『Nueve』
Capítulo 9
Aquello que creías conocer
HyeLin caminaba por la acera, el autobús solía dejarla unas cuadras abajo, ya que la casa quedaba en la mitad de una colina. La chica revisó en su bolsillo tomando su teléfono, marcó el número de la casa y antes de presionar para iniciar la llamada, una patrulla de policías se detuvo a su lado.
—Disculpe, señorita—Hye sintió su corazón bombardeando rápido en su pecho. Hizo una reverencia pequeña hacia el oficial acercándose al auto, eran dos hombres con el uniforme—¿Vive por esta zona?
—Ah, sí, yo...vivo por aquí—aclaró su garganta. Guardó su teléfono de nuevo manteniendo la calma, no podía ser tan obvia.
—Estamos buscando a un hombre peligroso, ¿Podemos mostrarle una foto y decirnos si lo ha visto?
—Claro—forzó una sonrisa. El oficial le entregó una hoja donde en letras mayúsculas se leía SE BUSCA, JungKook aparecía en la foto mirando a la cámara con rostro serio mientras sostenía un cartel en manos con un código y su nombre. Sus hombros se tensaron, recordar que para el mundo era un delincuente dolía. ¿Por qué todos mintieron a la policía? —¿Qué les hace pensar que este hombre está en el vecindario, oficial?
—Se escapó antes de ayer por la noche. Algunos de nuestros compañeros dicen que lo perdieron de vista por esta zona, creemos que puede estar en una de las casas.
"Oh, oh"
—No lo he visto—regresó aquella hoja.
—Quédesela, si llega a verlo o cree haberlo visto no dude en llamar a la comisaría.
—¿Quiere que la llevemos, señorita? —ofreció el que estaba frente al volante—Ahora mismo no es recomendable andar sola.
—No, estoy bien, gracias. Si veo algo no dudaré en llamarlos, que pasen buen día, oficiales—hizo una reverencia. La patrulla se alejó, cuando salió de su visión comenzó a correr hacia la casa.
JungKook miró aquella hoja con su foto, su nombre y abajo decía "traficante de drogas". Se dejó caer en el sillón un tanto cansado mentalmente, si hace unos meses le hubieran dicho que terminaría siendo buscado por la policía y traicionado por las personas que conocía jamás lo creería. Restregó sus ojos teniendo dolor de cabeza.
—No soy culpable—se repitió así mismo—Alguien jugó conmigo, es todo, no pierdas la cabeza, JungKook.
—Oye—Hye tocó su hombro—No sigas viendo eso—tomó la hoja haciéndola una bola con sus manos—No te desesperes. Lo principal era ser contratada—dio palmaditas a su espalda—Ya estoy dentro.
—Sí, tienes razón, no puedo enloquecer. ¿La policía te dijo algo más?
—Creo que estarán revisando la zona, no me sorprendería si empiezan a tocar las puertas de las casas—notó la preocupación en el rostro del chico.
—Hye, si la policía me atrapa de nuevo pasaré muchos años en prisión por algo que no hice.
—Lo sé.
Él tomó su mano y ella entrelazó sus dedos dando un apretón. JungKook jaló de Hye permitiéndole tomar asiento en sus piernas, abrazó su cintura con sus brazos, ésta rodeó su cuello abrazándolo. El calor del otro fue un poco tranquilizante.
—¿Tienes a alguien en mente que quiera verte mal? —preguntó mirándolo.
—No tengo a nadie en mente—sus ojos se encontraron—¿Quién te atendió en el negocio?
—Una mujer hermosa, tenía tatuajes en sus brazos—a JungKook se le hizo familiar. Frunció el ceño identificándola al escuchar el nombre—Yoo YoungOk.
Claro que la conocía.
La puerta de aquella sala se abrió. JungKook estaba esposado como si de un criminal se tratara, sentado en aquella silla vio a su novia. YoungOk se acercó a la mesa tomando asiento frente a él, el susto y la preocupación era evidente en el rostro del pelinegro.
—¿Conseguiste un abogado?
—Sí, pero no creo que puedas salir de esta.
—¿Qué?
—La policía encontró la evidencia en tu local, JungKook.
—¿Me estás jodiendo?, sabes que no tenía idea de esa mierda.
—Las evidencias hablan por sí solas—se encogió de hombros.
JungKook no podía creer lo que escuchaba de ella, YoungOk y él eran pareja desde hace un año. La chica trabajaba en su negocio como tatuadora también, era muy buena en lo que hacía. Se habían conocido cuando llegó al local buscando empleo, JungKook no necesitaba personal en ese momento, pero algo en la joven le hizo aceptarla. Quizás por lo atractiva que le pareció, unos meses después empezaron a salir coqueteando entre sí llegando a formalizar la relación.
—¿Viste a alguien colocar esa bolsa en el escritorio?
—No.
—Me estás mintiendo.
—No lo hago, JungKook—se inclinó hacia adelante observando sus muñecas esposadas—Te metiste en problemas, no intentes arrastrarme contigo.
La imagen que tenía de su novia se estaba derrumbando por completo. Desconocía por completo esa versión de la chica que decía amarlo.
—La policía dijo que todos afirmaron ser amenazados por mí—en su voz se notaba que intentaba mantener la calma. No sabía expresar lo que sentía, era una mezcla entre enojo y decepción—¿Quieres decirme en qué momento lo hice? —levantó la ceja que tenía el piercing.
YoungOk sonrió ladinamente negando con la cabeza.
—¿No crees que sería extraño que todos dijeran una mentira?
JungKook golpeó la mesa convirtiendo sus manos en puños.
—Sabes que es una maldita mentira. Nunca te amenacé, nunca amenacé a nadie.
—Si te alteras será peor para ti. No te preocupes, tu negocio será abierto, por el momento acostúmbrate a tu nuevo hogar, amor—pellizcó su barbilla guiñándole el ojo.
—¿JungKook? —el chico parpadeó varias veces—¿Estás bien?, te quedaste callado con la vista perdida.
—Sí, estoy bien.
—No te creo. ¿En qué pensabas?
—YoungOk fue mi novia—confesó—Ella trabajaba en el local conmigo, era otra de las tatuadoras.
—Oh—HyeLin sintió una ligera incomodidad. No debía sentirla, lentamente quitó sus brazos de su cuello recordando a la chica de recepción—Ella es...hermosa.
—Sí, lo es—JungKook se mostró muy serio—Pero es una mentirosa como el resto.
—Ahora entiendo cuando dijo conocer a alguien que se había graduado de la secundaria donde estuvimos—y añadió—Eras tú—la decepción se notó de nuevo en su rostro—Oye, voy a ayudarte. No te desanimes.
—Es imposible no hacerlo, tenía una vida antes de este desastre, ahora todos creen que soy un traficante de drogas.
—¿Cómo es que tus empleados también mintieron sobre el asunto?
—No lo sé.
—Debes tener a alguien que quiere verte hundido.
—Créeme que no me viene nada a la cabeza—colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja. Deslizó sus dedos por mandíbula—Ahora veo que debía acercarme antes.
—Después de todo terminaste metiéndome en problemas—golpeó su pecho sin mucha fuerza.
—HyeLin.
—¿Sí?
—¿Por qué dejamos de hablarnos?, luego de la graduación...todo se detuvo para los dos.
Hye acomodó el cuello de la camisa del chico sin saber que decir. Ella tampoco recordaba porque se separaron.
—Cada quien tomó su camino, eso pasó.
—La última vez que te vi fue ese día de la graduación. Tu madre no fue al evento y aunque decías que estaba bien sabía perfectamente que no lo estabas—Hye levantó sus ojos grandes hacia él. JungKook acarició su mejilla sonriendo un poco—Justo como ahora.
—Supongo que es lo malo cuando alguien te conoce tan bien—forzó una sonrisa—Tú también estabas molesto ese día porque tus padres no dejaban de insistir con enviarte al extranjero a estudiar.
—Pero me quedé en Corea.
—¿Hiciste lo que querías?
—Eso creo. Tomé las riendas de mi vida y me independicé porque sabía que seguir bajo su techo me traería problemas—deslizó su mano a su hombro y su brazo—¿Alguna vez hiciste lo que querías?
—No—no necesitaba pensarlo mucho—Creo que estoy condenada a sobrevivir el día a día.
—No lo creo, tienes esta casa...
—Que pagué con un dinero que mi madre mantenía escondida de mí. No intentes buscar detalles positivos en mi vida.
—Estás siendo muy dura contigo.
—Tengo que serlo.
—¿Te has felicitado alguna vez por algo que hayas hecho o conseguido? —mantuvo sus ojos en ella—No seas tan cruel contigo misma, tonta.
—¿Desde cuándo te volviste tan sabio?
—No lo soy, sólo intento impresionarte—logró sacarle una risita que lo hizo sonreír.
—Idiota.
El timbre de la casa se escuchó, el momento se vio interrumpido, ambos intercambiaron una mirada preocupada creyendo que era la policía. HyeLin se levantó acercándose a la ventana, movió un poco las cortinas cerrándolas casi en el acto. Eso debía ser una maldita broma.
—Mierda.
—¿Qué sucede? —el chico se acercó para mirar y ella lo detuvo—¿HyeLin?
—Es mi madre.
—¿Qué hace aquí?
—¡No lo sé!, sube y escóndete. No quiero que te vea aquí.
—Tal vez se vaya si no le abres.
—Sé que estás ahí, Hye, abre la puerta—se escucharon sus golpes. La castaña empujó al pelinegro hacia las escaleras indicándole que subiera, JungKook obedeció escondiéndose en la pared. No iba a dejarla sola en ese momento.
HyeLin giró el pomo abriendo la puerta, una mujer de cabello castaño como el suyo, de ojos cansados y ojerosos entró a la casa empujándola muy molesta.
—Tú, mocosa malcriada, ¿Cómo se te ocurre ignorar mis llamadas y mensajes? —acusó.
—¿También memorizaste mi dirección? —HyeLin fue irónica—Vete, tengo cosas que hacer.
—¿Cómo qué?, fui a buscarte a tu trabajo, me dijeron que renunciaste.
—Oh, ahora quieres preocuparte por la hija que nunca te importó.
—Tienes que pagar la deuda o van a matarme.
—Perfecto, un problema menos—el impacto llegó a su mejilla. JungKook tensó sus manos debatiendo si intervenir o no, si la madre de Hye llegaba a verlo podía delatarlo, asomó su cabeza teniendo una mejor vista.
—Eres una pésima hija, ¿Cómo puedes desearle la muerte a tu madre? —volvió a empujarla. Hye tocó su mejilla sintiéndola arder, dolía, pero más dolía tener que soportar todo eso—Tú debes es cuidar de mí, prometiste pagar esa deuda, si vienen a buscarme me encargaré de que te atrapen también.
—Eres una pésima madre, ¿Cómo puedes desearle la muerte a tu hija? —repitió sus palabras. Cuando la señora Shin levantó su mano para golpearla, la chica la detuvo empujando su brazo—¡Ni se te ocurra tocarme de nuevo!, esa estúpida deuda es tu maldito problema y tuve que asumirla cuando la vida de ambas corría peligro—levantó la voz—Sí, ignoraré tus llamadas y mensajes, ya bloqueé tu número, si tanto te importa tu vida, ¿Por qué gastaste el dinero de mi cuenta? —la mujer apretaba su mandíbula de la rabia. Era de la misma estatura que Hye, su cabello estaba recogido en una coleta baja igual de liso que el de su hija, irónicamente ambas se parecían mucho—¿Quieres una respuesta, mamá?, tu jodido problema con el licor es el que no te deja pensar, estás enferma.
—Soy tu madre, no me hables así.
—Ese es el problema, eres mi madre, pero nunca actuaste como una—sus ojos ardieron por las tontas lágrimas. HyeLin se contuvo cerrando sus manos, no iba a llorar frente a ella, nunca lo hizo—¿Te preocupaste por mí cuando pasó lo de esa noche? —a JungKook le dio curiosidad—No lo hiciste, estabas ebria, te habías desmayado mientras yo me desangraba por culpa de esos hombres, mamá.
La mujer no supo que decir. Sabía que tenía un problema, también sabía que era muy difícil dejar su adicción al alcohol.
—Las cosas se salieron de control, debes dejar de culparme por eso.
—¡Fue tu culpa llevarlos a la casa!, fue tu culpa que ellos...—su voz flaqueó—Fue tu culpa que ellos me lastimaran.
—Lo siento.
—Sí, eso he escuchado muchas veces, luego vuelves al viejo hábito—negó con la cabeza—Vete, no te quiero ver de nuevo.
—HyeLin, vendrán por ambas...
—Moriremos juntas entonces. Vete—lo siguiente impactó con fuerza en la mujer—Olvida que tienes una hija, estoy decepcionada de ti y lamento mucho que seas mi madre.
Sé que me inspiré en el capítulo porque alcancé las 2mil palabras xD
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