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『Once』

Canción del capítulo: Ariana Grande - Everyday.

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Capítulo 11
Tiempo para nosotros

Las manos de HyeLin se aferraban a las sábanas con fuerza, JungKook depositaba besos en su espalda y su hombro embistiéndola sin rudeza. Era la segunda ronda de la noche, las manos fuertes del pelinegro sostenían su cintura apretándola con cada movimiento. Hye gimió apoyando su mano derecha de la cabecera de la cama acostada de lado, las sábanas cubría a ambos de la cintura hacia abajo, sintió la mano del chico sobre la suya apretándola. El calor con el placer los dominaba en ese momento haciéndoles querer llegar al final, la respiración caliente de JungKook hacía cosquillas en su hombro y escuchar sus gemidos acariciando su oreja era excitante. El mejor sonido de todos.

—HyeLin—lo escuchó jadeando acelerando las embestidas presionando su cuerpo contra el de ella. La castaña le dejó besar su cuello, morderlo un poco e incluso dejar algunos chupones en él.

—JungKook—gimió su nombre del mismo modo que él.

—Te amo—susuró en su oreja mordiéndola. Hye sonrió encantada de escucharlo teniendo sus ojos cerrados perdida en las sensaciones placenteras del momento, tener sexo con él estaba siendo más que eso, era hacer el amor como dijo, disfrutar del otro por unas horas sin necesidad de tener prisa o hacerlo rudo. Tomarse su tiempo era más excitante al menos para ella.

El clímax llegó a su punto dejándolos exhaustos, JungKook apoyó su barbilla en el hombro de ella acariciando su mano con delicadeza. HyeLin respiraba igual que él.

—¿Estás bien?—susurró con voz profunda.

—Sí—respondió. El chico salió de ella y ambos se acomodaron en la cama quedando acostados frente al otro, HyeLin jugó con su cabello brindándole suaves caricias sintiéndose muy cansada—Extrañaba esto. Disfrutar esto contigo—JungKook abrazó su cintura besando su frente—Se siente más íntimo ahora.

—Se siente perfecto porque es contigo—susurró.

—Es el mejor cumpleaños que he tenido.

—Me alegra escuchar eso.

—¿Puedo pedir una última cosa?—suspiró con las caricias de él en su espalda baja—Repite la palabra con T. Me gusta como se escucha de ti.

—Te amo, Shin HyeLin—besó su mejilla—Feliz cumpleaños—y finalizó con un beso a sus labios. Juntaron sus frentes cerrando sus ojos en medio de aquella paz, el mar se escuchaba a lo lejos, ambos se quedaron dormidos de esa manera tan tierna.

—Estoy bien. Fue un lindo cumpleaños—HyeLin caminó por la sala que seguía decorada. Hace unos minutos que se había levantado, tenía la camisa amarilla de JungKook que le quedaba holgada, su cabello caía suelto con cierto toque despeinado. Jugó con algunas serpentinas que colgaban del techo—JungKook se esforzó mucho.

—Prometo darte tu regalo cuando nos veamos en el grupo de apoyo. Tengo que contarte algo.

—¿Está todo bien?

—No es nada negativo, no te preocupes. Te veo entonces.

—Gracias por llamar, unnie.

La llamada finalizó al colgar, tomó asiento en el mueble mirando el anillo en su dedo con una pequeña sonrisa en los labios. Su mente repitió el momento de la cena junto a las palabras dichas:

—Yo, Jeon JungKook, prometo que desde ahora jamás volverás a estar sola porque yo estaré contigo en todo momento—colocó el anillo en su dedo—Mientras usemos estos anillos la promesa estará vigente.

—¿Así que esta es la nueva manera de proponer matrimonio?—bromeó.

—Creo que sí, es una forma moderna.

Ambos rieron juntos ante las palabras del otro. Hye tomó el anillo que correspondía a JungKook colocándoselo.

—Yo, Shin HyeLin, prometo que desde ahora seré todo lo que necesites, una compañía, un hombro donde llorar, una amiga, una novia...—recalcó—Y mientras usemos estos anillos tampoco volverás a sentirte solo.

Esa mañana había despertado de buen humor, había tenido un sueño muy bonito que alimentaba esa energía positiva en ella. En su teléfono revisó entre los contactos consiguiendo el número de HanNa, lo presionó acercando el aparato a su oreja. Al segundo repique respondieron:

—¿Hola?—su voz se escuchaba somnolienta.

—Lo siento, pensé que ya estabas despierta.

—¿HyeLin?, espera, apenas puedo ver bien la pantalla—escuchó un bostezo de su parte—¿Disfrutaste tu cumpleaños?

—Estuvo hermoso todo, gracias.

—Me alegra que te haya gustado, Hye.

—También estuvo muy bonito el vestido. Tienes buen gusto.

—Me gustó ese color para ti. Sé lo mucho que te gusta caminar por la playa, te imaginé usándolo para ello, aunque también quería que lo usaras en la cena.

—Te enviaré una foto para que veas como quedó.

—Está bien. ¿Y JungKook?

—Está en la cocina, acabamos de despertarnos.

—¿Hay planes para hoy?

—Tal vez veamos alguna película, comamos cualquier cosa y estemos en casa. No quiero salir hoy.

—En ese caso, los dejaré para que sigan disfrutando su momento—Hye sonrió avergonzada—Hablamos luego.

—Está bien—volvió a colgar.

—¿Crees que si le escribo a NamJoon me responda?—Hye tenía sus mejillas llenas mientras masticaba.

—Siempre responde.

—Tuve un...sueño muy bonito anoche—decidió contarle—Estaban las personas que conocemos, NamJoon, HanNa, YouJin, mi madre...—hizo una pausa con aire distraído haciendo memoria—Era nuestra boda.

—¿Nuestra boda?—JungKook se mostró sorprendido. Se sirvió un poco más de jugo bebiendo del vaso—¿Estabas usando un vestido blanco?

—Sí. Me sentía feliz y entusiasmada de tener a las personas que nos han ayudado allí en ese día—sonrió un poco—Vestías con un traje que no tenía corbata, te veías feliz también, no había nada malo perturbándonos, era agradable esa sensación.

JungKook la miró con atención.

—Estaremos así en el futuro, Hye, te lo prometo.

—No lo prometas. Es un futuro muy perfecto.

—Pues lo haría si no tuviéramos todos estos problemas.

—No digas tonterías.

—No lo hago—ambos se miraron fijamente. HyeLin parecía tener temor de permitirse ser feliz, como si tuviera miedo de la felicidad, JungKook no parecía tener dudas del futuro que quería al lado de esa castaña que usaba su camisa, éste tenía una camiseta que dejaba a la vista sus brazos fuertes en compañía de sus tatuajes.

—Dijiste que estos anillos eran de promesa...

—Por ahora—afirmó.

—¡Ya!

—¿Tiene algo de malo que considere la opción de casarme contigo a futuro?

—No quieres casarte conmigo.

—Hye, no hay nada de ti que no conozca—indicó dando otro trago a su vaso—Sé lo mucho que te gustan los pastelillos cremosos, sé lo mucho que te esfuerzas cada día para no dejarte caer por esas emociones o pensamientos destructivos, sé que te repites constantemente que no es tu culpa, sé que lloras en ocasiones cuando no estoy viendo o no estoy aquí—habló manteniendo el contacto visual. Hye fue dejando de masticar tragando con dificultad—Sé que quieres tranquilidad, pero temes ser feliz. Todos merecemos ser felices en algún momento, tú mejor que nadie lo merece.

—En ese caso tú también, perdiste tu vida en un parpadeo, perdiste tu negocio por el cual te esforzaste mucho...

—Y quiero mi felicidad de regreso. La quiero contigo.

—¿Eres mi psicólogo?—intentó bromear.

—Soy el chico que está loco por ti, es más que una profesión—eso le sacó una sonrisita. HyeLin negó con la cabeza intentando volver a su desayuno, JungKook se levantó de su silla acercándose a ella, se colocó detrás besando su cabeza abrazándola con fuerza—Prometí que no estarías sola, ¿Recuerdas?

—Yo, Jeon JungKook, prometo que desde ahora jamás volverás a estar sola porque yo estaré contigo en todo momento—colocó el anillo en su dedo—Mientras usemos estos anillos la promesa estará vigente.

Depositó un beso en su mejilla. HyeLin volteó su rostro en ese momento alcanzando sus labios, el beso cargado de amor duró unos minutos antes de continuar con el desayuno. HyeLin no sabía bien que pensar de eso, ella ni siquiera sabía dónde verse en el futuro, imaginar cosas buenas para ella era difícil cuando por tanto tiempo todo estuvo mal, haber visto a su madre en el sueño le dejó un mal presentimiento, en el sueño recordaba haberla abrazado diciéndole que estaba feliz de tenerla allí y ésta respondía que había hecho su mejor esfuerzo en estar presente.

Luego del desayuno no dudó en dejar un mensaje a NamJoon queriendo saber sobre DaRin, esa necesidad de ir a Corea aparecía por instantes, JungKook parecía darse cuenta ya que no dudaba en distraerla con alguna cosa, la sala tenía una mesa de billar que nunca había sido usada por los dos, HyeLin miraba aquella vara en sus manos sin entender lo que debía hacer, las instrucciones de JungKook eran claras, pero lo hacía ver tan sencillo que le molestaba un poco. Su atención fue desviada a la manera en que sus brazos se tensaban cuando golpeaba las bolas con aquella vara, el chico tenía sus ojos fijos en dichas bolas volviéndose más atractivo. Los mechones de su cabello cayendo en su frente, esa mordida suave en su labio inferior jugando con su piercing a la vez le hicieron morder inconscientemente su labio inferior.

—Y eso harás—finalizó mirándola—¿Por qué me ves como si fuera un pastelillo?

—¿Qué?, no, claro que no—JungKook levantó una de sus cejas sin creerle—Es mi turno, ¿No?

—¿Escuchaste lo que debías hacer?

—Por supuesto.

—Oh, entonces no necesitas escucharlo de nuevo—le indicó que se acercara a la mesa. HyeLin no había escuchado nada de lo que le dijo por andar distraída en su belleza, no era su culpa que ese hombre fuera tan atractivo con cualquier gesto—Adelante.

La castaña miró la mesa con las bolas esparcidas por la mesa, se supone que debís golpearlas, ¿No?, ¿Debía golpear cualquiera?

—¿Debo escoger...?—cuando iba a preguntar se calló. JungKook tenía una estúpida sonrisita en los labios sabiendo que no había puesto atención—Nada, olvídalo.

El chico apoyó sus manos en el palo de madera que sostenía observando aquella escena. HyeLin se inclinó hacia adelante intentando repetir lo que había visto, verla allí con su camisa puesta a medio abrochar hizo que su mente imaginara escenas no muy sanas, las piernas desnudas de la castaña se veían tentadoras, en su mente repasó las veces que apretaba sus muslos o los acariciaba mientras la embestía una y otra vez, recordó los gemidos de anoche tragando con dificultad. Aclaró su garganta, regresó a la realidad cuando Hye había golpeado una de las bolas sin tener éxito.

—Estúpida bola.

—La bola no tiene la culpa—se acercó dejando el palo que sostenía a un lado—Para empezar estás haciéndolo mal.

—¿Y tú eres experto en el billar?

—Jugué un par de veces en algunos bares—se colocó detrás de ella mostrándole como sostenerlo—Para empezar debes tomarlo de esta manera—corrigió la postura de sus manos—No estés tan rígida—apretó sus brazos. Hye sentía su aliento haciéndole cosquillas en su cuello, justo como anoche—Te inclinarás sólo un poco sobre la mesa.

—Y golpeo la bola.

—Todavía no—tensó sus manos sobre las de ella evitando que fuera a darle a la bola. Hye sonrió ladinamente al sentir algo rozar su trasero, miró al chico con cierto aire divertido y pícaro—¿Qué?

—Tu amigo se emociona mucho cuando estoy cerca, ¿No?—insinuó.

—Lo siento.

—¿Enserio?—se echó a reír—¿Jeon JungKook se disculpa por excitarse conmigo?

—Tienes razón, no lo siento.

Hye dejó el palo sobre la mesa de billar decidiendo lanzarse a los brazos de su chico. JungKook ni tuvo tiempo de reaccionar, la castaña abrazó su cuello, se colocó de puntitas y besó sus labios. Había un juego más interesante además de placentero para ambos.


Como que hace un poquito de calor, ¿No?

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