『Quince』
Capítulo 15
Retrocediendo
El hombre era alto, fornido, de tez pálida y cabello oscuro además de muy corto. A Hye le parecía familiar, sólo no podía recordar de dónde, JungKook con semblante serio además de tenso mantuvo a la castaña de la muñeca manteniendo distancia de aquella persona.
—¿Eres policía?—HyeLin lo miró—¿De dónde me conoces?
—Soy detective de la policía. Debo llevarte a Seúl.
—Ella no irá a ningún lado—JungKook intervino—¿Cómo llegaste?, ¿Por qué...?
—¿Enserio harás esa pregunta estúpida?—Hye quien todavía seguía molesta lo interrumpió. Miró a MinSoo soltándose de su novio—¿JaeWang te envió?
—Sí.
—¿Fuiste tú quien envió ese vídeo?
—¿Qué vídeo?
—Alguien me envió un vídeo sobre...mi...mamá—la voz de la chica falló al final.
—¿Puedes enseñarme el número que te lo envió?
JungKook fue a la mesa recogiendo el teléfono de Hye, regresó a la sala entregándoselo. MinSoo tomó el suyo del bolsillo comparando los números.
—Es de JaeWang.
—¿Qué?
HyeLin tomó su teléfono presionando la opción de llamar. La contestadora era lo que respondía.
—¿Por qué no me responde?—la alteración de Hye amenazaba con surgir.
—No lo sé.
—Déjame entender algo—JungKook empujó su mejilla con su lengua dudando de todo eso—JaeWang te hizo venir, pudiste encontrarnos por tu trabajo de detective y ahora pretendes llevártela mientras aseguras no saber nada de esto.
—¿Crees que sabía que este tipo le hizo esto a su madre?
—Creo que estás mintiéndonos en realidad.
—Lo único que sé es que si no vienes conmigo, JaeWang acabará con mi familia, se enteró que fui a ver a NamJoon, supo que descubrí los nombres falsos de ambos y...sabía que no iba a ayudarlo sin investigar a fondo lo que ocurría—miró a Hye—Apenas escuché tu nombre recordé cuando trabajabas en el supermercado como cajera.
—Por eso tu rostro me parece familiar—ella lo reconoció—Eras ese chico que su novia dejó antes de la boda, recuerdo la discusión que tuvieron ese día.
A JungKook le dejó atónito que esos dos se conocieran.
—Quiero ayudarte. Quiero ayudarlos—su atención fue a JungKook—Sé que este imbécil los ha metido en todo esto y ahora con ese vídeo...—regresó la vista a Hye—Lamento mucho eso. No lo sabía. Mis superiores apoyan a JaeWang, avisar a la policía no servirá de nada cuando ellos ya lo saben.
—Dijiste que fuiste a ver a NamJoon—JungKook recalcó ese dato—Intentamos comunicarnos con él, pero no responde.
—Creemos que JaeWang lo tiene.
—No me sorprendería, de ese modo pudo haber encontrado tu número.
—¿Y cómo encontraste nuestra dirección?
MinSoo miró al chico sabiendo que sospechaba de él, lo entendía y comprendía.
—En cuanto supe el nombre falso con el que se habían registrado en el vuelo usé algunas ventajas al ser detective.
—Quiero volver a Seúl, necesito volver.
—No te irás.
—Debo ir con JaeWang—insistió a MinSoo—Llévame a él.
—¡Hye!
—JaeWang dice que le debes algo—explicó—NamJoon me contó lo que realmente "le debes", sí o sí debo volver contigo o mis padres morirán.
—Nadie volverá a Corea. HyeLin no saldrá de aquí.
—Si regreso sin ella...
—Si regresas con ella la perderé. JaeWang se habrá salido con la suya de nuevo.
—Es por eso que debemos armar un plan. Estamos solos en esto, la policía no intervendrá—repitió queriendo hacer énfasis en ello—Se supone que no debería decir esto, pero la solución es asesinar a este imbécil.
HanNa había regresado con los teléfonos viejos de la pareja, al ver a MinSoo allí, tanto JungKook como Hye le explicaron brevemente la situación. El teléfono con la pantalla llena de grietas encendió en las manos de la castaña, Hye tomó asiento en las escaleras abriendo la opción de mensajes, al estar fuera de Corea claramente no tendría señal con esa antigua línea telefónica, el nudo en su garganta se hizo más fuerte cuando vio el contacto de su madre entre los antiguos mensajes. Su nombre estaba agendado allí.
—Lamento que nuestra relación de madre e hija no haya sido la mejor—susurró la castaña—Lo siento mucho, mamá.
—Yo también lo siento—comentó—No debiste estar allí esa noche—esta vez fue ella quien la apretó entre sus brazos—Todo esto es mi culpa. Ahora que te irás haz lo que siempre quisiste hacer, comienza desde cero, ¿De acuerdo?
—Esto se siente como una despedida—el mal presentimiento sólo fue en aumento.
—Tranquila, estaré bien.
—Mamá—sus ojos no pudieron contener las lágrimas mucho tiempo. Llevó una de sus manos a sus ojos cubriéndolos con ella, sollozó sin poder contenerse entendiendo esos últimos momentos con su madre.
—Olvida todo lo que pasó aquí, Hye—ésta posó su atención en su madre—Bueno, sé que es...complicado, pero...
—Nunca vendrás, ¿Cierto?—la forma en que lo dijo le dolió—No hubo ningún error con tu pasaporte, ¿Cierto, mamá?
—Iré pronto. No te preocupes, lo principal es sacarlos a ambos—colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja—Eres muy fuerte, hija, no sé de quien sacaste esa fortaleza, sólo sé que es de admirar.
Alguien la abrazó sin previo aviso. HyeLin reconoció el perfume sollozando en su pecho aunque sin responder ese abrazo, estaba dolida, molesta, decepcionada, muchas cosas pasando por su cuerpo y su mente. Todo por ser la estúpida obsesión de un gánster, JungKook acarició su espalda sintiendo parte de la culpa incluso sin tenerla, todo se derrumbaba en un segundo.
—Lo siento—susurró para ella.
—Estoy tan cansada—y dolía escucharla repetirlo. Sintió sus manos aferrarse a su camisa con extrema fuerza—Lamento lo que te dije, pero estoy tan molesta...
—Lo sé—la apretó más—A primera hora de la mañana planearemos algo con HanNa y el detective, ¿Sí?
—Lo siento—volvió a decir entre sollozos—Lo siento mucho, JungKook.
Era irónico que el día iniciara con un excelente clima considerando la terrible situación que estaban pasando. JungKook despertó por un rayo de sol en su ojo que comenzaba a molestarlo, al girar en la cama la encontró vacía, miró alrededor incorporándose, restregó sus ojos con un bostezo pasando sus manos por su cabello. La puerta del baño estaba abierta, había mucho silencio en la habitación.
—¿HyeLin?—notó una hoja en la mesa de noche. Extendió su brazo alcanzándola, algo cayó al suelo al mover la hoja. Su corazón se aceleró cuando distinguió el anillo que le había dado a Hye en su cumpleaños.
La nota decía lo siguiente:
Lo siento, no puedo seguir esperando. No puedo quedarme.
Lamento tener que romper nuestra promesa.
Te amo.
Vamos en picada.
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