Extra 3
Algunas cosas siguen doliendo

HyeLin recogió su cabello en un moño alto encontrándose en los vestidores, los niños de su clase llegarían en unos minutos, debía estar lista para recibirlos. Tenía puesto su traje de baño de una pieza con unos shorts blancos, su teléfono vibró en el casillero llamando su atención, JungKook le había dejado un mensaje diciendo que estaba algo complicado con los clientes por lo cual no podrían verse ese día, en su lugar, la cita terminó cambiando a una para el fin de semana donde NamJoon y HanNa formarían parte.

—¿Profesora Shin?—escuchó la voz de Jimin. Hye guardó sus cosas en el casillero saliendo de los vestidores, el profesor Park se enderezó al verla—¿Está todo bien?

—¿Bien de qué?

—Bueno...ayer con ese chico...

—Ah—sonrió un poco—¿Quiere comprobar que no era mentira?, estoy bien, profesor Park.

Más bien quería asegurarse de que Hye no hubiera sido amenazada o algo por el estilo.

—Admito que fue un poco...inesperado. No pensé que tuviera novio...

—Puedo ser reservada en ese aspecto—se excusó—JungKook y yo estuvimos separados un tiempo—no iba a darle detalles a profundidad—Lamento haberlo rechazado ayer, ya tenía mi agenda ocupada.

—No, no, tranquila, no pasa nada—sonrió restándole importancia.

La mañana y parte de la tarde había sido un tanto sofocante para JungKook. Habían días donde apenas podía respirar en el trabajo y otros días era más suave, por suerte ya no tenía clientes en espera al menos por lo que quedaba de día, su libreta de borradores para tatuajes estaba abierta de par en par mientras en su mano el lápiz hacía de las suyas, quería diseñar algo para HyeLin, había pensado en muchas cosas acabando por decidirse en una que se pareciera más a ella junto a lo que había pasado.

El boceto estaba quedando sencillo, bonito y natural. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios pensando en ella.

—¿Es para Hye?—el susto que le dio al chico le causó gracia—Lo siento, no quería asustarte.

—Sí, es para ella—le mostró. HanNa admiró el dibujo unos minutos—Es la flor de cerezo.

—¿Por qué te decidiste por una flor?

—La flor de cerezo significa el inicio de un nuevo ciclo, siempre aparece en primavera, es un tiempo para comenzar de nuevo y olvidar el pasado—se inclinó hacia atrás en la silla—Siento que encaja perfectamente con Hye.

HanNa no podía estar más de acuerdo.

—Hiciste una buena elección entonces—le devolvió el dibujo—¿Sabes de qué hablaron esta tarde en las noticias?

—No. Apenas pude moverme hoy, ni siquiera tuve tiempo de almorzar—cerró su libreta volteando a verla—¿Qué ocurrió?

—Mencionaron a JaeWang...—su buen humor desapareció—Y Agust D.

—¿Qué?—no había escuchado sobre este último desde que JaeWang fue un problema menos en la vida de todos.

—No sé cómo, pero uno de los reporteros mencionó que existe la posibilidad de que Agust D haya asesinado a JaeWang, algunos los compararon entre sí. El punto es que parece que están buscándolo.

—¿Así que siguen alabando a JaeWang?

—Sabes hasta donde llega el descaro de algunos—se apoyó de la mesa cruzando sus brazos—Honestamente, espero que no lo atrapen.

—Yo tampoco.

Por unos minutos guardaron silencio, HanNa cambió el tema a uno más alegre.

—Estaba pensando, ¿Qué te parece si vamos al nuevo bar que abrieron cerca del gimnasio de NamJoon?, es pequeño, cómodo y tiene buenas reseñas.

—No lo sé, Hye no puede ingerir alcohol por las medicinas que toma.

—Pediremos bebidas sin licor. Hay buena música también, eso dicen.

—Está bien. Le comentaré.

—Cerraré la tienda. Estoy tan agotada como tú.

JungKook la observó alejarse pensando unos segundos en Agust D, después de encargarse de JaeWang el contacto se perdió por completo, JungKook tampoco hizo intentos de retomarlo, sabía que Min YoonGi no era la mejor opción para tener de amigo, además quería dejar de estar involucrado por esa clase de persona. En el interior opinaba igual que HanNa.

Esperaba que no lo atraparan.

—Acabo de llegar a casa—en la pantalla de su teléfono se veía al pelinegro. Habían hecho una videollamada donde Hye le mostraba su pequeño apartamento, tenía lo justo para ella—Estoy algo cansada—se dejó caer en su cama.

JungKook descansaba en la suya admirando a la castaña por el móvil.

—¿Los niños estuvieron traviesos hoy?

—Siempre son traviesos, controlarlos es lo que agota, cada día me covenzo de no tener hijos—restregó sus ojos—Son lindos, pero no—escuchó la risita de JungKook—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Cómo están tus padres?, ¿Los viste luego de lo que pasó?—ante su expresión supo la respuesta—Eso es un no.

—No es eso—para JungKook siempre era decepcionante el tema—Intenté...retomar el contacto con ellos, intenté reunirme con ellos...

—¿Pero...?

—Mi cabeza no dejaba de recordarme lo que hicieron por dinero—respondió. JungKook giró en la cama con su teléfono apuntándolo—Me sentí incómodo, me cuesta confiar en ellos después de todo, así que decidí alejarme por completo, por mi salud mental y mi salud en general.

—¿Ellos están arrepentidos?

—Sí. Eso me parece al menos—fue su turno de preguntar—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Has visitado a tu madre al santuario?

—Luego del centro de rehabilitación fui unas tres veces más para rezarle—indicó con un bostezo.

—¿Es menos difícil para ti?

—No, sigue doliendo su muerte—JungKook notó que sus párpados se cerraban. Sonrió de lado guardando silencio, la miró unos minutos siendo testigo de cómo la chica se quedaba dormida en videollamada.

—¿HyeLin?—no tuvo respuesta—¿Hye?

—Ujum—alcanzó a escuchar.

—Descansa esta noche, ¿Sí?, tenemos tiempo para seguir hablando—susurró. Colgó la llamada añadiendo un...—Te amo.

Palabras que ella no escuchó.

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