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『Dos』

Capítulo 2
Prófugo

Hye colocó una taza de café frente al chico. Estaba atónita todavía de tenerlo allí y más aún de verlo así. Luego de la graduación ambos tomaron sus rumbos rompiendo el contacto por completo, HyeLin tomó asiento frente a él en el comedor esperando una explicación. Había escrito a su jefe diciendo que estaba indispuesta, luego de que el hombre le dijera que una trabajadora incompetente y que no le pagaría el día terminó aceptando.

—¿Qué demonios haces en mi casa? —exigió saber.

—También me alegra verte, hermosa—dio un sorbo a la taza. Las mangas de su uniforme se encontraban dobladas hasta sus codos, Hye veía con atención cada movimiento y JungKook comenzó a hacer lo mismo con ella—No has cambiado nada.

—No puedo decir lo mismo de ti, apenas te reconocí—señaló jugando con sus dedos en la taza—Te escapas de prisión, vienes a mi casa, te comes todo lo del refrigerador y pretendes que me alegraré de verte.

—Tenía hambre durante la noche, no quería despertarte.

HyeLin bufó sin creer lo que escuchaba.

—Así que entraste a mi casa, que considerado.

El chico se cruzó de brazos sobre la mesa, la miró fijamente unos minutos notando un poco el nerviosismo en ella. ¿Por qué la estaba mirando así?

—La última vez que te vi teníamos 17 y 18.

—No evites mi pregunta.

—Vine porque este es el único lugar donde no me buscaría la policía—bebió otro poco de café. La castaña frunció el ceño sin entender.

—¿Cómo supiste dónde vivía?, hace ocho años que no sabemos del otro.

—Bueno, eso no es del todo cierto—rascó su cabeza. Una clara señal de incomodidad o nerviosismo, Hye también sabía leerlo bien—Desde hace un tiempo estuve viéndote.

—¿Qué?

—Sé que tienes un trabajo de mierda en ese supermercado. Todo el personal allí es una mierda—se encogió de hombros—¿Qué pasó contigo?, la Hye que conocí habría renunciado desde hace mucho.

Cuando HyeLin conoció a JungKook él también había estado mirándola desde hace un tiempo, desde hace meses específicamente. Podía parecer estúpido, pero le recordó a los viejos tiempos.

—¿Sigues acosando a las mujeres?

—No, sólo a ti—sonrió con esa típica picardía que lo caracterizaba—Pensé en acercarme a saludar, pero...no podía.

—¿Por qué?

—No quería meterte en problemas.

—Oh, disculpa, que considerado—la ironía de ella salió a relucir—Déjame recordarte que ya estoy en problemas al permitir que estés aquí, ¿Cómo demonios entraste?, ¿Sabes que sigo pensando en entregarte?, acabas de admitir que me acosaste, interrumpiste en mi casa sin permiso, estás ocultándote de la policía y realmente no quiero arriesgar mi cuello.

JungKook tomó una bocanada de aire rascando su cabeza de nuevo. Sí, definitivamente eso no sonaba bien.

—Escucha, sé que las cosas pintan algo que no es...

—Tienes el uniforme de la cárcel, JungKook, las cosas pintan lo que es.

—No estuve preso por gusto.

—Me parece que nadie va a la cárcel por gusto.

—Me enviaron injustamente, me culparon por algo de lo cual no tenía siquiera idea alguna—su voz se endureció y en sus ojos se notó una chispa de venganza. JungKook tensó sus brazos chasqueando la lengua, jugó con ésta por el lado interno de su mejilla—La policía cree que mi negocio estaba vendiendo droga.

—¿Tu negocio?, ¿Tienes un negocio?

—Las personas que creía conocer acabaron colocándose en mi contra asegurando que los había amenazado prometiendo darles un porcentaje de la mercancía—indicó—Es estúpido, nunca amenacé a nadie.

—¿Encontraron la droga en tu negocio?

—Sí. Te juro que no sabía de esa droga en el lugar, nunca he vendido droga ni he estado metido en esos asuntos, HyeLin—aseguró. Parecía estar muy firme de sus palabras, sabía que no mentía, era sencillo notarlo para ella.

—Alguien te quería en la cárcel o quizás simplemente fuiste la mejor víctima que tenían.

—Todos acabaron traicionándome, estoy seguro que alguien dentro de ese círculo inició todo.

—¿Qué pretendes entonces?, ¿Le dijiste esto mismo a la policía?

—Lo hice, no funcionó. Ni siquiera tomaron en cuenta mis palabras, el abogado que debía ayudarme acabó dejándome por supuesta evidencia que me inculpaba—negó con la cabeza un tanto frustrado—¡No sabía de esa droga!, Hye, sé que he sido un imbécil muchas veces, pude haber tenido malas decisiones en mi vida, pero nunca vendería o trataría con droga.

La chica pasó sus manos por su cabello analizando la situación.

—Aun así, la policía está buscándote. No puedo tenerte aquí.

—Oye—tomó sus manos sobre la mesa. Hye sintió su apretón en ellas mirándolo con ojos bien abiertos, JungKook se inclinó hacia adelante manteniendo ese contacto visual—Necesito que me ayudes, me escapé para demostrar que soy inocente...

—Esta no es la manera de hacer las cosas—al intentar alejar sus manos él apretó sus muñecas.

—La policía no me creerá, tengo sospechas de que alguien los está controlando también, sabes muy bien que nunca se puede confiar en ellos.

Y sí que lo sabía.

—¿Qué harás entonces?, ¿Ir dónde tus amigos para que vuelvan a encerrarte?, no puedes hacer nada.

—Puedo investigar por mi cuenta—se acercó más con una sonrisita ladina—Necesito tu ayuda, Hye.

—¿Por qué no pudiste acercarte antes como una persona normal?, siempre esperas el momento menos indicado.

—Sabes que tengo un don para joder el momento—una ligera sonrisa apareció en los labios de ella—Por favor, te lo estoy pidiendo, ayúdame.

Una vez la ayudó cuando estaba pasando un mal momento, JungKook sabía mucho de ella, más que ella misma y Hye conocía a ese tonto. Lo conocía demasiado bien en todas las formas posibles, rodó los ojos odiándose por lo que diría.

—Me culparán de ser tu cómplice.

—Me aseguraré de que eso no pase, te doy mi palabra y sabes que nunca fallo a ella—depositó un beso a sus manos—Ayúdame a demostrar que soy inocente.

—Está bien. ¿Cómo pretendes demostrarlo?

—Necesito que renuncies a tu trabajo en el supermercado.

—¿Qué?, ¿Estás loco?

—Irás a mi negocio y harás que te contraten allí. Serás mis ojos en ese lugar, Hye.

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