44. Simplemente coincidir
Brooke
Froto mis ojos, ni siquiera me había dado cuenta que estoy en mi casa, me quedo mirando el techo no hago ningún tipo de movimiento brusco, ya que, mi hijo descansa a mi lado no puedo evitar tragar grueso al ver a Emma acostada a la izquierda de Dylan. No es que me moleste que esté aquí sino que aún no tengo claro lo que sucede entre su padre y yo... Pero tampoco me apetece salir nuevamente lastimada, si terminó de aclarar mis sentimientos después de lo que pasó entre nosotros mentiría si digo que me interesa tener una relación amorosa nuevamente, es un hecho que no me interesa nadie.
Aparte de él, claro.
Salgo de la cama ignorando mi conciencia, lentamente bajo mi mirada hacia mi cuerpo...
—Que no tenga mi pijama, que no la teng... —suplico en voz baja. Termino de bajar la mirada y agradezco mentalmente al ver que tengo la misma ropa que hace unas horas, camino hacia el baño, cierro la puerta, pongo la bañera a llenarse mientras que me despojo de mi ropa, varios minutos después me adentro en la bañera dejando que el agua tibia relaje mi cuerpo. Suelto un largo suspiro y masajeando mi sien, cierro los ojos mientras lo hago.
Unos largos y relajantes minutos después salgo del baño envuelta en una toalla, reparo la habitación con la mirada buscando no se a quien.
Ajá claroo
Sacudo la cabeza mientas cierro los ojos con fuerza y los vuelvo a abrir, empiezo a buscar mi ropa interior, rápidamente me termino de vestir. Salgo de la habitación cerrando la puerta con cuidado de no despertar a los niños, escucho una voz la cual conozco hasta los gemidos que abandonarían sus suaves labios... Tengo que aprender a controlarme.
Abandono ciertos pensamientos que llegaron a mi cabeza luego de la palabra "gemidos" y me doy cuenta que su voz proviene desde la habitación de nuestro hijo, me acerco un poco en realidad la puerta está un poco abierta y se vislumbra su figura recostado en la cama con el torso desnudo y una de sus manos por detrás de su cabeza.
Me ahorrare el pensamiento pervertido...
Gracias.
—Si retrasada tenías razón—ironiza y niego sabiendo que lo más probable es que este hablando con Aída.
Me alejo de la puerta y continuó caminando hacia la cocina, tengo hambre, bueno siempre tengo hambre. Me voy directamente al refrigerador y busco el jamón y queso, prepárare unos sandwiches, busco el pan y empiezo a prepararlos. Unos minutos después termino y guardo el resto del jamón y queso en la nevera tomó un vaso de jugo y luego me subo a la isla de la cocina empiezo a comer tranquilamente mientras balanceo mis pies adelante y hacia atrás.
Siento su mirada clavada en mi trasero y luego sube a mí nuca, pongo los ojos en blanco.
—Deberías dejar de mirar tanto mi culo—hablo sin ningún tipo de filtro en mi voz, su risa se hace presente. En realidad hablo con normalidad porque el aparato está desactivado.
—No miraba tu trasero—habla y yo solo sigo centrada en mi sandwich, lo dejo sobre el plato al sentir sus pasos en la cocina.
Se coloca frente a mí, sus manos viajan a mis muslos y los separa lentamente sus ojos en ningún momento se apartan de los míos, se adentra entre mis piernas y siento una corriente de electricidad recorrer mi cuerpo, por segunda vez hoy.
Deberías empezar a orar ¿no lo crees?
Cuando esto sucede no termina bien...
Sus manos se sitúan a los costados de mi cintura y la aprieta ligeramente, el se inclina un poco mientras que sus labios rozan con los míos, no me besa al contrario solo se mantiene allí quieto con la clara intención de que sea yo la que ejerza el siguiente movimiento.
Diosito soy yo... otra vez
Su aliento cálido se mezcla con el mío, deseo tanto que nuestros labios se junte y que su cuerpo se vuelva a encajar con el mío.
Este momento se cataloga cuando tienes un pequeño ángel que te súplica que mantengas tu postura de orgullosa y que no lo beses, ni se te ocurra...
Pero un pequeño diablito te dice que es aquí cuando dejas a un lado lo que tienes de razonable y te dejes llevar...
Dejate llevar.
No ayudas, conciencia.
Salgo de mis pensamientos, tomo su rostro entre mis manos y sello nuestros labios, sus manos se aferran a mi cintura mientras que en un movimiento rápido envuelvo mis piernas al rededor de su cadera, siento un leve jadeo que sale de sus labios, me aferro más a sus labios a pesar de que el aire nos falta, antes de que me aleje completamente tiro con un poco de fuerza su labio interior y luego me alejo unos segundos mientras trato de recuperarme, nuestras respiraciones agitadas son lo único que se hace presente en la cocina.
Sus labios están inchados por nuestro "pequeño" beso y su sonrisa se hace presente rápidamente.
—Tenemos una pequeña espectadora—murmura y con la cabeza señala hacia el umbral de la cocina.
Que oportuna...
Cállate.
Giro la cabeza encontrándome con una Emma con los pequeños ojitos hinchados y ¿rojos? Intercambio miradas con su padre y me separo de el, camino hacia ella la cual me mira asustada rápidamente empiezo a preocuparme.
—¿Que sucede mi reina?—le pregunto suavemente y la levanto entre mis brazos, puedo notar que su respiración es un tanto inestable.
—Tuve... una... pesadilla—dice entrecortadamente y sus ojitos se llenan de lágrimas, la abrazo tratando de calmarla.
Unos cuantos minutos más y Emma logra calmarse y deja de llorar, es algo que agradezco, la meso entre mis brazos, estamos sentados en el sofá.
—¿Cariño con quién tuviste una pesadilla?—pregunta suavemente Aaron, pasando sus manos por la cabeza de su hija.
—Mamá... me... volvía a pegar—murmura y sus ojitos empezaron a cerrarse poco después de su respuesta, aprieto mi mandíbula con fuerza.
—Esta hija de puta me va a oír—Aaron se levanta abruptamente sobresaltando un poco a Em, vuelvo a moverla un poco y ella cierra los ojos nuevamente, sale de la casa cerrando fuertemente la puerta.
—Es una maldita—mascullo cuando Emma se duerme entre mis brazos, me inclino hacia delante dejando un pequeño beso en su frente, algo que me deja pensando es que ella golpeó a Em pero ¿a que punto?. Me angustio y empiezo a quitar la ropa que Emma traía puesta, ahogo un sollozo en mi mano, al ver varios moretones en una de sus cosillas, ahí algunos más grandes que otros, en mi pecho se forma un nudo
—Pequeña—susurro ahogadamente acariciando su pelo y su rostro con suavidad.
Me levanto del sofá y camino hacia mi habitación, dejo a Emma con cuidado sobre la cama no sin antes colocarle pomada en los moretones, salgo nuevamente de la habitación, camino a la cocina y termino de comer el sandwich, suelto un pequeño suspiro lavo los platos sucios y salgo de la cocina, camino hacia mi habitación la puerta se abre y Aaron se adentra en la sala.
En un movimiento radical se acerca a mí a grandes zancadas jala mi cintura y sus manos viajan a mis muslos me levanta con fuerza y hace que rodee mis piernas a su alrededor, jadeo por la sorpresa.
Necesito decirle lo que pasó con Emma.
Ajá, detenlo pues.
Camina conmigo en brazos hasta llegar a la habitación de nuestro hijo, agradezco mentalmente que la cama es suficientemente fuerte para aguantar nuestro peso, se sienta en el borde de la cama haciéndome quedar a horcajadas sobre él. Sus manos se aferraron con fuerza a mis caderas mientras mecía mi cuerpo contra el suyo en movimientos lentos. Mis labios atrapan los suyos y mis labios se mueven sobre los suyos con desesperación, un gemido sale de nuestras bocas cuando nuestros sexos llegaron a frotarse por encima de la ropa otra vez.
Se separa de mis labios y toma el dobladillo de la camiseta que traigo puesta, comienza a sacarla lentamente dándome tiempo para detenerlo dándome a entender que luego que comience no se piensa detener, pero a decir verdad, no quiero que se detenga, lo necesito.
Cuando la quita por completo me observa unos segundos mientras mi piel arde bajo su oscura mirada llena de lujuria, sus labios se encuentran con mi clavícula y succiona mi piel sensible, sube a mis labios los ataca con fuerza jadeo cuando nos separamos por aire. Se aleja de mis labios y empezó a besar mi mandíbula, descendiendo por mi cuello mordiendo y chupando la piel sensible de allí, metí una de mis manos bajo la camiseta para comenzar a acariciar sus abdominales, muevo mis caderas en busca de una mayor fricción para los dos, los besos húmedos en mi cuello continúan al igual que los constantes movimientos de mi cuerpo sobre el suyo. Levanto mi cuerpo, saco su camiseta mientas lo devoró con la mirada, me agachó frente a él y sacó sus pantalones el bulto frente a mí es más notable, su mirada se posa en mi, y abro mis piernas posicionandome sobre él, con mis piernas a sus costados.
Me acerco a sus labios y los uno con los míos ambos tratamos de dominar el beso creando una guerra entre nuestras lenguas, sus manos se dirigen a mis caderas y comienza a empujarlas hacia su cuerpo haciendo que nuestras intimidades rocen, mis jadeos son atrapados por sus labios. Cuando sigo el ritmo que el marcó allí comenzó a llevar sus manos a mi trasero apretando ligeramente.
—Necesito...más—jadeo entrecortadamente sus ojos brillan por diversión, en un momento arranca mis bragas y me levanta acostandome en la cama.
Se quita el bóxer dejando libre la erección que este escondía. Se coloca entre mis piernas y de una estocada se hunde en mí, sus movimientos rápidos y certeros me llevan al borde de la locura...
***
Mi respiración esta muy agitada salgo de su interior y me dejo caer sobre su pecho, sus manos delinean mi espalda suavemente.
El silencio es interrumpido por sus palabras.
—Si te pido que me dejes volver a ser parte importante de tu vida—hace una pausa—¿Que me responderías?—termina de hablar dejándome pensativa.
Suelto un suspiro disimulado.
—Te odio—añado y él se tensa.
—No puedes odiar a alguien y luego follartelo de la manera en la que lo haz hecho—dice con cierta molestia en su voz.
—Te odio—vuelvo a repetir.
—Odio que me hagas débil.
—Odio que... —hago una pausa y respiro hondo—odio que no pueda sacarte de mi cabeza ni de mí vida.
—Odio que tus ojos sean tan profundos, que tus labios sean tan adictivos y no sabes cuanto odio que tu cuerpo y el mío encajen tan malditamente bien.
—Odio con todo mi ser no poder dejar de amarte a pesar de que nuestro ego se interponga—terminó de hablar.
—No me odias, lo que odias es que somos la puta debilidad del otro—añade finalmente y asiento—aun así no respondiste mi pregunta—dice y lo miro a los ojos.
—Te dije algo ayer y pienso cumplirlo, resuelve lo que tengas que resolver y luego hablamos de nosotros.
Sentencio y el solo asiente para luego inclinarse hacia mí y dejar un costo beso en mis labios.
—Te puedo preguntar algo—asiente—¿Que hablaste con Elena?
—¿Cómo sabes que la llamé?
—Saliste enojado era obvio que era con ella con la que ibas hablar—le explicó.
—Le solté que ya se que Emma no es mi hija y que también sabia que le pego, ni siquiera supo que decir, estaba tan equivocado al final, pensé que si la conocía, pero no fue así—me quedo boquiabierta y solo asiento. Nos quedamos en silencio nuevamente.
—Extrañaba oírte gemir mi nombre—susurra divertido mientras cambia de tema, me río.
—El sentimiento era mutuo—se carcajea por mis palabras.
—¿Eso quiere decir que... —deja la pregunta al aire.
—Oh muñeco ni pienses que te diré lo que quieres oír, no pienso alimentar tu ego—aseguro subiendome encima suyo, su mirada se oscurece y niego ladeando la cabeza.
—Pervertido—le digo sonriendo.
—¿Quieres discutir eso ahora, nena?—me pregunta y baja la mirada a nuestros sexos descubiertos muerdo mi labio inferior fingiendo que estoy pensando, sus manos van directamente a mis caderas y las mueve jodidamente lento.
—Ummmm... No—respondo disfrutando de la fricción causadas por nuestro cuerpo.
—Esta noche será muy larga—dice con la voz ronca.
***
Hago una mueca cuando siento el sol colarse por la ventana... Creo que se nos fue la mano anoche, sus manos aprietan mi cintura haciendo que nuestros cuerpos estén muy pegados, necesito hacer pis trato de alejarme tratando de encontrar la manera de que no se despierte.
—¿A dónde vas?—gruñe roncamente.
—Necesito ir al baño—digo levantando sus manos de mi cuerpo, él gruñe nuevamente y coloca su brazo sobre su cara.
Salgo de la cama tal y como Dios me trajo al mundo me agachó y tomó mi camiseta antes de que pueda ponermela, la puerta se abre de golpe.
Mierda.
—Maldita sea cubrete que no me interesan tus tetas—chilla Owen tapándose los ojos, rápidamente me coloco la camiseta, busco mis bragas y también me las pongo.
—Ya puedes abrir los ojos.
—¿Que mierdas haces aquí, no sabes tocar idiota?—pregunta Aaron, saliendo de la cama ya sea puesto sus boxers, corro hacia el baño.
—¡PERO! —exclama dramáticamente y puedo oírlo desde el baño, hago mis necesidades, lavo mis manos y salgo del baño—¡han folladooooo!
Lleva una de sus manos a su pecho y otra a su boca.
—No, Brooke y yo estudiábamos la anatomía del otro—iróniza Aaron, acercándose a él para abrazarlo fraternalmente, me río.
Me acerco a él y dejo un beso en su mejilla.
—Juraría que llegabas más tarde—le digo mientras el me abraza.
—Algo así, pero tu hermana vendrían en un submarino y quería venir con ella—dice sarcásticamente.
—¿Ya está aquí?—le pregunto.
—Está con Em y Dy en la sala—me explica Owen.
—Si, Brooke—dicen a mi espalda.
Ojalá me lleve el diablo *inserta audio de tiktok*, me giro sobre mis pies y le sonrió, ella pone los ojos en blanco y sale de la habitación.
—Algo me dice que quiere matarte Aaron ¿aún te odia?—pregunta Owen.
—No sé para qué preguntas, imbécil—responde Aaron poniendo los ojos en blanco, se acerca a mí y deja un beso en mi frente.
—Tengo que irme, tengo que resolver algunas cosas—se despide y asiento.
***
*Viernes en la noche*
Elena
Doy vueltas en la habitación, mientras masajeo mis sienes, es de noche y estoy bastante frustrada.
—Lo que no entiendo es por que te preocupas—habla mi hermana.
—¡NO LO SE DEJAME PENSAR, AHH SÍ POR QUÉ DURMIERON JUNTOS!—exclamó furiosa.
Sino me encargo de esta hija de puta todo mi fachada de ser la esposa perfecta se va a la mierda.
—¿Y?—la miró incrédula.
—Tienes la grabación de ella con aquel hombre, es claro que tienen alguna relación o yo que se, usalo en su contra para que él se alejé—añade y terminó asintiendo.
—¿Puedo escucharla de nuevo?—pregunta referente a la grabación, asiento nuevamente, mi hermana coloca el audio.
—Oye Lu ¿Crees que Ian pueda venir otra vez hoy? Lo extraño mucho en realidad.
Aún trato de saber quien ese tal "Ian"
—Lo más seguro—tengo claro que esa es su empleada.
—Mejor lo llamaré.
—Hola cariño.
—¿Oye podrías venir hoy, otra vez?
Se hace un silencio.
—Nos vemos en un rato amor.
Un silencio largo se forma y luego se escucha el timbre sonar.
—Hola preciosa
Es el chico.
—¿Te vas a quedar a dormir conmigo, amor?
—Claro que sí, mi pequeña
—¿Que quieres hacer esta noche?—dice con una voz juguetona, es una puta.
—Lo que tu quieras, amor.
—Vamos a tu habitación—dice el chico en un tono juguetón y a la vez en un susurro.
El audio termina.
—Aquí podemos agregar gemidos—dice.
—No es mala idea.
Empieza a dar vueltas en mi habitación, suelto un pequeño suspiro y es cuando mi teléfono suena...
—¿Quién es?—pregunta mi hermana
—Mi esposo—murmuró.
—Contesta y ponlo en alta voz—me dice y hago caso, contesto la llamada.
Yo: Hola amor—saludo.
Aaron: ¡SE PUEDE SABER PORQUE MIERDAS EMMA DICE QUE LE PEGASTE!—me grita y me quedo en silencio, esta mocosa de mierda.
Aaron: ¡RESPONDE MALDITA SEA!—exclama nuevamente.
Yo: No... no lo sé... nunca... he lastimado... a mi bebé—trato de sonar calmada pero no me sale, trato de inventar algo rápido.
Aaron: Te juro que si me estas mintiendo...—lo interrumpo.
Yo: Me duele mucho que no confíes en mí, sabes que te amo y no le haría daño a nuestra hija, amor—miento.
Aaron: Elena...—su voz es amenazante y fría.
Yo: ¿Si, amor?
Aaron: Se que Emma no es mi hija, tenemos muchas cosas de que hablar —es lo último que dice antes de cortar la llamada, se me sale el alma del cuerpo, mi hermana y yo intercambiamos miradas nerviosas.
Me empieza a faltar el aire, no puedo respirar, las preguntas son demasiadas.
—Tranquilizate, por favor—me pide y mis ojos se llenan de lágrimas.
—¿Como... se... entero?—preguntó ahogadamente.
—Quizás... Joder no lo sé, dudo que haya sido el solo—dice mi hermana y mis nervios aumenta.
—Tengo un plan—murmura y la miro.
—¿Y si hacemos una prueba falsa?
—No lo sé, es muy arriesgado ¿y si se da cuenta?—hablo jodidamente nerviosa.
—O quizás no lo hace—dice ella, asiento no muy convencida.
—Mira el lado bueno, no sabe lo demás.
—Si claro porque me dirá por teléfono que sabe que me cojo a Nicolás desde que me lo presentó luego de que teníamos seis meses de relación—digo sarcásticamente.
—No entiendo porque no estas con Nicolás si estas "enamorada" de él, tiene dinero así que no te entiendo—se encoge de hombros, suelto un largo suspiro.
—No tenía nada que ver con la posición económica al principio si me gusto Aaron pero luego Nicolás llegó y me presto atención y me lo folle, pero no pasa nada entre nosotros y no estoy enamorada de él.
—Eres una puta e interesada al igual que mamá, no te lo mando a decir con nadie—sus palabras destilan odio con la mención de nuestra madre.
Que puedo decir no crecimos en un ambiente cubierto de "amor" siempre fue algo tóxico, mamá solo le interesaba el dinero y a papá le valía mierda nosotras.
Recuerda cuando "choque" con Aaron por "error" en realidad me trate de acercar a su hermano pero nunca me dio importancia, se me había pasado que tenía un hermano y luego de que le pagará a un investigador para saber todo sobre él, me enteré de que tenía novia y en ese momento empece a crear situaciones para separarlos, lástima con el no funcionó me detuve unos meses y cuando me enteré de que iría a Rusia, pero antes irían a una fiesta así que aproveché el alcohol y lo utilice a mi favor, le pague mil dólares a una mujer para que lo bese y si resultó, bastante bien diría yo obvio que no me doy todo el crédito gran parte es culpa de su ego y orgullo.
—Listo—la voz de mi hermana me saca de mis pensamientos.
—¿Uhg?
—No me prestaba atención—la miró sonriente y ella pone los ojos en blanco—te decía que la prueba de ADN falsa ya está hecha.
Le agradezco y me despido, me dirijo a la casa y cuando por fin llego, subo directamente a la habitación me dejo caer en mi cama, cerrando los ojos lentamente.
***
Abrí los ojos lentamente, miró la hora. Mierda.
Salgo de la cama y corro hacia la ducha, unos largos minutos y salgo de allí. Tengo que ir a mi empresa y luego a ver a "mi esposo", me ha enviado un correo con la dirección del edificio donde nos veremos, me visto y tomo mi teléfono.
Observo el chat de mi hermana la cual ya me envió el audio previamente editado. Le agradezco por ello, e imitó la acción de salir de la casa, subo a mi auto conduzco a través de la ciudad cuando aparco el auto mi teléfono suena indicándome que es un mensaje, frunzo el ceño al ver que es un número desconocido. El audio empieza a reproducirse.
*Número desconocido*
—Mira el lado bueno, no sabe lo demás.
—Si claro porque me dirá por teléfono que sabe que me cojo a Nicolás desde que me lo presentó luego de que teníamos seis meses de relación.
Mis manos tiemblan ¿pero que mierdas? Le llega un nuevo mensaje del mismo número, trato de relajarme y reviso el mensaje.
Desconocido: Haz cometido un error al tratar de perjudicarme y yo misma me encargaré de destruirte, te enseñaré a no tratar de jugar con las personas equivocadas.
No respondo y me bajo del auto, le envío un mensaje a mi hermana.
—Señora, ¿Esta usted bien?—pregunta el portero, asiento absorta de lo que me rodea en mi cabeza solo da vueltas el mensaje que recibí.
Parte de mi día es resumido en crear varios vestidos para una boda, recortó las telas adecuadas al estilo que me ha pedido la chica.
Salgo de la empresa y me dirijo hacia el edificio en el que me reuniré con él, una hora y media después, por fin llego al edificio dejo mi auto en el parking del enorme edificio que se cierne frente a mí, es completamente blanco con grandes ventanales azules, me bajo del auto y trato de entrar al edificio, pero un guardia me detiene.
—Usted no tiene permiso de entrar aquí—dice sin ni siquiera mirarme.
—Estas loco oh que, puedo hacer que te despidan por no dejarme entrar—me ignora y me irritó más
—¿Sabes a caso quien soy yo?
—Una señora que no tiene permiso para que la deje pasar—dice con tranquilidad.
—¡Ahg! Haré lo que pueda para que te despidan—amenazó.
—No tiene el poder de entrar aquí por sí misma, dudo que lo tenga para que me despidan—responde.
—Ya lo veremos jodido imbécil—gruñó y me doy vuelta para llamar a mi supuesto esposo, respiro hondo antes de marcar su número.
Yo: Puedes decirle que me dejen pasar, cariño.
Aaron: Deja de amenazar a mí personal, no tienes poder ninguno para despedir a nadie—gruñe enojado
Yo: Pero amo... —me interrumpe.
Aaron: Y te dejará pasar cuando le pidas perdón, ya que es más leal que tu y que Nicolás—sentencia furioso.
Yo: No se de que ha...—cuelga la llamada sin permitirme completar algo.
Me disculpo entre dientes con el imbécil y me sonríe con superioridad para después dejarme pasar.
***
Aaron
Estoy jodidamente furioso con Elena, hace unas horas Brooke me envió un mensaje en el cual Elena decía que se cogía a Nicolás, a cuál por cierto lo despedí en cuánto me entere. Desde que llegué me va a oír, tengo bastante claro que con la única que me interesa arreglar las cosas es con Brooke.
Mi dolor de cabeza desaparece cuando ella entra por la puerta de mi Pent-house enfundada en un vestido negro el cual se ajusta a sus curvas perfectamente, trae a unos tacones del mismo color, sus labios pintados de un rojo oscuro mientras su cabello cae por encima de sus hombros en completamente lacio, sus ojos clavados en los míos y curva sus labios mostrándome sus dientes perfectos, un jadeo abandona mis labios.
—Joder...—me interrumpe.
—Lo sé, ahórrate decirme que estoy buenísima—alardea y sonrió mientras niego, sus pasos se escuchan en la sala mientras se acerca a mí con pasos decididos y la mirada en alto.
—Egocéntrica.
—También lo sé—se acerca a mis labios rozandolos con los suyos.
Sujeto su cintura y antes de que nuestros labios se unan, mi teléfono empieza a sonar, maldito fastidio.
Elena: Puedes decirle que me dejen pasar, cariño.
Yo: Deja de amenazar a mí personal, no tienes poder ninguno para despedir a nadie—gruñó enojado
Elena: Pero amo... —la interrumpo.
Aaron: Y te dejará pasar cuando le pidas perdón, ya que es más leal que tu y que Nicolás—sentencio furioso.
Elena: No se de que ha...—cuelgo la llamada.
Brooke se endereza.
—Ya está aquí, escondete—le pido y ella asiente.
Busco la grabadora del iPhone y lo coloco de cabeza para que no se vea que esta grabando. Ella entra y me dedica una sonrisa forzada, me limitó a solo mirarla.
—Antes de que digas algo quiero mostrarte la arpía que Dylan tiene como madre—dice y enarco una ceja, ella saca su teléfono y busca lo que supongo es la supuesta grabación de la que me habló la pelinegra.
El audio se empieza a reproducir...
—Oye Lu ¿Crees que Ian pueda venir otra vez hoy? Lo extraño mucho en realidad.
—Lo más seguro.
Puedo distinguir la voz de Lu y me mantengo sin hacer ningún comentario.
—Mejor lo llamaré.
—Hola cariño.
Su voz suena muy empalagosa es obvio que esta fingiendo.
—¿Oye podrías venir hoy, otra vez?
—Nos vemos en un rato amor.
—Hola preciosa
Ian la saluda.
—¿Te vas a quedar a dormir conmigo, amor?
—Claro que sí, mi pequeña
—¿Que quieres hacer esta noche?
—Lo que tu quieras, amor.
—Vamos a tu habitación.
Lo que me sorprende no es eso sino los gemidos los cuales no son suyos, ya metí la pata una vez por pensar que aquellos gemidos era suyos, ahora sí tengo bastante claro como son sus gemidos. Me hago el dolido.
—Ves es una arpía—ella me mira preocupada.
—No se que decir—murmuró "dolido".
—Esto cambia muchas cosas—digo mirándola me acerco a ella y extiendo mi mano hacia su rostro, lo acarició lentamente y me detengo con él ceño fruncido.
—¿Como tienes esa grabación?—le pregunto en un susurro, ella duda unos segundos, pero necesito que confiese.
—Amor—le hablo cerca de sus labios.
—Puse un micrófono para poder descubrir su fachada—me explica y sonrió.
—¿En su casa?
—Si, fingí que era un regalo y así poder escuchar sus conversaciones.
—¿Sabes que eso es una violación a su privacidad? —enarco una ceja.
—Si, pero yo...
—Ella puede llegar a poner cargos—la miró mientras ella pone los ojos en blanco.
—No tiene prueba y mi hermana tiene hackeado su servidor—me explica, asiento.
—Pienso dejar todo atrás, volveremos a ser felices y la alejaré, me olvidaré que Emma no es mi hija biológica, y que te acostaste durante años con Nicolás.
—¿Enserio amor?—pregunta con lágrimas en los ojos y asiento.
—Con una condición.
—Si cariño la que sea—accede, le sonrió.
—Responderás una pregunta.
—Está bien amor.
—¿Golpeaste a Emma?—se pone pálida confirmando mi pregunta, aprieto mis dientes.
—Responde maldición—exclamo.
—Yo... yo... no...—empieza a tartamudear, le lanzó una mirada asesina.
—¡Si!—exclama encogiéndose en su lugar.
—¡Estas loca, maldita sea es una niña!—exclamo furioso.
—No fue mi intención yo... yo—empieza a llorar.
Brooke
«Respira»
«Respira»
Respira, me repito una y otra vez, tengo unas ganas de ir a partirle la boca a esa hija de puta, como mierdas se le ocurre golpear a una niña de apenas unos años, será una enferma.
—¿¡TU QUE!?—trona furioso Aaron.
—¡LE LLAMÓ MAMÁ A LA HIJA DE PUTA DE BROOKE!—ahora si la mató, con mi madre no perra, salgo del pasillo mientras mis tacones resuenan en el pasillo, me acerco a ella a grandes zancadas y volteo su cara de una bofetada, ella lleva su mano al lugar del golpe y rompe a llorar.
—¡No vuelvas a mencionar a mi madre en tu boca o te aseguro que la bofetada quedará corta delante de lo que te haré!—escupo con rabia, me incorporó y extiendo mi mano hacia Aaron. El me pasa su teléfono con total normalidad y yo me volteo hacia Elena.
—Gracias por tu declaración, espera un mensaje de mi abogado—le sonrió con hipocresía.
—Y de mi parte el divorcio y la exigencia de la custodia de MÍ hija—tronan a mi espalda me acerco a él y plantó un beso en su boca, entre abre la boca un poco y aprovecho para adentrar mi lengua en ella. Me apartó y volteo a verla mi rostro.
—Te dije que te enseñaría a no tratar de jugar conmigo.
—¡ERES UNA PERRA DESPRECIABLE! —me grita y asiento.
—Aaron no vez que te esta manipulando—lloriquea—amor yo te amo, lo... lo lamento no pasara otra vez, por favor no me dejes, te amo—Aaron la mira con ¿Compasión?
—¿Me amas?—le pregunta con suavidad, ella asiente y se acerca a ella, pone sus manos en el pecho de él y la mira a los ojos.
—Si amor, yo te amo—susurra, el la mira con amor.
—Métete tu amor interesado por el culo, no te perdonaré nunca lo que le hiciste a Emma—la aparta de su cuerpo bruscamente, respiro con normalidad.
—No me interesa tener nada que ver contigo.
—¡No firmaré el divorcio, y si lo hago me toca la mitad de todo tu dinero por que Emma tiene tu apellido!—se ríe. Sí que esta desquiciada.
—Debiste leer bien el contrato, Emma tendría mi dinero si tuviese dieciocho años, no antes cariño—dice lo último con burla.
Mood: espectadora
Se le descuelga la mandíbula y yo sonrió ampliamente.
—Que tengas feliz tarde, cariño—digo sarcásticamente cuando pasa por mi lado echando humo.
—Emma tiene moretones horribles en sus cosillas—murmuró y se tensa.
—Le he sacado fotos, puede servirte para que un juez te dé la custodia total de ella.
—Elena me las va a pagar—gruñe y suspiro acercándome a él sujeta mi cintura, se acerca a mis labios y los une.
***
*Tres semanas después*
Poniendolos al día, terminamos de salir de la firma oficial del divorcio de Aaron y Elena fue hace una semana y justo ahora estamos en el tribunal no por la violación de privacidad sino por los múltiples moretones que Emma tenía en su cuerpo. Con respecto a la violación de mi privacidad, tendrá que pasar trece meses en la cárcel, junto con su hermana, aún que tomando en cuenta que las pesadilla de Emma tomaron más frecuencia y la psicóloga infantil determino que ha desestabilizado emocionalmente a Emma, ya que los maltratos no son de ahora sino que tienen una recurrencia aproximada de unos seis meses. El abuso infantil puede condenarse como un delito grave o menor en función de las circunstancias y a eso me refiero a las circunstancias de daños psicológicos, físicos o daño sexual que perciba el menor. En este caso es grave ya que Emma presentó tanto como daños psicológicos como físicos, eso nos informó su psicóloga. Me dolió mucho haber escuchado eso, pero le estoy brindando todo mi apoyo a Emma, la sacaré de esto, junto con su padre.
Que por cierto aun no hablamos sobre nosotros las cosas no están calmadas y necesitamos específicamente eso, estar tranquilos.
El juicio se está dando con bastante tranquilidad—para mí—pues el juez ya tiene la sentencia y conclusión del caso, los murmullos se hacen presentes en la sala.
—Orden—demanda el juez todos hacen silencio, yo estoy detrás del Aaron el cual se mantiene firme en su postura.
—Ya que la demandada presentó cargos hace menos de una semana por violación de privacidad y ahora muestra la demanda por abuso infantil esta claro que no irá a la prisión sino que junto a un especialista en psiquiatria la demandada será internada a un centro psiquiátrico por presentar cambios de personalidad recurrentes durante la jornada de prisión preventiva la cual duró una semana y dos días, la demanda será concedida al padre de la menor por lo cual él se hará cargo de la custodia total de la menor. Se cierra la sección—sentencia el juez
—¡ME VALE PREFIERO ESTAR EN UN LUGAR LEJOS DE ESA MOCOSA! —exclama Elena mientras se la llevan. Desgraciada.
Suelto un suspiro, las personas empiezan a salir y me acerco a él para envolvernos en un abrazo el cual el recibe con tranquilidad.
—Me dieron la custodia—murmara emocionado.
—Así es—me inclino y beso sus labios.
Tienes una conversación pendienteeee
Canturrea mi conciencia, no sabes lo poco que te tolero.
—Tenemos cierta conversación pendiente—me dice al oído.
—Si—le afirmó y salimos del juzgado.
—Por lo menos todo salio a la luz—dice con una sonrisa y se inclina hacia a mis labios, basándome.
Las cámaras y los flashes nos dejan un poco absortos, cierto los periodistas... Los cuales son un dolor de cabeza desde que Aaron anunció su divorcio nos respiran en la nuca, los guardias de seguridad nos protegen.
—¿Que ha pasado allí dentro?
—¿Son pareja?—es la pregunta que más hacen.
—¿Qué sucederá con Emma?
—¿Elena estará encerrada en el psiquiátrico mucho tiempo?
Ignoramos las preguntas y subimos al Audi negro.
—Se que eres una persona muy curiosa pero no me preguntes donde vamos.
—Esta bien—le digo con un puchero.
***
Llegamos a un lugar bastante alejado, es un bonito lugar, los árboles están muy bien cuidados y el césped adorna todo el jardín, las rosas y girasoles decoran los alrededores, no puedo evitar sonreír.
—No te voy a presionar, pero espero que me dejes volver a entrar a tu vida, sin la necesidad de estar lejos del otro.
Nos miramos a los ojos y es cuando el susurra...
—Ojalá coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos, ya sin razones sino pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones.
—Exacto, simplemente coincidir—murmuro y mis manos sostiene su rostro mientras nos fundimos en un beso.
FIN.
Pronto les subiré el epílogo, se les quiere y gracias por todo su apoyo✨.
Nos vemos pronto mis pequeñas/os egocéntricas/os<3
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