Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『Trece』

Capítulo 13
Vértigo

El turno de HyeLin había concluido por ese día. Cuando llegó a la casa tenía en mente mostrarle a JungKook las fotos que había tomado cuidando de no ser pillada por alguien. Dejó su pequeño bolso en el sofá tomando el teléfono de su bolsillo.

—¿JungKook? —llamó revisando la galería de fotos. Subió las escaleras creyendo que estaría en la habitación o en el baño—Tomé algunas fotos del local, creo que deberíamos hacer una lista de los posibles sospechosos y...—se calló al no encontrarlo en el cuarto—¿JungKook? —revisó el baño frunciendo el ceño—¿A dónde fue este idiota?—su mente le hizo imaginarse al chico siendo atrapado por la policía de nuevo. ¿Y si revisaron la casa cuando no estaba? —Oh, no, ¿JungKook?, esto no es divertido.

Regresó a las escaleras decidiendo echar un vistazo al jardín de la casa. Debajo de las escaleras solía haber un pequeño cuarto con las cosas de limpieza, no había muchos lugares que revisar tampoco. Su preocupación fue creciendo en segundos, la idea de que lo hubieran atrapado de nuevo se desvaneció cuando escuchó la puerta ser abierta. Le había dejado una copia de las llaves al chico, JungKook cerró detrás de sí quitándose el cubre bocas negro, tenía varias bolsas de tiendas en sus manos, se detuvo cuando Hye respiró aliviada apareciendo.

—¿Llegaste hace mucho?, ¿Por qué parece que viste un fantasma?

Se acercó a él golpeando su brazo con su puño.

—Creí que la policía te había llevado de nuevo, ¿Dónde demonios estabas?, ¿Olvidas que están buscándote? —volvió a golpearlo.

—Auch, lo siento, sé que debía avisarte. Lo siento—detuvo la mano de la chica—Fui a ver un amigo.

—¿Qué amigo?, dijiste que no confiabas en nadie.

—Es un amigo de la cárcel—fue a la sala dejando las bolsas sobre el sofá. Tomó una de ellas transparentes, se dirigió a Hye ofreciéndosela—Compré esto para ti.

No muy contenta aceptó la bolsa abriéndola. Su enojo disminuyó un poco cuando encontró varios pastelillos de fresa y limón, reprimió una sonrisita bajo la atenta mirada de JungKook. HyeLin lo miró fingiendo seriedad.

—Estás usando mi sudadera.

—Era tuya—se encogió de hombros—¿Sigues molesta?

—Un poco. Gracias por...los pastelillos—él sonrió—Hace mucho que no los veía.

—Te los compraré cada día.

—¿De dónde sacaste el dinero?, ¿Qué son esas bolsas?

—NamJoon me ayudará mientras arreglo mi situación. Compré más ropa para mí, traje pastelillos y gimbap—tomó otra bolsa.

—¿Debo preocuparme de esta amistad?

—NamJoon me ayudó muchas veces en prisión, confío en él, también fue encerrado por falsos rumores y testimonios. No tienes que preocuparte—tomó su mano jalando de ella a la cocina—Vamos a comer.

—Estos son dos de los tatuadores, Choi YoungJae y Seo SooJin—mostró las fotos que había alcanzado a tomar. JungKook estaba a su lado masticando en silencio mientras escuchaba con atención—YoungOk dijo que los fines de semana suelen estar los cuatro tatuadores...

—Nunca he visto a estas dos personas.

Hye lo miró con incredulidad.

—¿Qué?

—Ellos no trabajaban para mí.

—¿Estás seguro?

—Conozco a mi personal, estas dos personas no estaban allí—tomó el teléfono haciéndole zoom a las fotos, una punzada en el estómago sintió cuando pasó de foto en foto mirando el negocio, su negocio, ese que por su cuenta construyó y dio forma. Hye notó su semblante cambiar, estaban de pie junto al mesón con dos gimbap en aquella envoltura de aluminio, JungKook había llevado varios rollos siendo devorados por ambos en minutos—Incluso el negocio ya no se siente mío.

—Hagamos una lista—intentó animarlo—Ya sé, tengamos una lista de los sospechosos, ¿Sí?

—¿Qué más te dijo YoungOk? —quiso saber dejando el teléfono sobre el mármol.

—Aparentemente sólo se dedica a recepción, se ocupa del registro de los clientes y cuando le pregunté si era tatuadora dijo que no, sólo tenía un conocimiento de ello.

El chico dejó salir una risita amarga empujando su mejilla con su lengua.

—No me sorprende que mienta, nunca terminas de conocer a la persona con quien sales—negó con la cabeza tomando otro rollo de gimbap—Me pregunto si también mintió en la cama—el enojo lo había hecho hablar de más. Ante el silencio cayó en cuenta de sus palabras, a Hye le había incomodado—HyeLin, yo...

—No, está bien, es evidente que tenían intimidad, eran pareja—forzó una sonrisita—Anotaré los nombres de estas personas, tendré una lista.

—No quise decir...

—Enserio, no debes explicarme—dio palmaditas a su espalda. Tomó su teléfono retirándose de la cocina para ponerse manos a la obra con esa lista.

El reloj en la habitación de HyeLin marcaba las doce de la noche, la castaña dormía profundamente en su cama con las sábanas cubriendo hasta su cintura encontrándose boca abajo abrazando su almohada, JungKook también dormía, sólo que en el sofá de la sala. El pelinegro tenía uno de sus brazos colgando en el aire mientras su cuerpo estaba de costado, la cerradura de la puerta del jardín estaba siendo burlada por tres hombres vestidos de negro. Tal vez fue coincidencia o casualidad, pero JungKook despertó con la respiración agitada sin saber por qué. Su sexto sentido le estaba gritando que fuera por HyeLin, el pelinegro se levantó del sofá apartando las sábanas de su cuerpo, con sus pies descalzos avanzó hacia las escaleras, asomó su cabeza mirando hacia la puerta del jardín, sus cejas se levantaron cuando ésta se abrió dejando entrar tres figuras tan grandes como él.

Subió de dos en dos los escalones apresurándose a la habitación de la chica, entró al cuarto cerrando detrás de sí colocando el seguro. Fue donde HyeLin moviendo su brazo.

—Hye, oye, despierta.

—Quiero dormir—se quejó somnolienta.

—Tienes que despertar ahora—tuvo que sacudirla con fuerza logrando que abriera sus ojos.

—¿Ya es de mañana? —se incorporó en la cama sin entender.

—Hay tres tipos abajo, tenemos que escondernos—la chica parpadeó varias veces logrando entender. Tenía una idea de quién era.

—Tienes que esconderte, ellos vienen por mí. ¿Recuerdas?, por no pagar la deuda.

—¿Qué?

—Escóndete en mi armario.

—Oye, si me escondo será contigo—tomó su mano—Ni pienses que te dejaré aquí—jaló de ella—El armario no servirá, es lo primero que se revisa junto a la cama—ambos dieron un respingo cuando la puerta comenzó a ser forcejeada. JungKook abrió la ventana de la habitación, miró alrededor pensando en algo—Hye, ven.

La castaña obedeció sin entender lo que pretendía. JungKook pasó una pierna y luego la otra por el marco de la ventana. Ayudó a HyeLin a hacer lo mismo aferrando su mano a ella.

—Esto no me gusta—el mareo la atacó y su corazón golpeaba su pecho. Apretó la mano de JungKook paralizándose al tener que moverse por el techo—No puedo respirar, estoy mareada.

JungKook había olvidado un importante detalle: HyeLin tenía vértigo, odiaba las alturas por eso mismo.

—Oye, mírame—debía apresurarse—Hye, mira mis ojos, no mires abajo. ¿De acuerdo?

—Creo que voy a desmayarme.

—No, no, mírame—tomó ambas manos de ella—Necesito que avances conmigo, sólo enfócate en mí—Con dificultad movió su pierna sin ver alrededor, sólo al chico pelinegro frente a ella. Cuando la puerta de la habitación fue abierta se habían movido lo suficiente permaneciendo sobre la ventana sentados en el techo, JungKook había rodeado la cintura de Hye manteniéndola junto a él para evitar que se deslizara o se cayera, la castaña abrazaba su cuello aferrándose con fuerza. Podía sentirla temblando.

Los hombres revisaron la habitación revolviendo algunas cosas, uno de ellos parecía ser el líder ya que dejaba que los otros dos hicieran el trabajo.

—No está aquí, señor—avisó uno de los dos.

—Tiene que estar escondida esa maldita perra—se acercó a la ventana asomándose. JungKook se recostó hacia atrás sosteniendo el peso de Hye quien estaba por resbalarse de su brazo. Ambos se miraron conteniendo la respiración.

—Probablemente alguien le avisó que vendríamos.

—¿Tienes a alguien en mente, idiota? —reprochó. Bufó indignado regresando a la puerta—Avisemos al jefe, no estará contento de esto.

Escucharon los pasos y supieron que debían moverse. Si los hombres salían por el jardín los verían en el techo.

—Necesito que te deslices hasta la ventana—susurró mirando sus ojos.

—No, no puedo.

—Oye, no te soltaré hasta que estés en la ventana. ¿De acuerdo? —poco a poco fue liberando su agarre sin soltar sus manos, HyeLin se deslizó hasta la ventana con el corazón en la garganta, no podía ver abajo, no debía ver abajo. Se sostuvo del marco de la ventana alcanzando a entrar a su habitación, JungKook hizo lo mismo alejándose de dicha ventana para evitar ser visto, HyeLin lo abrazó con fuerza y éste la rodeó con sus brazos. De reojo vio a los hombres retirarse como si nada hubiera pasado.

Si no hubiera estado allí, el final habría sido otro para Hye.

JungKook no es el único en problemas uwu

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro