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Temporada 2. Capítulo 2: Reencuentro


Jueves 21 de noviembre de 2024. Lugar desconocido.

JiSoo abrió los ojos con pesadez, sin distinguir las manchas borrosas frente a ella. Pero por más que forzara la vista todo estaba oscuro y era imposible notar algo. Intentó mover sus muñecas para tocar sus ojos, pero se vio limitada por un ruido metálico. No tardó en darse cuenta de que estaba amarrada con grilletes a una superficie dura y fría. Una cama incómoda sin duda alguna.

Intentó buscar la manera de escapar, pero era imposible. No tenía fuerzas suficientes, su cuerpo se sentía tan débil como el de los humanos. Tenía dos opciones: o algo le inyectaron o bien aún estaba recuperando fuerzas. Esperaba que sea la segunda opción.

-Siempre sentí curiosidad por tu raza-la voz masculina hablaba en un idioma nórdico que no podía reconocer-son fuertes, rápidos y pueden deformarse en seres horripilantes que son más letales de lo que podemos imaginarnos...Curioso.

-Vete a la mierda, hijo de puta-dijo a pesar de sentirte débil.

-Siempre me pregunté... ¿Qué otros dones tendrán? Y ¿son capaces de ser...transformados?-JiSoo no podía verlo, pero el filo como serrucho que sintió en su muslo no podía significar nada bueno-Vamos a averiguarlo, cariño.

Gritó agudamente cuando el filo abrió su carne y siguió avanzando hasta quebrar el fémur.

Ángel&Demonio

Jueves 21 de noviembre de 2024. Illinois, Estados Unidos.

Alexander no creyó que tendría que volver a usar ese sótano para esconderse, pero ahí estaba con NamJoon y JiHoon. Las heridas del Arcángel no habían curado del todo a pesar de los ungüentos que HoSeok le había llevado. Lo peor era que habían secuestrado a su madre y nadie sabía dónde estaba. Lo único bueno era que Jennie estaba bien y que sus tíos y su primo estaban a salvo.

-¿Siguen sin saber dónde está?-preguntó JiHoon sentándose a su lado, Alexander suspiró.

-Nadie sabe nada, ni siquiera saben quiénes son. No sabemos absolutamente nada.-pasó las manos por su rostro, era frustrante no poder ayudar demasiado.

-Tranquilo, van a salvarla-eso esperaba-Sería bueno que fueras con NamJoon, debes revisar sus heridas.

Asintiendo, el humano fue hacia el cuarto donde el Arcángel estaba acostado, vendado en el torso y los brazos y mirando el techo. Alex sabía en lo que estaba pensando, en sus compañeros caídos y en aquellos a los que podrían estar atrapando en este momento.

Se acercó a él, tomando uno de los ungüentos y dejándolo a un lado. Sus manos tocaron suavemente el vendaje, NamJoon ni siquiera lo miró. Tampoco habló cuando comenzó a quitar las blancas vendas, simplemente dejó que lo curara, que lo ayudara a colocar el ungüento en aquellas heridas horribles que esas personas habían causado. Había tenido suerte de que sus alas no hubiesen salido lastimadas.

-Necesito que te sientes, debo curar las heridas de tu espalda también-dijo Alex tomando a NamJoon del hombro para indicarle que debía levantarse.

Él lo hizo en silencio, pero cuando comenzó a pasar el ungüento en las heridas de su espalda, habló.

-Ellos...saben de ti-murmuró.

-Lo sé, me lo dijiste ayer-la mano con la que lo ayudaba fue atrapada de la muñeca por el Arcángel, sus ojos grises lo miraron preocupados.

-No lo entiendes...ellos sabían de ti, de tu inmortalidad. Ellos lo saben todo, Alexander. Eso no es normal. Quiere decir que estás en peligro, tú y todos.

Alex se detuvo. Era verdad, si lo sabían, si sabían de su inmortalidad, entonces no era bueno. Si podían obtener ese tipo de información entonces todos estaban en problemas. Los tenían registrados, sabían cómo eran y, probablemente, dónde encontrarlos. Lo único bueno era que en el Cielo y en el Infierno solo podían teletransportarse las determinadas razas. Pero, con los demonios y seres celestiales secuestrados ¿cuánto duraría eso?

-Podremos con ellos.-afirmó aunque ni él estaba seguro de eso.

-No estoy tan seguro de eso...Alex...esto es muy grave-los ojos grises del Arcángel estaban llenos de verdadera preocupación-Si no me recupero pronto, no podré hacer nada por ti.

Alexander bajó la mirada, inclinándose hacia él hasta que su frente se apoyó en el hombro contrario. Suspiró y dejó escapar algunas lágrimas. Quería creer que todo estaría bien, que nada malo les pasaría, pero al ver el miedo palpable en los ojos de NamJoon supo que no había demasiada esperanza. Las cosas eran peores de lo que podía imaginarse.

¿Por qué no podían vivir en paz?

Ángel&Demonio

Jueves 21 de noviembre de 2024. El Castillo del Infierno.

Seok Jin sabía que era peligroso, pero en cuanto uno de sus primos llegó herido comunicando que ese grupo de humanos tenían por objetivo principal su hijo, no pudo quedarse de brazos cruzados. Tenía que hacer algo aunque su padre estaba en desacuerdo. Solamente se pondría en peligro, no importaba que fuera en compañía de HoSeok, no quería que corrieran el riesgo de ser atrapados.

-Tu padre va a matarte si algo malo llega a pasar-dijo HoSeok preparándose con su espada, la cual debería esconder al llegar a la Tierra para pasar desapercibido.

-No es algo que no sepa ya, pero voy a arriesgarme. Necesito saber qué mierda está pasando y quedándome aquí no lo sabré nunca.

-Lo sé, pero es difícil. Tú no has visto las armas que tienen, no son normales. Pueden herirnos y prever nuestros ataques. Eso nos pone en desventaja ante un grupo de humanos. De humanos, Seok Jin.

-¿Crees que no lo he pensado? Sé a lo que voy a enfrentarme, pero hay que intentar evitar una pelea. Lo mejor es evitarlos, disfrazarnos.-dijo colocándose la capucha de su abrigo-Debes hacer lo mismo.

HoSeok suspiró y se transformó en su forma humana, colocándose una sudadera grande que cubría su rostro, sin contar su cabello oscuro cayendo sobre sus ojos. Los ojos rojos se volvieron marrones y la piel tuvo un color natural. Se veía normal, pero ellos sabrían que no lo eran. Así que tendrían que tener cuidado.

El lugar que los recibió fue Sierra Leona, donde sospechaba su padre que debía estar la mayor concentración de seres humanos que los atacaran ya que fue el lugar donde los atacaron más rápido.

La vestimenta pasaba desapercibida. Eran dos simples turistas que iban de paseo, pero no dejaban de estar atentos a su alrededor. Tenían que buscar a alguien sospechoso que los llevara hasta el lugar donde sea que tengan al resto. Tenían que rescatar a JiSoo como sea.

Jin no dejaba de mirar a las mujeres que posaban su vista en ellos, no pasaban desapercibidos por sus rasgos. Ya se lo esperaba. No tendrían que demorarse mucho en ir por ellos, pero con HoSeok estaría a salvo, su piel podría protegerlo. Ambos lo sabían.

Una mujer, con el cabello recogido, los miró de reojo antes de desaparecer en otra calle. Jin tomó a su mejor amigo del brazo para indicarle dónde debían ir. ¿Se estaban metiendo en problemas? Era muy probable que sí, pero debían arriesgarse. Había muchos seres en peligro.

Caminaron disimuladamente, como si tan solo estuvieran conociendo el lugar. HoSeok se puso alerta, sabiendo lo que vendría si seguían a esa mujer. No era complicado adivinarlo.

Al llegar a la calle donde ella se fue descubrieron un lugar desolado con dos personas a unos metros. Bien, se aproximaba una pelea, de eso estaban seguros.

-¿Qué es lo que quieren?-preguntó con voz fuerte y clara, ellos sonrieron.

-Nada que debas saber-Jin gruñó y cuando estaba por atacarlos, HoSeok lo frenó con su brazo y lo colocó tras él, recibiendo una flecha explosiva que simplemente rompió su ropa.

Seok Jin, solo en ese momento, notó las personas en el techo de las casas con arcos y flechas que se escondieron tan pronto los vio. De otros lugares notó más personas que aparecieron con armas de fuego que apuntaron hacia ellos. Su mejor amigo lo cubrió con su cuerpo, transformándose en demonio y llevándolo consigo a otro lado para ocultarse.

Los disparos con silenciadores empezaron. Todas las balas daban directo en HoSeok, quien hacía ligeras muecas. A pesar de no causar daño, causaban dolor, lo que era inusual. Su piel no sentía dolor, las heridas debían de ser sumamente graves, pero por lo general nada lo era. Las balas eran realmente especiales.

Se escondieron tras un muro que no resistiría mucho el ataque. Jin se transformó y gruñó, iba a matarlos a todos si no les daban una respuesta. HoSeok le pidió con la mirada que sea paciente, pero no estaba dispuesto a serlo. Tomando las piedras que habían quedado en el suelo a raíz de los disparos, lanzó varias hacia ellos haciendo que detuvieran sus ataques.

En cuanto tuvieron su ventaja, saltó hacia ellos y con sus garras comenzó a atacarlos. Repartió patadas, con dos de las cuales lanzó a dos de ellos hacia una pared. Aunque al contrario de lo esperado, que murieran por el impacto, volvieron a levantarse. Jin sospechó que los trajes que llevaban puestos eran especiales. Eso hacía más difícil el matarlos.

HoSeok había intervenido en más de una ocasión para ayudarlo, pero estaba sufriendo mucho dolor por las balas que a él no lo habían tocado. A pesar de que se habían deshecho de tres, todavía seguían varios ahí dándoles batalla. Las personas que estaban en las calles cercanas siquiera se metían. Tampoco les había importado aparecer.

Una de las mujeres que se lanzó a atacarlos fue recibida con una patada que la arrojó lejos. Pero no se rindió y desde ese lugar les disparó. HoSeok lo empujó y se hizo hacia atrás pero la bala rozó por el lugar donde estaba su boca en su forma humana, y generó una herida que comenzó a sangrar. El único lugar sensible donde su piel no era resistente. Y ellos lo habían descubierto.

-¡Vete!-exclamó Jin y antes de ser atacado se fue al Infierno.

Quedó solo, siendo rodeado por ellos. Irse al Infierno era peligroso si alguno de ellos llegaba a tocarlo. Estaban cerca así que no se arriesgaría.

Desplegando sus alas negras remontó vuelo para alejarse, pero ellos lo tomaron con unas cadenas resistentes que no le permitieron seguir elevándose. Hizo su mejor esfuerzo, pero las cadenas comenzaron a quemarlo y gruñó por el dolor. Malditos hijos de puta que estaban en todas.

Pronto estaba en el suelo, siento azotado contra el mismo con fuerza. Alzó la mirada a la chica que sonreía maliciosamente. Enterró sus garras en el suelo, pensando en degollarla.

-¿Últimas palabras?-preguntó burlona.

-Ojala te violen entre veinte afroamericanos, puta barata-dijo con odio, apretando los labios cuando uno de ellos insertó en su muslo una lanza de metal, traspasando la carne por completo.

-Qué lástima que no estarás con vida para verlo.

Jin apretó los dientes cuando tuvo el arma en su frente. Si salía con vida de esa, su padre iba a incinerarlo. Y su hijo seguro lo ayudaría. Mierda, Luzbel...no podía rendirse, pero a esa altura era imposible ganar.

Cerró los ojos. Esperaba que sus padres pudieran cuidar muy bien de su pequeño.

Sin embargo, la bala que esperaba recibir jamás llegó. Los compañeros de la psicópata gritaron su nombre, Jin sintió casi al mismo tiempo algo tibio chocar contra su rostro. Abrió los ojos, hallando a la mujer sin cabeza, la cual había rodado a un costado, y su inerte cuerpo cayendo hacia atrás. Sus compañeros, por la sorpresa, no tuvieron tiempo de reaccionar y pronto todos habían sido asesinados. Cortando sus cabezas o causándoles heridas graves que los hacían sangrar hasta morir. Manos mutiladas, que no les permitían manejar sus armas, y piernas heridas que evitaban demasiada movilidad. Jin no pudo ver bien a la persona, simplemente escuchar los gritos de piedad y la sangre caer al suelo.

Se levantó cuando no quedó nadie más, sacando la lanza de su pierna y gruñendo. Eso no se veía bien.

La persona que lo había salvado, que llevaba un abrigo que lo cubría y una katana ensangrentada, se inclinó a ayudarlo. Jin lo miró desconcertado, no parecía ser alguien que conociera. Al menos de lo poco que podía ver.

-Gracias pero... ¿Quién eres?-antes de que le respondiera su pregunta, un sonido los alertó.

El desconocido lo tomó del hombro y los llevó a lo que parecía una isla abandonada pero hermosa, donde se hallaba una pequeña casa escondida al cual fue llevado. Dejó que lo ayudara, sospechaba que era un ser celestial por el aura que había detectado en él así que no representaba un peligro en ese momento.

Se sentó en una improvisada pero cómoda cama, viendo al extraño volver con vendas y demás cosas para ayudarlo. No dijo nada y simplemente dejó que curara su pierna. Al menos la herida no había sido de gravedad.

Apretó los dientes cuando comenzó a coser sin anestesia. Bien, sería demonio pero había cosas que dolían como la puta madre. Fue una lenta tortura pero agradecía que, al terminar, el ungüento que usó fuera anestésico.

-Gracias-repitió cuando el desconocido se levantó para dejar las cosas en otro lugar-pero no sé quién eres.

-Ya nos conocemos, Jin-esa voz la conocía perfectamente a pesar de que hacía años que no se veían.

Pero no podía ser él. No, no podía.

-¿JungKook?-el "desconocido" se quitó el abrigo y entonces lo pudo ver.

A pesar del cabello largo y los ligeros cambios en él, sin dudas era el Serafín por el cual había caído hacía años atrás.

-Hola, Jin.

Gracias @candelaseok por los separadores uwu me han encantado :D

Ya a surgido el encuentro más inesperado por toda latinoamerica unida (? okey no

¿Como creen que reaccione Seok Jin? ¿Que pasara con JiSoo? ¿Jin sabrá que JungKook visitaba a Luzbel? ¿Podrán terminar con esa guerra? Todo y más en el proximo episodio de Entre el Cielo y el Infierno *tira papelitos de colores y se corta la programacion*

Bueno ya, nos vemos! besos! :D <3

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