogió de hombros—Llévenselo.

JungKook iba a moverse tan fácil, con su cabeza en un movimiento hacia atrás golpeó al tipo que lo sujetaba, fue hacia JaeWang estampándolo contra la pared tomándolo de la chaqueta, dos tipos lo sujetaron ganándose un golpe en el abdomen que le quitó el aliento. JaeWang acomodó su camisa sacando el teléfono de su bolsillo, JungKook lo reconoció, era el teléfono de HyeLin.

—Creo que querrás escuchar esto—colocó la grabación.

—No quiero seguir viviendo así—esa era Hye. Su voz se escuchaba tan...triste, decaída y...se podía sentir el malestar que cargaba con sólo oírla—Estoy cansada de seguir viviendo así. Me siento perdida, siento que he perdido más de lo que he ganado—su voz flaqueó—Me odio tanto.

La grabación se pausó. JaeWang tomó la barbilla del chico obligándolo a verlo.

—HyeLin quería morirse, la ayudé a hacerlo, algo que no tuviste la valentía de hacer.

—Estás mintiendo.

—Está muerta, JungKook.

—¡Es mentira!—las manos en sus brazos lo detuvieron arrastrándolo hacia el sótano—¡JaeWang!

MinSoo detuvo el auto al final de aquel camino de tierra en el bosque, otro vehículo esperaba por él, una mujer mayor hizo una reverencia ante el detective. MinSoo la había visto trabajar en casa de JaeWang las ocasiones que fue allí.

—Detective Kwon.

—Gracias por haber hecho lo correcto.

—Si el señor Lee se entera que traje a la señorita aquí...

—No le hará nada, se lo prometo. Pronto terminará todo este desastre—miró su auto—¿Que órdenes le dio JaeWang?

—Le dijo a uno de sus hombres que la llevara a un psiquiátrico, que por nada del mundo debía salir de allí, así tendría el control total sobre ella—y añadió—Esa persona me dijo que viniera aquí...

—Hay un infiltrado entre los hombres de JaeWang, pertenece a otra banda—explicó—Luego de esto, no vuelva ahí, vaya a casa. ¿Entiende?

—¿Está seguro que JaeWang no lastimará a mi familia?

—Se lo prometo.

La mujer un poco nerviosa abrió la puerta de atrás de su auto, MinSoo se asomó identificando a HyeLin inconsciente en los asientos de atrás, respiraba despacio totalmente ajena de lo que ocurría.

Estos capítulos me están costando de escribir. Aunque en mi mente todo se ve perfecto, espero que se transmita a la hora de relatarlo.