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43. Un día en familia

Aaron

De echo me siento bastante descansando, hace unos cuatro días que no dormía nada.

Me solía despertar con un nudo en el pecho recordando lo que paso aquella noche cuando Brooke se fue, eso y con todo lo de Emma, joder, estaba agotado.

Siento como el pequeño cuerpo a mi lado se retuerce incómoda, agradezco estar con el rostro escondido en una de las almohadas así evita darse cuenta de que no estoy dormido, trata de salir de mi agarre, pero solo hace que la apriete más contra mi cuerpo, en un movimiento sale de mi agarre a regañadientes, levantándose de la cama y vuelvo a sonreír con idiota debajo de las almohadas.

Levanto la cabeza y mi mirada se clava en ella, la camiseta holgada prácticamente transparente, las pequeñas bragas que trae puestas y su cabello desordenado... joder, trago grueso al confirmar que sigue emanando su belleza distintiva, sus caderas se contonean mientras camina perdiéndose en el baño de su habitación aparto la mirada no sin antes delinear su cuerpo nuevamente.

Cierro los ojos colocando mi brazo izquierdo sobre mi rostro, mientas escucho el sonido del agua de la ducha, escucho una puerta abrirse lo próximo que se es que tengo a mi hijo alrededor de mi cuerpo abrazándome.

—Buenos días, campeón—digo en un susurro adormilado rodeando mis brazos por su cuerpo, en menos de un segundo me bombardea con muchas preguntas.

—¿Por qué estas sin camiseta? ¿Por qué estas en la cama de mamá semidesnudo? ¿Cuándo llegaste? ¿Vivirás con nosotros? ¿Voy a tener otro hermano o hermana?—inquiere con una emoción clara en su voz con cada pregunta, suelto una pequeña carcajada mientras niego.

—Solo... necesitaba hablar con tu mamá y... pues—me detengo ideando una mentira creíble.

—No tenía planes de quedarme, vine anoche a visitarte, estabas dormido y le pedí a tu mamá que si me podía quedar.

Ajá.

Miento, mi pequeño entrecierra los ojos y luego asiente convencido. La puerta del baño se abre, dejando ver a Brooke envuelta en una toalla blanca, Dy baja de la cama corriendo y se pega a la pierna de Brooke.

Ella se agacha dejando un beso en la cabeza de nuestro hijo y se pone de pie nuevamente, se limita a caminar hacia lo que supongo es su armario, Dy vuelve a la cama y se acurruca en mi pecho, minutos después Brooke sale del armario con un top negro, unos mom jeans rotos y algunas hebras de su cabello mojado se pegan a su rostro.

—Vamos muñeco, te llevaré al colegio—dice refiriéndose a Dy.

—Buenos días para ti también egocéntrica—digo de manera irónica, ella pone los ojos en blanco y me saca el dedo de corazón.

—No quiero ir mamá—dice el pequeño pelinegro que está a mi lado, con un puchero.

—El lunes pasado no fuiste así que camina no tendrás otra falta—demanda y Dy me mira con un puchero.

—Papá dile—me pide, mi pecho se acelera cada que me dice así, Brooke me fulmina con la mirada.

—Si no quiere ir que no lo haga y punto—me encojo de hombros, se que lo más probable es que la irrite.

—¡Si!—celebra Dy.

—Va a ir y punto—demanda y niego.

—No va—la contradigo.

—Que si y ya cállate Aaron—sentencia mientras me sigue fulmimando con sus ojos grises, por lo que se me ocurre un apodo...

—Cállame tú, pequeña tormenta egocéntrica—le digo divertido mirando como su cara se descompone.

—Uhhh—dice una cuarta voz en la habitación, mi mirada busca a quien le pertenece la voz y Lu ésta en el umbral de la puerta con la bandeja de desayuno en las manos.

Buenos días—canturrea en perfecto mexicano.

—Buenos días Lu—contesta Brooke, solo le dedico un asentamiento de cabeza en modo de saludo, su mirada viaja a mi y luego le lanza una mirada coqueta a Brooke, río.

—Dylan vamos, te prepárare panqueques de chocolate—propone Lu mirando a mi hijo, el cual corre hacia sus brazos y ambos se marchan, me recuesto nuevamente en cama de la pelinegra; ella se queda en silencio unos segundos.

—Tu esposa alias la loca falta de un psicólogo, tiene un micrófono en mi sala—me suelta de repente y me quedo helado mientras mi cara es de total disgusto.

—¿Como sabes que es verdad?—prefiero que me de una explicación antes de hacer cualquier locura, ella pone los ojos en blanco y se acerca a la puerta de su habitación para después cerrarla.

—Adam me ha enviado un dispositivo de rastreo y hackeo de cualquier tipo de dispositivo que no esté conectado a mi ordenador, se me hizo raro que luego de todo lo que paso viniera a mi casa a darme un "supuesto regalo de paz" por eso le pedí a Adam que lo enviara—se limita a responder con un tono de voz más bajo, me limito a asistir, ella se acerca a la cama, se sienta a mi lado.

—¿Crees que allá oído algo de lo que hablamos anoche?—pregunto, ella niega.

—El dispositivo tiene un radio limitado de metros, sólo se puede oír hasta la habitación de nuestro hijo—se aclara la garganta, y asiento con una sonrisa.

Se te infla el ego con solo escucharla decir "nuestro hijo"

Puede ser. 

—¿Que piensas hacer?

—Demandarla, pero según mi abogado no puedo hacer nada sin tener pruebas de que ella fue la que puso el micrófono—dice en un resoplido.

—¿Tienes un plan?—pregunto y ella ladea la cabeza en mi dirección dedicandome una sonrisa malditamente sexy.

Joderr

—Si—asegura.—Pero necesito que usted se la encuentre por ahí "por casualidad" o algo parecido, no sin antes darle un  motivo lo suficientemente "bueno" como para que se desespere y le muestre una grabación cualquiera, me las ingeniare para que ella lo busque, solo tiene que hacer que ella admita lo que hizo—trago grueso al oír como ya no me tutea.

—Y si no quiero ¿qué?—inquiero con la voz algo ronca, mientras me acerco a su oído, en realidad si la ayudare, pero la verdad es que me causa cierta curiosidad su respuesta, ella enarca una ceja y se acerca peligrosamente a mis labios haciendo que sus labios rosen con los míos y nuestras miradas se conecten.

—Uhg, me las arreglo para que se lo diga a otra persona—añade en un susurro para luego empujarme lejos de su rostro.

—Bien, te ayudaré aún no sabe que me entere de lo de Emma, así que es un punto a nuestro favor—digo, ella asiente y se queda en silencio.

Me pongo de pie, buscando mi ropa por la habitación.

—¿Puedo usar tu baño?—pregunto y ella asiente.

Me adentro en su baño, cerrando la puerta detrás mío. Unos minutos después salgo del baño ya vestido y calzado, no puedo evitar buscarla en su habitación percatándome de que no está, mi ceño se frunce ligeramente. Salgo de la habitación con las manos dentro de mis bolsillos, hasta que mis ojos captan a la pelinegra de espalda manteniendo una conversación con Lu, no logro captar nada de lo que estaban hablando a excepción de que Brooke le dijo algo sobre su hermana, me limitó a recostarme en el umbral de la puerta.

Espero que si piensa venir aquí sea en son de paz«no pienso irme, quiero pasar el día con ella y mis hijos», digamos que desde que pasó lo que pasó con Brooke, Aurora no le caigo nada bien, a pesar de que le explique todo lo que sucedió aquella noche, sigue manteniendo la misma postura con respecto a que ni siquiera se ocurra a dirigirle la palabra.

Algo que no pienso hacer.

—¿Que se te ofrece para comer, sexy hombre no alemán?—pregunta Lu entre carcajadas, pongo los ojos en blanco.

—Cualquier cosa, esta bien—me limitó a responder ella asiente.

***

Brooke

Abro los ojos y bufo pesadamente, supongo que debería decirle lo desquiciada que es su "esposa" salgo de mis pensamientos y me retuerzo increíblemente incómoda por su brazo que sujeta mi cintura pegándome a su cuerpo tatuado, trato de salir de sus brazos, pero es totalmente inútil.

Cuando por fin se le da la gana de soltarme, salgo de la cama y me dirijo al baño. Pongo los ojos en blanco al sentir sus ojos en mi nuca y luego bajar a mi trasero.

Unos minutos después y terminó de ducharme, me envuelvo en mi toalla, salgo del baño, observo a mi hijo bajar de mi cama corriendo hacia mí para luego pegarse a mi pierna, me inclino para dejar un beso en la cabeza de mi hijo, me alejo de él y me adentro en mi armario varios minutos de elegir que me pondré término decidiéndome por unos mom jeans rotos y un top negro, dejo mi cabello un poco desordenado, salgo del mi armario, mis ojos se mueven directo a la cama donde está mi hijo encima del pecho de su padre el cual le sonríe.

—Vamos muñeco, te llevaré al colegio—digo mirando directamente a mi hijo.

—Buenos días para ti también egocéntrica—dice de manera irónica, pongo los ojos en blanco y le sacó el dedo de corazón.

—No quiero ir mamá—dice mi hijo con un pequeño puchero.

—El lunes pasado no fuiste así que camina no tendrás otra falta—demandó y él mira a su papá con un puchero.

—Papá dile—le pide y en sus ojos percibo cierto brillo al oír como lo ha llamado.

—Si no quiere ir que no lo haga y punto—dice restándole importancia, lo fulmino con la mirada.

Imbécil.

—¡Si!—celebra mi hijo con una gran sonrisa.

—Va a ir y punto—demando y él niega.

Lo voy a matar.

—No va—me contradice, respiro hondo.

—Que si y ya cállate Aaron—sentenció sin dejar de mirarlo mal; sin embargo, me deja boquiabierta con lo que dice después.

—Cállame tú, pequeña tormenta egocéntrica—dice divertido y mi cara se termina de descomponer.

Pero-

—Uhhh—dice Lu la cual esta en el umbral de la puerta con la bandeja de desayuno en las manos.

Buenos días—canturrea en su idioma natal.

—Buenos días Lu—contestó mirándola y dedicándole una sonrisa, me lanza una mirada coqueta y escucho reír a Aaron.

—Dylan vamos, te prepararé panqueques de chocolate—le propone Lu, él sale de la cama corre hacia Lu, se marchan y me quedo en silencio unos segundos analizando lo de Elena, suelto un pequeño suspiro a penas audible antes de levantar la mirada y clavarla en él.

—Tu esposa alias la loca falta de un psicólogo, tiene un micrófono en mi sala—le suelto sin darle tiempo a reaccionar, observó con detenimiento su rostro, pero no logró descifrar nada.

—¿Cómo sabes que es verdad?—pregunta y me acerco a la puerta de mi habitación para después cerrarla.

—Adam me ha enviado un dispositivo de rastreo y hackeo de cualquier tipo de dispositivo que no esté conectado a mi ordenador, se me hizo raro que luego de todo lo que paso viniera a mi casa a darme un "supuesto regalo de paz" por eso le pedí a Adam que lo enviara—me limitó a responder con un tono de voz más bajo, se limita a asistir, me acerco a mi cama y me siento a su lado.

—¿Crees que allá oído algo de lo que hablamos anoche?—pregunta y niego.

—El dispositivo tiene un radio limitado de metros, solo se puede oír hasta la habitación de nuestro hijo—respondo, mientras ideó un plan.

—¿Qué piensas hacer?

—Demandarla, pero según mi abogado no puedo hacer nada sin tener pruebas de que ella fue la que puso el micrófono—digo un resoplido.

—¿Tienes un plan?—pregunta y ladeo la cabeza en su dirección dedicándole una sonrisa.

—Si—aseguró—Pero necesito que usted se la encuentre por ahí "por casualidad" o algo parecido, no sin antes darle un motivo lo suficientemente "bueno" como para que se desespere y le muestre una grabación cualquiera, me las ingeniaré para que ella lo busque, solo tiene que hacer que ella admita lo que hizo—respondo sin tutearlo sonrió ampliamente al escucharlo tragar grueso.

—Y si no quiero ¿qué?—inquiere con la voz algo ronca, mientras se acerca lentamente a mi oído, ladeo la cabeza nuevamente al escuchar su pregunta enarco una ceja y me acerco peligrosamente a sus labios haciendo que mis labios rocen con los suyos mientras nuestras miradas se conecten.

—Uhg, me las arreglo para que se lo diga a otra persona—digo en un susurro para luego darle un leve empujón para mantener mi postura y no besarlo.

—Bien, te ayudaré, aún no sabe que me entere de lo de Emma, así que es un punto a nuestro favor—accede, asiento y me quedo en silencio, él se pone de pie y no puedo evitar detallarlo de reojo.

—¿Puedo usar tu baño?—me pregunta y asiento.

Necesito un puto detonante para hacer que Elena explote, dije que planeo destruirla y lo haré.

Salgo de la habitación dirigiéndome a la cocina, pregunto por mi hijo Lu me ha dicho que logró llevar al colegio, también surge el tema de Aurora me ha llamado hace unas horas y no sé si vendrá o no, Lu deja la taza de café frente a mi y la llevo a mis labios dándole un sorbo.

Lu me lanza una mirada disimulada hacia la puerta, indicándome de la presencia de Aaron, aunque no la necesitaba de una u otra manera siento cuando estamos en el mismo lugar.

—¿Qué se te ofrece para comer, sexy hombre no alemán?—pregunta Lu entre carcajadas y sonrió de medio lado sin mirar a la puerta.

—Cualquier cosa, está bien—responde y Lu asiente.

Lu se da la vuelta quedando de espaldas mientras le sirve algo de comer, siento su aliento sobre mi cuello y se me eriza la piel al mismo tiempo que sus labios tocar mi mejilla derecha.

—¿Qué harás hoy en la tarde?—pregunta de manera ronca en mi oído.

—No te incumbe—respondo llevándome la taza de café a los labios para darle un pequeño sorbo, suelta una pequeña risa ronca y un poco sexy.

—Pues ni modo, no hagas planes, ya los he hecho por ti—añade.

—Planes a los que ni siquiera he accedido.

—Pero nuestro hijo quiere que estés con nosotros—dice en un simple susurro.

—Te puedes encargar de él, no es necesario que esté yo—me encojo de hombros.

—Iras, además no puedes ir a la empresa hasta que te sientas mejor y tu doctor lo compruebe—dice mientras Lu deja su desayuno frente a él.

Verdammter Idiot—respondo en alemán, sabiendo que tiene razón.

(Maldito idiota)

Danke, kleiner egozentrischer —responde irónicamente.

(Gracias, pequeña egocéntrica)

Pongo los ojos en blanco y llevo la taza nuevamente a mis labios, nos quedamos en silencio mientras seguimos desayunando, Lu sale de la cocina dejándonos a solas, terminó con mi desayuno y salgo de la cocina dirigiéndome a mi estudio, los papeles y planos sobresaltan encima de mi escritorio.

—Sigues siendo la misma desordenada de siempre, Brooke—dice adentrándose en mi estudio.

—Yo no soy desordenada, aparte no es tu problema—aclaro sentándome en la silla detrás del escritorio.

—No, no lo es—se encoge de hombros, tomó un lápiz y empiezo a trazar líneas en una libreta, mientras tarareo una canción.

—Solo dance—pronuncia, haciendo que levante mi cabeza—no tienes mal gusto.

Deja vuuuu

—Ajá—me vuelvo a centrar en la libreta. Nos mantenemos en silencio hasta que el habla.

—¿Te molestaría que Em pase la tarde con nosotros, luego de que Dy salga del colegio?—pregunta y niego.

—Ya que hiciste planes los cuales no tenia ni la mínima idea me da lo mismo, pero no me molesta que ella esté con nosotros, Emma es increíble y me agrada—me limito a decir sin apartar la vista de la libreta.

—Bien—responde y levanto la cabeza dirigiendo mi atención hacia él.

—Voy por Emma, nos vemos en la tarde—dice, levantándose y asiento—¿Pasó por Dy?—pregunta y asiento nuevamente.

—Usa palabras—dice sin aparta nuestra mirada.

—Esta bien—terminó diciendo.

—Parezco disco rallado pero, ¿enserio seguiremos evitando lo que nos pasa cuando estamos demasiado cerca del otro?

Me quedo en silencio, supongo que más de un minuto, ya que el menciona mi nombre.

—¿Brooke?

—¿Según tu que es lo que pasa?—preguntó.

—Todo eso pasa—respondió, haciendo que una línea de electricidad recorra toda mi columna, suspiro disimuladamente.

—Si hablaremos, cuando tu soluciones tus problemas con Elena, y no me esté jodiendo ni a mi ni a nuestro hijo—añado, el asiente

—Me he fijado que para subir hay que usar un código de seguridad, ¿para bajar también?—niego, el solo asiente y sale del estudio.

—Todo era más fácil en Londres—mascullo masajeando mis sienes, cierro los ojos y recuesto mi cabeza sobre mi escritorio.

—¿Es neta? —la voz de Lu al otro lado de la puerta me sobresalta, unos segundos después Lu se adentra en el estudio con una radiante sonrisa.

—¿Y que pasó con el sexy de tu hombre?—pregunta subiendo y bajando las cejas eufóricamente.

—Chismosa

—No soy chismosa son mis dotes de periodismo que salen a la luz—asegura dramáticamente y explotó a carcajadas.

—Y no es "mi hombre" y no paso nada—añado aun entre risas.

—Clarooo y yo no tengo una obsesión con Messi—dice sarcásticamente, llevo mis manos a mi estómago apretándolo porque duele a causa de mis carcajadas.

***

Aaron

Salgo de la casa de Brooke y suelto una bocanada de aire enorme para luego caminar hacia el ascensor, este se abre me adentro en el y luego presiono el lobby.

***

Son casi las tres de la tarde, luego de salir de la casa de Brooke fui directamente a cierto Pent-house que poseo lejos de la ciudad, y pasé el resto del tiempo en la empresa poniéndome al día con los nuevos contratos y otras cosas, conduzco directamente al colegio donde asiste mi hija, tengo que ir por ella.

Freno en un semáforo que está en rojo, mi teléfono suena cuando me detengo. Es Elena. Respiro hondo en busca de paciencia y luego de unos segundos contesto.

Hola amor—me trato de controlar para no mandarla al mismísimo diablo.

—Hola—respondo secamente.

—Tengo que mostrarte algo, ¿podemos vernos más tarde?—lo primero que viene a mi mente es del plan que me hablaba Brooke.

—Tengo cosas importantes que hacer.

—¿Puede ser mañana, cariño?

—Si, me parece bien.

—Está bien, ¿nos reunimos en la cafetería Duls?

—No, te enviare la dirección de donde nos vemos.

—Bien amor, nos vemos, por cierto puedes pasar por Em, es que estoy en la oficina y no puedo ir a buscarla

—Pensaba hacerlo de todos modos, no me esperes.

—Ok, adiós mi amor.

Cuelgo y me limitó a seguir conduciendo, aparco frente al colegio y salgo del Audi negro llevándome varias miradas furtivas de parte de algunas mujeres, cierro la puerta y me recuesto sobre el capo del auto, esperando a que salga Em, miro la hora en mi roles, son las una y veinticinco de la tarde.

—¡Papii!

—¿Como le fue a mi pequeña princesa?—la levanto entre mis brazos y dejo un beso en su frente.

—¡Bien, hoy hice un amigo!—exclama feliz, me adentro en el auto y la coloco en el asiento del copiloto.

—¿Y como se llama?—preguntó con el ceño fruncido, para luego dejar otro beso en su frente y cerrando la puerta del copiloto para darle la vuelva al auto y subirme al asiento correspondiente.

—Ammm... solo recuerdo que es tres años mayor que yo—murmura pensativa, frunzo el ceño mientras conduzco.

—¡Su nombre era Logan!—Exclama mientras nos adentramos en la mansión.

—Ah—me limitó a decir.

—¿Y que mas sabes de ese tal Logan?—inquiero, subiendo hacia su habitación.

—Que no es de por aquí—se encoge de hombros y solo asiento.

—Duchala, yo me encargo de elegir que se pondrá—ordeno dirigiéndome ha su niñera.

—Como ordene, señor—ella me extiende sus brazos y le entrego a mi hija.

Me dirijo hacia el armario de mi hija y elijo algo sencillo en realidad, unos jeans y una blusa verde lima, junto a unos tenis negros, la dejo sobre su cama y me dirijo a la cocina, le pido a la empleada que se retire. Camino hacia el refrigerador y sacó una caja con fresas, minutos después escucho los pequeños pasitos de mi hija adentrarse a la cocina.

—Pero si está preciosa mi nena—la halago dejando un beso sonoro en su mejilla.

—Gracias papi—murmura con las mejillas coloradas, sonrió, empiezo a caminar hacia mi auto cuando la pequeña que traigo entre mis brazos habla.

—¿A dónde vamos papi?

—Ya lo verás—me limitó a responderle con una sonrisa.

—Dimee—niego y ella se cruza de brazos y termina aventando sus mejillas.

—Eso no es justo—sonrió recordando que su curiosidad es casi tan grande como la de la pelinegra egocéntrica. 

—Vamos a buscar a tu hermano a su colegio y luego a casa de Brooke—le respondo, mientras conduzco hacia el colegio donde está mi hijo y miro de reojo a mi hija sus ojos se iluminan y sonríe.

—¡Yeiii!—celebra mientras aplaude, aparco el auto en frente del colegio de Dy, salgo del auto con cuidado y saco a Em.

Dy está por salir, no es la primera vez que lo recojo y siempre sale a las tres, lo busco con la mirada y lo observó salir con una sonrisa mientras está acompañado por una pelirroja, se acerca a él y planta un beso en su mejilla, él se despide de la chica dejando un beso en su frente, él le saca como mínimo una cabeza de diferencia, la chica se marcha.

—¡Enana!—mi hijo corre hacia nosotros y rodea a Em entre sus brazos esparciendo besos en sus mejillas, sonrió ante la escena.

—Hola papá—me saluda cuando se aparta de Em.

—Hola campeón ¿Como te fue hoy?—preguntó tomandolos a ambos y subiendolos al auto.

—Bien—sonríe, asiento con una sonrisa y unos segundos después alma una conversación con Em.

Conduzco directamente al edificio de Brooke, dejó el auto en el parking, tomó a mis hijos sacándolos del auto y caminando hacia el edificio, nos adentramos en este y trató de enviarle un mensaje a Brooke para que me envíe el código para poder subir a su piso, pero la voz del botones me detiene.

—Hola Dy—le sonríe a mi hijo—¿Señor White?—pregunta.

—¿Si?

—Tenga, la señorita Evans dijo que le entregase ésto—añade dándome una tarjeta con unos dígitos detrás.

—Es la tarjeta de acceso para que pueda subir sin ningún problema—aclara y asiento.

Me alejo del hombre y una sonrisa se forma en mis labios mientras el ascensor sigue subiendo, se detiene en el piso correspondiente y salgo sin soltar las manos de mis hijos, pasó la tarjeta nuevamente en el aparato que esta frente a la puerta de Brooke, esta cede y me la encuentro sentada en el sofá mirando su teléfono, se ha cambiado de ropa ya no tiene lo mismo se esta mañana, ahora trae unos jeans ajustados y un crop top blanco junto a unas sandalias bajitas.

—¡Mami!—exclama mi hijo soltando mi mano y corriendo hacia su madre, ella levantó la mirada y sonrió mostrando un brillo en sus ojos cuando mueve su mirada hacia Emma y luego hacia Dy.

—Cariño—sonrió al escucharla, abraza a Dy y con un movimiento de sus manos llama a Em abriendo un espacio entre sus brazos para mi hija, algo dentro de mi se remueve.

—¿No hay espacio para otro?—preguntó ladeando el rostro ella pone los ojos en blanco, hace un leve gesto de que me acerque y eso hago.

Los logro envolver a los tres en mis brazos y nuestras miradas se encuentran cuando Dy saca a Em, de nuestro abrazo con la escusa de que le quiere mostrar unos juguetes.

No puedo evitar llevar mis manos ambos lados del rostro de la mujer que me tiene jodidamente perdido.

Me acerco lentamente a sus labios ella me mira directo a los ojos y baja su mirada hacia mis labios, nuestras respiraciones chocan...

—Mamá, papá—nos interrumpe nuestro hijo, ella apoya su frente en la mía y luego aparta la mirada a nuestro pequeño.

—Podrían decirnos que haremos—se queja junto a Em.

—No lo se, pregúntenle a su padre—dice encogiendose de hombros, se aparta de mi.

—A un lugar, pasaremos un día en familia—respondo soltando una pequeña carcajada.

—Vamos Dy, hay que ducharte—dice Lu entrando en la sala con una sonrisa.

—Hola pequeña—se dirige a mi hija y a mi me dedica una sonrisa.

Mi hijo marcha con Lu y Em se acerca a nosotros tratando de subirse al sofá, Brooke extiende sus brazos hacia ella y la levanta, sentandola entre ambos Em se acomoda entre los brazos de Brooke, nos quedamos en silencio hasta que Dy sale del pasillo con el cabello pegado a su frente y totalmente vestido.

—Guapísimo—dice Em con una sonrisa.

—Si, ya lo sé—responde mi hijo recibiendo una mirada de su madre y una sonrisa de mi parte.

—Ese ego—dice Lu entre carcajadas.

—Lo heredó de su madre—me defiendo riendo y Brooke me lanza una mirada de pocos amigos.

—Claro porque lo hice sola seguramente—dice sarcásticamente.

—Bueno, dejando el tema de a quien salió nuestro hijo, vamos—aclaró sosteniendo a Em entre mis brazos, Brooke bufa y se levanta del sofá, toma un  pequeño bolso que había a su izquierda.

Salimos de la casa y ella cierra la puerta detrás de ella, caminamos hacia el ascensor y cuando estamos adentro este se cierra

—Técnicamente hablando puedo venir cada que quiera—susurro en su oído pasando una de mis manos por su cintura, ella me manotea rápidamente y apartó mi mano.

—No, me darás la tarjeta—responde y las puertas se abren y salimos del edificio, caminamos hacia mi auto y nos adentramos en éste.

Unos treinta minutos llegamos al parque donde tenía planeado traerlos, de hecho es bastante alejado de la ciudad, lejos de todo, tiendo a venir aquí cada que quiero estar solo, pero sentí la necesidad de traerlos, bajamos del auto y empezamos a caminar por este, ninguno de los dice nada solo caminamos el uno al lado del otro.

—¡Sii!—exclama mi hija dando saltitos de felicidad cuando ve los toboganes y algunos columpios.

—Vamos a los columpios mamá—Dy tira de su mano acercándola a los columpios, Em corre junto a Dy, llegan a los columpios y Brooke los empuja lentamente.

—¡Wiii!—exclama Em con una sonrisa en los labios mientras Brooke sigue empujándola poco a poco, me acerco a mí hijo y empiezo a empujarlo yo mismo.

—¡Más fuerte, papi!—exclama el pequeño al cual empujó con sumo cuidado.

***

Nuestra tarde se volvió bastante tranquila en realidad, los niños comieron helado y se la pasaron brincando y jugando de aquí para allá.

El atardecer de cierne frente a nosotros su cabeza descansa sobre mi hombro con los ojos cerrados mientras peina a mi hija con sus dedos la cual se ha quedado dormida en sus brazos, mientras que mi hijo tiene su cabeza sobre mi pecho está completamente dormido.

Un sentimiento se enciende en mi pecho al verlos así, no me molestaría que todos mis días fuesen como hoy...

***

Pues le aviso que reviví JKKSKSKKSNNSNSKNS

¿Como andan?

A toda sinceridad este ha sido uno de los capítulos que más me gustan, espero que a ustedes también.

Se les quiere, besos<3

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