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35. El juego de Dylan

Aaron

Anoche luego de que Brooke llamasé a mi esposa, ella pasó por mi y empezó con un drama desde anoche el cual trató de ignorar desde que inició.

-¡La única mierda que te pido es que me respondas por que demonios estabas en casa de Brooke borracho!-exclama mi esposa furiosa, levantó la cabeza del periódico y clavo mis ojos sobre ella.

-Por nada.

-¡Por nada no es una puta respuesta!

-Aun no entiendo tu drama, nunca te he visto así-aclaro-Pues dejame decirte que si lo es porque hace meses te pregunto por qué demonios juegas con el anillo de bodas y te quedas mirándolo por horas, tus ojos se cristalizan y cuando te pregunto el porqué, me dices que no te pasa nada, así que cuando quieras responder esa pregunta te digo que demonios hacia en casa de Brooke, ¿Te parece Elena?-añado, sus ojos se cristalizan y su labio inferior tiembla, me levanto de la mesa enojado e irritado saliendo de la casa hacia la empresa, totalmente cansado de su drama.

Llegó varios minutos después y me adentro en mi oficina, dejando caer mi cuerpo en mi silla, recuesto mi cabeza en la mesa mientras clavo mi mirada en la puerta.

Por más que mires la puerta no se abrirá y Brooke entrará por ella.

Por esa razón te ignoró cada que puedo.

Shhhh, tengo razón y eso te molesta.

Decido salir de mi oficina, mientras camino por la empresa con las manos dentro de mis bolsillos, bajo al cuarto piso y cuando las puertas se abren un pequeño cuerpo choca conmigo, miro hacia abajo encontrándome con el pequeño pelinegro de ojos azules grisáceos hijo de Brooke, fruzo el ceño al ver que tiene el labio inferior roto y trae el uniforme del colegio supongo.

-Señor-murmura mirándome, salgo del ascensor y me agachó a su lado.

-Hola campeón ¿Que te pasó en el labio?-pregunto levantandolo y caminando con el hacia los asientos vacíos, me siento en uno, lo tomo entre mis brazos, mi corazón late con fuerza por alguna razón y lo termino sentando sobre mis piernas, ignorando la sensación.

-¿Quién te golpeó? Puedes decirme campeón-preguntó algo preocupado y no entiendo porque.

-¡Dylan!-la voz preocupada de Brooke se oye a algunos metros.

-Peleé con un niño-susurra con la mirada en el suelo.

-¿Porque?

-Porque... beso a la niña que... Me gusta-murmura y sonrió.

-¿Osea que lo golpeaste por celos?-le preguntó despeinado su cabello con una de mis manos y él ríe para luego asentir.

-Y entre nosotros ¿Quién ganó?-preguntó divertido.

-Es ofensiva la pregunta es obvio que yo-alardea con una sonrisa.

-Oiga, señor ¿Le puedo pedir algo? -pregunta.

-Si campeón, ¿Que pasa?.

-Es que vea no nos conocemos mucho, pero bueno el punto es que el lunes en la tarde tengo un partido de fútbol y pues... Es que.... se que usted estará ocupado y eso pero... Me gustaría que fuese con mamá a verme.

-Claro que si, campeón-le confirmo con una sonrisa, sus ojos brillan por entusiasmo.

-Gracias-dice antes de rodear sus pequeños brazos por mi cuello para envolvernos en un abrazo, mi corazón se vuelve a acelerar y lo abrazo.

-Vamos con tu mamá es una auténtica fiera cuando se enoja.

-Lo se, ayer no respondió desde cuando se conocen señor.

-Dime Aaron-le pido mientras lo levanto entre mis brazos y caminamos hacia la oficina de Brooke, él asiente.

-¿Puede responder Aaron?-vuelve a insistir.

-Tu mamá y yo fuimos novios-el frunce el ceño y luego hace una "O" con la boca.

-¿Y por qué no siguieron juntos? Mi mamá es un partidaso y sin ofenderlo fue estúpido dejar ir a mi mamá, mire yo puede haber hecho su hijo y eso es un honor-sonrió al oír sus palabras.

-Si fui un estúpido ¿Cierto?-el asiente y me detengo frente a la oficina de Brooke.

-¿Porque no intenta algo con ella ahora?

Por miedo a cagarla otra vez.

Cállate.

-Por qué yo estoy casado y tu mamá merece ser feliz con alguien que la ame.

-¿Usted la sigue amando?-me tenso con la pregunta, ya que, es una de la que más vuelta da en mi cabeza.

-No-responden a mi espalda y me tenso aún más... Brooke, siento una punzada en mi pecho.

-Dylan vámonos, te llevaré a casa, si necesita algo he dejado todo lo adelantado con Joana-me quita al niño de los brazos.

-Brooke yo...

-Ni te moleste en responder no me interesa tu respuesta-sisea mirándome a los ojos, se marcha, dejándome allí mirando hacia su dirección.

***

Brooke

-¿Mami porque no dejaste que Aaron respondiese?

-Por qué no me interesa su respuesta, ni a ti tampoco.

-Yo quería saberla pero si no quieres -se encoge de hombros sin volver a insistir, nos dirigimos hacia el auto y conduzco a casa de su niñera.

-Nos vemos en la noche, te comportas-dejo un beso en su frente y me despido de su niñera.

Conduzco otra vez a la empresa, con los pensamientos perdidos.

Deja de pensar en ti cajaro.

En mi es que debo pensar.

Eso no es justo.

Lo que no es justo es que me vaya a quedar pensando en mierdas que no pasaran.

No envíes ese puto mensaje.

Ups ya lo hice.

Su respuesta llega inmediatamente y sonrió para mí, bajando del auto mientras me adentro en mi oficina, las horas pasan volando algo que agradezco mucho, le envío la confirmación de que nos vemos en dos horas.

¿Enserio volverás a esa vida?

Si te refieres a pensar en mi y volver a ser la misma hija de puta que era antes de que kiwi apareciera en mi vida, pues sí.

No tienes remedio.

No.

Conduzco a mi casa, aparco el auto y subo a mi apartamento, entro a mi habitación, me dirijo al baño, me ducho, lavo mi cabello, luego de unos minutos, salgo del baño envuelta en una toalla. Me enfundo en un vestido negro, ajustado a mis curvas y escotado el cual deja mi espalda descubierta, seco mi cabello y aplico un poco de rimer, un labial rojo, me calzo en unos tacones altos y dejó mi cabello en ondas atado en una cola alta, me miro en un espejo y me encanta lo que acabo de hacer.

¡Detente!

Estoy bastante gradensita para saber en cama de quien me meto o no, así que no opines.

Jodete.

Y así lo haré, creeme querida.

Mi teléfono suena y sonrió tomando mi bolso el cual cuelgo en mi brazo izquierdo y tomo mi teléfono contestando la llamada.

-Estoy abajo-me avisa.

-Dame dos minutos y estoy allí.

Salgo de mi casa, mientras me adentro en el ascensor, el Porche gris está aparcado a unos metros de la entrada del edificio.

-Joder eres una diosa, te ves increíble.

-Lo sé, tu tampoco te ves tan mal-sonríe y me adentro en asiento del copiloto, cruzo mis piernas y clavo la mirada en él, trae unos vaqueros negros y una camisa blanca remangada hasta los codos, sonrió para mis adentros.

Ummm.

-Llegamos-avisa, apracando su carro frente a un gran edificio, salgo del auto y el llega rápidamente a mi lado...

Mi respiración esta echa un desastre, él sale de mi interior, para salir de la cama y desechar el preservativo, se vuelve a acostar a mi lado y su respiración está igual que la mía, varios minutos después de que mi respiración está regulada salgo de la cama, tratando de encontrar mi vestido.

-¿Te vas?-pregunta al observar como salgo de la cama.

-Si.

-¿Cuando volvemos a quedar, nena?

-No repito y si me vuelves a decir así te corto el pito-siseo, empieza a reírse y lo miro seriamente traga grueso para luego asentir.

-Que desca...

Terminó de vestirme y salgo de su habitación dejándolo con la palabra en la boca, pido un taxi, paso por mi hijo y luego a mi casa.

-¿Donde estabas, mami?-pregunta cuando bajamos del taxi y empezamos a entrar al edificio.

-Con un amigo-entrecierro los ojos en la última palabra.

-¿Como te fue en casa de Clara, muñeco?

-Vi Spiderman con ella y su hermanita-me dice con entusiasmo, le sonrió y me agacho para dejar un beso sonoro en su mejilla, introduzco la llave en el pomo de la puerta y me adentro con el en nuestro piso, enciendo las luces y camino a la habitación de Dy.

-Vamos a ducharte-le digo despojandolo de su ropa, el asiente, camino con el a su baño, termino de lavar su cabello y el se mete bajo el grifo, envuelvo su toalla en su cintura y el sonríe.

-Y no se te olvide que tenemos una conversación pendiente.

-No lo vuelvo a hacer, pero si se le acerca de nuevo a Artie le dejo los dos ojos morados.

-Y después yo te castigo un mes, sin pizza, ni videojuegos.

-No es justo.

-Es tu decisión, hacerlo justo o no.

***

Mi fin de semana se resumió en algo muy simple, alcohol...

And sex...

True.

El viernes fui a mi cita pendiente con Alek, fuimos a cenar, luego de eso nos pusimos a platicar sobre los niños y tocamos el tema de hace unos años por lo cual me reí bastante con el, ya que, me dijo que después de que me marche, sus amigos llegaron y el les contó lo que pasó conmigo y después de eso me tacharon como a una fugitiva.

Con Ian y me divertí mucho en realidad, me había invitado a hacer algo el sábado y no le vi problema, luego de cenar fuimos a un edificio enorme y como si fuésemos adolescentes nos subimos al ascensor, fuimos directo al techo y el cielo era una auténtica locura estaba todo increíble, no había una sola nube allí, solo eran las estrellas y nosotros.

Y pues de anoche me arrepiento de haber bebido, de mezclar alcohol en realidad, es lunes tengo una jaqueca a mil. Conduzco hasta la empresa, decido aparcar el carro en el parqueo subterráneo de la empresa, no me apetece entrar por la puerta principal, pero me da igual la verdad, salgo del auto y paso mis manos por la falda de tubo que traigo puesta, tomo las carpetas que debo entregar esta tarde, aparte de la junta con los nuevos clientes que tengo a las dos, la reunión de las cinco y una junta interna a las siete.

Mi cabeza no da más.

Terminó de llegar a mi oficina, las puertas del ascensor se abren y lo primero que me encuentro son los murmullos entre Dalila (la secretaria del departamento de administración) y Joana (y la secretaria del departamento de sistemas), no me molesto en saludar, ya que, no me agrada la idea de que esas dos estén murmurando y más la mirada que ambas acaban de darme es obvio que están hablando sobre mí, no saludo, sin embargo...

-Doy clases de como disimular, par de chismosas-siseo con molestia pasando por el lado de ambas no sin antes dejar una de las carpetas sobre el escritorio de Joana, las dos palidecen-Ya sabes donde va esa carpeta, la entregas inmediatamente-aclaro mirando a Joana, la cual solo asiente, abro mi oficina y lo que ahí en la mesa es lo último que me faltaba.

¿Lirios?, no mames, empiezo a estornudar como siempre, soy alérgica a esas flores, mis ojos arden al igual que mi piel por las alergias y el polen que desprende el ramo de flores sobre mi escritorio, por la fuerte ventilación. Salgo de la oficina con los ojos prácticamente cerrados y los pómulos ardiendo, levanto un poco mi saco y miro mi piel en la cual se empiezan a hacer ronchas bastante notables en mi piel clara, un leve dolor de cabeza junto a un mareo me quitan el campo de visión por varios segundos, hasta que todo se vuelve negro.

***

Aaron

Terminó de revisar los resultados de la encuesta sobre la construcción de un hospital en las zonas rurales de la ciudad para las personas que no tengan acceso a hospitales privados, selló la información y el acceso a la construcción. Las empresas de papá son varias pero, entre mis hermanos y yo las hemos sacado adelante con el esfuerzo de todos, sigo perdido entre los papeles, me fijo en la hora es temprano, pero de todas maneras tengo que hablar con mi secretaria, le aviso que entre a mi oficina, pregunta antes de entrar y le pido que pase.

-¿Que desea señor White?-pregunta sin mirarme a los ojos, de echo muy pocas de las personas de la empresa lo hacen.

-Cancela cualquier cosa que tenga que hacer después de las dos de la tarde.

-Como ordene, señor ¿Algo más?

-Eso es todo, retírate- asiente y se marcha, vuelvo a enfocarme en los papeles y carpetas que ahí encima de mi escritorio. Varios minutos después la puerta se abre dándole paso a Elena junto con mi hija, sonrió al ver como la pequeña Em sale de los brazos de su madre y corre hacia mí.

-Papi

-Hola princesa-la envuelvo en un abrazo no sin antes dejar un beso en su mejilla.

-Hola cariño-levantó la mirada hacia mi esposa.

-Hola amor, te puedes quedar con ella es que tengo que ir a la tienda por que las chicas tienen unos problemas con los diseños que mande ayer-me pide, asiento, se acerca a mi y deja un beso en mis labios en forma de despedida.

-Esta bien, nos vemos esta noche, suerte con los diseños.

-Gracias amor, adiós mi reina-se despide de Em con un beso en su frente, la pequeña que sostengo en mis brazos se despide de su mamá con sus manitos, ella se marcha y Em me mira.

-Papi y- entrecirra sus ojos color verde y sonrío- Br... Amm Br... -trata de decir el nombre de Brooke y sonrió, es lo que más hace esfuerzo en aprenderse últimamente.

-¿Brooke?-pregunto observando como se traba al tratar de decir su nombre y ella asiente con entusiasmo.

-¿Quieres que la llamé?-preguntó y ella asiente, levanto el teléfono marcando a mi secretaria.

-Dígale a la señorita Evans que venga a mi oficina, ahora-demandó.

-¿No se a dado cuenta?-pregunta con cierta confusión en su voz

-¿Sobre que?

-Broo... Perdón la señorita Evans está en la enfermería, porque le han llegado unos lirios y...

-Es alérgica-interrumpo a mi secretaria.

-Exactamente señor-cuelgo el teléfono.

Me levanto con mi hija entre brazos, saliendo de mi oficina, camino hacia el ascensor con ella mientras sigue intentando decir el nombre de Brooke, el ascensor se detiene en el tercer piso, salgo hacia la enfermería, bajo la mirada de varias de las mujeres.

-Señor White, ¿Que se le ofrece?

-La habitación donde se encuentra Evans-demando y la enfermera asiente.

-Esta en la segunda sala-dice mirando unas carpetas, no digo nada y solo camino hacia el final del pasillo, deteniendome enfrente de la habitación donde esta Brooke, abro la puerta, mirando a la pelinegra de ceño fruncido y puedo ver algunas ronchas siguen siendo visibles en su piel.

-¡Brooke!-exclama la pequeña pelirroja que sostengo, sorprendiéndome tanto a mi como a Brooke la cual levanta la cabeza y nos mira, bueno me da una mirada asesina a mi y luego mira a mi hija para después sonreírle.

-Hola hermosa-saluda a Em y su voz suena un poco débil, termino de adentrarme completamente en la habitación.

-¿Estas bien?-pregunto observando sus ronchas detenidamente.

-Si claro, de maravillas-dice sarcásticamente y pongo a los ojos en blanco.

-Me alegro-le suelto en el mismo tono dramático.

***

Hace una hora empezó el juego de fútbol de Dylan y su equipo va ganando por tres goles.

-¡Vamos campeón!-exclamó eufórico.

Brooke ya sabía que él me había invitado a su juego y me dijo que no tenía problemas con eso, pero que no iba a poder asistir por sus alergias, luego de casi una hora diciendo que yo la llevaría a su casa, decidió acceder.

-¡Esoo equipooo!- exclaman detrás mío.

-¿Estás disfrutando princesa?-le pregunto a mi hija y ella asiente.

-¡Goooooooooool!- exclamamos la mitad de las gradas a ver como el equipo de los leones vamos ganando, el juego transcurre con euforia y gritos por parte de ambos equipos, el juego se ha empatado en el último segundo, de un momento a otro Dy toma el balón y empieza a correr.

-¡Eso campeón!-exclamó con fuerza al ver como anota el gol ganador, tomó a Em entre mis brazos bajando las escaleras hacia el campo de fútbol, me detengo a unos metros, observando como el equipo lo victorea y grita su nombre, mientras el entrenador le entrega el trofeo.

-¡Ganeeeeeee!-grita corriendo hacia mi con el trofeo en sus manos.

-Felicidades campeón-me agachó a su altura y extiendo mis brazos hacia él, sus manos me rodean tanto a mi como a Em, el se aleja y mira a Em.

-¿Ella es tu hija?-pregunta mirándola y asiento.

-Así es campeón, pero cambiando de tema ¿Quieres ir por pizza?-le pregunto y el sonríe.

-¿Con mamá?-me pregunta.

-Vamos a ir a su casa y allá comeremos todos ¿Te parece?

-Esta bien-asiente y mira a Em.

-¿Cómo se llama?

-Emma-le respondo despeinando su cabello sudado.

-Mucho gusto Emma, soy Dylan-Se presenta y le extiende una de sus manos hacia Emma y ella hace lo mismo, mostrandole sus pequeños dientitos.

-Vamos, campeón-me levanto, tomo el trofeo y con cuidado también tomo su mano, caminamos hacia mi auto y suelto su mano, bajando a Emma a su lado.

-Esperen un segundo-les pido a ambos y asiente, camino hacia el baúl del auto para sacar una silla para niños pequeños, ya que, según Elena es buena idea tener dos por si algo se presenta, abro la puerta trasera y aseguro la silla junto a la de Emma, termino y vuelvo a acercarme a los niños.

-Vamos-les digo mientras levanto a Em y tomo la mano de Dylan, aunque solo son unos centímetros. Siento a Emma en su silla y levanto a Dylan para subirlo en el otro.

-Mamá me deja viajar en el asiento del copiloto, pero no me quejo quiero oír a Emma hablar.

Sonrió y asiento, cierro la puerta caminando hacia mi asiento. Luego de un largo rato y de pasar por las pizzas llegamos al apartamento de Brooke, tocó la puerta y la abre una chica de pelo castaño, ojos negros y una sonrisa coqueta.

-¡Lu!-exclama Dylan abrazando a la castaña.

-Pero si estas vuelto un bombón-dice la castaña dejando besos por la cara de Dy, mientras el se ríe.

-Al final y al cabo todos los alemanes están buenísimos.

-¿Disculpa?

-Estas disculpado-dice la chica entre risas, tiene un pequeño acento ¿mexicano?, me río por el atrevimiento y ella hace un ademán de que pase.

-¡Oye te busca un sexy alemán!-exclama la chica, supongo que avisandole a Brooke.

-No soy alemán-le aseguro, bajando a Em

-¡Digo un hombre muy sexy que dice no ser alemán!-vuelve a gritar.

-Bueno yo me presento soy aparte de sexy, soy Lucrecia-asegura haciendo que vuelva a reír.

-Aaron-le extiendo mi mano.

-Ay ya se quien eres, pero de todos modos un gusto-me dice para luego quitarme las pizzas de las manos.

-¡Mami!-exclama Dylan y nuevo la mirada, Brooke aparece por un pasillo y no puedo evitar subir la mirada por su cuerpo, trae un vestido ligero de color blanco.

-Hola cariño, me enteré de que ganaste felicidades, muñeco.

Cuantos recuerdos, pendejo.

-Hola preciosa-dice dirigiéndose a Em.

-Las pizzas están servidas pueden venir-avisa la castaña.

-Niños adelantense ya vamos-ambos asienten y se marchan.

-Gracias por asistir al juego de Dylan-masculla entre dientes y ladeo la cabeza con una sonrisa.

-No escuché, me lo repites

-Gracias-masculla otra vez, mientras me desafía con la mirada.

-¿Que?

-¡Ahg! ¡Gracias!-me grita y rio.

-Pero me grites-me da una mirada asesina antes de darse la vuelta y perderse por la cocina, camino detrás de ella.

El resto de la tarde se resume en oír las palabras egocéntricas de mi parte, de Dylan y de Brooke, mientras que Emma solo frunce el ceño cada vez que puede...

***

Holaaa, perdón por no actualizar antes, pero prometo actualizar más seguido y mañana habrá nueva actualización, espero que les guste el capítulo.

¡Besos!

Kris

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