『Cinco』
Capítulo 5
Una historia familiar
—¿Hye?—HanNa llamó su atención y ésta parpadeó varias veces regresando a la realidad. El tazón de sus cereales apenas había sido tocado, no tenía mucho apetito esa mañana—¿Estás pensativa de nuevo?
—Un poco.
No había pasado nada entre JungKook y ella porque acabó deteniéndolo como siempre. Parte de su inseguridad le estaba haciendo creer que el chico podría dejarla en cualquier momento. Algo absurdo, pues a ese punto estaba claro que ambos estaban juntos más allá del sexo o la intimidad. HanNa solía hacerle compañía tanto a ella como a JungKook, esa mañana el chico había ido a sus clases de boxeo, no sólo ella estaba pensativa, JungKook también había amanecido un poco serio.
—¿Qué pasó con la salida de tu amiga?, ¿No van a verse?
—Su hermano me escribió. Parece que YouJin tuvo un pequeño ataque de ansiedad.
—¿Estará bien?
—Sí.
—¿Te parece si salimos nosotras?—Hye la miró llevando una cucharada a su boca—Podemos ir al puerto, siempre dijiste lo mucho que te gustó.
—Me parece buena idea.
Era mejor que quedarse en casa.
El puerto siempre estaba lleno de personas, específicamente de turistas por las tiendas de recuerdos que había a donde se mirara. HyeLin dio un sorbo a la pajilla de su té frío que había pedido HanNa, ambas chicas se habían sentado en un banco mirando el mar extenso, algunos botes o barcos esperaban por los turistas que querían un viaje por unos minutos.
—¿Tienes pareja, HanNa?—la miró. Ésta no era de hablar mucho de su vida privada.
—En estos momentos no—dio un sorbo a su té—Ha pasado mucho desde la última vez que estuve en una relación—miró al cielo con sus gafas para el sol.
—¿Y tu familia?
—Mis padres están en Corea. En ocasiones suelo visitarlos, cuando me vine a Los Ángeles fue un poco duro para ellos—sonrió un poco recordándolo—Quería dedicarme al tema de bienes raíces, salir de mi zona de confort.
—¿Cómo conociste a NamJoon?
—Él quería comprar algo aquí, alguien le sugirió contactarme para ayudarlo y así lo conocí—HyeLin jugó con el vaso entre sus manos—Desde entonces nos conocemos.
—Confías mucho en él para ser sólo eso.
Esa sonrisita en HanNa le hizo saber que así era.
—NamJoon y yo tuvimos una...extraña relación de beneficios por unos meses—decirlo en voz alta le pareció un poco vergonzoso—Decidimos detener esa relación cuando dejó de ser diversión y tuvo más sentimiento. ¿Entiendes?
—¿Me creerías si te digo que estuve en esa situación?—ahora la avergonzada era ella—JungKook y yo nos conocemos desde la secundaria, fuimos amigos con derechos, experimentamos de todas las maneras posibles, descubrí lo que me gustaba en un hombre durante la intimidad—dio un sorbo a la pajilla viendo algunos turistas subir a un bote—Nos separamos ocho años y nos reencontramos en una mala situación.
—Tiene un poco de sentido.
—¿A qué te refieres?
—JungKook te protege mucho, te cuida en todo momento, cuando me he quedado para comer siempre te coloca un poco más en tu plato y se asegura de que estés cómoda—comentó—Es lindo verlo, pocos hombres hacen ese tipo de cosas. ¿No fue aterrador cuando los sentimientos aparecieron?
HyeLin hizo una mueca.
—Fue totalmente aterrador—ambas rieron ante esas palabras—A este punto, me agrada sentir algo por él—HanNa disfrutó ver esa sonrisa inocente en la castaña. Era primera vez que ambas contaban un poco de sí—Al mismo tiempo, me da miedo alejarlo.
—¿Sabes que me dijo cuando me contó sobre tu cumpleaños?—decidió contarle—Quiero que HyeLin tenga un día excepcional, que no tenga tiempo de preocuparse por los problemas, quiero que sea un día perfecto para ella.
—Ese tonto—negó con la cabeza—Dijo que lo ayudarías.
—Sólo en algunos detalles, tiene un día ocupado para ti.
—Es este fin de semana, de hecho.
—Créeme, hombres así son muy escasos.
—Sé que él también está perdiendo la cabeza por todo esto que viene pasando—inhaló profundo—Desearía poder sacarlo de esto.
—No creo que lo hiciera si pudiera. ¿Dejarte sola en tantos problemas?, primero muerto, antes que eso.
HyeLin supo que era cierto. JungKook era capaz de cualquier cosa, cuando se perdía viendo sus gestos o lo miraba en cualquier situación agradecía tenerlo con ella, esa soledad la hubiera consumido junto a la desesperación. El chico se había vuelto la voz de su consciencia, era afortunada.
JungKook cerró la puerta detrás de él sintiéndose cansado en todos los aspectos. Había tenido un mal día en la clase de boxeo, su profesor tuvo que incluso detener la clase cuando el chico se lastimó la mano al dar un golpe de manera incorrecta por estar distraído. Bueno, no tanto, comenzó a golpear tan fuerte el saco de boxeo que en una de esas oportunidades un fuerte dolor llegó a sus nudillos adormeciendo su mano derecha. En el hospital dijeron que tenía uno de sus tendones inflamado, el chico estaría de reposo o permiso por una semana al menos, por eso había llegado tarde a casa siendo casi las siete de la noche.
Dejó su bolso con la ropa que había usado en clase sobre el sofá, su teléfono vibró con un mensaje. Hizo una mueca de dolor cuando sin querer movió su mano herida, una venda cubría parte de sus nudillos y su muñeca. Sabía que Hye se preocuparía al verlo.
HyeLin:
Estoy en la playa. ¿Está todo bien?, intenté llamarte pero no respondías. ¿Te llegaron mis mensajes?
JungKook:
Sí, los vi. Lamento no haberte respondido, acabo de llegar a la casa.
Sin ese mensaje no se hubiera enterado, las luces de la planta baja estaban encendidas.
HyeLin:
Creo que debemos hablar.
Eso no podía ser bueno.
JungKook:
¿Está todo bien?
Con un suspiro agotado caminó a la puerta saliendo de la casa. Se aseguró de cerrar caminando hacia el sendero colina abajo para llegar a la playa, debía mirar bien por donde pisaba ya que algunas escaleras de tierra eran resbalosas. Su teléfono vibró en su mano buena, miró el mensaje al desbloquear la pantalla.
HyeLin:
Te espero aquí.
¿Les está gustando?
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