Temporada 2. Capítulo 21: La caída
Miércoles 25 de diciembre de 2024. El Cielo.
A primera hora de la mañana, Set llegó con buenas noticias luego de días de tristeza y dolor: solo faltaban derribar dos guaridas y ellos no tendrían con qué luchar. Las armas habían logrado llevárselas y tenerlas con ellos, usándolas en contra de los cazadores como castigo por su crueldad. Era lo mínimo que se merecían aquellos que osaron tratarlos de esa manera.
JungKook observó el amplio jardín del Cielo, lleno de flores y verde pasto. Jin, al verlo, se acercó a él y lo abrazó por detrás besando su cuello.
-Tenemos que ir a ayudar con los últimos dos lugares, bebé-informó besando su cuello-Y también necesito preguntarte algo. Pero eso será después, cuando terminemos con esta mierda y podamos estar en paz.
-¿Por qué tenemos que ir? Ellos pueden resolver eso-dijo JungKook inclinando su cabeza y dejando que el demonio llenara esa zona sensible de besos.
-Es nuestra responsabilidad también, bebé-murmuró dejando su cuello y volviendo a colocar el largo cabello para que acariciara la fina espalda.
-Odio las responsabilidades.
-No seas berrinchudo-rio Seok Jin separándose para mirarlo-Sabes que con nuestra ayuda terminará todo más rápido. Además los demás deben tener un descanso, han hecho casi todo el trabajo. Set recibió una paliza por llevar a cabo el plan.
-Él lo quiso así-JungKook hizo un puchero y bajó la mirada, Jin sonrió y besó ese puchero.
-Él ayudó a mantener a salvo a Luzbel-le recordó besando su mejilla-Y también se comprometió a cuidarlo cuando regrese al Infierno.
-Bien, solo por eso iré y ya no me quejaré más-el Serafín suspiró-Además, no sé por cuánto tiempo más durará la bondad de Dios. Lo mejor es que me vaya pronto.
Seok Jin asintió en acuerdo con él y, tomándolo de la cintura, se lo llevó del cuarto. Pasaron por el largo pasillo hasta llegar a Luzbel, quien hablaba con JiHoon entre risas. A JungKook no le gustaba la cercanía que tenían, odiaba ver el cariño y el amor en los ojos de su hijo para con la rata inmunda y asquerosa de Ángel caído que era JiHoon. Le revolvía el estómago verlos tan juntos. Aceptaba cualquier yerno, menos a ese tipejo.
-Luzbel-lo llamó y su hijo pronto lo miró-Tienes que regresar a casa con tu abuelo. Aún hay cosas que terminar-no reprimió una mueca al ver la manito hermosa de su bebé tomar la manchada y apestosa de JiHoon.
-¿Hoonie Honey puede venir?
-No/Sí-respondieron al mismo tiempo Jin y JungKook.
El Serafín miró a su pareja, casi lanzándole llamas de odio. Él no quería que esa sanguijuela fuera con ellos y no iba a ir, no, claro que no. Antes tendría que arrancarse los ojos, la lengua y las manos.
Luzbel lo miró, sus ojitos brillantes por las lágrimas, un puchero adorable adornando su carita.
Bien, sería mejor olvidarse de arrancarse los ojos, la lengua y las manos. Todavía las apreciaba lo suficiente...aunque jamás apreciaría a JiHoon.
Puta sanguijuela rastrera.
Ángel&Demonio
Set había quedado a cargo de Luzbel, aunque JiHoon lo cuidaba en su cuarto mientras él se aseguraba de que no hubiera peligro cerca. A pesar de que la mayoría de los laboratorios (o guaridas) habían caído, no podían bajar la guardia. Esos desgraciados siempre sacaban un conejo de la galera y daban horribles sorpresas. Aunque era un ser celestial estaba deseando que todos ellos se pudrieran en el Infierno.
-¿Por qué solito aquí?-Set estuvo a nada (realmente nada) de insultar a Exael al escucharlo.
Ese demonio era casi un dolor en los testículos. Parecía no entender que no estaba interesado en él de ninguna forma y que lo único que quería era que se alejara y lo dejara solo. Ya había tenido su tiempo de juegos locos y pervertidos en el pasado, ahora no estaba para nada interesado en eso. Menos con un demonio, uno de los seres más irritantes y poco confiables del mundo.
Aunque la verdad sea dicha, una parte de él adoraba que Exael lo buscara. Pero no, no lo reconocería. No su parte racional y sensata. Y para caer en la locura todavía le faltaba demasiado.
-Cuido a Luzbel-respondió cortante alejándose unos pasos por el pasillo.
Exael lo siguió, sonriendo como un idiota. Claro, para él esto era divertido, un mero entretenimiento. Para él no era nada serio. Quizás en parte por eso tampoco le interesaba avanzar más en esa relación. Ya no quería ser el juguete de nadie.
-¿Ahora eres niñero? Interesante, ¿no te gustaría cuidar a mis hijos?-Set lo miró desconcertado.
-¿Tienes hijos?-Exael sonrió y su mano (asquerosa, inmunda) se posó en su cintura.
-Corrección. Nuestros hijos. ¿No crees que serían lindos?-la otra mano tocó su mejilla pero la apartó.
-Lo que creo es que tienes mucha imaginación. Ahora, déjame en paz-se apartó de la mano que lo sostenía de la cintura, pero fue apresado de nuevo, esta vez de la cadera.
-Nadie vendrá a hacerle daño y lo sabes, no necesitas prestar tanta atención. Además, por lo que vi, a él lo está cuidando el angelito caído.-el cabello rojo le caía cerca de los ojos y Set tuvo la tentación de quitárselo y tocar las suaves hebras-¿Te parece jugar un rato?
Las manos en su cadera bajaron más y Set no pudo permitirlo, por lo que lo tomó de las muñecas.
-Ya quítame las manos de encima-le pidió frunciendo el ceño.
Exael suspiró, harto de la misma situación tal vez, y lo miró molesto.
-A mi hermano te le abrías fácil, ¿acaso debo ser él para que me abras las piernas?
Set no pudo mirarlo a los ojos, en realidad fue difícil luego de la bofetada que le dio. Lo había separado de él y lo había alejado unos pasos. La humillación latente en su pecho no le permitía alzar la mirada, pero tampoco iba a quedarse ahí esperando una disculpa. A la mierda el perdón, como si Exael lo necesitara. Dio media vuelta y caminó por el lado contrario para asegurar que el otro lado fuera seguro, pero Exael tomó su muñeca. Sacudió su brazo y se lo quitó de encima, todavía sin mirarlo.
-Lo siento, no quería decir eso-Set sonrió ante sus palabras.
-Seguro, nunca nadie quiere decir lo que dijo, pero aun así lo hacen-soltó con amargura.
-Set...
-Déjame. Búscate a otro ser celestial que esté dispuesto a abrirte las piernas y arriesgar sus alas. Ya bastante arriesgué yo por gente que no vale la pena.-soltó casi con odio, recordando a sus hermanos muertos y a Lucifer.
Siguió su camino. Sí, tenía que dejar de pensar en gente que solo lo usaba. Tenía que aprender a cuidarse mejor. Y estar con el imbécil de Exael no sería diferente al pasado.
Ángel&Demonio
Los cazadores capturados estaban frente a ellos, desnudos y esposados en el suelo. Jin y JungKook se encargaban de cuidarlos mientras otros buscaban más lugares ocultos donde pudieran estar trabajando. El Vaticano no estaba feliz al respecto pero tampoco podía hacer demasiado. Lucifer se había encargado, junto con Dios, de hacerle una visita seria al papa y los suyos. Ellos siempre hablaban de Dios y Satanás, inventaban historias tras historias, así que bueno, las historias quisieron volverse realidad y hablar con ellos. Luego de amenazas, lograron llegar a un acuerdo. Lo poco que sabían era que si el acuerdo se rompía, la humanidad entera pagaría. Sí, era un trato muy sereno.
JungKook veía divertido, jugando con su katana, el miedo en los ojos de los hombres que antes habían jurado eliminarlos. Ahora que el juego se volvió a su favor, ellos temían. No era para menos, en muchos aspectos eran superiores a los humanos, sin sus armas se sentirían tan vulnerables como un bebé.
Había uno en particular que se veía nervioso, temblando en su lugar y al punto de la desesperación absoluta. Quizás por eso no le extrañó a JungKook que fuera el primero en gritar.
-¡¿Qué mierda piensan hacer con nosotros?! ¡Déjenos ir! ¡No tenemos nada ya, tienen un acuerdo, no podemos hacerles nada!
Seok Jin, quien estaba a unos pasos de él, sonrió y se acercó al hombre. Este tembló más notoriamente y JungKook casi rio. Casi.
-No pueden, es cierto-dijo suavemente Jin, acuclillándose frente al hombre quien lo miraba horrorizado-Sin embargo, hicieron muchas cosas malas. ¿Y sabes qué le pasa a la gente mala?-el tipo negó, lo que divirtió más a Jin-Se va al Infierno.
-¡No puedes llevarnos! ¡Aún no estamos muertos!-chilló de nuevo, sus compañeros perdieron todo color por la idea.
-No, pero parte del acuerdo, de lo que nos comunicaron, implica que podemos hacer con ustedes lo que queramos.-las garras de Jin salieron y acarició la pálida mejilla del tipo con ellas-Es lo malo de pertenecer al bando perdedor.
-Por favor...por favor-la voz del tipo, por la cercanía de las garras, se había vuelto un fino susurro tembloroso.
-No sirve de nada rogar piedad, cariño-Jin se levantó y miró a JungKook-¿Quieres empezar, amor?
-¿Me darás ese honor?-preguntó divertido acercándose a ellos con la katana en mano.
-Por supuesto.
El Serafín los observó un instante antes de sonreír macabramente. Gritos, sangre y dolor fue lo único que se experimentó en ese cuarto.
¿Quién dijo que los seres celestiales no podían ser tan despiadados como los demonios?
Adivinaron, esta bebé hermosa será la hija del JinKook uwu GaHyeon de Dreamcatcher
Todas ustedes ganaron un drabble. Les dejaré las cuatro parejas, pero, por favor, ponganme la pareja que les guste de las que pondré en el lugar de sus nombres, para que sea más facil buscarlas. Las parejas serán: JinKook-KookJin (cualquiera de las dos), HopeV-VHope, YoonMin, NamLex. Pueden elegir incluso el género del cual quieran que sea el drabble (romance, comedia, terror, etc.)
Nos vemos! Besos!
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