—Reflexión - Análisis

Te engañas solo, le dices a la gente que estás bien y tratas de creer que eso es cierto para que no duela la mentira, pero nada más te desgarras el corazón porque una mentira es mentira.

Ya de tu boca muchas veces han salido esas palabras y por más que lo dices no te sientes bien.

No te sientes bien, no, por más que lo intentas creer no es así, por más que te intentas engañar no consigues creerte tu propia mentira, y es que muy en el fondo la realidad te pega.

Es dura la realidad y por eso hasta en los pensamientos la reniegas.

"Estás mal, no bien, mal"

Te intentas engañar solo, dices que todo mejora, que todo se va a poner bien pronto pero la verdad es que nada mejora todo empeora.

No haces nada, no por no poder sino por miedo, también simplemente por no saber qué hacer. Al menos intentas mantener la esperanza, para no caer y ahogarte, solo que también se necesita más que eso.

Ha quién le importas, le engañas, lo haces por miedo de hacerle perder el tiempo con tus problemas, pero si le importas no es una molestia, solo cargas solo con cosas que te pueden aplastar en cualquier momento; una ayuda, no es una molestia, es ayuda.

Por más que te engañes siempre habrá alguien a quien le importes, pero le engañas y te engañas a ti, por eso se dice: una mentira trae otra consigo.

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