El lunes, Jake llegó al colegio sintiendo que la rutina comenzaba a estabilizarse.

Ahora tenía un grupo de compañeros con quienes hablar, pero sobre todo, tenía a Sunghoon, cuya presencia parecía envolverlo de una seguridad reconfortante. Sin embargo, ese día fue diferente desde el momento en que cruzó las puertas del aula.

Sobre su pupitre había una pequeña caja envuelta en papel azul y una nota encima, escrita con una caligrafía elegante. Jake miró alrededor, desconcertado. Nadie parecía prestarle atención, pero su mirada inevitablemente se encontró con la de Sunghoon al fondo del salón.

Este sonrió de manera traviesa, apoyando el mentón en su mano como si esperara su reacción.

Jake abrió la caja con cuidado. Dentro había un llavero en forma de estrella, pequeño y brillante, acompañado de una nota que decía: "Para que siempre recuerdes que, incluso en los días oscuros, las estrellas siguen ahí para guiarte. —S."

Sintió un calor ascender por su cuello y su rostro. Con el corazón latiéndole rápido, se levantó y caminó hacia Sunghoon, tratando de mantener la compostura.

—¿Qué es esto? —preguntó en voz baja, aunque su tono traicionaba más curiosidad que enojo.

Sunghoon se encogió de hombros, con una sonrisa despreocupada.

—Un regalo. Lo vi el otro día y pensé que te quedaría bien. ¿Te gusta?

Jake lo observó, buscando algún atisbo de burla en su rostro, pero solo encontró sinceridad. Sostuvo el llavero en su mano, jugando con la textura de la estrella metálica entre sus dedos.

—Es... lindo. Gracias.

—¿Lindo? Solo lindo, ¿eh? —Sunghoon se inclinó hacia él, reduciendo la distancia entre ambos. Sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y algo más, algo que hizo que a Jake le costara respirar por un segundo.

—Bueno, no estoy acostumbrado a que me regalen cosas así —respondió Jake, desviando la mirada.

—Entonces será mi misión acostumbrarte —dijo Sunghoon con un tono suave pero firme.

Jake no pudo evitar mirarlo de nuevo, sorprendido por la intención detrás de sus palabras.

Era un gesto simple, pero cargado de significado, como si Sunghoon estuviera dejando claro que no se trataba solo de amistad.

El resto del día pasó como un borrón, con Jake sintiendo el peso del llavero en su bolsillo como un recordatorio constante de Sunghoon.

Al final de las clases, mientras caminaban juntos hacia la salida, Sunghoon rompió el silencio.

—Jake.

—¿Sí?

—¿Qué tal si este fin de semana te llevo a otro de mis lugares favoritos? Prometo que será igual de especial que la pista de hielo.

Jake sonrió, sintiendo que su corazón se aceleraba de nuevo.

—¿Y si no me gusta?

Sunghoon le devolvió la sonrisa, con esa confianza que lo hacía destacar entre todos.

—Entonces encontraré otro lugar, y otro más, hasta que te guste.

Jake se rió, aunque no pudo evitar sentir que, con Sunghoon, cada lugar tendría algo especial.

En un simple regalo, Sunghoon dejó claro que quería ser mucho más que un amigo para Jake.

Gracias por leer la historia ❤️