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#0. Prólogo

Sombras oscuras danzaban en la periferia de su consciencia, mientras los gritos desgarradores resonaban en el vacío de su mente. El fuego ardiente consumía cada rincón de su visión interna, y la sangre fluía como un río carmesí en el torrente de sus pesadillas recurrentes.

Era el mismo horrible sueño cada vez.

-Jake ¡Jake! ¡Despierta, maldición! -una voz lejana lo llamaba, pero el se veía incapaz de responder.

Pero este tormento no se limitaba a los confines de su subconsciente. En un mundo donde los muertos vivientes habían conquistado desde el fatídico año 2020, los horrores de la noche eran solo el preludio de la cruel realidad diurna.

Diez años atrás, el apocalipsis había desgarrado la civilización, sembrando el caos y la desesperación en su estela. ¿Cómo surgió? Una bacteria infectó a un grupo de científicos de un laboratorio en Tailandia, y desde ahí, todo se propagó a nivel mundial. En lugar de unirse contra la amenaza común, la humanidad se desgarró en facciones enemigas, alimentadas por la manipulación del gobierno que buscaba consolidar su poder a expensas de la miseria de sus ciudadanos.

Entre las sombras de la traición y la desconfianza surgió una chispa de resistencia: "Las luciérnagas", una sociedad clandestina decidida a desafiar la opresión y restaurar la esperanza en un mundo sumido en la oscuridad. Su lucha desencadenó una guerra brutal, que cobró miles de vidas y dejó cicatrices indelebles en el tejido de la humanidad. 

Y también... en su corazón. 

-¡Jake...! ¡Jake...! ¡Jake!

El de cabello azulado abrió abruptamente los ojos, despertando finalmente. Estaba pálido como una hoja de papel y temblaba a más no poder, tan sudado que parecía que acababa de salir de la ducha. Y sus ojos oscuros reflejaban su terror.

-¿Que mierda...? -pregunto con voz ida y temblorosa. Frente a él una figura borrosa y de color naranja le daba leves sacudidas para despertarlo.

-Estabas teniendo una pesadilla. -dijo la voz femenina. El muchacho no podía distinguir su identidad debido a que seguía adormecido y en shock. Pero suponía que se trataba de su mejor amiga. -¿Que paso?

-Ellie... -él se limpió el rostro con las manos y soltó un suspiro entrecortado. -Mierda, ¿Qué horas son?

-No más de las 6 a.m, Pero eso no es importante. -informo la pelirroja, cuya figura ya no era borrosa para los ojos llorosos del peliazul. -Jake, ¿Estás bien?

-Si, si. Estoy bien. -volvió a suspirar. -Solo quiero comer algo... Y beber agua.

-Gabby nos guardó un sitio en el comedor. Te desperté por eso... Y porque cuando llegue estabas llorando entre sueños y me alarme.

El de ojos asiáticos se quedó viendo al suelo de madera un rato, en silencio. El lugar donde "vivía" si podía decirse así, era una pequeña cabaña de madera oscura en medio de la nada. Polvosa y fría, además de incómoda y expuesta a un ataque.

-Estoy bien. -aseguro el de cabello azul.

Ellie lo fulminó con la mirada, sin creer en sus palabras, Pero sin estar dispuesta a discutir con él, sabiendo que negaría estar mal.

-Bien, vamos a desayunar.

De mala gana, el de cabello largo y azul se puso de pie, dirigiéndose hacia el pequeño armario de su alcoba en busca de ropa. Por otra parte, Ellie, la pelirroja, salió para darle privacidad y lo esperó afuera. Ellie era una soldado fiel a la sociedad a la que pertenecían, había perdido a su hermano mayor, Troy, cuando dio inicio lo que muchos consideraban el fin de los tiempos. Desde entonces, era una mujer firme y estoica de mirada fría y calculadora. Llevaba un parche en el lado iquierdo del rostro, pues perdió su ojo en un accidente. Era la mejor amiga de Jake, ninguno confiaba en otra persona que no fuera el otro se conocían de toda la vida. 

La habitación de Jake es un espacio reducido y austero, con una atmósfera que emana una sensación de frialdad y melancolía. Las paredes están revestidas con paneles de madera oscura, que absorben la luz que entra por la única ventana, creando un ambiente sombrío y opresivo.

El mobiliario es escaso y funcional, compuesto por una cama individual con un colchón fino y desgastado, cuyas sábanas se ven descoloridas por el paso del tiempo. Al lado de la cama, una pequeña mesita de noche de madera oscura sostiene una lámpara de luz tenue, cuya luz apenas logra iluminar la habitación.

En una esquina, se encuentra un armario antiguo de madera maciza, cuyas puertas crujen al abrirse revelando un interior desordenado y escaso de ropa. En la otra esquina, un pequeño escritorio de madera oscura alberga un desgastado portátil y algunas pilas de papeles arrugados, evidenciando un intento por parte de Jake de mantener algún tipo de organización en su vida.

El suelo está cubierto por una alfombra gastada y descolorida que apenas logra amortiguar el frío que emana desde las tablas de madera. El aire en la habitación es pesado, impregnado con el olor a humedad y abandono. Simplemente y en palabras del propio dueño de aquel infeliz lugar, era horrible. La vida que llevaban desde que inició todo... era horrible. 

-¿Ya estás? Apúrate, Gabby me está esperando. 

-Cállate, ya estoy listo. -respondió malhumorado. Tras ponerse encima una vieja chaqueta de cuero para amortiguar el frío mañanero, tomó una coleta roja y ató con ella su cabello. Al salir de su habitación, sus pasos hacían crujir las viejas tablas de madera bajo sus pies, y Ellie, con la espalda apoyada en el marco de la puerta, lo veía atónita y de brazos cruzados. 

-Jake... La chaqueta de Troy... 

-Lo sé. -Respondió con el mismo tono de voz apagado. -Pero, hace frío. 

La pelirroja no dijo nada más, asintiendo con la cabeza. Se apartó de la puerta y salió al exterior junto al peliazul. Ella mejor que nadie sabía que no era la única que sufría la muerte de su hermano desde hacía 10 años, después de todo, nadie pierde el brillo de sus ojos ni su sonrisa por nada. 

-Crees que... ¿la jefa nos dé un trabajo hoy? -La pelirroja trató de buscar un tema de conversación con su amigo, mientras caminaban hacia el centro del campamento. 

-Seguramente rejuntar y quemar cadáveres, como cada semana. -respondió con sencillez el muchacho, sin quitar la vista del frente. -Odiaría que nos enviaran otra vez a una misión de exploración a morir como perros. 

-Sí, he visto cosas ahí que desearía olvidar. -Suspiró la mujer. -Pero, a veces, no puedo evitar pensar en lo satisfactorio que suena morir. 

-Ellie. 

-¿Qué? ¿Dije alguna mentira? -Jake calló. -Ni siquiera tengo algo por lo que vivir realmente. Solo Gabby, y tal vez tú... Ugh, pero que asco ¿qué mierda huele tan mal? 

La pecosa no se equivocaba. Cada vez más se acercaban al centro del campamento, y cuando atravesaron los últimos árboles donde culminaba el bosque, fue solo para divisar un panorama horrible. 

-¡Ellie, Jake! -Oyeron los nombrados a una voz femenina. 

-¡Gabby! ¿Qué carajos está pasando? Me fui apenas diez putos minutos. 

-Los infectados se infiltraron, pasaron la barricada no sabemos cómo, hay al menos un 20% de bajas total, ¡tengan estas armas! 

Una morena de mirada aturdida y ligeramente demente habló tan rápido que el par de amigos apenas pudo entenderle. Les tendió a cada uno una escopeta en sus manos y rápidamente los guió hacia el centro del lugar, donde según Gabby, se estaba llevando a cabo el conflicto. 

-Lo importante ahora es eliminar a los infectados que lograron entrar. -Dedujo con facilidad Jake, corriendo con rapidez al lado de las dos mujeres. -¿Hay algún mutado o todos son infectados normales? 

-Todos normales, pero pareciera que han mejorado su resistencia. Como una especie de rara evolución o adaptación. -Informó la morena, que llevaba un bate atado a su cintura. -No sabemos si la barricada ya fue sellada nuevamente, perdimos comunicación con los vigías y me mandaron a dirigir a los reclutas. 

-"¿Mejoraron su resistencia?" -Repite Ellie, sin dejar de correr. 

-Soportan más impactos que hace dos años. -responde Gabby. -La única forma de matarlos definitivamente es atacando su nuca o cortando su cabeza. 

-Los quemaré a todos si es necesario. -La mirada de Jake se ensombreció y su voz sonó fría y tétrica. -No permitiré más bajas. 

-¡Jake! -Ellie quiso detenerlo, pero el muchacho fue más rápido y se alejó corriendo a toda velocidad cual proyectil. -Maldito idiota, hay que alcanzarlo antes de que lo maten. 

Gabby, dudosa y ansiosa, asintió con la cabeza, siguiendo a su prometida. 

Por su parte, Jake corría y esquivaba cada obstáculo con relativa facilidad. No le tomó demasiado tiempo llegar hasta el centro del campamento, donde residía el comedor comunal. Muchos novatos batallaban contra infectados de cuerpos podridos que dejaban a la vista huesos y órganos. Usó ágilmente un árbol cercano para balancearse sobre su rama y decapitar a un infectado que estuvo a punto de acabar con la vida de un pequeño recluta que se cubría así mismo con sus brazos. 

-¡Oye! ¿Estás bien? -Sin ningún tipo de cuidado, Jake tomó el brazo del pequeño castaño y lo hizo verlo a los ojos. El chico era joven, probablemente no pasaba de los 15 años y tenía el rostro inundado de lágrimas, además de su visible expresión de terror. Asintió rápidamente la cabeza en señal de afirmación ante la pregunta del peliazul. -¿Puedes correr? -Otro asentimiento. -Bien, porque vas a correr mucho. 

Sin darle tiempo de dar respuesta alguna, Jake volvió a jalar del brazo al recluta y se lo llevó a rastras consigo.

Jake se encontraba en medio del caos, con su mente en un estado de alerta absoluta. Observó rápidamente el panorama: infectados por todas partes, novatos luchando por sus vidas, y en medio de todo eso, el pequeño recluta que había salvado. Con una determinación fría en sus ojos, Jake evaluó sus opciones.

La escopeta que Gabby le había entregado tenía munición limitada, así que necesitaba ser preciso. Calculó rápidamente la mejor estrategia: debía moverse con rapidez, aprovechar al máximo cada disparo y mantener al recluta a salvo.

Con movimientos ágiles y precisos, Jake comenzó su danza mortal. Disparaba con precisión milimétrica, apuntando siempre a las cabezas de los infectados para asegurarse de que quedaran incapacitados de inmediato. Cada movimiento era calculado, cada disparo era crucial.

A medida que avanzaba, dejaba un rastro de cuerpos caídos a su paso. Los infectados se lanzaban hacia él con ferocidad, pero Jake los esquivaba con destreza, respondiendo con disparos certeros que los dejaban fuera de combate en cuestión de segundos.

El recluta a su lado estaba aturdido y tembloroso, pero Jake lo protegía con ferocidad, asegurándose de que no recibiera ni un rasguño. Con cada disparo, con cada golpe, Jake demostraba su habilidad y su determinación, eliminando a los infectados con una eficiencia impresionante.

Finalmente, cuando el último infectado cayó al suelo, inerte, Jake se detuvo. Respiraba con dificultad, el sudor cubría su rostro, pero su mirada seguía firme y decidida. Miró al recluta a su lado, asegurándose de que estuviera a salvo, antes de girarse para encontrarse con las miradas atónitas de Gabby y Ellie.

Las dos mujeres observaban con asombro la escena frente a ellas. Jake, imperturbable y sereno, había acabado con los setenta infectados que habían logrado infiltrarse en el campamento como si fuera un juego de niños. Su habilidad y su valentía eran evidentes, y en ese momento, Gabby y Ellie no pudieron evitar sentir un profundo respeto por su amigo.

Jake les dedicó una mirada cansada pero satisfecha, antes de dirigirse hacia ellas con paso firme. Había cumplido su objetivo, había protegido al recluta y había salvado al campamento una vez más. Y aunque sabía que la batalla aún no había terminado, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino.

-Jake... -la pelirroja del parche en el rostro no tenía palabras para describir su asombro, y su prometida lo veía con la boca entreabierta de la impresión.

-Lleven al recluta a la zona de evacuación. -dice con voz autoritaria. El pequeño castaño se aferraba a su brazo, temeroso, Pero tras ver el pequeño asentimiento de cabeza por parte del peliazul, se relajó y se escondio detras de la morena. -Dudo mucho que queden más infectados.

-¿Que hay de la barricada? -inquiere Gabby, nerviosa.

-Yo me encargaré de eso. Necesitaré ayuda del escuadrón de Davis.

-De eso, lindura, me encargo yo. -respondio una voz gruesa y masculina tras sus espaldas. Jake frunció el ceño con visible irritación.

-Oh, no. Este imbécil no...

-Este imbécil si. -un azabache de ojos cían y rostro cicatrizado lo contempla con una sonrisa burlona. Lo acompañaban tres personas más, a quienes de hecho, el peliazul conocía.

Una pelirroja de aspecto algo anciano llamada Lill Brown, había quedado sorda años atrás luego de quedar expuesta ante una ruidosa explosión que le destrozó los oidos irremediablemente. Era una veterana del ejército de revolucionistas.

Un pelirrubio llamado Nick Taylor. No era bueno en combate y tenía la mala costumbre de ser muy quisquilloso y fanfarrón. Pero su especialidad era la defensa de las tropas. Además, era el esposo de la previamente nombrada Lill.

Finalmente, una chica de las más jóvenes del ejército. Era una alemana de pelo rojizo claro, Lake, quien era toda una prodigio cuando se trataba de combates cuerpo a cuerpo. Además era bastante querida por todos ahí.

Por su parte, el azabache de ojos cían era un hombre de 39 años llamado Tom Rogers: Jake no tenía palabras para describir todo el odio que le tenía. Insistía en que el azabache no tomaba su trabajo en el ejército en serio y se burlaba del sacrificio de los soldados. Mutuamente no se soportaban y constantemente discutían a Diario. Tom soltando sus comentarios sarcásticos cada vez que veía la oportunidad de fastidiar la paciencia del peliazul y este, con ganas sobrantes de clavarle su cuchillo de emergencia en la yugular, le respondía con odio y sarcasmo de la misma manera.

-La jefa Hernández me mandó a cubrir el agujero de la barricada. -empezo a decir Tom, sin borrar su sonrisa burlona de su rostro. -Asi que no te preocupes por mi, lindura. Mi escuadrón y yo nos haremos cargo.

-No podría importarme menos lo que hagas. -escupio con veneno el de ojos rasgados. Tom soltó una risotada.

-Tan serio como siempre, pequeño esperpento. ¿Sí sabes sonreír por lo menos?

-Aqui muere la conversación. -Jake apretó con fuerza sus puños, poniendo blancos sus nudillos. Odiaba que hablaran sobre su "sonrisa perdida".

Pues la última vez que sonrio, fue a difunto esposo.

-Ah, y por cierto. La jefa quiere verte en tu oficina a eso de las dos. Nous nous reverrons d'ici là, douce rose.

El peliazul no pronunció palabra y se empezó a alejar lentamente, sin querer mirar nuevamente a ese fastidioso hombre al que tanto despreciaba.

Ellie y Gabby, sin embargo, no lo dejaron irse solo, además el recluta seguía siguiéndolos cuál perrito callejero.

-Jake, no le hagas caso. Sabes que ese tipo es un cretino y se cree mucho por tener músculos grandes. -Ellie apoyo su mano sobre el hombro de su amigo. Pero este apenas y la miro de reojo.

-No dejes que te afecte. -Gabby lo mira y le dice con voz dulce. -Eres un buen tipo, a diferencia de el. Y lo sabe, por eso te trata así.

-Oigan, de verdad gracias. -Jake freno su caminata de manera abrupta. Soltó un suspiro frustrado. -Pero no quiero hablar. No ahora.

El recluta castaño, apenado, hizo unas señas con lás manos que ni Jake ni Ellie supieron interpretar. Sin embargo, Gabby le dedicó una tierna sonrisa.

-Dice que su nombre es Drew Phillips y está muy agradecido contigo, Jake, por haberlo salvado de esos infectados. -traduce Gabby. -El chico se sonrojo levemente e hizo otra serie de señas con una expresión más determinada. -Oh, y que también el líder de escuadrón Rogers es un imbecil. ¡Que recluta tan listo!

Jake soltó una pequeña risilla, enternecido. Se acercó al joven y le revolvió el cabello con su mano.

-Eres listo, y me caes bien. Pero no dejes que nadie más sepa que dijiste eso. O podrían ponerte a limpiar los baños comunales. -Drew sonrió levemente. Hizo el saludo militar (la mano sobre su frente y su brazo tras la espalda) y se retiró rápidamente, tropezando sobre sus pies.

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Aun están en boceto pero prometo mejorarlos más adelante jsjsjs

¡Hola hola! ¿Cómo están?

Quiero darles la bienvenida a mi nuevo proyecto de CD con temática apocaliptica ¿Que les parece este prólogo de introducción? O como se diga, idk

La portada aún está en producción así que de momento no tendrá. Cómo podrán haber imaginado, la historia tendrá de protagonista a Jake más que nadie. Y más adelante se presentaran otros personajes.

Solo para aclarar: los personajes no me pertenecen, sino a Odd Nations Cartoons, únicamente los use para crear este fanfiction.

Habra violencia, obviamente, escenas de muerte fuertes, mención de sustancias ilicitas y etcétera.

Deberán leer bajo su propio riesgo.

Además no aceptaré comentarios negativos, así que si la historia no resulta de su agrado, por favor, les pido amablemente que se retiren.

¡Gracias por leer! ¡Hasta la próxima actualización!

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