『Veinte』
Capítulo 20
¿Quién te conoce mejor?
YoungOk se despidió de Hye regresando al local a pie. HyeLin en cambio caminó por la acera un poco desorientada, al parecer su soporte para el licor no era el mismo que hace ocho años, la castaña sintió el teléfono vibrar en su bolsillo, lo colocó en su oreja esperando que el semáforo cambiara, ¿Por qué todo se veía tan borroso?, los sonidos se distorsionaban en sus oídos, sentía que sus piernas iban a otro lado y no donde quería.
—¿Diga?
—¿A dónde crees que vas?, estoy esperándote aquí.
—Ah, sí—miró alrededor sin saber a dónde ir—Yo estoy aquí.
—Estás ebria, HyeLin.
—No, tengo un fuerte soporte para el alcohol—desde el auto JungKook la vio tropezar con sus propios pies cayendo al suelo. La llamada finalizó pues el teléfono de la chica se había golpeado de nuevo, esta vez no encendería. El pelinegro cubrió su boca con aquel cubre bocas negro, bajó del auto acercándose a la castaña sin perder tiempo, Hye no podía levantarse por sí sola.
—¿Estás bien?
—Mi teléfono...
JungKook lo recogió entregándoselo, la ayudó a llegar hasta el auto permitiéndole subir. Una vez subió del lado del conductor se colocó el cinturón.
—No quiere encender—escuchó a Hye quejarse con un puchero gracioso—No funciona.
—Usa el cinturón de seguridad.
—Mi teléfono se dañó, JungKook—se quejó como una bebé.
Con un suspiro se inclinó a ella colocándole el cinturón. HyeLin se removió inquieta totalmente preocupada y ofendida por el daño de su teléfono, en el camino a casa estuvo un poco callada, JungKook prefirió no preguntarle nada, en ese estado no sería capaz de responder con coherencia.
—NamJoon está en la casa, quería conocerte.
—Mi teléfono...
Con una sonrisita negó con la cabeza.
—No debiste beber tanto.
—No bebí tanto, no sabía que mi soporte en el alcohol había bajado tanto—alargaba las palabras haciendo pausa en algunas de ellas—La última vez que bebí...fue...—llevó sus manos a su cabeza—No puedo recordar.
JungKook estaba disfrutando aquella escena.
—No eres tan joven como antes, Hye.
—¿Soy vieja? —hizo otro puchero—No quiero ser vieja, tengo veinticinco años apenas...—se quejó removiéndose en el asiento. Desabrochó el cinturón de seguridad y JungKook tuvo que usar su brazo extendiéndolo a ella para evitar un desastre al frenar en seco.
—¿Estás loca?, nunca te quites esto.
HyeLin no lo escuchó, pasó hacia los asientos de atrás recostándose en ellos boca arriba. JungKook suspiró de nuevo pidiendo paciencia, volvió a conducir mirando a la castaña por el retrovisor de vez en cuando.
—¿Fuera del país? —JungKook miró a NamJoon sin creerlo. Había algunas hojas esparcidas en el comedor mientras la laptop se encontraba abierta frente al mayor, el detective privado le había dado las primeras noticias y detalles.
—Los cuatro tatuadores que trabajaban para ti salieron del país dos días después de que fuiste encerrado en prisión—indicó mostrándole la hoja donde tenía información de los vuelos—La única que sigue en Corea es tu ex novia.
El pelinegro leyó los nombres de los pasajeros, la hora en que partieron y hacia dónde. Las cuatro personas tenían destinos diferentes, en otra hoja se confirmaba que desde hace meses no regresaban a Corea. JungKook pensó en YoungOk, ¿Ella misma se encargó de enviarlos lejos?
—¿Qué me dices de mis padres? —lo miró.
—Lo único que me envió el detective fue la nueva dirección donde estaban viviendo—le mostró en su teléfono las fotos de la nueva casa—Es un vecindario muy costoso.
—¿Crees que hayan recibido dinero por seguirle el juego a YoungOk?
—Es lo más probable.
—Mamá, papá—JungKook se levantó de la silla con sus muñecas esposadas. Aquel matrimonio se mostró serio de verlo allí con el uniforme de preso, era una decepción total para ellos—Les juro que no sabía de nada, no sabía que esa droga estaba en el negocio, yo...
—¿Para eso querías abrir ese negocio? —la voz seria de su padre le hizo callarse—Te dijimos que era una mala idea tener una tienda de tatuajes, todos saben que los tatuadores tienen mala reputación.
—Ahora entiendo cómo conseguiste ese local—su madre negó con la cabeza—Ahora mírate, no te reconozco.
—Sé que la situación es difícil de creer, pero soy su hijo, me conocen mejor que nadie, jamás entraría en estas cosas...
—YoungOk habló con nosotros. La pobre chica se siente tan decepcionada de ti como tu padre y yo.
JungKook sintió su sangre hervir al escuchar el nombre de esa mujer.
—YoungOk está mintiendo.
—No, el que miente eres tú.
—Mamá—hizo el intento de acercarse y ambos retrocedieron. Ese simple gesto dolió en su corazón.
JungKook le devolvió el teléfono tomando una bocanada de aire, la conversación se vio interrumpida cuando unos pasos se acercaron, HyeLin restregó sus ojos somnolienta, cuando llegó con el chico se había quedado profundamente dormida, éste tuvo que llevarla a la habitación dejándola dormir lo que necesitara. Pasó sus dedos por su cabello castaño recordando que JungKook había dicho algo del tal NamJoon, avergonzada hizo una pequeña inclinación al moreno.
—Hola.
—Hola—respondió él.
—Hye, él es Kim NamJoon. NamJoon, ella es Shin HyeLin.
—Ah, la amiga—dijo un tanto irónico.
Hye se acercó al comedor apoyando sus brazos de la silla que estaba junto a JungKook, miró las hojas en la mesa frunciendo un poco el ceño.
—¿Qué es esto?
—NamJoon contrató un detective privado, los tatuadores que trabajaban para mí se fueron al extranjero dos días después de declarar en mi contra—le mostró—Y mis padres se mudaron recientemente a un vecindario muy costoso—HyeLin revisó los documentos junto a las fotos que le mostró del teléfono de NamJoon.
NamJoon recibió en ese instante un email que tenía el siguiente nombre: Shin HyeLin.
Sus ojos fueron a la castaña y luego a JungKook, abrió el archivo encontrando una ficha de hospital de hace ocho años. Por la madrugada, la chica había sido ingresada al hospital con una herida profunda su abdomen, había perdido mucha sangre, su pulso era muy débil y...tenía señales de haber sido abusada sexualmente. NamJoon miró de nuevo a ambos con un semblante neutro, la pareja conversaba en voz baja sobre el tema de YoungOk y los señores Jeon ajenos de lo que el moreno leía. Regresó la vista a la pantalla de su laptop, la ficha del hospital decía que la madre de la chica se había encargado de llevarla.
En otro archivo aparecía el expediente de ambas mujeres, HyeLin no tenía asuntos pendientes con la policía, ni siquiera aparecía algo relacionado con el abuso sexual lo cual le pareció extraño, en cambio, en el otro expediente que pertenecía a su madre había muchos casos con la ley.
Shin DaRin tenía problemas con el alcohol y algunas sustancias, la mujer tenía un grave problema con el alcohol siendo diagnosticada por un médico. Había sido atrapada creando disturbios a la sociedad, agrediendo la policía y teniendo actitudes inapropiadas en público. Leyendo más abajo descubrió que la mujer era una prostituta cuando tenía diecisiete y dieciocho años, no se sabía casi nada de su familia. El único lazo directo que se confirmaba era el que tenía con la castaña al ser su única hija.
Eso no era todo, la señora Shin había tenido muchos abortos inexplicables durante varios años. ¿Por qué había decidido tener a HyeLin?
—¿Hyung? —NamJoon parpadeó varias veces mirando al pelinegro.
—¿Sí?
—¿Quieres algo de comer o beber?, prepararé unos sándwiches.
—No tengo hambre, sólo un café estará bien.
—Está bien.
HyeLin se había sentado en la silla donde él estuvo, recogió su cabello en una coleta baja teniendo un leve dolor de cabeza. Hace mucho que no bebía, no esperaba que el Soju le hubiera afectado de esa manera enviándola a dormir por unas horas, el reloj del comedor marcaba las diez y media de la noche.
—JungKook me dijo que ambos tienen una amistad de hace ocho años—escuchó al moreno. Éste juntó sus manos sobre la mesa al cerrar su laptop.
—Sí, así es. Me dijo que ustedes se conocen porque fuiste el único en ayudarlo en la cárcel.
NamJoon miró sus ojos grandes desconfiando todavía de ella.
—Sí, así es.
—Espero que puedas ayudarlo en este momento.
—Eso intento—ladeó su cabeza—¿Es cierto que estás trabajando para YoungOk?
—Sí.
—¿Has notado algo raro?
—Por el momento no. ¡Ah!, dijo que JungKook había dejado sus cosas a nombre de ella.
—Mientras no se muestre lo contrario, eso es mentira.
—Mis turnos suelen cambiar dependiendo del día, los fines de semana podría necesitar mi ayuda en la noche...
—¿En la noche?
—¿Las tiendas de tatuajes no funcionan en la noche a veces? —frunció el ceño—Lo que no entiendo es cómo hizo para mantener el negocio abierto si supuestamente la droga estaba allí. ¿No debieron cerrar el local?
—Si alguien está ayudándola podría haberse salido con la suya.
—¿Crees que YoungOk está trabajando con alguien más?
—Es lo más seguro. ¿Tu familia no entraría en pánico si descubre que estás ayudando un criminal?
—JungKook no es un criminal...
—Pero para el resto sí—Hye lo miró. NamJoon sólo estaba colocándola a prueba—Encontraron la droga en su negocio, ¿Qué te hace pensar que no es culpable?
—Bueno, tal vez podría preguntarte lo mismo—imitó su posición—Que lo hayas ayudado en la cárcel no significa que debas ayudarlo fuera de ella, podría mentirte, fuiste un criminal también, ¿No?
—Estuve en la posición de JungKook, conozco bien lo que es estar en sus zapatos...
—Ahí está mi respuesta, conozco muy bien al chico desde antes, ¿Tú lo conoces desde hace cuánto?, ¿Unos meses? —sonrió con inocencia—No intentes colocarme en su contra, cumple con ayudarlo y no tendremos problemas, ¿Quedó claro, señor Kim?
—Aquí está—JungKook interrumpió con una bandeja. La colocó sobre la mesa sirviéndole la taza de café a NamJoon quien se había quedado mudo con las palabras de la chica y colocó el plato de sándwiches para HyeLin—¿De qué hablaban?
—De nada. Buscamos soluciones, es todo—se limitó a decir Nam. JungKook tomo asiento junto a Hye, él había escuchado todo y estaba orgulloso de la castaña.
Sólo quiero decir que Hye y Jk son la pareja con más dualidad que he hecho ^^
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