『Once』
Capítulo 11
Yo estoy contigo ahora
Las sábanas cubrían algunas partes del cuerpo de ambos, HyeLin tenía una de sus piernas en la cintura del chico mientras éste comía su boca introduciendo su lengua en ella, ambos estaban acostados en esa cama frente al otro, las caderas de ambos se movían en suaves, pero profundos movimientos permitiendo las embestidas, la segunda ronda de la noche. JungKook acariciaba el muslo de la chica y apretaba su cintura cuando la penetraba en suaves embestidas, esta vez no era tan rudo como la primera permitiéndoles disfrutarlo hasta más. HyeLin jugaba con el cabello largo del chico sin detener el beso, sus respiraciones agitadas chocaban entre sí y algunos gemidos se habían vuelto música para los oídos del otro.
Los besos se hicieron cortos, aunque las embestidas seguían allí, luego de que JungKook se había desecho del primer preservativo los besos y caricias iniciaron dando pase a la segunda ronda. Algunos mechones de sus cabellos se pegaban a sus frentes o cuellos, la habitación se sentía en llamas siguiendo aun a oscuras. El espejo de la peinadora de HyeLin dejaba ver la imagen de ambos desnudos en esa cama brindándose caricias, besos y placer, JungKook se corrió por segunda vez en el preservativo, acarició la mejilla caliente de la castaña perdiéndose en sus ojos, los labios de Hye se encontraban rojos e hinchados como los suyos.
—Eres hermosa, Hye—dijo de la nada. Quería decirlo y quería que ella lo supiera, su voz fue grave causando cosquillas en el estómago de la chica.
HyeLin no supo que decir, nunca sabía que decir ante eso.
—Estás loco—intentó burlarse.
—No, es la verdad, eres muy hermosa. Siempre lo creí y siempre tuviste un poder en mí.
Aquello le dio miedo, nunca habían sido así de cariñosos. ¿Qué era todo eso?, tomó la mano de JungKook alejándola de su rostro. Retrocedió haciendo que saliera de ella, se cubrió con las sábanas dándole la espalda.
—Será mejor dormir.
—HyeLin...
—En unas horas debo levantarme para ir a trabajar.
HyeLin tomó asiento en aquella arena, visitar la playa a solas era algo que últimamente se encontraba haciendo, más que nada los fines de semana cuando su madre salía. Estar sola en casa no le gustaba, su mente pensaba de más y prefería no llamar a JungKook, no quería preocuparlo. Ese idiota también estaba dándole mucho que pensar, el sexo había dejado de significar poco pasando a significar mucho para ella. Los sentimientos se estaban involucrando.
JungKook era el único en preguntarle cómo se sentía. El único en preocuparse en conseguirle sus pastelillos favoritos, el único en entenderla realmente.
—¿Qué haces aquí? —dio un respingo al voltear y ver al idiota allí parado con una bicicleta.
—¿Qué haces tú aquí?, se supone que te veré mañana en la escuela.
—A veces salgo con la bicicleta para distraerme un poco—señaló la que estaba junto a la castaña—Supongo que tú también, nunca te había visto en ella.
—No suelo llevarla a la escuela. Prefiero el transporte escolar.
JungKook se aseguró de dejar bien colocada la bicicleta acercándose a su amiga, tomó asiento a su lado mirando el mar frente a ellos. La brisa congelaba un poco, el sol comenzaba a esconderse. JungKook la miró notándola perdida en sus pensamientos, desde hace un tiempo había estado sintiendo que sus momentos con ella no eran sólo sexo. HyeLin le estaba importando y cada día le gustaba más.
—¿Tu madre está bien?
—Sabes que nunca está bien—estiró sus piernas en la arena.
—¿Y tú?, ¿Te sientes bien esta tarde?
—Estoy pensativa—jugó con la arena. Tomó un puñado dejándola caer por partes—Nos estamos acercando a la graduación, ¿No te asusta?
—Me asusta saber que puedo no tenerte allí.
—No digas eso.
—Es la verdad. ¿A quién le llevaría pastelillos?
Hye sonrió ladinamente.
—Seguramente habrá otras chicas ansiosas de eso.
—¿A qué universidad te gustaría ir?
—No lo sé.
—Vamos, Hye, puedes decirme.
—Creo que no podré tomar una carrera, mi madre es un obstáculo, ella consume todo de mí—suspiró con un tono amargo.
JungKook hizo una mueca. Le ofreció su mano y ella lo miró, sonrió un poco aceptando el gesto. Entrelazaron sus dedos sintiendo como esa amargura en ella iba desvaneciéndose.
JungKook despertó primero encontrando la hora en el reloj, eran las seis de la mañana. Restregó sus ojos bostezando somnoliento, las sábanas cubrían hasta su cintura, su cabello era un desastre, tenía marcas en su cuello como evidencia de las mordidas y los besos de Hye durante la noche. Al pensar en la chica la encontró a su lado dándole la espalda, podía ver esa parte desnuda en ella, rodeó su cintura jalando de ella hasta acercarla estando en una posición de cuchara. HyeLin se quejó dormida sin despertar, JungKook escondió su rostro en su cuello disfrutando despertar así con ella, acarició su brazo, su muñeca y luego su mano.
Desde que se conocieron sólo una vez habían despertado juntos, esa era la segunda vez. JungKook había extrañado en demasía todo eso, HyeLin acarició su mano estando consciente un diez por ciento.
—¿Estás despierta? —susurró él cerca de su oreja.
—Mmm—contestó causando una sonrisa en JungKook.
—Hye, debes despertar.
—Tengo sueño—murmuró lentamente—Estoy cansada.
"Pero ella quería olvidar todo"
Pensó con ironía. HyeLin detuvo las caricias en la mano del chico quedando dormida de nuevo, JungKook permaneció unos minutos así con ella hasta que el cuerpo de Hye comenzó a temblar, acto seguido estaba quejándose como si algo le doliera.
—¿Hye?
La chica tocaba su abdomen, precisamente en la cicatriz. JungKook lo notó colocando su mano sobre esa parte.
—Fue tu culpa traerlos—murmuró con voz somnolienta. Estaba soñando—Ellos me lastimaron por tu culpa, mamá—JungKook no supo si despertarla fuera lo correcto. Escuchó sus quejidos sin soltar una de sus manos, acercó sus labios a su oreja susurrándole.
—No estás sola esta vez, estoy contigo, no te lastimarán de nuevo—los temblores de ella disminuyeron. Para Hye aquella voz en el sueño fue haciéndose más lejana, una luz blanca la bañó por completo haciéndole sentir seguridad—No estás sola, Hye.
HyeLin terminó de arreglarse bajando las escaleras con cierta prisa, en el último escalón tropezó con sus propios pies, de no ser por JungKook se hubiera dado de bruces contra el suelo, justo como cuando descubrió que tenía visita (nótese el sarcasmo)
—Gracias.
—¿No desayunarás?
—No. Estoy algo nerviosa de trabajar en un lugar donde todos me traicionarán.
—Estarás bien, nadie sabe que nos conocíamos.
—Sólo tus padres.
—Sólo mis padres—afirmó—Y ellos nunca van al negocio.
—¿Qué debo hacer exactamente?, ¿Investigar por el culpable?
—Intenta colocar atención a todos los detalles, cualquier cosa puede servir, intenta moverte por el local, si YoungOk ve que haces un buen trabajo te ganarás su confianza.
Hye hizo una mueca.
—Es un poco incómodo tener que verla sabiendo que estoy acostándome con su novio.
—Dejamos de ser algo cuando mintió a la policía sobre mí—tomó sus brazos—Hye, no dudes en llamar a la casa, estaré...inquieto por ti.
—Está bien. Tú tampoco dudes en llamarme—asintió.
Por unos minutos se mantuvieron la vista en el otro, JungKook pensó en decirle sobre haberla escuchado quejarse en sueños, tenía una posible idea en su mente y esperaba que no fuera cierta. Deslizó sus manos a las suyas, las acarició queriendo que se quedara con él por un instante.
Hye por otro lado recordó lo que le había dicho luego de tener sexo, se sentía cansada porque no había podido dormir mucho. No estaba tan activa en su vida sexual como cuando adolescente, soltó las manos de JungKook acabando el contacto visual.
—Voy a irme.
—Sí, está bien.
Ella fue a la puerta saliendo de la casa dejando un JungKook con una mezcla de emociones.
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