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『Treinta』 『y』 『ocho』

Capítulo 38
Una nueva vida

Capítulo final

HyeLin bajó del auto mirando la casa desde afuera, era una casa de verano frente a la playa que ocuparían el tiempo que estuvieran allí. Tenía ventanas grandes, colores claros principalmente el blanco, la puerta de madera fue abierta por HanNa quien se adelantó, la mujer luego se acercó a ambos ayudándolos con su equipaje. Al dejar las cosas en el interior la pareja miró cada rincón de ésta, había ventiladores en el techo tanto en la sala como en la cocina. Al entrar podía apreciarse la sala de estar, se conectaba con una especie de oficina que tenía libros a montón, mesas de ajedrez e incluso una mesa de billar, el piano de cola también estaba en medio de ambos. La cocina quedaba a la derecha junto al comedor, tenía un mesón de mármol siendo espaciosa, perfecta para que varias personas cocinaran juntas sin estar apretadas.

Junto a la cocina se encontraban las escaleras hacia el segundo piso.

—¿Realmente viviremos aquí?—susurró JungKook a la castaña. Ésta salió de su ensoñación asintiendo.

Siguieron a HanNa quien indicaba la distribución de la casa, al subir los escalones habían tres habitaciones. El balcón de toda la planta dejaba tener una vista mejor del mar, a Hye le gustó ese detalle, JungKook miró algunos cuadros en las paredes imaginándose a su hyung pasar tiempo allí en esa casa, cada cuarto tenía su propio baño, estaba la habitación principal y las otras dos habitaciones para los huéspedes.

—Me gusta mucho como se escucha el océano—Hye apoyó sus brazos del barandal. HanNa sonrió un poco estando de acuerdo con ella.

—Durante la madrugada se escucha más fuerte debido al silencio.

Incluso en el aire se captaba cierto olor típico de playa. La brisa era suave, el vecindario estaba compuesto por algunas cosas, se encontraban en una colina que se ubicaba justo en frente de la playa, HanNa les indicó como llegar a ésta sin necesidad de tomar un auto, pues caminando podía bajarse directo a través de un camino.

—Es una casa muy bonita—opinó JungKook—¿Él suele venir seguido?

—No mucho. Cuando lo hace suele quedarse aquí—los miró—¿Quieren que ordene algo de comida? Deben estar hambrientos. El refrigerador está lleno por las compras que hice ayer, todo lo que necesitan está allí.

—Gracias.

—No hay de qué.

HanNa había pedido una pizza grande para los tres y la pareja no dudó en comer. Había ordenado un postre que también fue devorado junto a algo de refresco que en segundos la botella quedó vacía. El estómago rugió apenas captaron el olor de la pizza, a HanNa le dio cierta satisfacción ver que habían disfrutado todo. Hye mordió la esquina de su pedazo de pizza, al quedar un último trozo, JungKook lo tomó colocándolo en el plato de la castaña.

—Ya que ahora se quedarán aquí, tres días a la semana vendrá alguien a limpiar la casa—contó ganando la atención de ambos—Es una persona de confianza, solía venir un día a la semana cuando no había nadie aquí. No deben preocuparse por eso.

—Sobre los gastos de la casa, como la luz...—JungKook fue interrumpido.

—NamJoon se encargará de eso. Suelo enviarle esa información.

—¿Viviremos de gratis?—a Hye no le estaba gustando la idea—¿Estaremos encerrados aquí?

—Claro que no, pueden hacer lo que quieran. Pueden salir, pasear, conocer un poco Los Ángeles...—recordó un detalle—Ah, casi lo olvidaba—se levantó y fue a la sala unos minutos para luego volver con dos cajas pequeñas en sus manos tomó asiento frente a ellos mostrándoles—Estos serán sus nuevos teléfonos, deben entregarme los que tienen.

—¿Nuevos teléfonos?

—Órdenes de NamJoon—extendió sus manos a ambos. JungKook le entregó el suyo al igual que Hye, abrieron las cajas de los nuevos móviles encontrando modelos mordernos y actuales. El de JungKook era totalmente negro mientras que el de Hye era de color lila, ambos eran el modelo de Samsung Flip.

Al encenderlo tenían dos contactos guardados, el de NamJoon y el de HanNa.

—Pueden escribirme o llamarme cuando necesiten cualquier cosa. Mi trabajo es ayudarlos además de guiarlos—la pareja intercambió una rápida mirada. Sin duda alguna eran muchos cambios para procesar.

NamJoon había pensado en todo.

La habitación principal tenía una cama matrimonial grande, la ventana se encontraba cubierta por unas cortinas que se deslizaban con el control remoto en la mesa de noche, la puerta que se deslizaba hacia el balcón también se cubría con las opciones del control, el aire acondicionado mantenía fresco aquel lugar. HyeLin encendió el televisor de pantalla plana en la pared, cambió los canales encontrando en su mayoría aquellos que hablan inglés, afortunadamente halló uno o dos de habla coreana.

JungKook tomó asiento en la cama mirando las maletas en la esquina, HanNa se había ido prometiendo volver mañana para que así pudieran desempacar.

—NamJoon fue muy amable es encargarse de todo—escuchó decir a la castaña quien le daba la espalda mirando a la televisión. También sentada en la cama—Pero si te soy honesta, no me agrada saber que estaremos encerrados aquí.

—Creo que primero debemos aprender el idioma para poder pensar en lo demás.

Asintió un poco pensativa.

—¿Deberíamos escribirle a NamJoon?

—Estoy seguro que HanNa ya le habrá avisado. Por cierto, dame tu teléfono.

—¿Ah?—volteó a verlo.

—Dámelo—extendió su mano a ella. Hye obedeció entregándoselo, JungKook guardó su número nuevo en el teléfono de la castaña agendándolo—Vi que no estaban guardados—al devolvérselo esta sonrió ladinamente por el nombre de "Pastelillo"—Ahora sí.

Inconscientemente el nudo en su garganta le complicó hablar, esas ganas de querer llorar la atacaban en el momento menos esperado. JungKook al notarlo la atrajo a él abrazándola, acarició su espalda y ella agradeció que lo hiciera, recostó su cabeza en su hombro cerrando sus ojos sintiendo una lágrima silenciosa deslizarse por su rostro.

—Me alegra mucho que estés aquí conmigo. No pudiera hacerlo sola.

—NamJoon pensará en algo para sacar a tu madre de allí—la apretó entre sus brazos—No te preocupes—se sentía hipócrita diciéndoselo cuando también se sentía...perdido. Lo había perdido todo, se había metido en más problemas al intentar salir de ellos, comenzaba a preguntarse si realmente debió quedarse en la cárcel y no arriesgarse a eso.

—Espero poder acostumbrarme a esto.

—Yo también—fue su respuesta. En eso no estaba mintiendo.

El próximo es el epílogo :D

Sí, la historia tiene segunda temporada n.n

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