Un corazón baleado
Villancicos ya suenan, las luces de diferentes colores brillan en cada esquina y ya las tiendas se abarrotan de personas que compran, todos con una sonrisa en sus rostros porque aún cuando todo este mal en Navidad no puede aparentar tristeza, aún cuando ayer todo haya sido triste y gris, todo debe pintarse de colores y aparentar que está bien cuando todo siempre ande mal, aún cuando todos se vea de colores oscuro hay que verlos como colores brillantes.
No importa que se sienta dolor, hay que pensar que es un dolor que trae felicidad después cuando es el dolor que entra de a poco, cuando es veneno que trae en una pequeña aguja: oh no, no pienses por qué, no pienses para qué todo este dolor que da igual, da igual por qué jamás hallarás una respuesta que calme tu ansiedad, jamás...
Esa tristeza que te mantiene despierto a las tres de la mañana y te hace pensar al abrir los ojos: ¿Qué?, ¿otra vez vivo?... Y aún sin paz.
Te dicen ten esperanza en el futuro, cuando cada año es según inhóspito. Oh no, que farsa, es más males producto de la vida.
Pero ten esperanza dicen. La esperanza corre de tu lado. Y parece raro, no le dices No a nadie cuando a ti nadie te dice que Si, que raro que a todos parece irles muy bien a ti nadie parece oír las oraciones.
¿Cuál sería tu regalo ideal? Tal vez que esa situación a la que le corres sea menos difícil... un poco de chispa a tanta amargura sin freno.
Oh, un regalo para navidad... poder desvanecer, volar por el viento gélido de otro diciembre, ir lejos, inmigrar como una ave y jamás ver atrás. Poder aprender a recorrer el mundo, ir a cada roncón, a cada esquina, y aunque el odio solo desciende como toda ave o tortuga... volverá al sitio en que se nació.
Las grietas del desierto se dibujaron en mi alma, son tantas, que solo un rose las abre, son tantas, que desprende parte por parte y cae por suelo...
Y es que aumenta, aumenta el dolor con cada día y es que es diciembre, profetizan de mala gana lo mismo de siempre, de siempre y creen, le llama las palabras adornadas de buenas cosas: pero, los árboles débiles tumban sus ramas, de marchita por dentro y cae por fuera...
La piel está fría, al corazón le queda poco tiempo, el alma no ha querido rendirse, aún quiere reina una chispa de esperanza, aún se quiere creer que está vez va a ser diferente... sí, este diciembre se regala una sonrisa.
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