『Extra』 『5』
Extra 5
Esta vez es para siempre
NamJoon y HanNa se irían juntos en el auto de éste. JungKook y HyeLin por su lado tenían otros planes, fue idea de Hye principalmente invitarlo a su departamento, pasarían a comprar algunos ingredientes al supermercado con la idea de cocinar juntos la cena. Hye abrió la puerta entrando primero, ambos se deshicieron de los zapatos, las luces se encendieron y JungKook pudo ver el pequeño espacio donde la castaña vivía. El estilo minimalista encajaba mucho con la nueva HyeLin.
—Puedes dejar las bolsas aquí—indicó la encimera. JungKook obedeció echando un vistazo a la cocina pequeña—Bienvenido a mi hogar, no es la gran cosa, pero para mí es cómodo.
—Creo que te queda perfecto—opinó—Va con la nueva tú.
Hye sonrió de lado sintiendo el calor en sus mejillas.
—¿Listo para cocinar?
—Manos a la obra.
El japchae había sido preparado entre ambos, mientras JungKook picaba las verduras junto a la carne, HyeLin se encargaba de condimentar con salsa de soja, sésamo y un toque de azúcar para endulzarlo. Trabajar en pareja con él trajo algunos recuerdos a su mente, recuerdos agradables a su lado, cuando los platos en la mesa estuvieron vacíos y la conversación trivial fue disminuyendo, JungKook aprovechó de preguntarle sobre cierta persona:
—¿Sabes algo sobre Agust D?
Hye no esperaba esa pregunta.
—No.
—¿No volviste a saber de él luego de todo?
—Recibí su visita en varias oportunidades cuando estuve internada, fue una agradable compañía a decir verdad—recogió los platos colocándolos uno sobre el otro. JungKook la siguió al fregadero ayudándola.
—¿Fue a visitarte?
—Sí.
—¿Y qué te dijo?—se colocó a su lado viéndola abrir el grifo. Hye comenzó a lavar los platos, cubiertos y otros utensilios usados en la preparación—Nunca vino a verme.
—¿Querías que Min YoonGi fuera a verte?
—No. Pero ahora me hace preguntarme porque no lo hizo—tomó un pañuelo secando lo que ella limpiaba.
—YoonGi dijo que sabía cuanto querías evitar el contacto con él—su respuesta trajo silencio—Dijo que en ese entonces estabas por abrir tu negocio nuevo y no quería distraerte. Además, le dije que hizo lo correcto.
—¿Qué?
Hye lo miró.
—Si YoonGi iba a verte sabía que le preguntarías por mí, no quería que supieras lo destrozada que estaba en ese momento. Era mejor esperar a que estuviera mejor, así vendría por mi cuenta—regresó a lo que hacía—Y eso hice—por su expresión supo que estaba sorprendido—¿Qué?, ¿Por qué me ves así?
—¿No sentiste miedo?
—¿De YoonGi?
—Es igual de peligroso que JaeWang.
—Cierto, pero él nos ayudó, eso lo tengo en cuenta.
—HanNa vio en las noticias que están acusándolo de haberlo asesinado—decidió contarle—Parece que lo están buscando.
—Pues espero que no lo encuentren—se encogió de hombros regalándole una linda sonrisa. JungKook guardó silencio unos minutos asintiendo ante eso.
—Estoy de acuerdo.
—Me gusta—HyeLin sonrió observando la foto en el teléfono del chico, no, de su novio. JungKook le mostraba el boceto que hizo de su tatuaje, los dos se encontraban tumbados en la cama disfrutando sencillamente estar cerca del otro de nuevo.
—¿Enserio?, si quieres puedo hacer otra cosa, sólo pensé que las flores de cerezo encajaban contigo por su significado—indicó un tanto nervioso. Hye lo miró con una pequeña sonrisa en los labios—Puedo...hacer...¿Unas estrellas?
—¿Por qué?
—Porque...¿Brillas como una?
—Que romántico, señor Jeon—bromeó.
—Yo creo que siempre brillas.
—Claro que no. En ese caso el que brilla eres tú.
JungKook bufó casi mofándose de aquello.
—Mi brillo es normal, el tuyo es más intenso.
—Yo creo que mi esposo falso brilla siempre.
—¿Recuerdas eso?, nuestro tiempo de casados fue...una montaña rusa.
HyeLin le devolvió su teléfono. Éste en su lugar entró a la opción de la cámara y los apuntó a ambos, Hye sonrió a la vez que él lo hacía, JungKook la miró de reojo y de esa manera quedó capturada la foto.
—Creo que deberíamos tomar otra foto—Hye se encontró con sus ojos puestos en ella. La estaba mirando tal y como hace cinco años, tragó con dificultad al tener algunos recuerdos. Recuerdos entre ambos que les hicieron desear lo mismo.
—HyeLin...
—¿Quieres quedarte esta noche?—preguntó rápidamente. No sabía lo que él diría, por lo cual prefirió adelantarse—Si no puedes o no quieres...—se interrumpió así misma cuando JungKook tomó su barbilla.
—¿Enserio esperas que diga que no?—susurró con una voz que causó cosquillas en el estómago de la castaña. HyeLin tomó la iniciativa de besarlo y él de seguirla, mientras ella subía su mano por su hombro hasta llegar a su nuca, JungKook rodeó su cintura con su brazo acercándola mucho más a su cuerpo. Sentir el calor del otro trajo sensaciones familiares para ambos.
El beso subió de nivel en cuestión de segundos a uno donde la ansiedad y la pasión estaban presentes. Las respiraciones se agitaron con caricias suaves, Hye tuvo que detener el beso para conseguir aire, sólo JungKook era capaz de colocarla así. Incluso después de cinco años seguía teniendo efecto en ella, el pelinegro notó el color rojo en sus mejillas disfrutando de la imagen, depósito un beso en ambas deslizándose luego a su cuello donde su boca comenzó a repartir pequeños besos.
Una de las manos de Hye jaló suavemente de su camisa hacia arriba, JungKook entendió el mensaje encargándose él mismo de quitársela. La castaña acarició los tatuajes de su novio con cierta adoración, el cuerpo masculino quedó sobre ella, las manos del pelinegro levantaron su blusa y ella repitió lo mismo al sacarla por su cabeza. Aquella cicatriz en su abdomen plano seguía en el mismo lugar de siempre, JungKook atrapó sus labios de nuevo al estampar los suyos con los de ella, Hye inició un viaje con sus manos por la espalda ancha de su novio sintiendo cada músculo.
Una vez más las respiración agitadas se escuchaban chocando entre sí acompañadas del sonido de sus bocas juntas.
HyeLin abrió un poco más sus piernas permitiendo a su novio acomodarse entre ellas apoyando parte de su peso sobre su cuerpo. Sus manos viajaron a los hombros de él, luego a su pecho pasando a su abdomen hasta llegar a su cinturón. Entre algunos jadeos por la falta de aire logró quitárselo alcanzando a desabrochar su pantalón, JungKook por supuesto se encargó del de ella.
Las prendas fueron cayendo al suelo junto a la cama, los roces de piel con piel fueron más sencillos de sentir para ambos alimentando las ganas de continuar hasta el final. Los gemidos en la habitación comenzaron a escucharse, las embestidas lentas y suaves al principio permitieron a ambos cuerpos adaptarse al placer provocado, incluso después de cinco años el sexo seguía siendo perfecto. Frente con frente las miradas se encontraron diciendo más de lo que las palabras podían decir.
HyeLin acarició sus mejillas unos segundos, con su pulgar acarició el piercing en su labio inferior antes de besarlo una vez más. Había olvidado lo adictivo que era besar a JungKook, los movimientos fueron siendo constantes nublando los pensamientos de la pareja, en la soledad de aquel departamento nadie iba a interrumpirlos.
Podían disfrutar de la intimidad tanto como quisieran.
Entre besos, caricias, algunas mordidas juguetonas, chupetones y risitas cómplices se entregaron como antes, quizás mucho más. Las sábanas cayeron a la cintura de Hye cuando estuvo sobre su novio moviendo sus caderas sin detenerse, lo mejor que sus oídos pudieron escuchar fue cuando él con voz ronca susurró entre sus labios:
—Te amo—HyeLin se paralizó por unos breves segundos. JungKook respiraba tan agitado como ella, sus brazos fuertes se mantenían alrededor de su cintura, sonrió un poco avergonzado, pero se atrevió a repetirlo—Te amo, HyeLin.
La castaña sonrió casi al instante, depositó un corto beso a sus labios respondiendo:
—Te amo, JungKook.
Despertó encontrándose sola en su cama, las sábanas cubrían su cuerpo desnudo. HyeLin restregó sus ojos estirándose al mismo tiempo, al quedar sentada en la cama sosteniendo las sábanas en sus pechos miró alrededor recordando por unos minutos lo ocurrido. Inhaló profundo estirando sus brazos hacia arriba con una tonta sonrisa en los labios, escuchó unos pasos ir en dirección a la habitación, la puerta entreabierta se abrió más cuando JungKook apareció sosteniendo una pequeña bandeja con el desayuno. Se veía exquisito.
Tanto la comida como la persona que lo traía.
—Se supone que iba a despertarte—colocó la bandeja sobre sus piernas. La imagen de Hye recién levantada con su cabello despeinado cayendo por su espalda desnuda era sencillamente perfecta para él—Buenos días.
—Buenos días—sonrió—¿Sabes cuándo fue la última vez que alguien me llevó el desayuno a la cama?
—¿Cuándo?—JungKook acercó una de las tostadas con mermelada a su boca. Hye dio un mordisco invitándole a hacer lo mismo, él también lucía hermoso con su cabello despeinado y sin su camisa.
—Creo que sólo tú lo has hecho.
—Soy único, lo sé.
Ambos rieron ante el comentario. Comenzaron a comer juntos manteniendo el silencio unos minutos, JungKook apartó el cabello del lado derecho de su cuello, el pelinegro notó cierta marca en su piel sabiendo que había sido él quien causó aquello.
—Creo que será mejor que lo cubras unos días.
—¿Mmm?, ¿Qué cosa?—llevó su mano allí sin sentir nada—¿Tengo algo?
—Lo siento, creo que me pasé un poco...
—No fuiste el único—Hye señaló su espalda—Vi que tienes...algunos rasguños, lo siento.
—Bueno, es el sello de mi falsa esposa.
Hye se echó a reír.
—Digo lo mismo—su sonrisa disminuyó un poco—¿Esta vez las cosas serán cada vez mejor?
Asintió.
—Lo será, te lo prometo y esta vez estaré a tu lado—depositó un corto beso a sus labios.
Con esto culmina los 5 extras. No tenía en mente escribirlos al principio, pero al releer las dos temporadas me convencí de que debía hacerlo.
Me parece un buen cierre para esta pareja.
PD. Este es el tatuaje que JungKook diseñó para Hye.
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