Precuela. Capítulo 13: El vacío de alguien no amado
A sus diecisiete, como era la costumbre para cada ser celestial, JungKook pasó por la prueba para saber su rango. Por lo general todos nacían sin alas y dichas alas se las ganaban dependiendo su rango. No había registros de ningún ser que naciera ya con alas…bueno, los demonios quizás, pero nadie más. La oscuridad traía consigo la impureza y por eso ellos nacían con su forma demoniaca acompañándolos desde siempre. Los seres celestiales no.
Las pruebas no eran difíciles, un teórico y una prueba práctica. JungKook no demoró demasiado en hacer el teórico y tan pronto se vio libre se marchó. Sus compañeros se quedaron revisando varias veces el examen, ellos querían pertenecer a la primera jerarquía. A JungKook le daba exactamente lo mismo pertenecer a la primera jerarquía, a la segunda o a la tercera. Él solo quería que ya le dieran un rango y sus tareas para tener algo para hacer en el día.
La vida era demasiado aburrida sin nada para hacer. Y tampoco hablaba con alguien como para que el día pasara más rápido. Estaba solo.
Sus compañeros comenzaron a salir. Eran demasiados y las notas y rangos se entregaban en dos días a todos. No estaba ansioso ni emocionado al respecto, no como sus compañeros que salían hablando al respecto, comparando respuestas y demás cosas. Ninguno se acercó a él. No le extrañaba, él siempre se alejó de todos.
Vio a la distancia a los hermanos Caín y Abel observando a los niños. Ellos habían estado presentes en los exámenes, cuidando que ninguno se copiara. Aunque todos eran lo suficientemente buenos niños como para no copiarse. Ellos solamente estuvieron ahí para…bueno, para nada.
-Según tus maestros fuiste el primero en entregar tu examen, JungKook-dijo Dios acercándose a él.
JungKook se levantó por respeto y le dedicó una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos.
-No era tan difícil como esperaba.
-Aún falta el práctico-dijo él-Y según tu maestro has entrenado mucho.
-Lo necesario, diría yo. La mayor parte del día lo invierto en leer libros de todo tipo, Señor.
-El conocimiento es bueno, dicen que no ocupa espacio-JungKook rio suavemente por la pequeña broma.
Aunque realmente no le hizo gracia.
-Intentaré dar lo mejor de mí en el examen práctico-en ese momento los maestros los llamaron para entrar-Ya es hora, Señor. Que tenga un buen día.
-Suerte, JungKook.
JungKook sonrió y se marchó para su examen práctico.
Ángel&Demonio
Dos días después llegaron los resultados de los exámenes. Todos habían sido reunidos ahí para dar los resultados. Pasarían al frente para separarse en tres grupos y luego se irían a entrenar con la jerarquía que les tocara. De todos, él era el último de sus compañeros de orfanato en pasar. Todos ellos habían terminado repartidos en la segunda y tercera jerarquía. En la primera solo había uno solo. Apenas estaba de pie, junto a Caín y un Querubín que no había visto antes, un chico de ojos pequeños y de piel demasiado pálida. JungKook se preguntó si seguía con vida.
-JungKook-llamó su maestro.
JungKook se levantó y subió para recibir su rango. Su maestro sonrió al verlo, él no se sentía feliz ni nada parecido. Él solo quería irse ya.
-Felicidades-dijo una mujer, la maestra de otro grupo-de ahora en adelante serás un Serafín.
Ella le dio un medallón con su rango. Por lo general los seres celestiales lo guardaban como un premio y ponían en sus prendas, él pensaba dejarlo en un baúl al fondo. Tirarlo no quedaría bien.
Caminó hasta estar al lado del chico de ojos pequeños para descubrir que ese año ellos eran los únicos que serían entrenados en la primera jerarquía.
Y como aprendices en ese primer año, fueron puestos juntos en una habitación hasta que pudieran llevar a cabo sus tareas ellos solos. JungKook llevó lo poco que tenía en el orfanato hasta esa habitación que era más grande y linda que la que tuvo. Dejó ordenados sus libros y notó que el chico lo miraba.
-No nos hemos presentado-comentó el futuro Querubín-Mi nombre es YoonGi.
-Soy JungKook-respondió mirándolo.
-Un placer, JungKook. Y ya que seremos compañeros de cuarto en este año, solamente quería que sepas que no soy de hablar más que lo necesario.
-Entonces nos llevaremos bien-dijo JungKook sonriendo suavemente.
Efectivamente se llevaron bien. JungKook encontró agradable la compañía de YoonGi y solían compartir tardes silenciosas de lectura. Practicaban por horas con los de la primera jerarquía antes de descansar en su habitación, donde la mayor parte del tiempo leían. Compartían pocas charlas, entre las cuales estaba debatir sobre algo que hubieran leído.
Para JungKook, YoonGi era el primer amigo que había tenido en toda su vida. Y pensó que lo perdería cuando empezaran a ejercer como Querubín y Serafín pero fue todo lo contrario. Ellos continuaron con su amistad, compartiendo paseos y hablando más de las experiencias que iban ganando en el Cielo con sus tareas encomendadas por Dios.
Tras los primeros años, su amistad se fortaleció y entonces JungKook le contó parte de su vida en el orfanato. YoonGi compartió la suya con él, contándole de sus padres y que estos eran demasiado grandes ya, por lo que planeaban jubilarse.
Y cuando eso pasaba, ya nadie volvía a ver a sus padres. La jubilación era el suicidio. La muerte los llevaba a un mundo de almas, donde también iban las humanas, a convivir eternamente ahí luego de que su propósito en el Cielo fuera realizado. JungKook se preguntó si sus padres se habrían jubilado y por eso nunca supo de ellos.
Una noche, mientras miraba las estrellas, JungKook se preguntó en la soledad que lo rodeaba, y recordando lo dicho por YoonGi, si él fue realmente amado alguna vez.
Dios estaba ahí los fines de semana, jugaba tanto con él como con otros chicos y decía amarlos. Pero realmente…JungKook jamás sintió ese amor. No se sentía cálido, no se sentía nada especial. Era solo una palabra más y ya. No podía sentir nada cuando le decían que era amado, que era querido, porque realmente no le llegaba ese sentimiento. No llegaba a sentirlo como hubiera deseado. Como dicen los demás que se siente. Como hablan los libros.
JungKook nunca supo lo que era ser amado por alguien. Él ya había asumido que jamás tuvo ni tendría padres. Y era porque ya nadie podría criarlo, porque era un adulto; ya nadie podría protegerlo, porque podía cuidarse a sí mismo; y nadie podría amarlo, porque realmente no sentía que pudiera ser amado y sentir que realmente lo era.
Aunque secretamente soñaba con un amor como el de los libros, con alguien que solo tuviera ojos para él y fuera su todo. Con alguien que lo considerara el centro de su mundo, que lo hiciera sentir especial, que era el oxígeno y su vivir. Quería ser realmente amado y no la mierda que Dios le decía.
Quería sentir ese amor hasta en los huesos y ser capaz de morir por alguien más. Quería amar con todo el corazón y cometer las mayores locuras por ese amor.
Quería sentirse vivo por una vez y dejar de ser una máquina celestial que solo obedece órdenes.
Quería dejar de sentirse vacío.
Aquí explico con el medallón el Motivo por el cual Dios no puede transformar a distancia a alguien en un Ángel caído. Como verán, JungKook jamás portó consigo el medallón
Nos vemos! Besos❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro