Me escondí en uno de lo baños hasta que escuché que Hill y Jess habían llegado.
-Lau, estás bien?- dijo Jess.
- Pasó algo?- dijo Hill.

Sí, pasaba algo, el chico que quería sentía asco y lástima por mí y ahora estaba encerrada en uno de los baños con lágrimas cayendo por mis mejillas sintiéndome como la más estúpida de las estúpidas. Sí, pasaba algo pero decidí secarme las lágrimas y salir de ahí con una sonrisa. Falsa, por supuesto.

-Hola chicas! Estoy bien solo sentí ganas de vomitar por algo que comí.- les explique acomodandome la ropa.
No parecían convencidas pero decidieron seguirme el juego.
Aunque quise no pude tener mi mente enfocada en lo que hacia en todo el día y repetía una y otra vez las palabras que había leído.

Las clases me parecían eternas y las conversaciones eran las mismas de siempre. El chico inglés. Ya me empezaba a caer pesado ese chico y ni siquiera lo había conocido... O tal vez era que descargaba mi furia en él. Fuera lo que fuera no quería que nada me molestara.

Ya en la última clase la profesora decidió asignar tareas para la siguiente semana.
-..,y trabajaran en ellas en pareja si se les hace difícil.- siguió la profesora.
De pronto Matthew, que estaba sentado dos asientos atrás empezó a llamarme.
- psshh! Pshhh!-
Genial, quería que hiciéramos las tareas juntos. Decidí ignorarlo, y de paso ahorrarle el asco. Como era posible que a mi mejor amigo le diera asco y lástima.
Con las tareas asignadas terminó la clase y salí rápidamente para que Matt no me alcanzara. Pero lo hizo.
-Lauren!- me volví hacia él con mi cara indiferente aunque por dentro deseaba que un camión lo aplastara.
-Oye te estaba llamando para que hiciéramos las tareas juntos pero no me escuchaste, supongo.-
-Sí, te escuché.-
-Por qué no contestaste? Quieres que hagamos las...- preguntó pero lo corte antes de que terminara.
-No.-
-Qué dices? Siempre hacemos juntos los deberes Lau-
-Ya no, prefiero ahorrarte la lástima y asco de tenerme cerca!- no sabía de donde venía ese valor, supongo que la adrenalina era quien llevaba las riendas de lo que decía ahora y por algún razón no la detuve.
- Pero de qué hablas Lauren?-
-Tu cuaderno Whitefield, tu maldito cuaderno!-

Él parecía sin entender mucho pero aun así abrió su mochila y saco su cuaderno sin entender que encontraría allí, hasta que vio las palabras que yo había visto.
Le tomó como 30 segundos entender.
- oh Lauren, no es lo que crees, no es lo que parece. Yo...-
-No soy estúpida, sé leer y lo que dice ahí está claro como el agua- algunas personas empezaban a notar la pequeña discusión.
- Lauren yo...-
-Dejame en paz, no quiero que digas que me soy otro chico más cuando te rompa la cara-.

Lo dejé allí y salí camino a casa con lágrimas de nuevo.