Capítulo XV
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Jueves, 7 de julio de 2021, 3:30
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Taehyung y Jeongguk entraron a la casa del primero. Yoongi los había visto tensos luego de tener esa pequeña reunión en la cocina del bar, y les permitió irse para que pudieran despejar correctamente sus mentes.
Yoongi entendía la situación de Jeongguk, y se colocaba en los zapatos de Taehyung. Era una gran parte de la magia del primo: su empatía.
Taehyung sabía que había algo pendiente por hablar, claro que sí. Jeongguk se sentó en el sofá con el mayor a su lado. Estaban viendo la televisión, un programa de subastas que por alguna razón era divertido de ver para los dos. Y antes de que se olvidara, el mayor habló:
-¿Podemos... -siseó- dejar una cosa en claro?
Jeongguk asintió obediente. Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal, dejando ver esos ojos de Bambi que Taehyung comenzó a observar durante más y más tiempo, casi incapaz de apartar la mirada de ellos.
-¿Qué pasa?
-¿Sabes qué me dijo mi primo el día en que fuiste a recogerme?
No sabían si era algo bueno o malo, pero algo común entre ellos dos era hacer rodeos. Era como un pequeño descanso antes de la bomba, era inevitable.
-¿Qué te dijo?
-Que todo lo que pasó con la foto y nosotros le benefició. Ya no tiene miedo de mostrar a su novio. Yo sabía que tenía pareja... Lo que no sabía era que se trataba de un chico.
Jeongguk pensó por unos segundos y sonrió pequeño.
-Fue un rato muy difícil, pero poco a poco saldrán buenas cosas de ello.
Taehyung asintió, compartiendo lo que había dicho.
-Yo tampoco tendré miedo de amar ahora. Siempre debo cuidarme de las personas que odian y desprecian a los demás, pero por lo menos no tengo que ocultar nada. No tengo que... ocultar a mi novio.
Jeongguk apoyó la idea con una risa, gesto que desapareció cuando recapituló lo que el mayor dijo.
-¿Novio?
Taehyung miró el suelo, el techo, sus manos, su maletín, su celular, el reloj y todo su departamento. Le huía a la mirada perpleja del pelinegro.
-Novio.
Jeongguk siguió la mirada de Taehyung, tratando de averiguar por qué miraba a todos lados con rapidez. Luego cayó en cuenta que eran puros nervios, y quiso reír.
-Uuuhm -se acercó-, no recuerdo que hayamos llegado a ese nivel aún.
-¿Ah sí?
-Ujum -Taehyung seguía sin verle-. ¿Me podrías refrescar la memoria?
-Me temo que no sabría cómo hacerlo -por fin compartieron miradas, una demasiado inquieta y otra demasiado buena ocultando sus deseos- porque no ha llegado tal momento. Lo siento.
Aquello dejó a Jeongguk sin habla. De la nada no sabía exactamente a qué se refería el mayor.
-¿Lo sientes?
-S-Sí. Mi papá nos presentó como una pareja seria, y tal vez eso no es lo que querías y ahora todo el mundo piensa que es así. Perdón, no supe decirle que aún estábamos conociéndonos.
Como me encantaría que el miedo fuera algo material para poder ser capaz de tomarlo y arrancarlo de ti.
-Deja de estresarte, tómate un respiro. No has parado de pensar en mil cosas desde... Puedo apostar que desde antes de conocernos.
Taehyung sonrió con cansancio. Estaba en lo cierto.
-Es que no puedo tranquilizarme aún. Te metí en esto.
-Yo no quiero que te preocupes por mí, Taehyung. No estoy aquí para eso, estoy aquí para salir contigo porque me gustas. Y yo -Taehyung comenzó a bajar su mirada, y antes de eso Jeongguk le tomó del mentón para evitar que separara su vista de la suya- desde el primer momento quise ser tu novio. No pensaba en nosotros como otra cosa. La forma en que se dieron las cosas no cambia nada. Si tú estás bien con que lo seamos... yo estoy más que encantado. E-Espera, ¿por qué lloras? Hey.
Jeongguk se apresuró a quitar las lágrimas que comenzaban a salir.
-Son de alivio -entonces se apartó, limpiando su propio rostro.
Jeongguk sonrió. Se acercó hacia Taehyung con una sola meta en claro, sin embargo el sonido de la televisión los descolocó.
No ha pasado mucho desde las palabras que Kim Taeyong ha dicho sobre su hijo, Kim Taehyung, luego de la polémica foto que no para de rondar por internet. Últimamente-
Antes de que se pudiera escuchar algo más de esa pantalla, Jeongguk la apagó, satisfecho por hacerlo rápidamente.
-Ahora sí, ¿en qué estábamos? -preguntó colocándose delante de Taehyung y provocando que el mayor le dejara espacio entre sus piernas de manera automática.
Estaban muy cerca, e incluso si Taehyung le estaba viendo a los ojos, sabía que no estaba allí en ese momento.
-Taehyung -murmuró bajito, suave y cuidadoso-, piensa sólo en mí.
Y fue inevitable hacerlo luego de que el peliazul sintió las manos ajenas tomando sus muslos y jalándolos hasta tener sus pechos pegados. Sólo faltaba un movimiento para que el espacio dejara de existir.
La posición era inusual, y le encantaba. Sentía la respiración de Jeongguk chocar con la suya, y cuando fue terriblemente consciente de la situación, su mente se quedó en blanco, borrando las palabras dichas por la mujer de las noticias.
Ahora sólo eran Jeongguk, él y unos súbitos deseos de besarle.
Eso hizo. No requirió de mucho esfuerzo, sólo tuvo que tomar el cuello de Jeongguk y capturar sus labios entre los suyos creando un fogoso beso. Era encantadora la manera en la que el menor sabía besarle con tanta hambre y ternura al mismo tiempo. No había otra combinación de sentimientos que se comparara a la idea de sentirse deseado y amado de esa manera. Y solamente con Jeongguk.
El pelinegro soltó sus muslos, pero éstos no se movieron de lugar. Satisfecho con eso, Jeongguk paseó sus manos desde la cintura, la espalda baja, el pecho hasta llegar al cuello donde ahora él se encargó de mantenerlos unidos para que así Taehyung pudiera tocarle en otro lado.
El mayor notó aquello, y analizó por un segundo si a Jeongguk le gustaba eso: ser tocado y mimado. Ah, la idea le estaba volviendo loco.
Sus manos viajaron intrusas dentro de la camiseta de Jeongguk, sacando un jadeo de él. Le tocaba el abdomen marcado y le apretaba fuertemente de la espalda para tenerle más cerca. Sus movimientos eran lentos, no queriendo apresurarse y que aquello acabara en un segundo.
Era obvio que para ese momento ambos portaban unas dolorosas erecciones, sin embargo el menor no estaba seguro si debía de ir más allá.
Jeongguk sintió que el aire se le iba en el momento en que percibió a Taehyung removerse para estar más cerca de sus caderas. No sabía si tenía en mente restregarse a su cuerpo, y no le desagradaba la idea.
No obstante, no era eso lo que le paliazul pensaba, y lo hizo notar en cuanto comenzó a desabrochar el cinturón contrario.
Entonces Jeongguk se separó, jadeando ruidosamente, al igual que el mayor.
-Tae, ¿qué estás-?
No pudo terminar su pregunta, la mano de Taehyung tocando su miembro por sobre la tela le cortó el habla. A cambio de palabras, soltó un gemido que fue exquisito para los oídos de Taehyung.
-Tómalos, los dos -dijo con dificultad mientras él también se disponía a quitarse su propio pantalón.
Vaya, por primera vez en su vida se encontraba así de ansioso por masturbarse.
Jeongguk rio ante su pensamiento. Obviamente se pondría ansioso, es Taehyung.
-A-Ah... -jadeo el mayor luego de que Jeongguk por fin liberara sus miembros de los bóxers y los tomara con su mano.
El contacto le provocó cosquillas en la parte alta de su estómago debido a la combinación de vergüenza y emoción. Hace mucho no las sentía, tal vez porque no ha pasado un momento de pena delante del menor. Sin embargo en ese momento sí que estaba apenado. Con un muchacho cualquiera no le hubiera importado desnudarse ya que no estaba esperando gustarle al contrario, sólo follar. Pero era Jeongguk.
Quería gustarle a Jeongguk, que el menor pensara que él es hermoso.
Se tomó fuertemente del sillón cuando la mano ajena comenzó a subir y bajar a una velocidad moderada, ni tan lento ni tan precipitado. A veces se detenía en el glande para acariciar con las yemas de sus dedos. Soltaban jadeos, no estaban tratando de reprimirlos.
Jeongguk subió la velocidad mientras miraba directamente a Taehyung, quien por su parte no despegaba la vista de lo que pasaba allí abajo. Quería ver su rostro al estar excitado, quería verle y oírle gimiendo, necesitaba que se corriera para conocer ese lado de él.
-Je-Jeongguk.
Y luego de pensar en ello, el menor aumentó sus movimientos de forma inconsciente, volviendo loco al mayor.
Taehyung miró hacia Jeongguk, y lo atrapó viéndole. Se permitió ruborizarse por unos segundos, y volvió a tomar el cuello ajeno para besarle. Sus jadeos morían en los labios ajenos.
Supo que estaba a punto de llegar cuando las cosquillas se presentaron en la parte baja de su estómago.
-¿Ya casi? -preguntó el menor cuando notó que el mayor se tensaba un poco.
-S-Sí.
-B-Bien -dejó un casto beso en los labios ajenos y lo empujó hasta dar con el sillón-. Quiero verte cuando te corras.
Los ojos de Jeongguk estaban fijos en él, e incluso si eso le dio vergüenza no estaba en sus planes retener sus gemidos, ni ocultar sus expresiones.
Segundos después, Taehyung acabó, manchando los pantalones de ambos. Sus músculos se tensaron y un pequeño grito de satisfacción salió de su garganta.
Jeongguk dejó ir el miembro del mayor para no sobreestimularlo y siguió masturbando el suyo. Taehyung ahora era el que le veía.
No dijo nada cuando su mano se extendió hasta dar con la erección ajena. Jeongguk apartó su mano y ahora era Taehyung quien subía, bajaba, acariciaba el glande.
Jeongguk se corrió unos segundos más tarde. Aun cuando no fue algo como tener a Taehyung tomándolo con la boca, o él follando a Taehyung, su pecho subía y bajaba por la adrenalina que sintió en su momento.
Eso fue caliente.
-Estamos hechos un desastre -comentó el mayor al ver sus ropas manchadas por el semen de ambos.
Jeongguk sonrió.
-Creo que tendrás que prestarme ropa otra vez.
-Ven -lo acercó y le abrazó. Jeongguk murió de ternura por eso.
¿Cómo estaría él en ese momento si no hubiera entrado a ese bar aquella noche? Seguramente seguiría igual: Yendo a citas con mujeres, en el clóset, sin poder decirle a su padre la verdad. Siempre con miedo.
No fue la mejor forma de salir, pero fue la que obtuvo. Debido a eso, ahora podía besar a Jeongguk, tomarle de la mano en público, salir a citas con él y, lo más importante, no tendría que casarse con una mujer para darle un heredero a su papá. El señor entendía que hijos no podían tener, pero eso es tema aparte.
-Jeongguk.
-¿Uhm?
-Te amo.
Jeongguk rio.
-Bueno...
-¿Te estás poniendo duro otra vez?
-Perdóname -Jeongguk le tomó de la cabeza y lo besó, creando un ruidoso chasquido cuando se separaron-. También te amo.
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gracias por leer.
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