Precuela. Capítulo 14: Cuando sus destinos se cruzaron
Martes 13 de mayo de 1952. El Cielo.
Luego de las tareas de ese día, JungKook se sentía a punto de explotar. Estaba agotado y lo único que deseaba era un momento de paz. Lo consiguió pero cerca de las once de la noche de ese día. Apenas llegó a su habitación se arrojó a su cama y suspiró ante la comodidad de su almohada. Pero su descanso no pudo durar mucho porque alguien tocó la puerta y tuvo que levantarse a abrir.
-¿Qué pasa, YoonGi? ¿Tarea urgente?-su mejor amigo negó e ingresó al cuarto.
JungKook cerró la puerta y lo miró esperando una respuesta.
-Me tomé la molestia de hablar con Dios y decirle de tu arduo trabajo en estos días. Le pedí si podía darte un tiempo libre para que descansara y no estuvieras al borde del colapso. Caín me ayudó, diciendo que estaba a favor de que te dejara descansar porque te veías realmente agotado y habías cumplido con tus tareas de manera impecable. Él aceptó que tuvieras dos días libres, así que descansa tranquilo-dijo YoonGi dándole todo el resumen de lo que había pasado.
JungKook suspiró aliviado antes de volver a arrojarse sobre su cama. La alegría envolviéndolo al saber que tendría unas pequeñas vacaciones.
-Gracias, Yoon-dijo bostezando.
-Eres mi mejor amigo, era lo menos que podía hacer por ti-dijo el Querubín sonriendo-Ahora será mejor que me vaya a mi cuarto, estoy cansado también y quiero descansar.
JungKook asintió y en cuanto YoonGi salió sonrió feliz. Sin poder ponerse siquiera el pijama, se quedó dormido pensando en lo que haría mañana para despejar su mente.
Ángel&Demonio
Miércoles 14 de mayo de 1952. El Castillo del Infierno.
Seok Jin bostezó más de aburrimiento que de cansancio mientras veía a las trillizas hacer algo que no entendía y a JiSoo pintarse las uñas. Le había ofrecido pintar sus garras pero él se había negado rotundamente. Los colores que ella tenía no eran de su agrado.
JiMin, a su lado, leía un libro apoyado contra su brazo izquierdo. A diferencia suya no estaba en su forma demoniaca, sino en la humana y con un tapado de piel sobre los hombros. La habilidad de su hermano de metamorfosearse a su antojo era envidiable. Podía ser quien él quisiera y no le tomaba más de unos segundos. Era una gran habilidad, aunque Jin sabía que la había perfeccionado desde muy pequeño al odiar su forma demoniaca. JiMin odiaba verse horrible, mientras que las formas demoniacas de sus hermanos no eran así.
TaeHyung apareció medio arrastrándose por la alfombra en su forma demoniaca.
-¿Y a ti qué te pasa?-preguntó JiSoo mirándolo.
-Tengo mal de amores-dijo TaeHyung con la cabeza apoyada en la alfombra.
-¿Otra vez peleaste con HoSeok?-preguntó JiMin sin despegar la vista de su libro.
-¡Pero es su culpa! ¡Es un idiota!
-Siempre lo es-suspiró Seok Jin-El día está muy aburrido.
-Has algo para divertirte-opinó JiSoo mientras comenzaba a pintar las garras de TaeHyung quien no hacía nada más que lamentarse contra la alfombra.
Jin lo pensó detenidamente y al final decidió ir un rato a la Tierra. Un viaje ahí lo animaría un poco más antes de regresar a casa.
JiMin se quejó cuando se levantó de repente y cayó al sillón. Jin rio y simplemente se marchó de ahí para buscar diversión en la Tierra.
Ángel&Demonio
Miércoles 14 de mayo de 1952. Buenos Aires, Argentina.
JungKook se sintió a punto de estallar ante las bromas del demonio. Había optado por bajar a la Tierra ese día (algo que decidía en raras ocasiones) para pasar un tranquilo día en compañía de los humanos, como unas vacaciones (aunque casi lo eran ya que tenía dos días libres). Sin embargo no pudo estar demasiado en paz cuando descubrió un demonio que osaba a atreverse a causar un accidente que involucraba pequeños niños. Niños inocentes.
En esos años de entrenamiento, había aprendido a valorar más a los niños. Pero no como los seres puros que Dios decía que eran, sino como el futuro de la creación de Dios. Si el futuro moría, todo moría con ellos. Y su deber como Serafín era asegurar que Dios y su creación ahora que no había ningún Ángel cerca.
Los salvó del terrible accidente que se daría y encaró al demonio en cuanto pudo alejarlo del gentío que se acumulaba. Lo empujó contra una pared, su sangre hirviendo en furia al verlo tan tranquilo y divertido con todo. Como si fuera una broma y no estuviera arruinando su tranquilo día.
Él solo quería descansar pero no podía hacerlo si ese demonio estaba causando caos. Tampoco ignorarlo y dejar que lastimara a aquellos a los que Dios tanto amaba.
-¿Qué rayos planeabas hacer, inmundo demonio?
Los demonios, según la historia que le contaron, fueron la creación de un Ángel caído llamado Lucifer. Ellos buscaban todo lo contrario a los seres celestiales, lo que los convertía en sus enemigos naturales. Ser gentiles con ellos no servía de nada. El bien y el mal eran algo difícilmente compatible.
-Oh, vaya, pero que boquita más sucia tiene este lindo Ángel.
-Soy un Serafín, para tu información-corrigió resistiendo las ganas de golpearlo-y eso no responde mi pregunta.
-Oh, lo siento, no sabía que era mi obligación responder una pregunta insignificante de un ser que parece palomita blanca-frunció el ceño, tenía que resistir, ese idiota solamente lo estaba provocando, no debía caer.
Los demonios hacían eso: provocaban, tentaban a los seres como él. JungKook solo tenía que ser más inteligente y no caer en sus trucos.
-Lo que sea, vete de aquí ahora.
-¿O qué?-bien, su poca paciencia se acabó en ese instante con esa voz desafiante y ese rostro burlón; su puño fue directo a él pero fue atrapado-Oh, el Angelito tiene agallas. Qué sorpresa.
-Suéltame, imbécil-pidió molesto forcejeando para escapar de sus sucias garras demoniacas.
-No, no, pequeño. Esas palabras no quedan bien en una boquita tan hermosa como la tuya-intentó darle un rodillazo pero nuevamente fue bloqueado-¿Por qué no pruebas con decir mi nombre? Seok Jin se vería mejor saliendo de unos labios tan delicado como los tuyos, precioso.
-¿Y tú por qué no pruebas con decir mi nombre en vez de esos horribles apodos? Soy JungKook, el Serafín que te dará una paliza si sigues hablándome así.
-Oh, qué interesante y yo que pensé que todos los seres celestiales eran de paciencia infinita y pacíficos hasta la muerte. Veo que me equivoqué-JungKook estaba seguro que no era la primera vez que ese demonio se encontraba con alguien como él, por algo se burlaba de esa manera.-Pero sacando eso de lado ¿qué hace un hermoso Serafín en la Tierra? No es muy común visitas como las tuyas.
Claro que no. Los Serafines estaban la mayor parte de su tiempo en el Cielo y al servicio completo de Dios. En la Tierra solo iban los de la tercera jerarquía y algunos de la segunda.
-No te importa-logrando soltarse lo miró con odio-te estaré vigilando, Seok Jin, has algo en contra de los humanos y te las verás conmigo.
-Oh, mira como tiemblo, ayuda.-el demonio carcajeó con burla, sonriendo altaneramente-Nos vemos, JungKook.
Al desaparecer, el Serafín se lamentó de no poder haberle dado un golpe a ese idiota de Seok Jin.
¿Quién se creía para hablarle de ese modo? Nunca antes se había encontrado con un demonio antes, pero ahora que sabía cómo eran prefería no volver a cruzarse con ellos otra vez.
Lo peor es que por primera vez se sintió furioso con alguien como nunca antes lo había estado. Ese idiota parecía sacar lo peor de todos, sin duda alguna.
JungKook suspiró y se quedó rondando cerca. Si volvía a ver a Seok Jin por ahí le daría la paliza de su vida.
Y creo que aqui se ve que la historia de Lucifer no es del todo justa. No dice muy bien qué pasó ya que Lucifer nunca fue ángel caído, se convirtió en demonio siendo todavía Querubín.
En el próximo la historia de Jin y Jk, nos vemos! besos❤️
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