『Veintiuno』
Capítulo 21
La misma cicatriz
"El fin de semana pasaré a buscarte para la recompensa del jefe por esperarte tanto"
HyeLin había conseguido encender su teléfono luego de muchos intentos. En cualquier momento aquel aparato terminaría abandonándola, no había conseguido dormir nada después de que NamJoon se fuera, JungKook dormía profundamente en la cama cuando dejó la nota en la mesa de noche diciéndole que volvería al anochecer, acarició su cabello pasando sus dedos por él, respiró profundo sintiendo temor de sólo tener que irse. Salió de la habitación con mucho cuidado, caminó por la casa hacia la puerta principal dudando mucho que regresara por la noche, no sabía que esperar con exactitud de Taemin o su hermanastro, el jefe y líder de todo ese grupo.
Justamente recibió un mensaje cuando salió de la casa, era Taemin y no necesitaba tenerlo registrado para saberlo.
Desconocido:
Te veo en esta dirección en cinco minutos.
Cuando HyeLin conoció a Taemin esa noche que su madre los llevó se sintió más incómoda de lo normal, tenía un mal presentimiento, como si su sexto sentido le hubiera estado avisando de que algo ocurriría. Había intentado permanecer en su habitación hasta que escuchó el ruido proveniente de la sala, cuando vio la escena se había encontrado a su madre inconsciente en el suelo de la cocina y aquellos hombres rompiendo todo lo que veían, uno de ellos era Taemin. El líder de ellos, JaeWang, estaba sentado en el mueble fumando un cigarro mientras la veía con diversión.
Volviendo al presente, Hye esperó cerca del parque, una camioneta negra pasó a recogerla, Taemin por supuesto estaba dentro. La castaña subió manteniendo distancia de aquel chico loco, el muchacho en cambio rodeó sus hombros al apoyar su brazo del respaldar de los asientos, la camioneta se puso en marcha y Hye se sentía demasiado tensa.
—Pensé que ibas a colocarte más bonita para ver al jefe.
Adelante uno de sus hombres conducía y el otro estaba en el asiento acompañante.
—No pienso quedarme.
—¿Enserio?, el jefe te tenía una sorpresa—chasqueó la lengua. El olor de su perfume era tan fuerte que a la chica le causaba náuseas—No importa, lo verás por ti misma.
El resto del camino fue en total silencio. La camioneta se detuvo frente a uno de esos clubs donde se alquilaban salas para tener hermosas chicas de compañía, se hacían karaokes y se comía en banquetes, a Hye no le extrañó que el lugar estuviera abierto sólo para JaeWang, había aprendido que muchos de los negocios le respondían al hombre por mantenerlos contentos con el dinero, a cambio, la droga era algo que se traficaba entre esos comerciantes.
Todo era un sucio negocio, JaeWang distribuía su droga y los comerciantes tenían su protección junto a una excelente propina adicional. Podía parecer absurdo, pero la gente hacía cualquier cosa por dinero. Taemin la acompañó hasta la entrada del local, pues dentro la dueña del lugar la llevó hacia la sala o habitación que JaeWang se encontraba, era una sala espaciosa con una gran mesa llena de comida, los muebles de cuero formaban una U, en el centro estaba JaeWang, pero a Hye se le fue el alma a los pies al ver a su madre de rodillas con las muñecas atadas detrás de su espalda y una cinta adhesiva en la boca.
—¡Mamá! —se apresuró a ella quitándole dicha cinta—Mamá, ¿Estás bien? —la revisó con preocupación, su mejilla estaba hinchada además de roja—¿Qué estás haciendo aquí?
—No hubieras venido—susurró la mujer.
—Yo la traje—JaeWang se sirvió un trago de Whiskey con hielo—No te preocupes, uno de mis hombres tuvo que calmarla con un ligero golpe—le restó importancia—¿Trajiste algo para mí, linda Hye?
La chica volteó a verlo colocándose de pie. Allí estaba aquel hombre de camisa de botones con pantalones de vestir negros. Sus dedos estaban adornados con anillos dorados, sus muñecas tenían un reloj dorado y un brazalete plateado, JaeWang sonrió mirándola de pies a cabeza encendiendo un cigarrillo.
—Deja ir a mi madre, quedamos que no la lastimarías si pagaba la deuda.
—Mi hermano me dijo que ya no la pagarás, que no te importa lo que suceda con tu madre porque estás fuera de esto—dio una calada a su cigarro—¿Por qué estás tan preocupada por esa alcohólica?
—Déjala ir, JaeWang.
—¿Por qué no vienes y bebes un poco conmigo?
HyeLin intentó desatar sus muñecas ignorando la oferta del hombre, liberó las muñecas de su madre ayudándola a colocarse de pie. Acto seguido alguien jaló su cabello alejándola de la mujer, JaeWang golpeó a DaRin y tomó con fuerza el rostro de Hye mirándola fijamente.
—Estás acabando con mi paciencia, mocosa—el impacto de su mano llegó a su rostro haciéndola caer al suelo. HyeLin tocó su labio inferior, JaeWang volvió a tomar un puñado de su cabello inclinando su cabeza hacia atrás—Si te digo que bebas conmigo, tienes que beber, ¿Entiendes?
—Voy a pagarte—lo escuchó reír—Estoy...trabajando para eso.
—Eres una maldita mentirosa como tu madre—la soltó sólo para golpear su abdomen en una patada. DaRin lo empujó para alejarlo de su hija, JaeWang tomó su cabeza impactándola contra la mesa dejándola inconsciente—Wow, que conmovedor, madre e hija luchando conmigo—bufó—¿Desde cuándo me perdiste el respeto, HyeLin? —ésta tocó su abdomen en una mueca de dolor. Intentó incorporarse con la intención de acercarse a su madre, no logró, pues JaeWang la empujó contra el mueble golpeando su rostro repetidas veces manchando sus nudillos con la sangre de ella.
HyeLin veía estrellas totalmente aturdida, desorientada y adolorida. Apenas recordaba donde estaba, se deslizó al suelo quedando sentada con su espalda apoyada del mueble.
—Dame una razón para no asesinarte ahora mismo junto a la zorra de tu madre.
La chica escupió sangre sintiendo aquel sabor amargo en su boca. Su respiración era entrecortada y su visión borrosa.
—Voy...a pagarte.
—¿Cuándo?
—Lo haré como...siempre, poco a poco.
—Lo quiero ahora mismo, Hye. Ya no puedo seguir esperando mi dinero.
—No puedo...dártelo ahora—no iba a mentirle. No podía y no iba a prometerle nada, si iba a matarla que lo hiciera en ese momento. JaeWang bebió su trago totalmente decepcionado, la botella de Whiskey la destapó y su contenido acabó cayendo sobre la castaña empapándola por completo.
—¿Cuántas lecciones debes tener para aprender a cumplir lo que prometes? —dejó la botella vacía en la mesa—Levántate.
—JaeWang, por favor...
—Dije que te levantes, ¿No escuchas? —en medio de su dolor intentó obedecer, el cigarrillo del tipo fue llevado a su boca mientras se desabrochaba el pantalón—Quítate la ropa y acuéstate en el mueble.
—No.
—¿Qué dijiste?
—No lo haré. Estoy diciéndote la verdad, no puedo pagarte, ¿Quieres que te mienta entonces? —atacó—Te estoy diciendo que seguiré pagándolo por parte, nunca te dije que no lo haría, ¿No escuchas?
Era la primera vez que le hablaba con ese carácter, nunca en esos ocho años había presenciado eso. Dejó el cigarrillo en el cenicero acabando por empujarla al mueble colocándose sobre él.
—¡Suéltame! —intentó quitárselo de encima, su fuerza no se comparaba con la suya—¡Ayuda! —gritó siendo callada por él con su mano en su boca, HyeLin se removió luchando para que no la tocara. Mordió su mano escuchando una maldición de su parte.
—Maldita, zorra—su mano golpeó su rostro de nuevo aturdiéndola, volteó su cuerpo colocándola boca abajo—Las zorras como tú siempre tienen que aprender a las malas—Hye sintió que algo se deslizaba por su nariz, estaba sangrando. Su pantalón fue desabrochado por el mismo Jae exponiendo su trasero a la vez que bajaba sus bragas. El tipo liberó su miembro penetrándola ocasionándole dolor.
—Por favor, detente—suplicó. Antes de que pudiera moverse sostuvo sus manos sobre su cabeza—No, por favor—sollozó sintiéndolo embestirla con rudeza—JaeWang, por favor, estás lastimándome—intentó soltarse—¡Suéltame! —gritó. JaeWang volvió a callarla con la mano en su boca embistiendo una y otra vez, Hye se quejó entre sollozos deseando que su madre despertara.
Pero tal como esa noche no pasó.
—Responde, Hye, por favor—JungKook no dejaba de caminar de un lado a otro. Una vez más la contestadora respondía—¿Por qué demonios no me lo dijiste anoche, NamJoon? —exigió saber al chico.
—¿Querías que te contara su historia frente a ella?
—Hubiera sido más precavido.
La cosa era así, NamJoon había llegado hace poco queriendo hablar con él, le había mostrado el archivo que contenía la información de Hye y de su madre, JungKook sintió su sangre hervir al confirmar lo que temía, su preocupación se disparó, pues algo le decía que no había ido a trabajar. Sabía que había algo extraño en esa nota, tenía tantas emociones en sí que no sabía cómo sentirse.
—¿No responde?
—Su teléfono repica, pero no contesta.
—¿Quieres que vaya donde YoungOk?, puedo confirmar si está allí, tu ex novia no me conoce después de todo.
—¿Puedes hacer eso?, según dijo, debe trabajar todo el día.
NamJoon se levantó del sofá justo cuando su teléfono comenzó a sonar. Al responder, JungKook no sabía que más hacer, ¿Dónde podía buscarla?
—¿Qué? —JungKook lo miró ante su alteración—¿Dónde dices que la encontraste? —sus ojos fueron al pelinegro—Estaré allí—y colgó.
—¿Está todo bien?
—Era el detective privado, está llevando a HyeLin al hospital.
—¿Qué?
Nos vemos el lunes.
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