Viernes 22 de noviembre de 2024. El Castillo del Infierno.

JiMin se levantó en mitad de la madrugada, dejando a Luzbel durmiendo solo en su cama. No pasaría nada si se iba un par de horas con YoonGi, sospechaba que lo necesitaba así que estaría con él.

Caminó por los pasillos con cuidado, no había tantas luces encendidas así que estaba todo tenuemente iluminado. Pero no era difícil guiarse por el Castillo que ya conocía, encontraría su habitación en cuestión de minutos.

-¿JiMinnie? ¿Qué haces despierto a esta hora? Tienes que dormir-Jano, su hermano, se acercó a él y tocó suavemente su vientre-¿Ya le has dicho?

-Pienso hacerlo-dijo con una pequeña sonrisa-Aunque seguro ya lo sabe por su ojo.

-No te dejará intervenir en la guerra.

-Lo sé, pero es por este bebé. Debo cuidarme ahora más que nunca.-JiMin suspiró-No sabes cuánto me asusté cuando nos atacaron de la nada.

-Lo sé, pero no tienes que preocuparte. Ambos están bien, es lo importante.

-¿Hasta cuándo? Si esta guerra avanza más no sé qué podría pasar-acariciando su vientre alzó la mirada hacia su hermano-Creo que elegí un mal momento.

-En realidad no lo planearon, JiMinnie. Fue una sorpresa para ambos-asintió, había sido una hermosa sorpresa en un momento inadecuado.

Si esos cretinos conseguían la forma de entrar su bebé iba a correr peligro y él no quería que le pasara algo. No debía pasarle nada.

-¿JiMin?-preguntó una grave voz a su espalda.

Se giró con una sonrisa, despidiéndose de Jano para abrazar a su pareja que lo recibió estrechándolo de la cintura y dejando algunos besos en sus mejillas.

-Pensé que estabas en nuestro cuarto-comentó sintiendo gustoso los besos.

-No podía dormir, me hacías mucha falta.

-Yoon tonto-lo tomó de las mejillas, dejando ligeros besos en sus labios-Tengo una noticia para darte. Aunque tal vez ya lo sepas.

-¿Saberlo?-JiMin asintió y sonriendo soltó la noticia.

-Estoy de tres meses, vamos a ser papás-YoonGi abrió los ojos sorprendido, JiMin ladeó la cabeza-¿No lo sabías?

-JiMin, mi ojo ve las cosas si así yo lo quiero. Y nunca estoy viendo en ti, no lo necesito.-la sonrisa enorme de YoonGi, esa donde dejaba ver sus pequeños dientes y sus encías era contagiosa-voy a ser papá...vamos a ser papás-lo abrazó más fuerte pero con cuidado-te amo...te amo tanto Minnie.

-Yo también te amo mucho, Yoon.

Ángel&Demonio

En cuanto YoonGi contó su descubrimiento Seok Jin y JungKook se ofrecieron a ir a Notre Dame para hallar pista alguna. Pero en cuanto hablaron la mayoría de los presentes se opusieron. Iban a correr peligro si tan solo iban a ese lugar, si había algo importante ahí estaría sumamente protegido. Llegar, ya siendo conocidos, sería un suicidio seguro.

HoSeok se ofrecía a ir, pero ellos lo conocían y habían descubierto que su boca era el punto sensible de su cuerpo. El único lugar donde podrían herirlo de verdad. Además TaeHyung se había negado firmemente a que él fuera a pelear.

-¿Y JiMin?-preguntó Lizy-Es rápido, se deshará de ellos en un chasquido.

-No, JiMin no irá-sentenció YoonGi con voz dura.

-¿Por qué no? Sería de gran ayuda para la misión-insistió Lizy.

-JiMin no participará de nada y punto-dijo tomándolo de la cintura-no puede hacerlo.

JiMin sonrió tímidamente, apoyando su cabeza en el hombro de su pareja. Lilith dio un grito de emoción al entender los motivos y Luzbel, que estaba sentado cerca, miró a su abuela con extrañeza.

-¿Qué pasa?-preguntó ladeando la cabeza, su tía Paige acarició su hombro con una sonrisa-¿Por qué tío JiMin no puede participar?

-Porque debe cuidar de tu primo-dijo Jin sonriendo con felicidad, acercándose a la pareja-espero que salga parecido a ti, así saldrá bonito, JiMinnie.

-Yo espero lo mismo, pero porque mi Minnie es muy tierno-YoonGi iba a acercarse a besar a su amado demonio cuando un grito los interrumpió.

-¡Voy a tener un primo! ¡Un primo!-gritaba Luzbel corriendo a su tío y tocando su vientre-¿Es niño o niña? ¿Es uno? ¿Puedo cuidarlo?

Seok Jin sonrió, Luzbel siempre había deseado tener un hermano, alguien pequeño a quien proteger y cuidar. Como él y JungKook no tenían una buena relación no habían podido darle un hermano, era una de las cosas que le dolían. Tener una familia numerosa era una de las cosas que deseaba.

-Aún no lo sabemos, pero lo seguro es que es uno y sí, puedes cuidarlo-Luzbel sonrió radiantemente, abrazando con cuidado a su tío y manteniendo una mano en su vientre con cariño.

Jin aprovechó para salir de ahí cuando todos se acercaron para felicitar a la pareja. Caminó por el pasillo, alejándose de ellos y pensando. Él también quería tener otro hijo, realmente quería.

Ángel&Demonio

JungKook se dio cuenta de que Jin ya no estaba en la sala. Los demonios felicitaban a JiMin y su hijo no se despegaba de su tío. Sonrió, era adorable verlo tan feliz al saber que tendría un primito. Un pequeño bebé demonio que, si salía como JiMin, sería sumamente adorable.

Una pizca de dolor se instaló en su pecho al recordar que él no había podido disfrutar de Luzbel cuando fue un bebé, tampoco estuvo ahí los primeros seis años de su vida. Solamente luego de lo acontecido, cuando la realidad lo golpeó duramente y se dio cuenta de sus errores. Errores graves que habían puesto en peligro la vida de su hijo todo el tiempo y si no fuera por Seok Jin, hoy no estaría ahí sonriendo alegremente. Jin lo había salvado de sus enfermizos celos y descontrolado amor posesivo.

¿En qué había estado pensando como para darle su propio hijo a Dios? ¿Cómo pudo elegir su propia vida antes que la de ese bebé indefenso? ¿Cómo pudo estar tan enfermamente enamorado? ¿Cómo?

Dejó la sala y se encaminó por el mismo camino que había tomado Jin. Pero no iba a buscarlo, solamente quería alejarse de todo. Olvidarse del pasado malo que no podía ser recuperado y pensar en el problema que estaban teniendo.

De su ropa sacó una fotografía que Luzbel y él se habían sacado con la cámara polaroid que Jin le había regalado a su hijo en su cumpleaños número once. Era la única que había decidido conservar consigo para pasar los días en que no podía ir con su pequeño. Ambos eran tan parecidos, aunque Luzbel era mucho más tierno y adorable, con los dientitos delanteros un poco más grandes que lo hacían ver como un bebé conejito (apodo que a su hijo no le gustaba).

Guardó la foto en cuanto escuchó el sonido de los pasos retumbar en el pasillo donde todavía estaba. Giró, Jin se acercaba a él.

-Vamos, hay cosas que hacer-dijo al llegar a su lado.

-¿Qué?

-Tenemos que buscar lo que sea que esté en Notre Dame.

-Sabes que eso es un plan suicida. Te conocen, te reconocerán. Y una misión secreta es estúpida cuando tienen cada rincón vigilado. Además, si hay algo importante ahí entonces estará lleno de ellos. Esos cazadores no nos dejarán en paz.

-Lo sé, soy consciente de eso. Por eso iremos con los sabuesos de los Grigori. Los humanos creen que los demonios son seres deformes, ignorarán nuestras formas verdaderas y creerán que los sabuesos de los Grigori son demonios. Eso o cosas deformes de la naturaleza.

-Pero si ellos capturan a uno podrían hacer cosas terribles-dijo JungKook preocupado.

-No, eso es lo mejor. Los sabuesos de los Grigori se desintegran cuando el peligro es mayor de lo que ellos pueden enfrentar. Se volverán nada en cuanto intenten capturarlos.

Los sabuesos de los Grigori fueron los primeros experimentos de los siete hermanos para crear animales poderosos que sirvieron como armas de guerras. Pero no fueron más que una falla ya que si detectaban un peligro mayor, en vez de enfrentarlo hasta el final, se suicidaban desintegrándose por completo al liberar internamente sus glándulas ácidas (uno de los elementos que usaban para pelear).

-¿Crees que te los prestarán?-preguntó interesado el Serafín.

-No tienen un motivo para decirme que no. Así que vamos, hay que ir por los sabuesos.

Ángel&Demonio

Viernes 22 de noviembre de 2024. El reino de los Grigori.

Era la primera vez que JungKook iba a un reino distinto que el de Lucifer. Era el único que conocía (aunque solamente por dentro, el interior del castillo), por lo que no ocultó su sorpresa al ver los imponentes siete castillos que se alzaban en ese reino. Eran maravillosos.

-¿A qué tío iremos a ver?-preguntó el Serafín cruzándose de brazos.

-Exael, él es el encargado de entrenar a los sabuesos.-dijo Jin antes de avanzar a uno de los castillos.

La puerta se abrió en cuanto tocaron y dos demonios le dieron la bienvenida. Seok Jin los saludó con amabilidad y pidió de ver a Exael. Los dos demonios le señalaron un sitio que para JungKook era desconocido, pero se dirigieron hacia ese sector. Un pasillo ancho y oscuro donde había cuartos cerrados de los cuales provenían sonidos diversos. El Serafin había logrado identificar gemidos de placer, de dolor, gritos agonizantes y hasta pedidos de ayuda. Ese lugar representaba el infierno en el que creían los humanos.

-Ven, está en el último cuarto-informó Jin tomando su mano y entrelazando sus dedos.

Al llegar al último cuarto, la puerta se abrió sin que siquiera tocaran y de ahí salió un atractivo hombre de cabello rojo. La figura imponente le dijo que se trataba de Exael, quien le había enseñado a los hombres a fabricar máquinas de guerra.

-Jin, bienvenido. ¿Puedo saber a qué debo tu visita?-preguntó con una grave y sensual voz.

JungKook pensó, ya que no estaba en pareja con Seok Jin, que le encantaría tener sexo con ese hombre.

-Creo que te has enterado sobre lo que está pasando en la Tierra.

-Sí, el tipo que grita en ese cuarto es un cazador.-dijo señalando una habitación un poco alejada de ellos-Pero ¿qué tiene eso que ver con tu motivo de visita?

-Necesito que me prestes algunos sabuesos. Hemos hallado pistas y los necesito como distracciones.

-Ya veo-del bolsillo de su pantalón, lo único que llevaba puesto, sacó una pequeña y dorada llave que le extendió-Dile a Michel que te lleve. Yo estoy ocupado aquí...-sonriendo, Exael examinó de pies a cabeza a JungKook-tu compañero puede quedarse. Lo trataré muy bien.

-Si JungKook quiere, no habría problema.-dijo Jin cruzándose de brazos y esperando la respuesta del Serafín.

-No me parece mala idea-contrario a lo que esperaba, Seok Jin sonrió.

-Bien, regreso por ti en cuanto haya encontrado lo que sea que haya en Notre Dame.

-¿Es en serio?-preguntó incrédulo JungKook-¿Vas a dejar que tu tío me folle? ¿No sientes un mínimo de celos siquiera?

-Cariño, es imposible ser celoso cuando sé que la única polla que te interesa es la mía-el demonio sonrió tomando su mentón-así que tú decides. O te quedas aquí o me acompañas a Notre Dame.

Murmurando algo inentendible, JungKook golpeó la mano que estaba en su mentón y caminó de regresó por el pasillo, alejándose de ambos.

-Igual que su padre.-dijo Exael sonriendo divertido-A Caín solamente le importaba la polla de Lucifer.

-Gracias por el dato tío, pero será mejor que me vaya.

-Está bien, si requieren de mi ayuda ya sabes dónde encontrarme.

Jin sonrió, despidiéndose de su tío para seguir al Serafín que ya le llevaba ventaja.

Michel los esperaba cerca de la escalera, sin mostrar más que una máscara de indiferencia en el rostro. Jin solamente le dio la llave, sin decir palabra alguna, y él los llevó hacia la habitación indicada.

Al abrirla JungKook pudo notar seres sin piel, deformes, de grandes garras y dientes peligrosos. Seres horrendos que asustarían a cualquiera y cuyo cuarto estaba manchado de sangre, con restos de huesos de algún animal que no reconocía y cabezas de lo que, juraba, eran seres humanos. Okey ¿seguro que esas cosas ayudarían?

-Necesitamos llevar algunos con nosotros. Unos cuatro al interior de la catedral de Notre Dame no sería mala idea.

JungKook lo miró ¿acaso esperaba que los tocara para teletransportarlos? Esas cosas podrían arrancarle la mano de un mordisco si quisieran. Pero Jin se acercó a dos y los tocó sin temor, ellos le lamieron la mano y se sentaron a su lado. Esas cosas enormes y horribles se comportaron como inocentes perritos.

El Serafín dudó pero se acercó a dos quienes lo olfatearon para luego sentarse a su lado. Seok Jin rio.

-Solo atacan a quienes quieran hacerle daño o quienes se asusten demasiado al verlo. Algo demasiado sencillo, los humanos no acostumbran a ver animales así.

JungKook asintió, ese día sería recordado por muchos franceses.

Ángel&Demonio

Jueves 13 de julio de 2023. Lugar desconocido.

Recibió golpes tras golpes. Se los merecía, a todos y cada uno de ellos. Había sido un idiota por confiar, por enamorarse de la humana equivocada. Ahora gracias a ella había traicionado a su raza y a muchos otros que no pertenecían a los suyos, pero eran dos mundos que los humanos no debían conocer. No debió enamorarse de la persona equivocada.

-Vamos, habla. ¿Dónde podemos encontrar a esas cosas con alas?-preguntó el grandulón que llevaba rato golpeándolo.

-Ya...se...los dije-susurró con la poca fuerza que le quedaba en la mandíbula.

-Nos dijiste que estaban en todo el mundo pero no el lugar donde viven-dijo el otro tomándolo del cabello con fuerza para que abriera los ojos.

-No pueden...llegar ahí...

Jamás debió confiarle ese secreto. Jamás debió enamorarse como un idiota de quien podría traicionarlo. Los humanos nunca habían sido de confianza.

Esperaba que lo mataran pronto para pagar su error.

La persona a la que golpeaban es una persona X, es decir, no es conocido ni lo será. Solamente será el traidor que los metió en ese lío.

Espero que les haya gustado el capitulo! nos vemos! besos :D