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Temporada 2. Capítulo 4: Salvaje amor

Jueves 21 de noviembre de 2024. El Castillo del Infierno.

Luzbel se preguntaba cuándo volvería su padre, desde que se había ido a la Tierra no había dejado de caminar de un lado a otro. Tenía miedo de que le hicieran algo a su papá, también había estado preocupado por su papi. JungKook iba de un lado a otro, jamás le había dicho si se quedaba en un lugar en específico o no, solamente lo visitaba y evitaba hablarle de su vida. A pesar de todo, esperaba que estuviera bien. No quería recibir malas noticias que lo hicieran perder el control.

Como ahora, que intentaba tranquilizarse para no tener una de sus crisis. Ya habían pasado años desde que tuvo la última y no quería volver a tener otra. Solo le daba problemas a su familia de esa forma. Así que cantaba una y otra vez una canción que Lilith le había enseñado cuando era pequeño, esperaba que eso fuera de utilidad para conciliar el sueño.

Maldición, si estuviera JiHoon no estaría tan nervioso como ahora. Él siempre lograba calmarlo.

- Sí, es mi verdad, es mi verdad. Puede que esté cubierto de cicatrices, pero es mi destino-cantó en un susurro, sus manos sudaban y el cuerpo comenzaba a temblarle.

Tenía que calmarse, tenía que despejar su mente. Tenía que tener el control y no entrar en una crisis. Tenía que lograrlo, tenía que lograrlo, tenía que lograrlo.

Un grito contenido contra una almohada retumbó en las paredes de su habitación. Iba a comenzar a hiperventilar si no se calmaba.

-¿Luzbel?-sus ojos bicolor miraron a su tío TaeHyung, quien ingresaba en su forma demonio y se acercaba a él-¿Qué ocurre?

-Quiero a papá-dijo abrazándose a sí mismo, su tío lo tomó de los hombros y le sonrió.

-Él está en la sala ahora-Luzbel no se lo cuestionó y apenas escuchó eso salió corriendo a la enorme sala del Castillo.

La que siempre usaban para reunirse. Si era esa hallaría a su padre ahí sano. Por favor debía ser así.

Varios de sus tíos estaban reunidos hablando, sus abuelos incluidos, pero no se fijó en ellos, sino en el alto hombre castaño de ojos rojos. Su padre.

-¡Papá!-gritó feliz saltando a abrazarlo.

Jin no logró hacer equilibrio y ambos terminaron en el suelo. Luzbel llorando oculto en su hombro, aferrándose a él con fuerza y pidiéndole que no volviera a hacer algo peligroso como eso nunca más. Su padre le devolvió el abrazo, dándole algunos besitos y calmándolo con su voz.

-Luzbel, sería bueno que salgas de encima de Jin-dijo JungKook acercándose unos pasos a ellos-está herido en una pierna.

Súbitamente se levantó y notó la venda en uno de los muslos de Seok Jin. Abrió la boca y con sus manitos comenzó a tocar suavemente para saber qué tan grave era la herida. Su padre tomó sus manos y las alejó con una sonrisa.

-Estoy bien, tranquilo-la mirada de Jin viajó hacia su papi quien retrocedió unos pasos, sobre todo por el gruñido que provino a espalda de Luzbel.

Sospechó que alguno de sus tíos buscaba alejarlo de él.

Alzó la mirada, escaneando a JungKook. Él se veía bien, había logrado sobrevivir a las personas que ahora buscaban dañarlos y, tal parecía, había ayudado a su papá. Como habían prometido (antes de que ocurriera todo esto) solamente serían ellos mismos cuando estuvieran a solas.

Ángel&Demonio

Jin había sido el responsable de JungKook, sus padres quedaron de acuerdo que debía hacerse cargo de él mientras estuviera en el Castillo. A pesar de que YoonGi aseguraba que no era un peligro para Luzbel, ellos seguían desconfiando.

Así que como responsable del Serafín, lo llevó a su habitación donde dormiría a su lado. Era por simple protección, o al menos eso se decía para convencerse de que no lo había llevado con otras intenciones. A pesar de que su pierna ya había sido curada no podía hacer demasiados movimientos bruscos.

Ah, Seok Jin seguía sin aprender que podía mentirle a cualquiera menos a sí mismo.

-¿Acaso intentas decirme algo, Jinnie?-preguntó JungKook cuando cerró con llave la puerta, mirándolo de reojo con una sonrisa divertida-¿O dormiré en el suelo?

-Sabes dónde dormirás-el Serafín rio caminando hacia la cama para sentarse en ella y cruzarse de piernas.

-También sé lo que pasará...lo que ambos queremos que pase.

-Nada de eso ocurrirá, sigo resentido contigo por lo que has hecho-mentiroso.

Mentiroso, mentiroso, mentiroso. Ese resentimiento había desaparecido mucho tiempo atrás.

-¿En serio?-JungKook lo miró de arriba abajo cuando comenzó a quitarse la camisa-Que desperdicio-comentó divertido sacándose los zapatos y posteriormente el pantalón.

Jin evitó mirarlo, terminando de quitarse sus prendas para quedarse en ropa interior y apagar la luz. Podía guiarse en la absoluta oscuridad hasta su cama. Lo único que evitaría sería tocar a JungKook. Su autocontrol comenzaría a tambalearse si hacía eso.

Llegó con éxito y al meterse en la cama no tocó al Serafín. Bien todo estaba bien.

-Ahh...

¿Eso había sido un gemido? Maldición esperaba que JungKook no se estuviera masturbando o seguramente terminaría metiéndosela sin juegos previos ni esas mierdas.

-Ahh...Jinnie...-hijo de puta, maldito cretino malnacido.

Desgraciado. Idiota. Estúpido. Manipulador. Infeliz. Miserable.

Jin terminó moviéndose por debajo de las sábanas, tomando la mano de JungKook con la que se tocaba y comenzando a besar su cuello. El desgraciado rio cuando comenzó a ser él quien lo tocara, acariciando su miembro y dejando besos en todo su cuello. Sí, había ganado. Se lo iba a follar.

-No te rías o te meteré mi pene en la boca-advirtió abriendo la camisa para lamer y succionar los pezones.

-Mmm...no sabes cuánto me encantaría tener tu pene en mi boca...tan grande...tan duro...tan caliente...Jinnie.

Maldita voz pornográfica de JungKook.

Se levantó por completo para sentarse sobre el pecho del Serafín y sacar su miembro de la ropa interior. Se tocó un poco antes de levantar la cabeza de JungKook con su otra mano, guiado por la silueta que veía en la penumbra, y tocar con su glande esa pecaminosa boca.

Gimió como adolescente cuando JungKook chupó la punta. Había soñado tantas noches con volver a sentir algo así, con volver a tenerlo solo para él, con volver a estar entre sus piernas, tocándolo y besándolo. No era bueno tanto deseo en un momento así.

-Abre grande, no seré piadoso-no pudo verlo, pero estaba seguro que el Serafín sonrió juguetón antes de abarcar una parte y ser empujado para tomar el resto.

Como advirtió, no fue piadoso. Folló la boca de JungKook con movimientos rápidos y duros de su cadera. Escuchó las arcadas y los jadeos cada vez que entraba. Era tan delicioso sentir su húmeda boca succionar y recibir su pene tan gustosamente. Maldición, que ninguna boca se le podía comparar con esa. Ni siquiera JiHoon lo complacía tanto como JungKook podía hacer con simplemente una mirada.

Siguió embistiendo hasta que al llegar a su orgasmo, se liberó dentro de la boca del Serafín, haciendo que tomara su tibio semen.

Se hizo a un lado, sentándose y quitándose la ropa interior.

-¿Acaso me diste mi leche para que duerma bien?-preguntó juguetón JungKook, sentándose también con la camisa abierta que denotaba su silueta y acercándose a él.

-Sí, pero aún no vas a dormir-tomándolo del brazo lo jaló hacia él-siéntate encima, quiero que te empales solo.

-Enciende la luz si quieres eso.-pidió el Serafín y Jin no tardó en acotar el pedido.

Con la luz del velador encendida pudo notar los azules ojos cargados de deseo. También el suave sonrojo y ese delicioso cuerpo sobre el suyo esperando a ser poseído. El sudor perlaba la piel y la hacía brillar por la tenue luz, los labios (hinchados y rojos) eran un pecado tentador que quería besar, la camisa abierta era un complemento perfecto para la escena, en especial porque no tenía ropa interior puesta.

JungKook era erotismo en su estado más puro. Era su pecado personal.

-Mi hermoso milagro-susurró tomándolo de la cadera, JungKook lo miró a los ojos con tanto amor que se sintió embriagado.

-Mi bello pecado-respondió él tomándolo de sus anchos hombros para besarlo apasionadamente, probando sus bocas y enredando sus lenguas.

Gimieron bajo entre los chasquidos de besos y las caricias atrevidas. Tomándose su tiempo para volver a sentirse, para volver a tocar sus pieles y besarse como hacía años no hacían. Las piernas del Serafín se enredaron en la cadera de Jin mientras este lo sostenía de sus nalgas, apretándolas necesitadamente. Se besaron hasta casi desgastarse los labios y al final, cuando sus ojos se conectaron, JungKook lo hizo.

Gimió el nombre del demonio, aferrándose a él y comenzando a llorar. Lágrimas de felicidad, Seok Jin lo conocía lo suficiente como para asegurar eso ya que él se sentía de igual manera.

-Muévete, bebé-susurró tomando la cadera para ayudarlo a que se moviera.

Pero ante la segunda embestida, el Serafín se corrió en su vientre, sonrojándose por la vergüenza y evitando su mirada. Jin rio enternecido y divertido.

-No te rías...pasé más de un año sin tener sexo...estaba muy sensible.-se excusó avergonzado, Jin tomó su rostro para que lo mirara.

-Tranquilo, pequeño, es tierno...me recuerda a nuestras primeras veces-acarició sus mejillas sonriéndole-¿Lo recuerdas? Cuando eras un niño virgen el cual se corría con un par de caricias.

-Cállate, no me lo recuerdes-Jin le dio un suave beso en los labios.

-Extrañaba esos tiempos-JungKook sonrió, abrazándolo del cuello.

-Yo también, Jinnie.

Ángel&Demonio

JiMin acarició el cabello de Luzbel mientras terminaba de leerle el capítulo del libro que habían empezado. Estaba con su pijama, tapado con las sábanas mientras abrazaba a su pequeño sobrino de los hombros como cuando era un niño pequeño al que le contaba pequeños cuentos de gente sufriendo. Ahora, que estaba a un paso de la adolescencia, leía historias más detalladas de torturas y mutilaciones.

-...y cuando el resto de la pierna quedó a un lado, ensangrentada y pálida, James sonrió satisfecho. Otra víctima había caído.-terminó de narrar JiMin mirando a Luzbel-Hay que dormir, pequeño.

-¿Un capítulo más?-el demonio sonrió haciéndole cosquillas a los costados-¡Tío!

-A dormir o el monstruo de las cosquillas atacará-advirtió dándole un beso en la mejilla.

-¿Tío YoonGi no se sentirá solo?-preguntó mirándolo.

-No, él estará bien. Un día sin mí no le hará daño.-apagó la luz, acostándose a su lado y abrazándolo-Por cierto... ¿Qué hay entre tú y ese chico JiHoon? No finjas demencia que nos dimos cuenta tu interés por él.

-Uh...bueno...puede ser que me guste un poco.-dijo jugando con sus dedos.

-¿Solo un poco?

-Sí-Luzbel se escondió tímidamente en su pecho, buscando que dejara el tema de lado porque seguro se ponía rojo.

Ah, JiMin hubiera deseado poder verlo. Su sobrino era tiernamente adorable y debía aprovechar esos momentos antes de que creciera y prefiriera la compañía de alguien más. Y no simplemente una compañía amistosa.

Los niños crecían muy rápido y se debía aprovechar hasta el último minuto con ellos antes de que se vuelvan ariscos y hormonales.

Disimuladamente tocó su vientre. Esperaba que su futuro bebé no creciera tan rápido.

Ángel&Demonio

JungKook saltaba sobre el miembro de Jin, empalándose una y otra vez usando su propia sangre como lubricante natural. Sus piernas comenzaban a cansarse pero el demonio le había dicho que si bajaba el ritmo iba a castigarlo, usando eso de excusa para vengarse por lo ocurrido años atrás. Intentaba acotar su orden pero las piernas ya le dolían de tanto cabalgarlo y, aunque le encantaba sentirlo tan profundo, era difícil mantener el ritmo y no bajarlo.

-Vamos, pequeño, salta-se burlaba Jin acariciando sus muslos y apretándolos, la sensibilidad en esa zona lo hizo gemir.

Quería mantener los saltos a la velocidad en la que iba, pero el placer y el cansancio hicieron que sus saltos fueran disminuyendo. Aunque movía la cadera, apoyando sus manos en el pecho del demonio.

-Jinnie...por favor...-pidió sintiendo el sudor caer por su espalda y frente.

Seok Jin sonrió de lado, esa típica sonrisa malvada que le advertía que iba a castigarlo. En ese momento no estaba seguro si el castigo sería algo sumamente bueno o sumamente malo.

-En cuatro, ahora.

JungKook negó, no quería dejar de sentir el enorme miembro de Jin en su interior, no quería dejar se sentir su grueso y duro falo expandir su interior placenteramente. Pero el demonio, gruñendo, lo alzó de la cadera y al sacarlo se transformó en demonio por completo. El Serafín gimió en reproche, le hubiera gustado sentirlo transformarse dentro.

Jin lo obligó a ponerse en cuatro, indicándole que si no obedecía el castigo sería peor. Se quedó esperando, sintiendo curiosidad por lo que el demonio estuviera haciendo y él no pudiera ver. Estaba desesperado, quería volver a sentirlo dentro, que le metiera su duro miembro y lo embistiera bestialmente. Rápido y duro como amaba.

Cuando pensó en girarse un poco para ver, sintió un agudo dolor en su nalga que lo hizo gemir. El dolor y el placer del golpe haciendo estragos en su cuerpo. Siempre había amado sentir dolor durando el sexo, lo hacía gemir y hasta gritar como una prostituta que hacía su profesión más por gusto que por dinero.

Tras el segundo golpe JungKook se dio cuenta que Jin estaba usando un cinturón para eso.

-¿Te gusta? No sabes cuándo me gusta a mí ver tu trasero rojo y herido por esto...eres tan delicioso, pequeño-acto seguido sintió la cálida y húmeda lengua del demonio pasarse por una de sus nalgas.

El ardor le hizo saber que había abierto una herida con el cinturón. Y más se abrieron cuando los golpes con el cinturón se hicieron continuos y fuertes, dando en ambas nalgas y haciéndolo gemir, contando en alto (por pedido de su demonio) la cantidad de golpes que le daba. Era difícil tener que hablar mientras gemía y dejaba que el dolor placentero invadiera su cuerpo, pero al llegar al azote número veintidós se corrió por segunda vez.

Jin rio al ver su semen en las sábanas y acarició sus nalgas rojas e hinchadas por los golpes.

-Así que te gusta, Kookie...pequeño pervertido masoquista-se burló dándole esta vez un golpe con la mano-Bien ¿listo para tu castigo?

-Pensé...que este era-dijo sintiendo las garras de Jin pasar por su herido trasero.

Una risa oscura le dio a entender que, lo que vendría, no sería nada comparado a eso.

-Bebé tonto...-sin previo aviso JungKook sintió su interior ser llenado por algo duro y frío que tan pronto estuvo dentro comenzó a vibrar fuertemente.

Perdió la fuerza de sus brazos y cayó sobre el colchón. El maldito consolador tenía un tamaño considerable, casi igual al miembro de Jin cuando está en su forma humana. La sensación era abrumadora y su sensibilidad tras el orgasmo provocaba que mantuviera la boca abierta para gemir continuamente sin descanso.

-J-Jinnie...

-¿Se siente bien?-asintió como pudo y volvió a gemir-Se puede poner mejor, bebé.

El enorme pene de Jin comenzó a hacerse un espacio en su interior junto con el consolador. El dolor era distinto a lo que alguna vez experimentó con él, después de todo era la primera vez que practicaban esta doble penetración. Sus quejidos eran por el dolor, la sangre había vuelto a salir de su interior y las garras del demonio se incrustaban en su cadera. Lágrimas escapando de sus ojos abundantemente.

-D-duele...J-Jin-dijo con un hilo de voz, Jin rio oscuramente.

-Vaya, es la primera vez que realmente algo te duele...pero tranquilo, bebé, pronto te encantará.

El consolador aumentó su vibración al doble, causando estragos en él. Seok Jin no esperó a que se recuperara, simplemente comenzó a moverse duramente, dando en su próstata en todas sus embestidas. El dolor, a pesar de que jamás había disminuido, comenzó a mutar en placer. Un placer nuevo, tan intenso que había comenzado a gritar. Esperaba que la habitación estuviera insonorizada o de lo contrario todos lo escucharían.

-¡Jin! ¡Ahhh! ¡Más!-el demonio tenía razón, le había empezado a gustar sentirlo dentro con el consolador.

Sentía su sangre bajar por su muslo, por sus piernas, manchando las sábanas y siendo evidencia del desgarro. No importaba, nada importaba. Solo sentir a Seok Jin dentro, expandiéndolo hasta romperlo. Le encantaba.

-Pequeña puta-el cinturón volvió a azotar sus nalgas continuamente mientras una de las garras del demonio lo sostenía de la cadera.

-Solo tuya... ¡Ahhh! ¡Más! ¡Más duro!-gritó llorando, el placer y el dolor en una mezcla prohibida y única.

Sollozaba a gritos agudos, dejando que siguiera haciendo con su cuerpo lo que quisiera, que lo golpeara y lo embistiera a gusto. Cuando los golpes pararon, Jin lo tomó con fuerza de la cadera para cambiar de posición y sentarlo sobre él de espalda, moviéndolo con brutalidad de arriba abajo para embestirlo más fuerte y profundo. Era demasiado, mucho placer y dolor mezclado.

Gritó con más fuerza, su garganta comenzaba a lastimarse de tantos gritos pero no podía parar. Sus lágrimas seguían descendiendo, llegando a su pecho y mojándolo. La mano de Seok Jin tomó su cuello y lo acercó para comenzar a morder sus hombros y cuello, usando la otra mano para hacerlo subir y bajar.

Hasta que ante una tercera mordida en su cuello, gritó hasta desgarrarse la garganta al llegar a su tercer orgasmo, quedándose como un simple muñeco de trapo a merced de su amado demonio que seguía embistiéndolo. El consolador y los movimientos que llegaban directo a su próstata seguían causando estragos en él, que ante la sensibilidad continuaba gritando.

Hasta que finalmente Jin se corrió tibio y abundante en su interior, llenándolo por completo con su semen. Gruñó en su oído su nombre, sosteniéndolo con fuerza hasta que él lo dejó en la cama, sacándole el consolador y saliendo de su interior. Suspiró sintiéndose satisfecho mientras las manos, ahora humanas, pasaban por su espalda.

-Iré por algo para curar tus heridas.-JungKook simplemente asintió esperando.

Pero al pasar el primer minuto se quedó dormido, feliz de saber que había vuelto a hacer el amor con Seok Jin.

Ángel&Demonio

YoonGi no podía dormir, el problema y el plan a medias rondando por su cabeza. Para empeorar, JiMin no estaba ahí para abrazarlo y tranquilizarlo lo suficiente como para conciliar el sueño. Estaba solo dando vueltas por el Castillo buscando respuestas. Una de ellas era la razón por la cual su ojo no había funcionado en Luzbel. Siempre que lo veía jamás había visto a JungKook en sus recuerdos, casi como si esos trozos de memoria estuvieran bloqueados. Sospechó que el hecho de que sea mitad demonio y Serafín lo volvía un ser capaz de huir de la vista poderosa de su ojo. Sin duda podía entender la razón por la que ellos lo querían.

Otra cuestión que rondaba por su mente era la frase de la cual le habían hablado: Rechercher dans ND, la croix, la croix. ¿Qué podía significar esa frase en francés? ¿Qué era ND? Sospechaba que un lugar por la frase. Pero... ¿qué lugar?

-ND...ND-murmuraba caminando por los largos pasillos- Rechercher dans ND, la croix, la croix. Ahora que recuerdo no podré llevar a JiMin a París como había... ¡Eso es!-exclamó dándose cuenta de algo.

La frase estaba en francés y hablaba de buscar en ND. El hombre al cual JungKook había asesinado no era francés pero conocía el idioma a medias, lo que quería decir que el idioma en sí era parte de la pista. Tal vez podría equivocarse, pero al recordar el viaje planeado a París llegó a su mente la imagen de la catedral de Notre Dame: ND. Tenía que haber algo ahí, algo que les diera respuestas.

Si todo salía bien, podrían contra ellos.

Eh...¿Fue muy mucho el lemon sado? :v no sé, pero me gusta el lemon poco comun de estos dos. Al menos yo no leo tan seguido lemons asi, y si los hay son violaciones o algo parecido que no está relacionado del todo con el amor y el gusto :v al menos en JinKook digo yo jaja

Nos vemos cuando tenga el 5! besos :D <3

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