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Capítulo III

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Martes, 22 de junio de 2021, 22:18

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Taehyung salió del taxi. Estaba tremendamente cansado, pues no sólo había tenido muchísimo trabajo, sino que su papá le había programado una cita de la que no estaba enterado.

Esta vez, la chica fue un dolor de cabeza.

No estaba para nada acostumbrado a que las chicas muestren interés en él, y era la primera vez que una de sus citas sí quería formar algo.

Fue incómodo tener que explicarle que no estaba buscando a nadie realmente, y que la única razón por la que tenía esas reuniones era por su padre.

Ella lo tachó de egoísta y la velada fue terriblemente incómoda. Ninguno dijo nada en la hora restante.

Lo bueno de ello es que se había salvado de asistir a una despedida de soltero del empleado de su padre. No le agradaba ese sujeto, así de simple. Y teniendo en cuenta el hecho de que habían reservado un local de su padre por una noche entera, esa fiesta no iba a durar poco.

Pero por fin, allí estaba.

Mañana su jornada empezaría a las diez de la mañana, por lo que podía darse el lujo de pasar unas dos horas de la madrugada en ese lugar.

Sin embargo, no sabía qué hacer. ¿Esperar ahí, solo y callado?

Suspiró entrando al bar.

Lo primero que notó fue lo llenas que estaban las mesas. No había una fila afuera, pero sí que tenían clientes.

"Su mesa" también estaba ocupada.

La chica que le atendió los otros dos días se encontraba tan ocupada que no notó su presencia, y lo más probable es que el cocinero también esté al tope de trabajo.

¿Debería volver otro día?

Se mordió la mejilla interna un par de veces, y entonces dio media vuelta, convencido de que no era el mejor día para ir.

-Viniste -le dijo el azabache, quien estaba entrando al lugar con varias bolsas en sus manos. Era un alivio que Taehyung hubiera detenido su andar a tiempo, o sino hubieran chocado.

-¿No deberías estar en la cocina? -preguntó algo sorprendido. ¿Quién era el que trabajaba entonces?

-Mi primo me mandó a hacer unas compras. Se nos acabaron bastantes cosas por esto de tener tantos clientes de la nada -reforzó su agarre en las bolsas y dijo-. Cuando yo vuelva, él tendrá que servir mesas.

Taehyung asintió y sus ojos se deslizaron hasta el pecho del contrario, en donde descansaba una pequeña insignia.

Jeon Jeongguk.

-¿Tú cómo te llamas? -preguntó el azabache al verle leer su insignia.

-Taehyung... -volvieron a verse a los ojos, entonces reaccionó-. ¿N-No necesitas ayuda con eso? Se ven pesadas.

-Estoy bien -dio un vistazo al lugar, y rio un poco-. Te diría que tomes asiento, pero parece que no hay -sonrió-. Sígueme.

Jeongguk caminó por todo el local hasta llegar a esa gran puerta. Taehyung se apresuró a abrirle para darle paso, y el contrario le agradeció junto con una sonrisa. Ambos entraron, entonces Taehyung miró a un pelimenta caminando de aquí para allá mientras cocinaba, servía platos y limpiada uno que otro lugar. Se veía muy estresado.

-Llegué, Yoongi hyung.

-Ya era hora. No me gusta trabajar bajo tanta presión, eso es lo tuyo -limpió sus manos con un trapo y se giró, sorprendiéndose al ver a un desconocido. No dijo nada, sólo esperaba a que Jeongguk le dijera qué hacía en un lugar sólo para empleados.

-Oh, él es Taehyung. Ayer lo invité a venir, pero no hay ninguna mesa disponible -dijo mientras dejaba las pesadas bolsas en una gran mesa.

Yoongi se le quedó viendo unos segundos, suspiró y se limpió el sudor con la manga de su camiseta.

-Iré a ayudar a Dahyun. Concéntrate en tu trabajo, no te equivoques con las órdenes y trabaja rápido.

-¡Está bien, jefe!

-¡No soy tu jefe! -gritó al salir.

-¡Técnicamente sí! -respondió el azabache incluso si el otro ya no estaba en la cocina-. Bien, perdón por esto. Sé que te invité para que tuvieras una linda noche. No esperaba que hubiera tanta gente de la nada.

-¿No suelen tener tantos clientes?

-Nop -se pudo el delantal, se lavó las manos y comenzó con su trabajo-. De hecho, creo que sé el por qué hoy la gente decidió venir aquí.

Taehyung frunció el ceño.

-¿Por qué?

-KimTae está reservado -aunque le daba la espalda a Taehyung, su voz se escuchaba muy clara cuando dijo-: Seguramente es alguna fiesta, pasé por allí y sonaban muy animados. Los bares suelen ser pequeños, a excepción de ese. Han de haberse llenado todos, junto con el nuestro.

Taehyung asintió algo extraño de que se haya mencionado el bar en el que trabajaba como si fuera una cosa aparte, más sabiendo que Jeongguk no sabía ese detalle.

-¿Por qué me invitaste a venir? -preguntó, pues la duda le venía atormentando desde que Jeongguk le habló.

El menor le miró unos segundos, sonrió y siguió trabajando.

-Te veías cansado. A juzgar por tu traje elegante, tal vez venías del trabajo o de algún lugar importante. Comías en silencio y nadie se sentaba contigo. Ni siquiera mirabas el celular, por lo que pensé que pasar un rato aquí luego de las doce podría hacerte divertirte un poco.

-Oh, ya... -observó alrededor. La cocina era amplia, pero no tanto como las del bar de su padre. En ese momento, era un poco desastrosa pero se perdonaba por la gran cantidad de clientes.

Miró a Jeongguk por un par de minutos. No sabía si hablarle, aun si quería. Se veía muy concentrado leyendo las recetas y preparando todo. Verle así de productivo le hacía sentir todo un flojo.

No le gustaba sentirse así.

-Oh, no necesitas hacerlo. Podemos seguir hablando mientras estás sentado -le dijo Jeongguk cuando le vio acomodando un par de cosas sucias en el fregadero.

-Es que me siento raro sólo estando allí.

Jeongguk hizo una mueca rara con su boca, como si aún no estuviera convencido de dejar que Taehyung lavara los platos.

-No lo sé...

-Invítame una comida a cambio -la propuesta salió de sus labios antes de sospesar la idea. Estaba a punto de retractarse, sin embargo el azabache sonrió.

-Con todos esos platos, yo creo que necesitaré varias para que estemos a mano.

Taehyung miró sus manos, luego la gran cantidad de trastes y por último a Jeongguk.

-¿Te molesta?

Jeongguk alzó una ceja, algo divertido por la situación. Sonrió.

-Claro que no.

El azabache volvió a lo suyo sin dejar de sonreír. Taehyung se puso a lavar los platos con algo de apuro, pues sentía que debía hacerlo bien y rápido. No quería cometer errores, incluso si no era su trabajo.

Jeongguk le había invitado a pasar el rato porque le había visto cansado y solo. ¿Era caridad?

Él no necesitaba caridad, él tenía amigos. Tenía a su primo Seokjin y... la lista acababa allí. Sus únicas relaciones interpersonales eran su familia y compañeros de trabajo que no hablaban de él sobre otras cosas que no fuera el bar. El Taehyung del pasado era muy extrovertido y social... El Taehyung de ese momento había cambiado debido al trabajo. Luego de notar que la gente se acercaba a él únicamente por su puesto en la empresa, dejó de juntarse con personas que no valieran la pena.

Entonces, se quedó solo.

Estaba tan inmerso en la esponja y los platos que no se dio cuenta que ese que tenía en sus manos era el último hasta que terminó de secarlo.

-¿Por qué no hay más cosas sucias? -preguntó cuando dejó el trapo en su lugar. Jeongguk le sonrió.

-A las doce la cocina se cierra -comentó mientras se quitaba el delantal-. Estabas demasiado concentrado en lavar los trastes, iba a darte algunos adelantos sobre lo que se hará hoy pero no quise interrumpirte.

Taehyung asintió, e iba a salir junto con Jeongguk, sin embargó un fuerte gruñido que vino de su estómago llamó la atención del azabache.

-Perdón por no haberte atendido como el cliente que eres -le tomó del hombro y lo acercó a sí mismo mientras caminaban fuera de la cocina-. Cuando des un vistazo afuera, entonces te prepararé algo rico de comer.

-¿No está la cocina cerrada ya?

-Puedo abrirla sólo por ti -Taehyung no tuvo tiempo ni de ruborizarse porque una voz femenina llenó el lugar.

-¡Bienvenidos todos a Zero O'clock! Como pueden ver, los cuatro ceros han aparecido en el reloj -dice la mesera apuntando al artefacto en la pared-. ¡Comencemos con esto!

Entonces Taehyung pudo mirar a su alrededor. El lugar estaba oscuro, siendo iluminado únicamente por luces LED de colores azules, morados y rosas. Había mucha gente, demasiada para su gusto, no obstante le agradaba tener a alguien que conocía (un poco) allí. Las mesas habían sido quitadas y la únicas que quedaron fueron las de las orillas. En una esquina había un pequeño escenario que ya había visto pero por su soledad no le había puesto mucha atención.

-¡Gracias por venir, Park Jimin!

Entonces el escenario se iluminó de muchos foquitos blancos, dejando ver más claramente el cuerpo de un chico. Tenía el cabello rubio, una camisa amarillo mostaza y un pantalón negro. En su mano llevaba una flauta y todos comenzaron a aplaudir y gritar cuando le vieron.

-¿Quién es? -le preguntó en el oído a Jeongguk y éste le vio realmente sorprendido.

-¿No lo conoces? Tal vez no conozcas mucho sobre música, yo tampoco sé de ello, pero es muy conocido aquí en Seúl por lo que ha hecho.

-¿Y qué hizo?

El azabache sonrió y con mucho orgullo respondió:

-Él organizó el primer evento, con su marcha y exposición de talentos.

-¿Cómo se llamaba el evento? ¿Evento de qué?

-Let It Shine -una tercera voz se sumó a la plática. Era Yoongi-. Algo me dice, Jeongguk, que el chico de aquí no sabe nada de lo que hablamos, así que explícale más detalladamente -y se fue.

Jeongguk frunció el ceño.

-¿No te suena a nada? -Taehyung negó-. Bueno, Park Jimin salió del clóset, más bien lo sacaron. Alguien lo grabó besándose con un chico en los baños de su universidad. Muy contrario a lo que los demás pensaron, él no se avergonzó y, en su lugar, formó el primer evento de orgullo. Incluso si se burlaban de él, le acosaban, él nunca se mostró débil. Todos aquellos que simpatizaron con su historia, que es más complicada que un vídeo de él en internet, le apoyaron en su carrera musical y ahora es realmente famoso en YouTube.

Taehyung se quedó estático y miró a su alrededor por un segundo. No se había dado cuenta porque estaba concentrado en lo que Jeongguk le decía, así que apenas notaba a las personas a su alrededor. Chicos con chicos, chicas con chicas y chicos con chicas.

Era un bar LGBT.

Entonces comenzó a sonar una melodía viniendo de esa flauta. Jimin se veía concentrado disfrutando de tocar el instrumento de aire. Taehyung no conocía cuál era la canción, pero se le antojaba tranquila y hermosa.

-Te ves muy sorprendido.

-Y-Yo no sabía que este lugar...

-Se entiende, nosotros no nos promocionamos por ser un bar para gente de la comunidad. Queremos que sea un espacio seguro, así que lo mantenemos lo más secreto posible.

Taehyung volvió a ver a su alrededor, e incluso si no estaba enterado desde un principio, sintió paz.

Sintió que iba a ser él mismo por una vez.

-Te invité porque te veías cansado y solo -habló Jeongguk-. Sin embargo, mi gaymometro funcionó contigo. Espero no te moleste.

Taehyung le volteó a ver algo divertido.

-Sabes que si yo no fuera gay, la situación sería muy incómoda, ¿no?

Jeongguk sonrió. Le había atinado.

-Tengo conocimiento de ello -sonrió y le tomó de la muñeca-. Ven, te haré algo de comer.

Taehyung se dejó guíar a una de las mesas en las orillas. Jeongguk se fue y volvió a los cinco minutos con un plato de Bibimbap. Lo colocó delante de Taehyung seguido de una pasta de pimentón. El peligris tomó ésta y dijo:

-Perdón, no tolero bien el picante, así que...

Jeongguk agarró la salsa que le extendía y se acercó a él para susurrarle al oído (pues la música comenzaba a subir en volumen):

-Anotado.

Entonces Jeongguk se fue junto con la pasta.

-¿Estás cómodo? -Yoongi se acercó a la mesa, sentándose a su lado-. Perdón por ser algo grosero contigo antes. Como ya deberías saber, este lugar es secreto. No me agrada que Jeongguk confíe en su "gaymometro" e invite a personas que no han pedido información. No quiero que personas equivocadas sepan sobre el lugar -Taehyung se sorprendió. La madurez con la que el chico se había disculpado incluso si él no sabía en qué momentos había sido grosero con él le tomó desprevenido. Sin embargo, su sorpresa se multiplicaba luego de analizar un pequeño dato.

Él no era el primero al que Jeongguk había invitado. ¿Con qué excusas habrá invitado a las demás personas? ¿Era igual de amable con todos?

¿Por qué carajos le importaba?

-No te preocupes, realmente no fuiste grosero -Taehyung tomó los palillos y Yoongi asintió.

-La barra está abierta, ¿no quieres nada de beber?

Taehyung masticó y tragó lo más rápido que pudo y contestó:

-Mañana tengo trabajo, así que paso.

Yoongi se despidió de él luego de eso, y caminó cerca del escenario.

-¿Qué te dijo Yoongi hyung?

Taehyung casi se asusta por la repentina presencia del otro. No se dio cuenta de cuándo se sentó junto a él

-Nada, realmente -el peligris iba a comer más, sin embargo su atención se vio puesta en otra cosa.

Jeongguk se dio cuenta y siguió su mirada, notando que estaba viendo a su primo junto con el flautista.

-Oh, ellos son amigos, por eso es que Jimin acepta venir a tocar casi todos los días.

-¿Qué hacen cuando él no puede tocar? -preguntó curioso mientras se llevaba los palillos con arroz a la boca.

-A veces karaoke, otras veces dejamos que las personas reserven el escenario para que presenten su música, y ya si no hay ganas de hacer ninguna de las dos, sólo dejamos la música toda la noche.

Taehyung asiente. El lugar estaba lleno por la madrugada, como podía ver, sin embargo se le hacía raro cuando recordaba que en días anteriores la clientela había sido casi nula.

Iba a preguntar sobre más cosas del bar, el cómo se manejaba más específicamente y cuestiones de ese estilo, pero se detuvo.

Debería dejar de pensar en trabajo y semejantes cuando estaba descansando...

-Yoongi dijo... -habló un poco indeciso- que no confiaba mucho en tu gaymometro cuando invitabas a gente.

-Así que de eso estaban hablando -Jeongguk rio-. A que te dijo que por eso se comportó cortante contigo, ¿miento?

-Se disculpó.

-A Yoongi le gusta ser directo con la gente. Tiene orgullo, pero sabe lo que es correcto. Por eso lleva tan bien el lugar -bufó-. Por otro lado, sí que he actuado sin pensarla mucho cuando invito a gente que no conozco. Lo iba a dejar de hacer antes de que se me volviera costumbre, pero te vi y dije que sería la última vez.

Taehyung miró la sonrisa apenada del otro, y aun si las luces estaban apagadas sus ojos brillaban.

-Gracias... por invitarme -observó su plato, poniéndose tímido de la nada-. Es la primera vez que estoy en un lugar así y... -se calló. No estaba seguro si contarle a Jeongguk que seguía en la oscuridad con miedo a decepcionar a su papá, quien por cierto era dueño de KimTae, el mejor bar de Corea por opinión popular-. Bueno, eso. Es divertido.

Tenía miedo de cómo reaccionaría. ¿Estaría decepcionado al saber que él no había salido aún?

Y de la nada Taehyung miró a su alrededor. Había muchísima gente, ¿y si alguien lo reconocía?

Jeongguk notó como Taehyung se encogió en su lugar, queriendo esconder su rostro detrás de su cabello gris. Y sonrió.

-Estás seguro aquí, Taehyung -se acercó a él, colocando su mano en la espalda ajena-. Nadie te juzgará -Taehyung le miró de reojo-. Ya sabes que este lugar es secreto, nadie podrá decir que te ha visto aquí. Confía, ¿sí?

Taehyung se enderezó poco a poco. Aún tenía miedo de lo que podía implicar el estar en ese lugar, sin embargo no quería pensar en ellos cuando tenía a Jeongguk enfrente.

Luego de unos minutos hablando sobre la música de Jimin y lo bueno que era Jeongguk cocinando, el plato de Taehyung quedó vacío. Él se limpió la boca y se dispuso a sacar su billetera. Entonces Jeongguk lo detuvo diciendo:

-Es la primera comida -sonrió y le tomó de la mano-. Acompáñame.

Pasaron por todo el lugar, atravesando la gente con el mayor cuidado que pudieron. Llegaron a una esquina en donde estaban unas escaleras de espiral. Al subirlas, Taehyung pudo mirar por fin el segundo piso.

No tenía techo, y tampoco había gente. Las mesas estaban solas, la decoración era tranquila con plantas y pinturas. Había luces apagadas por todo el barandal.

-El segundo piso también se cierra para que las personas que pasen por aquí no sepan que sigue abierto -dice Jeongguk al mismo tiempo en que se sentaba en una mesa-, pero mientras estemos en el centro, nadie nos verá.

Taehyung sonrió levemente.

-Gracias -y tomó lugar frente al azabache.

Se quedaron un par de segundos en silencio. Taehyung miraba las estrellas, y Jeongguk miraba a Taehyung.

-¿Por qué dices que Yoongi es tu jefe, aunque él lo negó? -preguntó con el fin de romper el hielo, y cuando miró al contrario pudo ver un par de ojos apenados.

-Su padre es el verdadero jefe. Es una buena persona, pero no atiende el local como es debido. Es rico, así que le es fácil aportar y ganar dinero. Él sabe que el lugar se usa como reunión para la comunidad, sin embargo no es dedicado con el bar, con los clientes ni con lo que el tema conlleva. Él sólo piensa en el... dinero -suspira, observando sus manos-. Yoongi merece ser el jefe, así que lo llamo como tal. Él sabe que tengo razón, pero es su papá, así que no dice nada.

Taehyung asintió. Su padre era muy dedicado con su trabajo, y le apasionaba todo sobre el tema. Se le hacía triste que una persona tenga un bar sin realmente estar interesado en él.

-Todo estará bien mientras tengan a Yoongi, a ti y a... ¿Dahyun?

-Sí, Dahyun. Es nuestra amiga de la secundaria. Se encarga de las mesas, pero fuera de eso ayuda demasiado con las cuentas y eso. Yo sólo toco números cuando se trata de gastar -ambos rieron un poco, sin embargo Jeongguk se puso serio de la nada, asustando a Taehyung-. Este lugar es muy preciado para mí. Fue la primera vez que sentí que no debía de tener miedo a ser yo mismo. Mis padres siempre me apoyaron, pero mis parientes de Busan no. Por eso me fui de allí y estoy viviendo con Yoongi y su hermanastro, que es mi primo ahora también... Me gusta pensar que es un lugar donde la gente se da cuenta que no es malo ser diferente, por eso entiendo que no hayas querido ser visto allá adentro. Es más normal de lo que crees -y sonrió. Transmitía tranquilidad y comodidad. Se sentía seguro con alguien que había visto tres veces en su vida.

Taehyung sintió sus ojos cristalizarse sólo un poquito.

-La primera vez que visité este bar, estaba planeando saltar del segundo piso -Jeongguk abrió en demasía sus ojos, no esperando algo como eso-. Mi padre ha estado organizándome citas con mujeres para poder casarme y ser una persona más adecuada para el puesto de jefe en su... compañía -carraspeó-. He estado estudiando y trabajando por años para poder ser el mejor y que la gente confíe en mí. Mi padre lo sabe, sabe lo mucho que me esfuerzo para poder llegar a mi meta. Todo iba bien, nos entendíamos de maravilla -el rostro de Taehyung sólo mostraba la tristeza de su alma, por primera vez dejaba que alguien viera en sus ojos el dolor-. Pero ahora que ha estado con la idea de que yo me case y tenga hijos, todo se volvió incómodo. Y tengo miedo de decepcionarlo.

Se quedaron en silencio, la música que producía la flauta era apenas audible pero eso quitaba algo de incomodidad al ambiente.

-No soy un gran consejero, Taehyung -el azabache se inclinó hacia adelante, buscando que el peligris le viera. Cuando lo logró, habló-: Pero puedo decirte que, si se entendían tan bien antes, tal vez podrías arriesgarte a decirle. Tu padre debe saber que el hecho de que seas gay no cambiará nunca lo mucho que has trabajado para ser alguien de confianza en la empresa. Entonces, no debe de cambiar lo que harás en el futuro para seguir aprendiendo y lo bien que liderarás. No tienes que gritarle al mundo nada, no les debes explicaciones. Sin embargo, con tu padre haciendo citas y obligándote a ir... Creo que él necesita saber.

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