27. ¿Quien carajos es Aída?
Es jueves, me cruzo de brazos, es una estupidez por algo como eso no me pueden suspender. Estoy en mi habitación con la cabeza entre mis piernas, siento sus manos levantar mi cabeza y deposita un beso en mi frente.
—Hola nena, tengo que comentarte algo—dice sentándose a mi lado.
—Hola muñeco—mascullo.
—¿Sucede algo bebe?—me pregunta y lo miro.
—Si, sucede que la estúpida tortuga de la rectora suspendió mi último trabajo y la tarada de la profesora de geografía me suspendió mi trabajo de ayer por la maravillosa razón de que dije "eres un imbécil, carajo"—marcó las comillas al aire—por que un estúpido paso corriendo por el pasillo e hizo un desastre con mi trabajo y lo que me jode es que la rectora me suspende por que le dije que era injusto lo de mi suspensión del trabajo y me suspende ella por que me dijo que no era su problema, que fui yo la que maldijo dentro del salón y encima le explique que no fue en el salón, aun así me dice "carajo cálmase" ósea que ella puede decir carajo y yo no—le digo claramente irritada y vuelvo a cruzarme de brazos, lo que me hace falta es que él empieza a reírse sonoramente, mi ceño está fruncido y el se limpia una supuesta lágrima por la risa.
—Recuerdas que hace unos segundos te dije que tenía que decirte algo—dice y asiento.—Pues la "estúpida tortuga" —marca las comillas, sin desaparecer la sonrisa de sus labios—es mi abuela, ósea la madre de mi mamá y lo que te iba a decir es que ella y el abuelo quieren conocerte—completa y empieza a reírse.
Por favor que sea una broma.
—¿Es una broma? —le preguntó suplicando con la mirada que enserio sea una broma de mal gusto, pero mis esperanzas desaparecen cuando él niega.
—Y aquí es donde me doy cuenta que el universo si me odia—mascullo, mientras él se sigue riendo y siento mi rostro arder por la vergüenza.
—Lamento a ver dicho eso de tu abuela, es que de verdad me irritó mucho lo que pasó—me disculpo, sus manos jalan mi cuerpo hacia él y une nuestro labios.
—No te preocupes, no se lo diré—me asegura riéndose aún, golpeó su hombro de manera juguetona.
—Fuera de eso, dentro de unas semanas cumplimos dos meses—sonrió al ver que lleva la cuenta— y ya que las vacaciones empiezan en dos semanas, y tu iras a Londres con tu familia y yo con la mía en Italia, pensé que podríamos ir a cierto lugar este fin de semana, hablaré con mi abuela para que hable con los maestros de el lunes para que nos reciban los trabajos de el martes—completa sonriendo, me acerco a él y beso sus labios.
—Suena increíble, de todos modos ya se que te regalaré—sonrió entusiasta.
—Espero que te guste el mío—dice y jala mi cintura hacia él.
—¿Me dices donde iremos?—le pregunto sentándome en su regazo y le hago un mohín, él se ríe negando.
—Eso es injusto—me cruzo de brazos y él besa mi mejilla.
—Eres muy curiosa—sonríe, aparta mi cabello de mi cuello y empieza a dejar besos en mi cuello.
—Ajá—respondo.
—¿Supongo que ya no estas irritada amor?—pregunta, mientras sigue dejando besos en mi cuello, niego y él se ríe. Me acomodo sobre su regazo mientras y atrapa mis labios sus labios se mueven sobre los míos, nuestras lenguas rozan y sus manos se aferran a mi cintura firmemente, nos separamos por aire al cabo de unos minutos.
—Joder, me encantas—susurra con la respiración entre cortada y agitada, sonrió besando sus labios.
***
Estamos en su piso, decidimos venir aquí y luego nos vamos a ese "lugar" el cual lo único que se es que es una playa, por que me dijo que empaque trajes de baños y ropa ligera, hace unas horas fuimos a la cena con sus abuelos, digamos que salió mejor de lo que esperaba, su abuelo fue muy amable conmigo, mientras que su abuela me quería matar con la mirada, pero en uno que otro momento le devolvía las miradas que ella me daba.
En realidad esa mujer no me aguanta, que es muy diferente.
Y a mi me vale no es a ella a la que te estas cojiendo ni mucho menos tienes una relación con ella, la cosa es con su NIETOOO no con ella.
Me quedo dormida al cabo de un rato, despierto a mitad de la noche mientras la lluvia golpea la ventana, frotó mis manos en mis ojos y volteo a ver a mi novio él esta profundamente dormido mientras su brazo está alrededor de mi cintura, apoyo la cabeza sobre su pecho, frotó sus brazos siento como el deja un beso en mi cabeza.
—¿Estas bien amor?—me pregunta con la voz ligeramente somnolienta.
—Si, mejor que nunca—respondo inclinandome para dejar un beso en sus labios, lo admiro unos segundos y él sonríe levemente. Me siento tan segura en sus brazos con el sonido de la lluvia pacífica y los latidos de su corazón, me quedo dormida sabiendo que realmente soy feliz con él.
El sol entra por la ventana haciendo que abra los ojos, bostezo y sus brazos me jalan hacia él, besa mis labios abrazándome.
—Buenos días amor.
—Buenos días nena—me responde mientras me abraza más fuerte.
—¿Me dices a que playa iremos?—le pregunto y él sonríe.
—No sería sorpresa si te lo digo—se justifica.
—Pero no es justo—chilló comportándome como niña pequeña, él ríe besando mis labios.
—Vamos a lavarnos los dientes y luego a desayunar—me dice levantándose.
Me levanto de la cama, camino hacia mi maleta busco mi cepillo de dientes y me dirijo hacia su baño, sonrió de manera estúpida al mismo tiempo que él me mira de la misma forma, se acerca a mi y besa mi frente. Empiezo a lavarme los dientes, doy un respingón cuando me da una nalgada, deja salir una risa ronca, me abraza, siento su erección y muerdo mi labio inferior, termino de lavarme los dientes él gira mi cuerpo, me besa unos minutos después y el beso a tomado más intensidad, sus manos bajan a mi tracero lo aprieta un poco y jadeo, él levanta mi cuerpo mientras yo rodeó mis piernas a su alrededor.
***
—Me duele el trasero—me quejo mientras el avión sigue volando, llevamos en el avión unas 8 horas y medias.
—No es por el vuelo, es por lo de esta mañana—dice encogiendose de hombros mientras me dedica una sonrisa ladeada y siento mis mejillas arder recordando lo que paso en su piso esta mañana, me dedica una de sus sonrisas moja bragas y cruzo mis piernas apretandolas ligeramente.
—Eres muy pervertida—se ríe y pongo los ojos en blanco.
—No soy una pervertida— respondo sacándole la lengua.
—No, simplemente tienes la mente sexy—dice con sarcasmo.
—Exacto—afirmo riéndome.
***
—Nena—escucho un susurro a lo lejos.
—Amor ya llegamos—vuelven a susurrar y abro los ojos, hace unas horas me quedé dormida entre sus brazos, bajamos del avión y nos subimos a un taxi, el cual nos deja en..
Sonrió mientras doy saltitos de emoción.
—¡Bora Bora, Polinesia Francesa!—exclamó entusiasmada.
—Así es—afirma y lo abrazo con fuerza.
—¡Joder es increíble!—exclamó mientras me quito mis zapatos, mis pies se hunden en la arena blanca, mientras admiro el agua cristalinas, estas se ven un poco anaranjadas por el atardecer, frunzo el ceño al darme cuenta de algo...
—¿No te gusto la sorpresa?—me pregunta entrelazando nuestras manos.
—Si—le afirmó sonriendo—Pero ¿como sabias que quería venir a Bora Bora?—le preguntó y él me sonríe.
—Tengo mis encantos—responde coqueto—Eso y que Sofi se lo comento a Liam y pues aquí estamos—me responde y asiento.
—Quiero mostrarte nuestra habitación—muerdo mi labio inferior, mientras él me sonríe.
Caminamos mientras yo admiro este lugar, es que es demasiado hermoso, él sostiene mi mano y nos acercamos a uno de los quiosco él abre la puerta, es increíble sus paredes son de caoba al igual que el resto de la habitación, mientras los diseños de las paredes son sutiles y sumamente hermosos, los muebles que adornan la sala son blancos, al final de la sala hay tres pasillos, uno de ellos detona una gran cantidad de luz, me acerco y es un balcón increíble sus ventanales son enormes y todo da una vista demasiado agradable hacia el mar me encanta esta sensación de tranquilidad de estar así frente al mar, siento sus manos rodear mi cintura, él aparta mi cabello de mi cuello y deja un beso.
—Todo esto se complementa con tu belleza—susurra en mi oído.
—Es todo demasiado maravilloso, gracias por traerme—susurro, mientras me pierdo admirando el atardecer.
—Espera un momento—le digo y camino rápidamente hacia mi maleta, buscando su regalo.
Hace unas semanas fui a casa de su mamá y estábamos en su habitación, me llamaron la atención una colección de cámaras antiguas que tenía en una estantería, me contó que tenía la gran mayoría de ellas, pero le falta una cámara y luego de hacer que (Extermineitor Supremo) mi querida abuela Laila moviera medio mundo encontré la que le hacía falta...
—¿Es una Argus C3 Matchmatic de 1958?—pregunta con cierta emoción en sus ojos.
—Si, me di cuenta que aún no estaba en tu colección—le sonrío y el deja la cámara en una pequeña mesa que hay en el balcón, se vuelve hacia mi y me abraza con fuerza, rodeo mis manos a su alrededor y lo abrazo de igual manera.
***
Hace unas horas que cenamos todo estaba delicioso, estamos acostados en la cama mientras él duerme a mi lado, no tengo sueño así que decido levantarme para ir al balcón, pero sus manos me detienen.
—Nena, no te vayas—me susurra y su voz es un tanto ronca, sonrió y vuelvo a su lado él levanta la cabeza y la deja sobre mi pecho, empiezo a hacerle cariñitos en la cabeza.
—Te amo demasiado nena—susurra contra mi pecho y mi corazón se acelera, él se inclina hacia mi besando mi mejilla.
—Yo también te amo—le aseguro y su cabeza vuelve a mi pecho, me quedo dormida y siento como el se inclina otra vez dejando un beso en mi frente.
De un momento a otro algo me saca de mis sueños, mi pecho se hunde y algo dentro de mi empieza a doler...
¿Quien carajos es Aída? ¿Y porque él acaba de susurrar su nombre?
Siento como mis lágrimas mojan mis mejillas y mi pecho se comprime... No de nuevo
***
HOLAAAA BEBES
Hasta aquí este capítulo, espero que el capítulo les haya gustado, no olviden votar y comentar.
¿Y ustedes quien que sea Aída?
Los quiero besos!!
Kris
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