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Precuela. Capítulo 5: Lo que Set y Abel aprendieron con Lucifer

Set había salido de su habitación y con firmeza fue a la de Lucifer. Hablar con Caín no aclararía nada. Con quien debían ir era con Lucifer, quien le había puesto esas ideas a su hermano. Bien, él comprobaría qué tan acertadas eran esas ideas y cuán erradas sino. 

Tocó la puerta y poco después Lucifer salió con su bata. Le sonrió amablemente, como si nunca hubiera hecho nada malo. Set, por un breve momento, así lo creyó.

-Set, qué sorpresa verte por aquí. ¿Ha ocurrido algo?

-Tengo que hablar contigo-dijo entrando al cuarto sin ser invitado, Lucifer cerró la puerta y lo miró confundido-Acabamos de hablar con Caín. Él afirma que están teniendo sexo. 

-Ajá… ¿y?-preguntó Lucifer dando un paso hacia él.

-¿Es cierto? Todo lo que dice él, lo que afirma. Él habla de que no es pecado, de que le mostraste el camino a la felicidad y la libertad. Una vida sin reprimirse.-Set lo miró a los ojos-¿Eso es cierto?

-Sí, lo es.

Set no esperaba que fuera tan sincero, pero prefirió eso a que diera vueltas. Aunque lo había dejado sin palabras.

-¿Por qué?-fue la única pregunta coherente en su mente. 

Lucifer caminó por su cuarto, mirando sus cosas antes de mirarlo a él.

-¿Nunca deseaste algo? ¿Algo considerado prohibido? ¿Nunca te preguntaste por qué amar a alguien que no sea de nuestra jerarquía es malo? ¿Por qué tener sexo es considerado pecado? ¿Por qué un simple beso podría condenarte?

-N-no…y-yo…-Lucifer lo miraba intensamente, Set ya no pudo continuar mintiendo-Sí, sí me lo he preguntado. Al menos…parte de eso…y sí…he deseado…cosas-admitió.

Lucifer sonrió triunfal acercándose a él. Set sintió su cuerpo a pocos centímetros del suyo. Sintió sus manos tomando su rostro y los pulgares acariciar sus sonrojadas mejillas.

-¿Qué has deseado, pequeño?

El apodo cariñoso, y nada original, envió un golpe de calor a su pecho nunca antes experimentado. A Set le había encantado eso. 

-Yo…deseaba saber…cómo se sentía besar a alguien sin tener que estar en un compromiso formal.

Sintió el cálido aliento de Lucifer a poca distancia de su boca. Set cerró los ojos y pronto sintió ese par de labios ajenos tocar los suyos. Se movieron con lentitud y timidez por unos segundos antes de pedirle que abriera más la boca. Set sabía la teoría del beso, pero no tenía la práctica. Abrió la boca y pronto sintió esa lengua experta dentro, acariciando la suya y recorriendo cada rincón. Siguió con inexperiencia el beso antes de que este terminara.

-Ahora lo sabes, Set-murmuró Lucifer gravemente, dejando besos en su mejilla, bajando hasta su cuello. 

De manera automática, Set hizo su cabeza hacia atrás para darle más espacio. Si esto sentía Caín con las caricias y los besos, entonces podía comprender por qué estaba diferente, por qué pensaba diferente. Por un momento deseó haber sido él la persona con la que Lucifer se acostaba todas las noches, pero si ya estaba con su hermano dudaba que quisiera hacerlo con él. 

Caín siempre había sido más atractivo. Aunque los tres compartían rasgos, Caín siempre había sido mejor que él y Abel. Siempre más fuerte, más inteligente y más hermoso. Él era un cero a la izquierda a comparación de Caín. 

-Yo… ¿Por qué haces esto? Si Dios te descubre…-susurró sintiendo los labios subir de nuevo a los suyos.

-Él no va a saberlo, ¿verdad, cariño?-dijo Lucifer acariciando su mejilla y dejando un casto beso en sus labios-No vas a decirle, vas a mantener el secreto. Sino no vamos a poder seguir disfrutando de esto.

Otro nuevo beso cegó la mente de Set.

Y solo con eso, Lucifer se aseguró de que no hablaría. 

Ángel&Demonio

Al otro día, Abel miraba sospechoso a Set, quien había hecho como si nada hubiera pasado la noche anterior y compartía con Caín como siempre. No les dijo dónde estuvo, aunque por lo que vio, él sospechaba que fue con Lucifer.

Al principio fueron con Caín a asegurarse de que no fuera a hablar con Dios o algún Serafín. Caín recobró el alivio en su cuerpo cuando lo vio aparecer tranquilamente por el pasillo, sonriendo suavemente y comunicándoles que iría a dormir. Sin llamada preocupante ni nada que lo alterara, Caín regresó a su cuarto y Abel quedó solo. Él seguía sin poder comprender el motivo por el cual ahora Set se comportaba como si estuviera volando en una nube de fantasía y felicidad. 

-Abel-se acercó a él uno de los Grigori.

Era un imponente pelirrojo de ojos grises. No conocía su nombre, pero le recordaba a Kasdave ya que ambos compartían algunos rasgos. La diferencia era que este se veía fuerte y firme, no tierno y bonito como Kasdave.

-Dime…-lo miró, esperando que le dijera su nombre.

La Dominación sonrió gentilmente.

-Exael-se presentó-. Quería darte un recado de Lucifer. Dice que te espera cerca de la fuente para hablar a las seis. 

Exael miró detrás de Abel, donde sentía la mirada de Caín y Set. Los había sentido en cuanto escucharon el nombre de quien parecía controlarlos como títeres. 

-Está bien, muchas gracias por el mensaje.

-No es nada. Ah, y Set, Dios me ha pedido que solicitara tu ayuda para un trabajo. ¿Podrías hacerlo?

Set se levantó y se acercó a Exael con una sonrisa. Pronto ambos dejaron el lugar.

Ángel&Demonio

Abel fue puntual. En cuanto el reloj dio las seis, él ya estaba cerca de la fuente esperando a Lucifer. El atardecer comenzaba a mostrarse tan majestuoso como solo Dios podría crearlos. Abel jamás se cansaría de ver ese espectáculo. 

-Lamento si te hice esperar-dijo Lucifer dando unos pasos hacia él, se veía tan despreocupado como siempre.

Como si no estuviera corrompiendo mentes inocentes.

-¿Para qué querías verme?-preguntó cortante, sin querer mirarlo.

-Solo arreglar asuntos. Creo que ya sabes ciertas cosas que involucran a Caín y a mí.

-No te preocupes, su…blasfemia, no la sabrá nadie. Es un secreto de hermanos. 

Lucifer rio suavemente, como si todo fuera una broma. Pero no era una broma, esto era serio.

-¿Acaso crees que blasfemamos? Oh, necesitas abrir más la mente. Te vendría bien ampliarte en nuevos horizontes…pero claro, solo lo harás cuando te pique la curiosidad ¿no es así? Bueno, cuando eso pase, puedes venir por mí. Nos vemos.

Abel suspiró, dispuesto a marcharse, cuando sintió un rápido beso en los labios por parte de Lucifer. La sorpresa no lo dejó reaccionar y quedó en shook varios minutos antes de continuar su camino.

La curiosidad ya había sido sembrada en Abel.

Ángel&Demonio

Lucifer sabía que solo era cuestión de tiempo para que Abel cayera ante él (vamos ¿quién no lo haría con lo hermoso que era?). Exactamente trece días. Claro que unas cuantas miradas y accidentales besos a escondidas habían ayudado para que él solo fuera a su cuarto y se dejara hacer. Al igual que Set y su hermano Caín. 

Con Caín seguía acostándose casi todos los días. Set había aceptado apenas tres días atrás a tener sexo con él. En su opinión, Caín era mejor. Se quejaba menos y  colaboraba más. Set era…especialmente tímido. No le gustaba, pero se acostaba con él para mantenerlo.

Abel se dejó hacer el primer día, conquistado por los besos y las caricias. Resultó ser menos molesto que Set, a pesar de que esta era su primera vez. Fue más placentero y menos dolor de cabeza. Había sido casi tan bueno como con su hermano Caín. 

Al final, lo gracioso del asunto, fue que quien más se demoró en caer a sus brazos, fue el primero en entregarse. ¿Cuán reprimido había estado Abel como para que eso pasara? 

No importaba, lo que importaba eran sus avances. Ya tenía en la palma de su mano a Caín, Abel y Set. Mefistófeles había dado el siguiente paso con Kasdave, quien había confiado el secreto a sus hermanos y comenzaba a persuadirlos para que abrieran los ojos. Penemue lo ayudaba, ya que seducido por Belial se había dado cuenta de que amar no había sido nada malo. Solo necesario en sus vidas. Semyazza, por su parte, los ayudaba a persuadirlos. Araquiel era el más propenso a caer primero y eso iba a aprovecharlo Semyazza quien parecía desesperado por un buen polvo. 

Lentamente los que caían comenzaban a persuadir a otros de confianza para que cayeran también. Los convencían de que había cosas mejores que a nadie decían y que podían ser libres de disfrutarlas. 

Poco a poco todo se iba dando. 

Lucifer sonrió acariciando el cabello de Abel sobre su pecho. Solo era cuestión de tiempo para ganar. 

Pero ¿por qué seguía sintiendo que algo faltaba? 

Lo que necesita Lucifer empieza con A 7u7 a ver quién adivina :v

Nos vemos en el siguiente! Besos♥

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