Precuela. Capítulo 10: Adiós al Cielo, hola al Infierno
En cuanto Lucifer salió, la guerra se detuvo y lo miraron expectantes. Muchos creyeron que había logrado asesinar al Todopoderoso, pero cuando informó que él y los suyos solamente se marcharían, suspiraron aliviados.
Informó a su grupo que solo tenían dos horas para marcharse, así que debían volver a sus cuartos a tomar algo de importancia para irse de ahí. Él, antes de ir a su habitación, fue a la sección prohibida y tomó cuanto libro al azar pudo, algunos que había ya planeado llevarse.
Ya en su cuarto los guardó en un bolso, dándose cuenta de que había tomado el Libro Satánico Prohibido y consideró devolverlo. Sin embargo, ¿no era mejor tener una ventaja contra Dios en caso de necesitar ayuda contra él? Algo así como una amenaza, aunque no tuviera quien pudiera abrir el libro. Él lo intentó en ese momento por pura curiosidad y definitivamente no pudo abrirlo. Era como si alguien lo apretara con fuerza y no quisiera dejárselo leer.
-Lucifer-llamó Caín entrando a su cuarto, él guardó el libro en el bolso-necesito preguntarte algo.
-Anda, dime-dijo amable tomando un par de cosas más para meter en el bolso.
-¿Qué hay entre tú y yo?-Lucifer lo miró sin comprender-Nosotros… ¿qué somos?
-Amigos ¿por qué?-preguntó dudoso colgándose el bolso al hombro.
-Tú… ¿no sientes nada por mí?-Lucifer notó que debía ser cuidadoso con la respuesta y no dar siempre sus palabras directas.
-Yo…lo siento si te ilusionaste con lo nuestro…pero yo no te veo de la misma forma, Caín. Yo ya estoy enamorado de alguien más.
Los ojos de Caín mostraron más de lo que Lucifer hubiera querido ver. Y cuando desvió la mirada notó a Abel y Set en la puerta, ellos parecían haber ido ahí por su hermano, cargando cada uno una bolsa…salvo Caín.
¿Acaso no iría con ellos?
-Lucifer-dijo Belial desde la puerta-Ya casi están todos, hay que irnos.
-Enseguida voy-Belial se marchó y él miró a Caín-. Sé que te duele…pero si nos vamos, vas a volver a empezar, vas a conocer a alguien que te valore, Caín. Solo…vámonos y evita el castigo de Dios.
Lucifer extendió su mano para que Caín la tomara. Él lo miró y negando, dijo.
-Lo siento, hasta aquí llego yo.
Lucifer lo vio marcharse, al igual que Abel y Set. Él los miró a ambos esperando por una respuesta. Abel no dijo nada, solo se fue de ahí, Set fue el único que se quedó.
-Lo siento-dijo este bajando su bolso-pero yo…me quedaré con ellos.
Y antes de escuchar su respuesta, Set se marchó de ahí.
Ángel&Demonio
Caín sabía que el castigo que tendría serían sus alas. Lo sabía perfectamente. Pero le dolía más el hecho de que Lucifer no lo quisiera como él lo amaba. Y le dolía más saber que su hijo jamás conocería a su padre. El dolor nublaba su juicio y realmente consideraba que esas acciones eran las mejores para el futuro. Pero lo que no sería bueno sería volverse un Ángel caído estando embarazado. Eso mataría a su hijo y el de Lucifer. Por eso debía hablar con Dios.
Entró dudoso donde él estaba, sentado en su gran asiento majestuoso y murmurando cosas.Cain fue cuidadoso al hablar.
-Señor-él lo miró, Caín sabía que estaba al tanto de su traición-, vengo a hablar con usted.
-Solo tienen dos horas para marcharse-informó, un odio ácido saliendo de su boca.
-No me voy con ellos-informó, lo que llamó la atención de Dios-por eso vengo a hablar con usted.
-Habla-Dios se levantó de su asiento y se acercó a él.
-Estoy embarazado, estoy esperando un hijo de Lucifer-eso sorprendió a Dios, bien parecía ser que no tenía todo planeado en la vida-Y…sé que mi castigo es perder mis alas. Pero vengo a suplicarle para que espere a que tenga al bebé. La transformación, tengo entendido, es muy fuerte y podría matarlo. Yo no quiero perderlo…por favor, Señor-Caín se arrodilló ante él-Por favor, no quiero que mi hijo muera.
Sintió la pesada mirada de Dios sobre él y luego escuchó su suspiro, pero no habló. Tardó cinco minutos en hacerlo.
-Levántate, Caín, tu suplica ha sido ya escuchada.-él se levantó pero mantuvo la mirada baja-Te propongo un trato.
-¿Un trato, Señor?
-Sí. Te perdono y te libro del castigo a cambio de que me entregues al hijo que tendrás de Lucifer y me cedas su completa crianza, negándote a decirle la verdad sobre sus verdaderos padres y a tomar partido en algo referido a él.
Caín lo pensó. Si cedía su hijo entonces se libraría del castigo, pero si no lo hacía perdería sus alas y posiblemente a su bebé también. Él sabía que no era la mejor opción y que quizás hubiera sido mejor irse con Lucifer, con quien conservaría a su hijo y este habría tenido una infancia feliz. Pero el futuro era incierto incluso para los seres celestiales y Caín estaba cegado por su corazón roto.
-Aceptaré si libera a mis hermanos de este castigo también. Nadie sabrá nunca de esta ofrenda por nuestro perdón, Señor.
Dios lo miró calculadoramente antes de hablar.
-Acepto, pero por el momento ninguno tendrá derecho de volver a la Tierra.
-Muchas gracias, Señor-dijo Caín antes de salir de ahí para ir por Abel y Set.
Ángel&Demonio
Lilith llevaba días sin comer bien por los nervios de saber que Lucifer estaba llevando a cabo su revolución y ella no podía saber nada al respecto. Solo estaba ahí, viendo a Adán y Eva caminar juntos y compartir algunos momentos. Ella quería compartir lo mismo con Lucifer…solo que sin los engaños y mentiras de por medio.
Acarició uno de los conejos que solían rondar por la zona. El animalito se dejó mimar antes de marcharse. Para Lilith era complicado no pensar en Lucifer. Estaba preocupada por él. Por lo que había escuchado, Dios podría llegar a matarlo por su rebeldía. Ella no quería que muriera, no después de prometerle que sería suyo y que ella sería de él.
-Lilith.
Ella alzó la mirada para chocar con la roja de Lucifer. Sin detenerse a preguntar por qué su mirada azul ahora era roja, saltó para abrazarlo del cuello con fuerza. Aliviada de que haya cumplido.
-Estás aquí.
-Te dije que vendría por ti, cariño-susurró él abrazándola también-. Ahora hay que irnos…con la banda.
Lilith miró hacia atrás, donde Lucifer miraba, y descubrió un gran grupo de seres celestiales que le sonreían. Estaba por preguntar sobre ellos, ya que había escuchado de algunos y quería conocerlos, pero en ese momento todos cayeron de rodillas al suelo adoloridos tras una brillante luz que provenía de sus prendas. Lucifer se separó de ella y se acercó al que tenía más cerca que era un rubio alto y musculoso que de cierta forma daba miedo.
-Hermano, ¿qué…?-el gran tipo gritó y fue cuando Lucifer se dio cuenta-Maldito hijo de puta.
-¿Qué pasa?-preguntó Lilith acercándose a él.
-Los transformó en Ángeles caídos usando los medallones que nos dieron cuando recibimos nuestro rango. Sabía que portarla era un arma de doble filo, con él puede controlarnos-ella no conocía demasiado, pero por lo que veía era algo malo-Tendremos que esperar a que la transformación se detenga antes de marcharnos.
-¿Hay algo que pueda hacer?
-Solo…quédate a mi lado.
Lilith no lo dudó y se arrodilló a su lado, abrazándolo y apoyando su cabeza en el hombro de Lucifer.
Media hora después ellos habían dejado de gritar. En su lugar estaban cansados en el suelo intentando levantarse. Mefistófeles, que era el más grande de todos, se mantuvo en pie con esfuerzo y ayudó a Kasdave a levantarse. Lilith ayudó a las Ángeles, Arcángeles y otros seres celestiales a ponerse de pie. Lucifer agradeció su ayuda en silencio mientras ayudaba a sus hermanos. Todos, sin excepción, se deshicieron de los medallones que portaban.
-¿Ahora qué hacemos?-preguntó Semyazza mirando a Lucifer mientras se sostenía de él.
-Antes que nada salir de este lugar. Necesitaré que me esperen mientras construyo nuestro nuevo hogar-dijo Lucifer, Semyazza lo miró sin comprender-Se los explicaré después.
Aceptando lo dicho, todos se fueron caminando lentamente para salir del territorio de Dios e irse más allá de la tierra que habitaban Adán y Eva. Aunque todo era terreno de Dios, pero si Lucifer había leído lo suficiente y había aprendido de los libros de la sección prohibida, podía hacer un lugar donde solo ellos pudieran ir. Crear su propio mundo. Ahora tenía el mismo poder que Dios así que podría.
Caminaron por más de dos horas antes de llegar a un deshabitado lugar árido. Ahí dejó a los suyos antes de alejarse de ellos prometiendo que volvería.
Lucifer tuvo que teletransportarse a un sector donde pudiera estar en paz. Ya con sus nuevos poderes, tenía que buscar un lugar vacío donde fabricar su mundo. Abrió la brecha del universo y buscó un espacio disponible. Al hallar uno lo tomó y se lo adueñó, lo volvió suyo antes de ampliarlo y comenzar a crear lo que ahí habría.
Su mundo estaba debajo de la Tierra, era como un plano subterráneo y él lo usaría para volverlo inmenso y todo suyo. Su reino y de Lilith.
Creó su hogar primero, un lugar perfecto donde Lilith tuviera los lujos que le fueron arrebatados al ser creada. Luego hizo los de sus hermanos y luego se encargó de hacer pueblos con casas amplias, huertas y ganado, todo para que los demás pudieran habitar sin problemas y no les faltara nada. Hizo ríos, mares y montañas. Creo tierra fértil y animales de todo tipo, aunque la mayoría eran los mismos que habitaban la Tierra. Su sol estaba opacado al ser un plano subterráneo, pero sería lo suficientemente fuerte para que no fueran afectados por eso. Era su mundo perfecto.
Lo malo de eso…era que crear un mundo tomaba demasiada energía y ahora estaba casi a punto de desmayarse. Sin embargo había reservado energía para llevar a todos allí. Así que actuó rápido.
Fue por ellos y tras llevarlos a su castillo, donde estarían temporalmente, se permitió acostarse en un sillón y quedarse dormido.
Ángel&Demonio
Caín había caído en cuenta de sus decisiones luego de que el enojo y el dolor por Lucifer se esfumaran. Ahora no solo había perdido su libertad, sino también a su hijo. Y por eso se dedicó a llorar desconsoladamente en su habitación, donde Abel y Set lo encontraron. Ellos ya debían saber que no perderían sus alas.
-Hermano, ¿por qué…?-Abel se detuvo y se sentó a su lado-¿Lloras por él?
-Yo…no lo entiendo. ¿Por qué no te fuiste con él? Pudimos habernos ido-dijo Set sentándose a su otro lado.
-No valía la pena ir con un hombre que no sería mío-dijo Caín secando sus lágrimas.
-¿Acaso…te enamoraste de él?-preguntó sorprendido Set, Abel ni siquiera se sorprendió, para él parecía obvio.
-Sí…-Caín vio a su hermano desviar la mirada y la experiencia le dijo qué le pasaba-Acaso… ¿tú sentías algo por él?-Set no lo miró pero asintió-Maldito cretino.
Caín se levantó enfurecido. Su hermano estaba enamorado de la misma persona que él, aunque al final Lilith se lo robó. Pero saber que Set estuvo interesado en el mismo hombre que él…despertó su lado más posesivo y salvaje.
-Caín, jamás hubiera intentado nada de saber que lo amabas y que él…él…te amaba.
-Tienes suerte, no me ama. Pero a ti tampoco, porque ama a una sucia humana asquerosa. Una creación aborrecible-Caín hizo una mueca de asco-Igual que tú.
-Hermano, sabes que yo…
-¡Cierra la boca! ¡No quiero saber nada de ti! ¡Vete!-gritó enfurecido.
Set miró a su hermano Abel esperando que lo ayudara, pero este no le devolvió la mirada. Así que obedeció y se marchó, sabiendo que la desconfianza de Caín para con él no desaparecería fácilmente.
Caín, cuando su hermano se fue, se dejó caer al lado de Abel quien lo abrazó y permitió que llorara en su hombro.
-Sigo sin entender…por qué Dios nos perdonó-comentó en un susurro Abel acariciando su cabello.
-Porque accedí a darle y renunciar a mi hijo-susurró Caín, Abel lo miró sorprendido-Estoy esperando un hijo de Lucifer.
-¿Qué? Pero…es imposible. Él siempre se cuidaba.-Caín negó.
-Antes de que…lo hiciéramos los tres con él…tuvimos sexo y no se cuidó…No pensé que esto pasaría. Yo…no sé qué hice, Abel.
Abel se quedó en silencio acariciando su cabello. No iba a dejar a su hermano solo en esto.
Ángel&Demonio
Lucifer recobró el conocimiento durante la noche. No sabía cuánto durmió, solo que estaba en una amplia y cómoda cama y con Lilith al lado. Ella esperaba sentada en una silla a su lado, luciendo ya no asquerosos harapos, sino un vestido largo de color azul. Y su hermoso cabello había sido cortado hasta los hombros.
-Lucifer-dijo ella acariciando su cabello-, hasta que despiertas.
-¿Cuánto dormí?
-Tres días-dijo Lilith ayudándolo a sentarse-Todos te esperan en la sala para saber sobre este mundo. Creyeron que lo mejor era esperarte a ti.
-Bien, ¿puedes informarles que en un rato bajaré?-preguntó acariciando su mano.
Ella asintió, besó su frente y se encaminó a la salida.
-Ah, te dejé ropa en esa silla-señaló Lilith-Nos vemos en la sala.
Tras marcharse, Lucifer se levantó con cuidado de la cama y se vistió con el pantalón de lino y la bata que apenas se molestó en atar, dejándola abierta y mostrando su pecho. Salió del cuarto y se dirigió a la sala, donde todos lo esperaban. La sala parecía abarrotada de personas a pesar de que sus dimensiones no eran precisamente pequeñas. Lilith se acercó a él y tomó su mano.
-¿Te encuentras bien? ¿No quieres comer algo? Logré sacar algo de las huertas del castillo-dijo Lilith buscando con la mirada un asiento para él.
-Estoy bien-Lucifer alzó su mano y besó el dorso-Tengo cosas que hacer, después comeremos.
Lilith asintió y se quedó a su lado. Lucifer miró a todos los presentes, entre los que reconoció a sus hermanos, ya todos con las energías renovadas.
-¿Qué hacemos ahora, hermano? No nos has dicho dónde viviremos-dijo Belial sosteniendo de la cintura a Penemue.
-He fabricado castillos para mis hermanos, donde gobernarán una parte de este mundo. Hay casas amplias y cómodas para los demás, hay tantas que hasta sobrarían y más del 70% quedarían vacías. Yo me encargaré de llevarlos a cada quién a su reino. Los hermanos Grigori compartirán uno-los siete hermanos asintieron-Así que el resto debe elegir el reino donde querrá vivir: el de Belial, Semyazza, Mefistófeles o los Grigori. Yo me encargaré de revisar los cuatro reinos como encargado de este mundo, así que yo no tendré un reino aparte como ellos-básicamente porque su reino lo era el mundo entero-Pero al estar ahí…tienen la opción de transformarse en demonios. Yo puedo transformarlos. Eso los volverá más fuertes que ahora y permitirá tener nuestra propia raza distintiva para rivalizar con el idiota de arriba.-todos sonrieron y asintieron-Pero hay algo que deben saber, la transformación es dolorosa y hay una mínima posibilidad de que mueran. Por eso, quien no esté de acuerdo con volverse demonio, podrá decírmelo al llegar a su reino. Aceptaré su decisión.
Ahí detectó miradas dudosas del resto, pero no en sus hermanos. Ellos estaban decididos a seguirlo hasta el final de todo.
Cuando todos se separaron para decidir en qué reino vivirían, Lucifer emprendió marcha para mostrarles ese mundo y dónde vivirían de ahora en más.
Ángel&Demonio
Le tomó seis días transformar a todos tras dejarlos en los correspondientes reinos y darles a sus hermanos un libro prohibido, pidiéndole que lo leyeran. Ahora podía estar a solas con Lilith, quien secretamente había esperado para que la transformara también. Pero a diferencia de los demás, con ella ni siquiera lo intentó. Eso fue algo que le llamó la atención.
-Lucifer-dijo cuando él se acostó agotado en el sillón luego de ayudarla a limpiar las habitaciones usadas-¿Cuándo me transformarás?-Lucifer la ignoró-Lucifer.
-No voy a transformarte, Lilith.-suspiró-Siendo humana no hay muchas posibilidades de que sobrevivas a la transformación.
-Pero hay posibilidades de que sí-dijo ella mirándolo.
-Lilith-Lucifer suspiró y se sentó-Si algo aprendí de tanto leer sobre artes oscuras, es que no son cosas que uno puede usar para jugar. Transformarte arriesga tu vida porque es un procedimiento doloroso, como todo lo relacionado a este mundo de oscuridad en el que me metí.
-Sé que es arriesgado, pero como tu pareja, tengo derecho a conocer y meterme en ese mundo.-Lilith tomó su mano-Donde tú vayas yo iré, Lucifer, no importa dónde sea. Y si debo arriesgar mi vida para meterme en ese mundo de oscuridad, lo haré. Porque solo así seré lo suficientemente fuerte para gobernar a tu lado, para estar contigo y entenderte.
Sí, ella podría entender muchas cosas que difícilmente uno podría explicar en palabras, pero el precio que podría pagar sería letal.
-Lilith, no…lo siento, no puedo arriesgar tu vida…no ahora que puedo tenerte-ella tomó su rostro y le sonrió.
-Bien…pero al menos…enséñame sobre tu mundo.
Lucifer sonrió y tomó sus manos para llevarla a la biblioteca.
Por ahí podrían empezar.
Y aquí se explica hasta el Odio de Caín con Set y su desconfianza a raíz de la posesividad de Caín
nos vemos en el próximo! Besos❤️
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