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Capítulo 25| El inicio del final.


Se puede decir que llevar la misma ropa que Noha me hacía mucha gracia, de verdad que solo necesitaba desaparecer de una buena vez de la faz de la tierra, más ahora que la cabeza me empezaba a doler mucho.

Vi el frasco de pastillas sobre el lavabo del baño, necesitaba tomarlas para sentirme mejor y que quizás las manchas rojizas que empezaban a aparecer sobre mis brazos desaparecieran. Me sentía miserable por dentro y en mi cuerpo se mostraba la incertidumbre.

Me puse la cazadora de cuero y di un enorme suspiro. Todo estará bien, todo estará bien, todo estará bien.

—Gus, no olvides tomarte el medicamento—Tina me dice desde el otro lado de la puerta.

No le respondí.

Puse el frasco de pastillas lejos de mí y salí del baño. Tina me vio de pies a cabezas y sonrío.

—Vaya, dichosos los ojos que te ven—ella me revuelve el cabello juguetonamente.

—No me despeines—le digo tomando su mano apartándola por completo.

—¿Hasta cuándo vas a dejar de estar enojado?

—Hasta que muera.

—No es gracioso, Gustavo. —me dice, cambiando por completo el tono de voz—No quiero que vuelvas a repetirlo, es una orden.

—No seas exagerada—le doy un último vistazo para pasarle por un lado.

La escucho murmurar un par de cosas, pero no vuelve a decirme más nada en voz alta.

En la sala se encuentra Noha, vestido igual que yo. Verlo me generaba repulsión, de verdad que le guardaba un poco de odio. Tan solo un poco.

—Vámonos—me dice al tiempo que se pone de pie. Accedo y avanzo hasta la puerta.

Esto me trae un tipo de dejavu de la noche en que ambos fuimos a aquella fiesta, si hubiera sabido lo que me pasaría no hubiese accedido. Pero arrepentirme no sirve de nada, el caos ya esta ocasionado.

Hay noches como esta en las que solo necesitaba estar a solas, donde nadie pudiera molestarme y solo fingir que mi vida no era una mierda. De verdad que me gustaría solo irme lejos en donde nadie pudiera saber de mi paradero, tener un lugar seguro... un lugar muy mío, algo parecido a una guarida, esa en donde podría amoldarla a mi manera y saber que absolutamente nadie podrá profanarla sin mi permiso.

A veces quisiera ser un ave, extender mis alas y volar sin rumbo alguno. Me gustaría tocar con las puntas de mis dedos al mar extendido. De verdad que amaba el mar y me gustaría solo hundirme en él como un tesoro que algún pirata le dio por tirar por accidente, para así navegar naufrago de mi subconsciente entre las olas hundidas de una manta azul con rayos dorados sobre la coronilla de su cabeza.

—¿Puedo tomarte de la mano?—Noha pregunta con mucha inseguridad. Mi entrecejo se frunce al no entender—Hicimos un trato.

Era verdad, lo había olvidado. Pero la cabeza la he andado metida en las nubes que todo se me empieza a olvidar de la nada. Algo que me resulta extraño, a mí nunca se me olvida nada.

Le ofrezco mi mano. Noha con una sonrisa la toma. Luego seguimos caminando, pero como me he cansado decidimos tomar un taxi que nos lleve más rápido. Por la ventana del vehículo veo a las personas caminar con normalidad por las calles, algunas se han disfrazado. La noche es hermosa y estrellada, hace calor y solo quiero dormir un poco. Veo de reojo a Noha, el cual va viendo su celular con el entrecejo fruncido.

El mundo nos rompe a todos, más después, algunos se vuelven fuertes en los lugares rotos—le digo y este deja de ver el celular para verme a mí—En el hospital me leíste eso, ¿dime qué piensas?

—¿Cómo es que te acuerdas?—pregunta con una ceja enarcada.

—Hay cosas que no se me olvidan... Ahora respóndeme.

—No tengo nada que decir u opinar.

—¿Quieres que te dé mi opinión acerca de esa frase?—no me responde, así que me tomo la libertad de proseguir—Creo que todos en algún momento llegamos a sufrir, a caer, pero eso no quiere decir que debamos permanecer en el suelo... simplemente te tienes que levantar y convertir el fango en agua cristalina.

Noha no dice nada, desvía la mirada, pero soy consciente de las lágrimas sobre sus mejillas.

—No llores—es lo único que me sale decirle.

—Lloro porque soy estúpido—suelta de golpe, incluso el chofer del taxi se ha percatado—Solo soy patético por llorar por una persona que no me ama y que claramente me ha dicho que no siente lo mismo.

Noha suena enojado, como si no le gustara estar repitiendo lo mismo siempre.

—¿Una chica?—el chofer del taxi se mete en la conversación, nos ve por el espejo retrovisor y sonríe—Hombre no te lamentes, las mujeres a veces no son fáciles, ya te vas a enamorar otra vez.

Noha y yo nos vemos entre sí. Suelto aire retenido, mientras paso una mano por mi frente. Ninguno responde hasta que el auto se detiene y ambos bajamos por cada puerta. Noha le paga y el señor el cual se va dándonos un adiós con las manos, al cual correspondemos.

—Llorar no te hace patético, mucho menos estúpido, solo los valientes saben cómo llorar—le sonrío mientras tomo su mano—Vamos adentro.

Noha asiente y juntos avanzamos hasta meternos en lo profundo de la casa, al instante aparecen Jim, Otis y Zury, ellas van con disfraces en conjunto de las chicas súper poderosas. Bombón es Zury, Otis es Bellota y Jim es Burbuja. Llevan minifaldas y camisetas descubiertas por la espalda, botas altas y el cabello recogido en altas coletas. Sin duda son el centro de atención.

—Si viniste—dice Otis con una sonrisa—Vengan, vamos a buscar a Alan.

—Se ven geniales con esas chaquetas—Zury nos dice mientras nos toma de los brazos, interponiéndose en medio de Noha y yo—Tavo, ¿quieres saludar a Park?—cuando dice aquello me detengo abruptamente. No tenía idea si caminábamos—Uy, lo pasado pisado, no te pongas así.

La veo con dureza, recordando lo que me dijo Noha de que ellas fueron las que me grabaron en el baño besando a Nick. No tengo que dudar que la mente maestra fue Zury, pero también pudo haber sido Otis.

—Se ve guapísimo, ¿Cuánto me he de tardar para bajárselo a Otis?—Zury sigue diciendo. Noha la ve con seriedad—Que estúpida, ya se le ha metido como zorra, pero los amigos sabemos compartir, ¿verdad querido Tavo?

—Te vas a ir al infierno por hipócrita—le digo soltando una risa divertida.

—Primero te lo comiste tu, luego Otis y si Dios quiere próximamente yo—ella me da una palmadita en el hombro y sus ojos se enfocan en los de Noha—Oye, chico tonto, ¿quieres un poco de nuestra comida?

Noha posa su vista en mí y niega con la cabeza.

—Ya veo porque son tus amigas—dice con algo de ironía.

—No entiendo porque te enojas, siempre has sabido que nos gusta compartir—Zury se ríe y le revuelve el cabello a Noha—Pero bueno, quizás mueva un poco mis horizontes y recicle al rulitos bonitos, de verdad que extraño a ese otro tonto...—Zury no sigue hablando porque la tomo fuerte del brazo y la empujo lejos de mi.

—Deja de hablar tanta mierda, Zuramy. —le digo con cierto enojo, ella se me acerca retándome con la mirada

—Eres tan egoísta, además recuerda que Nicolás ya nos gustaba a nosotras desde antes—ella me suelta con franqueza—Sabíamos que también te iba a gustar.

—Joder, ¿Por qué están discutiendo?—Otis se mete en la conversación.

—Nadie está discutiendo—me apresuro en decir.

—Claro, no discutimos—Zury dice con una sonrisa mientras sus ojos se posan en otra persona—¡Oh!, Park, acércate y saluda a Gustavo, tienen mucho tiempo que no se ven.

Mis ojos dan con Park. Luce diferente, muy diferente. No me habla, solo mantiene esa expresión seria en su rostro, como si no le agradara la idea de verme.

—No conozco a este tipo—es lo único que Park dice. Se da vuelta y se dirige hasta donde se encuentra su hermana, quien habla con Alan.

Una sonrisa aparece en mis labios, ¿enserio pretende no conocerme?, pues hace bien.

—Ay, pero que bonita velada, ¿Por qué mejor no vamos todos al patio?—Otis trata de relajar el ambiente. Cuando la veo me cuesta admitir que ella es una persona muy cuestionable y a veces hasta cruel—Noha, Gus, vamos—nos sonríe, luego toma del brazo a su amiga y la jalonea para llevársela adelante—Si sigues jodiendo te voy a arrancar las extensiones con mis manos.

Veo de reojo a Noha, el cual no dice nada. Vuelvo a tomar su mano y le sonrío, aunque por dentro solo quiera irme a la mierda para no tener que verle la cara a todos.

—Park es demasiado guapo, ¿Cómo es que lo dejaste?—este me dice una vez que empezamos andar detrás de todos mis amigos.

—Prefiero no hablar de eso—sigo diciendo sin dejar de sonreír ni una vez.

Cuando entramos al patio trasero una corriente de nostalgia me invade. Recuerdo la piscina y como besé a Nicolás bajo el agua. Nadie existía más que solo nosotros.

—Como quieras, al final de cuentas sé toda la historia.

Todos nos sentamos en sillas, sobre una mesa hay bebidas alcohólicas, jugos y gaseosas. Opto por un jugo. Todos empezaban hablar de temas no muy importantes. Cosas que me aburrían, hasta que Otis dijo:

—Verdad o reto—todos rieron. Ella se tapó los ojos y con su dedo empezó a señalar a todos sobre la mesa hasta que quedó justamente en Alan—A ver, ¿prefieres verdad? O ¿prefieres reto?

—No quiero jugar nada—respondió al instante.

Otis puso los ojos en blanco. Se cruzó de brazos y se dejó caer pesadamente en la silla.

—Otis, ¿verdad o reto?—le pregunto. Ella me ve con el entrecejo fruncido, luego me sonríe como si supiera mis intensiones.

—Verdad—no duda en responder.

—¿Dime quien de ustedes tres fue la mente maestra detrás del video que subieron a los grupos de WhatsApp, sobre el beso entre Nicolás y yo?—mi pregunta hace que su sonrisa desaparezca—¿Fuiste tú?

—Deberíamos hablar de eso en otro momento—es su respuesta.

—No es para tanto, además eso ya pasó—Zury se mete en la conversación.

—Tienes razón, no es para tanto—digo. Tomo un sorbo de mi vaso y no les vuelvo a dirigir la mirada.

En eso Sandy se aparece. Se sienta con nosotros sin pedir permiso. Hay algo extraño en ella, se ve algo nerviosa. Ella ve de reojo a Park y me ve a mí, cuando quiere decir algo Zury se adelanta.

—Sandra, ¿verdad o reto?—eso la hace fruncir el entrecejo.

—Reto.

—Te reto a que te beses con Alan.

Eso hace que mi amiga abra sus ojos en grande, todos centran su vista en ella. Alan se ha puesto rojo.

—¿Qué?, no... No voy a hacerlo—dice.

—Tampoco pienso acceder—Alan dice—Dije que no quiero jugar.

—¿Por qué son así de mojigatos?—Zury les pregunta con hastío.

—Porque si voy a besar a una persona tiene que gustarme y yo también le tengo que gustar—le responde Sandy con obviedad—Y a mí me gusta otra persona y a Alan también le gusta otra persona.

Alan asiente, chocando la mano con mi mejor amiga. Después dice algo acerca de ir al baño y se va. Los demás se ponen a hablar, sacando una conversación que hace reír a todos, incluso yo me he reído. Todo eso me hace sentir un poquito mejor.

Veo a la gente pasearse por todo el patio, alguno bailan y otro hacen karaokes. La mano de Noha siempre sigue unida a la mía, como si en realidad fuéramos novios de verdad. Solo esperaba que este día se acabara para no volver a verlo, lo mejor que puede hacer es irse y tratar de olvidar todo lo ocasionado aquí.

No tengo en cuenta cuanto tiempo ha pasado, pero la risa de todos decae al instante cuando la persona que menos se esperaba ver aparece.

Me quedo congelado, soltando automáticamente la mano de Noha.

Todos los presentes pasan de verlo a él a verme a mí. A observar mi reacción.

Y solo puedo pensar:

Es Nicolás, Nick... Mi Nick. Y se ve tan bien como la primera vez que lo vi.

Sin querer dejo caer mi vaso con bebida, la cual se estaba calentando de a poco. Nicolás me ve con una expresión distante y fría, como si verme le llenara de repulsión.

Todo mi cuerpo me ha empezado a temblar. Solo tenía presente que necesitaba controlar mis emociones.

—Uh, Nika, que gusto verte... después de muuucho—Sandy le dice con exagero, y conocía perfectamente cuando ella trataba de fingir algo.

La gran tensión que crece entre todos los presentes es enorme, era como si ver a Nick después de mucho tiempo nos hubiera tocado algún punto, nadie esperaba a que viniera, o al menos yo no estaba consciente que lo volvería a ver.

Siento la necesidad de levantarme, de decirle algo... de al menos saludarlo. Abro mi boca para decir algo, solo que nada me sale. Así que vuelvo a sentarme, sumido en mi propia batalla de no tener idea de cómo tengo que reaccionar.

¿Qué se supone que debo de hacer justo ahora?

En ningún momento dejo de verlo, es como si tratara de procesar que esta acá después de mucho tiempo... También puedo sentir lo mismo en su mirada, aun quiera mantenerse fuerte estoy seguro que he tocado algún nervio.

Verlo me traslada a momentos que por más que quiera eliminar no puedo, verlo me hace seguir ahí, con la idea que nunca podré superar mis sentimientos.

¿Cómo se deja de amar a alguien que te hizo sentir millones de emociones que desconocías, pero al mismo tiempo sabes que le hiciste un daño irremediable que se apega a tu piel?

—Pero que caras tan largas—Una voz detrás de Nicolás dice, rompiendo el silencio.

Es ahí donde me doy cuenta que hay otro sujeto. Uno que no había visto nunca y por ende me genera una mala punzada.

Sandy se ríe, pero rápidamente se calla cuando clavo mi mirada en ella.

—¿Quién es este sujeto?—Noha es el que pregunta de la manera más distante posible, haciendo que vuelva a ver al tipo—Y, ¿Quién ha invitado a Nicolás?

—Te recuerdo que es mi casa—Alan se apresura en sobresalir—Si me apetece te largas ahora mismo, aquí tu eres el "no" invitado.

—Deja de ser tan tonto—Noha escupe sin tratar de ocultar su cara de desagrado al ver a Nika.

Estoy seguro que nunca dejara de ver de esa manera a Nicolás, como si fuera su mayor contrincante.

—Ya cállate Noha, solo haz silencio un segundo—Sandy le lanza un maní al rostro.

—¿Quién es él?—la pregunta me sale de la nada.

—¿Yo o él?—el chaval desconocido pregunta señalándose a sí mismo y luego señala a Nick.

No lo vuelvo a preguntar, me le quedo viendo de la manera más dura posible, sin doblegarme. Y toda mi vida vale mierda cuando soy testigo de como aquel chaval de cabellera oscura, playera y gorra hacia tras toma de la mano a Nick... mi Nick. Veo como le sonríe, como si viera algo valioso.

—Soy Dylan, Nick y yo estamos saliendo—dice sin alejar su sonrisa. Todos hacen caras de sorpresas, yo solo me quedo anonado sosteniendo las ganas de querer salir corriendo—Me ha hablado de la mayoría de ustedes, me da gusto por fin conocerlos.

Me gustaría opinar lo mismo.

—Uh, ¿De qué paraíso sacaste a este chaval, Nika?—Zury pregunta juguetonamente mientras se arregla la blusa—Pásame la receta.

—No hace falta receta, su actitud encantadora es lo que me ha enamorado, sus gritos en la mañana son lo mejor, aparte de su café mal hecho y que se queda con toda la cobija—este sigue diciendo y eso es la gota que rebasa el vaso.

Me levanto abruptamente de mi silla, sintiendo la sangre hervirme por los patéticos celos que me han dominando justo ahora.

—Voy al baño—digo como última cosa. No soy capaz de verle a la cara a Nicolás. Solo salgo y trato de fingir que me encuentro bien.

De la barra de bebidas tomo una botella de licor y me dirijo a un lugar en donde la bulla sea poca. Cuando veo a un grupo de chavalos fumando me les acerco y les compro un cigarrillo, estos me lo ceden de inmediato sin agregar nada.

Cuando lo prendo y le doy la primera calada siento como todo el cuerpo se me destensa, me siento sobre una roca cerca de la acera de la calle. Fumo y tomo con lentitud. Cuando cierro los ojos me imagino a Nick siendo feliz con ese chaval y me es imposible no llorar.

Lo imagino besándolo.

Lo imagino tocándolo.

Lo imagino haciéndolo reír,

Lo imagino tocando su cabello, sus labios, su cuerpo, su rostro... y por cada imagen errada que lanza mi cabeza podrida de envidia, solo quiero morirme.

Tomo a grandes tragos el amargo alcohol, cuando he acabado todo el cigarrillo lo lanzo al suelo pisándolo tan fuerte como me gustaría estar aplastado y sin vida. Cuando quiero beber otro trago llega Noha y me arrebata la botella, lanzándola lejos de mi alcance.

Sus ojos hacen contacto con los míos, y vuelvo a odiarlo todavía más.

—¡Por una mierda, deja de actuar de esa manera!—Noha me grita furioso.

—¡No, tu deja de actuar de esta manera como si te importara!—mi voz sale rota. Solo quiero que Noha deje de actuar con lastima, que me deje de ver con amor y lastima es lo único que quiero... Solo necesito que me deje respirar al menos un segundo, que me deje lamentar a mi verdadero amor perdido—¡Todo esto es tú culpa!, me sobornaste de la manera más cruel, y al final obtuve el mismo resultado, él me desprecia, le doy asco... Lograste joderme, ¿Por qué no solo te vas?, haz algo bueno—también quise gritarle: ahora ama a otra persona y me duele como no tienes idea.

—¿Por qué supones que no he hecho algo bueno?

—Porque eres tú—no dudo en responderle.

—Que irónico, ahora soy el villano—eso me hace quedar en silencio.

Estoy muy consciente de que el antagonista siempre he sido yo, he hecho sufrir y me han hecho sufrir. Al menos debería tener decencia humana en dejarme matar como yo quiero y no como él lo planea.

—No quiero verte, no puedo quererte, de verdad que no puedo hacerlo—aunque se lo había repetido un sinnúmero de veces sentí la necesidad de recordárselo—De verdad que no puedo... Por favor, solo vete.

—¿Enserio lo amas?—No le respondo. También me hacia las mismas preguntas, parecíamos discos rayados, solo que este empezaba a elevar la voz mucho—Yo te amo, pero a la vez te desprecio con toda mi alma, me hiciste mucho daño y nunca te lo voy a perdonar, esto te lo merecías.

—Lárgate, no quiero escucharte—lo corro con enfado. ¿Enserio se atrevía a decirme que merezco todo lo que me pasa?. Apunto con mi dedo la dirección opuesta, solo que mi mano lentamente se baja cuando veo que Nick estuvo ahí, escuchando todo.

Noha me ve y sonríe con sarcasmo, solo que su mirada dice lo opuesto... por esa razón elevaba la voz. Quería que Nick fuera testigo de que todo era falso.

—Me voy, y no precisamente porque me corras—agrega sin alejar su sonrisa sarcástica—, sino porque también me he cansado de oírte.

Y se va.

Bajo la mirada sin saber cómo reaccionar. Hay mucha tensión entre nosotros cuando Noha ha desaparecido, todo esto es relevantemente nuevo y algo dentro de mí me gritaba que no lo dejara escapar. Que le suplicara un "quédate" a como todos los chicos que enamore me lo suplicaron. Este era mi maldito karma. Tener que suplicar por amor a como un día me mendingaron y yo solo me marchaba.

Ambos nos sostenemos la mirada, lo veo tragar grueso y cuando retrocede un paso, de mis labios sale:

—No te vayas, por favor—Le supliqué al igual como lo hizo Park cuando pidió que no lo dejara, pero solo hice caso omiso y me largué, dejándolo tirado en el lodo. —Quédate un rato más, aunque sea en la distancia... Déjame creer que eres real—mis pies se mueven hasta que me acerco y con detalle puedo ver nuevamente su rostro tan hermoso bajo la luz de la luna.

—Fui real, pero tú solo lo convertiste en algo ficticio—murmura con la voz débil mientras sus ojos se humedecen y solo quiero pasar mis dedos por sus mejillas y limpiar las lagrimas de cristal que caigan de su bellos ojos—Nos convertiste en ficción, ¿Cómo te atreves a pedirme que me quede cuando me hiciste sentir como un juguete al que solo decidiste lanzar a la basura?

—Perdóname—se lo digo de la manera más sincera que habita mi interior. Si pudiera me arrodillaría—Ódiame todo lo que quieras, pero al menos déjame darte mi versión.

—No te odio—me dice y la verdad que ahora no sabía cómo sentirme. Mi Nick no me odiaba—No podría odiarte, pero tampoco quiero una versión tuya, me usaste y eso es lo que yo sé... Cuando quise que me dieras una explicación solo me corriste sin piedad y duramente me dijiste que no hiciera preguntas estúpidas, recuerdo como lo besabas y como tus manos lo tocaban, ¿A caso piensas que esas imágenes son fáciles de borrar?, sueño contigo todas las noches y no sabes lo tortuoso que es eso, solo quisiera que salieras de mi cabeza... que mis sentimientos murieran, pero no es tan fácil.

Y entonces llora.

Llora tanto que me es imposible no soltar lagrimas también.

—¡A como tampoco es fácil mi vida!, si me hubieran dicho que conocerte sería el principio de mi autodestrucción...

—Te entiendo, te hubieras alejado sin pensártela mucho—corto sus palabras, pero solo niega.

—Me dejaría destruir por ti las veces que fueran necesarias—y eso basta para callarme, mis ojos se agrandan con sorpresa, de todo lo que esperaba que me dijera esto era lo último que hubiera imaginado—Porque te amo, y eso basta para dejarte entrar en mi vida las veces que tú quieras, pero también me amo y eso involucra hacer lo posible para no dejarte hacerlo... Y lo tuyo con Noha, no me importa si es una farsa, pudiste solo haber rechazado lo que sea que te propuso sin importar las consecuencias, ¿Crees que no te hubiera entendido?, no me importaba tu pasado aunque me daba curiosidad saberlo, no me interesaba una mierda lo que hiciste antes, lo que importaba era el ahora; que también forma parte del pasado convirtiéndome en uno de esos chicos con los que te divertiste rompiendo su corazón.

—Contigo fue diferente, todo de ti era diferente—murmuro, viéndolo a los ojos. Escuchar decirlo que ama me hace llorar todavía más, es que mierda, yo también lo amo tan desgarradoramente—Nunca te mentí.

—¿Cómo podría creerte?

—Es mi turno de correr por ti—murmuro lánguidamente, ignorando su pregunta. Solo nos volvemos a quedar en silencio, no me apetece agregar más nada y espero que lo haga él.

Lo veo retroceder de a poco. No me deja de ver, pero tampoco me vuelve a decir nada. Y quería que me al menos me volviera a dar un puñetazo. Cuando me da la espalda solo puedo decirle un claro:

—No te vayas.

Pero ya estaba demasiado lejos.

Y yo solo podía asegurar que lo que temía se había cumplido.

Quise forzar al destino y solo obtuve un mismo final.

Fue justo aquí cuando me di cuenta que en ningún universo terminamos juntos. En todos tenemos el mismo final.

‹‹A lo largo de mis años tuve muchas visiones de mi futuro en otras realidades y en ninguna fuiste tú››

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