Cuarta temporada. Capítulo 10: El regreso de los cazadores
No solo regresaron los cazadores, sino también Kumiko :v Aunque yo ya había regresado con un ff de SVSSS jajajajaj
Martes 15 de febrero de 2056. En una casa de fin de semana.
Exael no iba a seguir en el Vaticano luego de ser atacados. Tampoco sería lo suficientemente estúpido como para arriesgarse a luchar solo. Lo mejor que podía hacer era llevarse a Set lejos de ahí, a un lugar seguro, y solicitar ayuda para JiHoon y Luzbel. Ya él solo no podría hacer nada, pero si su hermano movilizaba a la población mundial que tenía por familia seguramente algo harían.
—Exael, tenemos que hacer algo. No podemos quedarnos aquí—dijo Set quien se veía ansioso.
Posiblemente porque temía por el bienestar de JiHoon. Exael también temía por el bienestar del chico. Siendo un Ángel Caído no tenía muchas herramientas para defenderse, menos contra los cazadores. Tal vez si usara a Luzbel de carnada o escudo haría algo, pero JiHoon jamás haría nada como eso.
—Quédate aquí, nuestra ayuda ahora es inútil. Comunicaré de esto a Alex, él hablará con el idiota de Lucifer.
Para tranquilizarlo corrió el cabello que le cubría la frente y besó su sudada frente. Set cerró los ojos un momento, disfrutando de la sensación, y apretó su mano.
—No te vayas muy lejos—pidió.
Exael sonrió y sacó el celular de su bolsillo.
—Estaré a unos metros de aquí, tranquilo cariño.
Literalmente solo se alejó unos pocos metros para poder hablar por celular. El número que tenía marcado era el de Alexander. Tenía más agendados pero el único en quien confiaba que lo atendería enseguida sería su sobrino humano. Era el único que siempre atendía las llamadas. A los otros podía matarse llamando y jamás atenderían una maldita llamada.
—Tío—respondió su hermoso sobrinito con quien siempre podía confiar.
—Alex, necesitamos ayuda. Bueno JiHoon y Luzbel. Lo que tienes que saber: en la biblioteca del Vaticano, los cazadores. Están aliados a Dyker.
Hubo una breve pausa del otro lado del teléfono.
—Ok, esto es demasiado para procesar. Se lo comunicaré al abuelo. Set y tú están bien, ¿verdad?
—Nosotros sí, pero Luzbel y JiHoon no sabría decirte. Sería bueno si se apresuran a ir.
—Bien, en caso de necesitarlos los llamaremos. Cuídense.
Y Alex cortó la llamada.
Exael suspiró, ¿para este desastre lo devolvieron a la vida?
Ángel&Demonio
Martes 15 de febrero de 2056. El Vaticano.
El ataque fue repentino, JiHoon podía decir con certeza que su plan de infiltrarse había sido olido a kilómetros de distancia. Todos estaban preparados para sus llegadas, como si supieran que irían ahí. ¿Los habrían visto en la televisión? No sería raro. Además, si los cazadores a los que se enfrentaban eran aquellos que sobrevivieron de la masacre que hicieron años atrás, entonces recordarían sus caras. La de Exael y Set sobre todo, quienes se habían infiltrado a sus laboratorios y ayudaron a atacar desde adentro.
La bala que rozó la piel de Luzbel no estaba llena de veneno, por lo que el híbrido fue capaz de enfrentarse a aquellos cazadores que se lanzaron a atacar. JiHoon tuvo que hacerse un vendaje improvisado para detener la hemorragia de su hombro al menos por el momento en que buscaban una oportunidad para huir o ser rescatados. A este paso deberían ser como doncellitas en peligro que esperaban a ser rescatados.
JiHoon sabía que el peligro estaba a la vuelta de la esquina, pero no tenía las armas suficientes para luchar contra los cazadores. Lo único que había logrado llevar fue un conjunto de cuchillas pequeñas para lanzar. No serviría de mucho contra personas que tenían armas cuyas balas podrían hasta arrancarles un brazo.
Luzbel luchaba para protegerlo y JiHoon, para no dejarlo solo, decidió usar las cuchillas para ayudarlo. El híbrido se notaba con experiencia, luchando sin ningún problema y esquivando las balas. Pero sus reflejos no eran perfectos. A pesar de que las balas no habían traspasado su cuerpo, sí lo habían cortado y cada corte sangraba, manchando la tela de ropa que lo cubría. También sabía que cada corte le dolía, lo podía notar en la forma en que sus movimientos se habían vuelto más lentos a raíz de eso. Luzbel ya no estaba atacando con la misma ferocidad y velocidad de antes.
JiHoon tenía que pensar en algo para que los dos pudieran salir con vida de ahí. ¿A dónde podía llevarlo para que estuvieran a salvo? Dependía de Luzbel para teletransportarse pero si el chico se desmayaba no podrían ir a ningún lado.
Se lanzó a Luzbel, matando a uno de los cazadores con su cuchilla, y lo lanzó a uno de los cuartos al azar.
—Tenemos que irnos de aquí. Piensa en cualquier lugar pero vámonos lejos—dijo JiHoon desesperados.
No tardarían demasiado en ir por ellos y si seguían dudando terminarían por matarlos.
Luzbel tomó su mano con fuerza, como cuando se teletransportaban a cualquier lugar. Ya sea para pasear o de vacaciones. Pero pronto el híbrido sorprendido abrió los ojos.
—¿Luzbel?
Se agacharon cuando los disparos volvieron. Luzbel gruñó, lanzando a un costado a JiHoon para mantenerlo a salvo. Sin decir una palabra, tomó la mesa del centro y la lanzó a ellos. La mesa no era de madera, era de un material increíblemente duro y pesado que cubrió la puerta por donde ellos podían entrar. JiHoon podía escuchar los golpes y disparos contra la mesa y se preguntó si esa era la mesa más dura del mundo.
—¿Por qué no nos fuimos?—preguntó acercándose a Luzbel.
Apenas podía mover el brazo cuyo hombro le habían herido. Cuando Luzbel lo lanzó para salvarlo terminó cayendo de costado y se golpeó ese hombro. El dolor que seguía sintiendo era insoportable, pero debía aguantarlo si quería salir con vida de ahí.
—No puedo. No sé qué están usando, pero no puedo teletransportarme—informó Luzbel—. Tenemos que hacer algo antes de que tiren esa mesa abajo.
—¿Qué? No tenemos nada para luchar. Sin armas, arrinconados como ratas.
—Todavía tienes cuchillas.
—Luzbel, ¿de qué mierda me sirve eso? Solo me quedan cinco, no puedo hacer nada contra ellos que tienen armas de fuego.
—Dame dos, solo necesito eso. Yo crearé una brecha y tú te alejarás.
—Ajá, muy valiente de tu parte, pero si ellos nos esperaban de acá ¿no pensaste que posiblemente tengan rodeado cada pasillo? Si es así lo único que podría salvarme sería teletransportarme, pero no puedo hacerlo. Así que o nos vamos juntos de acá o morimos los dos.
Luzbel sonrió mientras él le daba dos de las cinco cuchillas que le quedaban.
—Qué romántico de tu parte—bromeó y JiHoon resopló.
—¿En serio? ¿Incluso en estos momentos te vas a comportar como un idiota?
—Es mejor reír que estar llorando y asustado—dijo Luzbel encogiéndose de hombros.
JiHoon suspiró y tomó una de sus cuchillas para cubrir a Luzbel en cuanto derribaran la mesa.
Maldita sea, que Exael haya ido por ayuda o morirían ahí mismo.
Ángel&Demonio
Martes 15 de febrero de 2056. El Castillo del Infierno.
En cuanto Alexander pasó el mensaje de Exael, todos se movilizaron en el castillo de Lucifer. Demonios iban y venían de un lado a otro, buscando armas de todo tipo y tamaño. Kalrax miraba todo con curiosidad, pensando que ya habían encontrado a su esposo o su hija, o ambos, pero que no estaban en un lugar sencillo y por eso debían armarse.
Fue con Lucifer para solicitar más información, si él pudiera enviar más hombres sin duda alguna ayudaría más. Pero Lucifer negó con la cabeza.
—Todavía no hallamos a ninguno. Es solo que los que rastreaban a tu esposo o hija en la Tierra se metieron en problemas.
—¿Qué tipo de seres van a enfrentar como para armarse tanto?—preguntó Kalrax sorprendido.
—Humanos.
Kalrax: ...
—No me mires así—suspiró Lucifer—. Esos humanos fueron un dolor de bolas hace años. Por más que los superamos en fuerza y poder, ellos lograron crear armas capaces de lastimarnos. Sin contar que son como hormigas que se reproducen y salen en grupo a joder.
—¿Podrías contarme más al respecto? Tal vez haya algo que pueda hacer.
—Los cazadores son un grupo de humanos que capturaron a uno de los nuestros y experimentaron con él hasta que crearon armas capaces de poder contra nuestro poder. Venenos, cuchillas, lo que imagines lo crearon para poder luchar contra nosotros. Hace años buscaban atrapar a mi nieto, Luzbel. Siendo un híbrido consideraban que conseguirían mejores armas experimentando con él. No contaron con que esta familia haría todo lo posible por salvarse y terminamos destruyéndolos desde adentro.
»Si bien pudimos matar a la mayoría, lo cierto fue que varios escaparon y se quedaron en las profundidades del anonimato. Nuestra familia continuó la búsqueda, esperando poder hallarlos y terminar con todos ellos. Sus ideales eran un peligro y el conocimiento que todavía tenían podía ponernos en peligro en el futuro.
»Cada tanto hallábamos uno o dos de ellos por año y los matábamos antes de que siquiera pudieran volver a escapar. Nos asegurábamos nuestra paz y evitar más tragedias como las que nos hicieron vivir. Ellos se llevaron a dos de mis hijas durante el tiempo que duró nuestra guerra y eso fue algo que no podía perdonar. Creo que es algo que entiendes bien.
»Pensé que no quedaban demasiados, pero si volvieron a formar un equipo entonces es probable que los que quedaron les hayan lavado el cerebro a otros idiotas. O bien ya lo venían haciendo y recién ahora, con Dyker como aliado, se animaron a mostrarse otra vez. Sea como sea, serán un dolor de ano que desearás no volver a tener.
Kalrax lo escuchó atentamente a cada palabra, como si pensara en alguna manera de ayudar. Pero además de enviar hombres, no podía hacer nada más. Lucifer palmeó su hombro y, sin palabras, le dijo que no se preocupara.
Ellos iban a poder con los cazadores. Pudieron una vez, obviamente podrían una segunda.
Ángel&Demonio
Apenas Kumiko supo dónde estaban Luzbel y JiHoon, junto con Mammón y Purnix comenzaron la búsqueda. Purnix no estaba muy acostumbrado a la tecnología así que el pobre chico parecía más un secretario yendo y viniendo, trayendo las cosas que Kumiko le pedía.
De uno de los baúles más alejados, en un rincón de su cuarto, Kumiko guardaba todo tipo de mapa habido y por haber. No sabía para qué le serviría, pero ella siempre mantuvo guardado todo ese tipo de cosas con la esperanza de que algún día fuera útil. Y mira ahora, sí terminaron sirviendo. Después de siglos acumulando polvo.
—¿Este?—preguntó Purnix llevando consigo un mapa grande y que se veía viejo.
Si no fuera porque Kumiko los enmarcaba el mapa hace mucho tiempo que se hubiera hecho polvo.
—Sí, ese—Kumiko lo tomó y lo colocó sobre la mesa que había hecho que Mammón llevara para que pudieran trabajar.
—¿Cómo es que tienes un mapa del Vaticano tan detallado?—preguntó Mammón viendo el mapa sobre la mesa.
—Le hice copia al que tenía mi tío Exael. Él y mi tío Kasdave siempre tuvieron los mejores mapas. Nunca supe de dónde los conseguían, pero no importaba si podía hacerles copias y guardarlos—explicó Kumiko comenzando a estudiar el mapa frente a ella—. Por lo que Alex dijo, ellos debieron estar aquí. Es una zona amplia pero un solo sector. Si tenemos en cuenta eso...entonces podemos hacer una ruta de escape. El caso es que deberíamos hacer un plan ahora lo mejor que podamos para ir a sacarlos en caso de que se metan en problemas por ir por Luzbelín y JiHoonín.
—Encontrar una ruta de escape no es el problema, aquí se ve uno—dijo Mammón a su lado, señalando con su dedo de la ruta de escape de la que hablaba—. Lo que va a costar un poco es hacer un plan de emergencia para sacarlos de ahí sin que nadie sea atrapado en el proceso. Lo que va a estar difícil si tenemos en cuenta de que estaremos rodeados y posiblemente Dyker esté ahí.
—No es algo que no haya pensado ya...Vamos a necesitar separarnos—dijo Kumiko mientras seguía mirando el mapa—. Purnix, es mejor si te quedas. No necesitamos otro hijo de Kalrax secuestrado. Mammón, nosotros deberíamos ir, seríamos lo únicos que conocemos la ruta de escape.
—Dame unos minutos, creo que tengo algo en mente que pueda ayudar y para eso tengo que hablar con mis hermanos—dijo Mammón caminando hacia la salida.
—¡No tardes!
Mammón alzó la mano para despedirse y Kumiko se quedó ahí revisando el mapa.
—Kumiko—llamó Purnix.
—¿Sí?
—¿Él es tu novio?
—No, ¿por qué?
—Es que...lo parece. Te mira de la manera en que solo vi a mis padres mirarse—comentó Purnix mirando el mapa.
Aunque no parecía entender nada de lo que estaba en el mapa.
—¿Sabías que no eres el primero en decirme eso? Ya muchos me lo dijeron, pero creo que están mal. Es la forma de ver de Mammón.
—Él no mira así a los demás.
—Purnix, sé que muchas veces no soy seria al hablar, pero estamos en una situación delicada y no estoy como para hablar de cosas que no vayan al caso. ¿Podemos concentrarnos en esto?
—Por supuesto, sí—dijo Purnix, dejando el tema de lado para pensar juntos en un buen plan que sacara a todos de ese gran problema.
Kumiko realmente no tenía tiempo para pensar en las miradas de Mammón.
Ángel&Demonio
Martes 15 de febrero de 2056. El Vaticano.
Seok Jin había decidido ir con JungKook a ayudar a su hijo y JiHoon en el desastre que se habían metido. Pero no podían decir nada, después de todo los cazadores habían sido una gran sorpresa para todos. Nadie se había esperado que Dyker se uniera a ellos para quitarse de encima a Kalrax. ¿Tan fuerte había sido su odio como para llegar a este punto?
No pudieron teletransportarse hacia donde sabían que podrían estar Luzbel y JiHoon, principalmente porque algo se los impedía. Pero ir a lo más cerca no fue un problema. Solamente tuvieron que matar a un par de personas en el camino y listo, nada que no hubieran hecho antes. Lo malo de toda esa matanza era la persona que tenía que limpiar el piso después. Tanta sangre era mejor limpiarla ya o empezaría a apestar el Vaticano. No sería un olor agradable.
JungKook iba atrás de Jin para cubrirlo mientras derribaban puertas y se preparaban para ser emboscados. Ellos sabrían que irían, no creían que se hubieran perdido el hecho de que Exael y Set se habían ido. Ellos sospecharían que habrían ido por ayuda y efectivamente los reconocerían como la ayuda. Además, si recordaban todavía sus caras, recordarían que eran los padres del niño híbrido al que quisieron robar hace mucho tiempo. Y como en aquella ocasión, no dejarían que se llevaran a su hijo. A pesar de que ese híbrido ya no era un niño y posiblemente seguía siendo tan problemático como antes.
Eso era todo de JungKook, Seok Jin nunca fue tan problemático. Era más despreocupado.
—Kook—susurró Jin deteniéndose frente a una puerta.
JungKook lo hizo también, mirando a Seok Jin. Él le hizo una señal para que no hiciera ruido y de su espalda sacó un arma pesada cuyas balas de alto calibre harían una gran fiesta del otro lado.
Quitó el seguro y disparó cinco veces. Los agujeros en la puerta eran del tamaño de un puño chico y podía verse del otro lado. Seok Jin sonrió cuando escuchó los gemidos lastimeros de los cretinos del otro lado. De una patada abrió la puerta y ahí se encontró con partes varias y sanguinolentas de los cazadores. Sin contar los pocos que todavía respiraban. Una parte de sus cuerpos se habían ido con alguno de los cinco disparos.
JungKook se encargó de terminar de asesinarlos antes de seguir, tomando algunas de las armas en el proceso. Sus armas eran buenas, no había que menospreciarlas. Y además usar sus habilidades en contra sería mucho más divertido. Ellos habían creado y usado las armas que también les arrebataría sus inmundas vidas.
Volviendo a colgar el arma en su espalda, Seok Jin usó de las más pequeñas para asesinar a todos los cazadores con los que se cruzaban. JungKook hacía escudos o usaba una katana para evitar que las balas llegaran a Jin. Eran un buen dúo en batalla.
—¡Malditos demonios!—gritó un cazador sacando una bazuca de su espalda.
Una bazuca nada normal y que seguramente no dispararía una vulgar explosión de la cual podrían protegerse.
Cuando estaba por disparar, un corte rápido y preciso lo dejó sin uno de sus brazos. Otro corte rápido lo decapitó y su cabeza rodó por el suelo.
Bjorn se acercó mientras Caín sostenía la espada que había matado al cazador.
—Que buena arma—dijo tomando la bazuca—. ¿A cuántos de ellos mataríamos de un solo disparo?—preguntó a Jano que iba detrás de él.
—Lo averiguamos después, vinimos aquí por Luzbel y JiHoon—dijo su gemelo quitándole la bazuca.
—Sí, hiciste bien—opinó Caín suspirando—. A veces se comporta como un idiota. Igual que su padre.
—Dinos algo que no sepamos—rio Jano.
—Papá, ¿qué hacen aquí?
—¿En serio creías que vendrían ustedes solo a rescatar a esos dos? Según tengo entendido estos tipos no son fáciles y encima se están metiendo con mi nieto—dijo Caín apoyando la espada en su hombro mientras a su otra mano la apoyaba en su cadera—. Nosotros nos encargaremos de distraerlos en lo que van por ellos. Sálvenlos y en cuanto los tengan y se los lleven nos iremos.
—¿Cómo sabrán que los hemos salvado?—preguntó Seok Jin cuando los tres se disponían a irse.
—Alguien vendrá por nosotros, no se preocupen—dijo Jano mientras se alejaban.
—Mammón irá por ellos—dijo Kumiko.
Si no fuera por sus reflejos, Seok Jin ya le hubiera disparado por el susto.
—Kumiko, ¿qué haces aquí?
—Vine a ayudar. Solo yo sé de una ruta de escape y me necesitarán para eso—dijo ella cruzándose de brazos, dos armas cruzadas en su espalda.
—No tenemos tiempo para perder, vamos por Luzbel—dijo JungKook tomando la muñeca de Jin para instarlo a correr hacia ellos.
Seok Jin asintió y comenzó a correr por los pasillos. Guiados por el sonido de disparos y desastre total.
¿Qué tan difícil sería encontrar a su hijo si era el punto central de todo el problema? Donde hubiera disparos y mucho ruido, ahí estarían ellos.
Y ahí estaban. Luzbel estaba cubierto de sangre, con dos cuchillas en sus manos. Los cazadores no parecían tener fin y con las armas que tenían difícilmente su pequeño podría ganarles. JiHoon estaba a un costado, asegurándose de que las balas no llegaran a él, usando sus reflejos y las cuchillas en sus manos para desviar las balas. Aunque se le notaba que tenía las manos heridas y los antebrazos lastimados. No habría sido sencillo tener que frenar las balas con cuchillas tan pequeñas.
Apenas llegaron, tanto Seok Jin como Kumiko dispararon a los cazadores hasta que fácilmente pudieron ser confundidos con coladores humanos. Luzbel parecía todavía demasiado enfrascado en la pelea y buscó proteger a JiHoon, gruñendo y alzando la cuchilla en una de sus manos.
—Luzbel—llamó Seok Jin—, hay que irnos.
Luzbel parpadeó, sorprendido de ver a sus padres ahí.
—Hay que irnos rápido, no podemos quedarnos—apresuró Kumiko—. Vamos, síganme.
Sin palabras de bienvenida ni nada, Jin tomó la muñeca de Luzbel y lo arrastró con ellos para seguir a Kumiko.
Ángel&Demonio
Caín había matado a tantos cazadores como había podido mientras que Jano y Bjorn ponían bombas tras bombas en las paredes de los pasillos. En cuanto todos salieran, harían explotar todo.
—Me da lástima tener que destruir tantos libros y archivos importantes—suspiró Jano disparándole a un par de cazadores.
—Papá los tiene todos en su biblioteca y nunca los has leído—le recriminó Bjorn usando un arma con balas de 28mm para matar a los cazadores.
—Tengo una eternidad para saber qué dicen ahí, no me apresures.
—Niñas, concéntrense—dijo Caín rodando los ojos y usando su espada para defenderse y atacar.
—¿Cómo mierda se defiende y ataca usando solo una espada?—preguntó Jano viendo a su cuñado en acción.
—Tiene la edad de papá, ¿en serio crees que no sería bueno usando una espada?—dijo Bjorn rodando los ojos.
—Se te están quedando sus malas costumbres
—Sí, lo sé—rio Bjorn pateando a un cazador.
Pero el cretino, quien seguro previó el ataque, se sostuvo de su pierna y traspasó una larga cuchilla de lado a lado en su muslo. Bjorn gruñó por el dolor y le disparó en la cabeza.
Insultando hasta a sus antepasados, quitó la cuchilla y atendió la herida de inmediato. Al menos tenía que hacer un torniquete lo suficientemente resistente como para que durara hasta llegar al infierno.
—¡Bjorn!—gritó Jano.
Cuando Bjorn alzó la mirada, vio a un cazador que le apuntaba con el arma y disparaba. Caín no estaba cerca, pero se lanzó para ayudarlo. Lo sabían los tres, la bala le daría.
Pero no fue así. La bala fue detenida con una espada que no era la de Caín y el cazador murió antes de que pudiera volver a disparar.
—Llegamos a tiempo—dijo Exael quien había matado al cazador.
—Sí y por lo que veo, no olvidé mi habilidad todavía—dijo Set con una espada en mano.
La misma con la que había salvado a Bjorn.
—¿Qué hacen aquí?—preguntó Caín.
—Yo fui por ellos—dijo Mammón—. Creí que necesitarían más manos. Una lucha de esta magnitud no se gana solo con tres personas.
—Si algún día tomas valor para declararte a mi hermana y pides la bendición de mis padres, yo en persona hablaré bien de ti y los obligaré a aceptarte—dijo Bjorn levantándose con ayuda de Caín.
—Tú y yo sabemos que mamá aceptaría a cualquiera que quisiera estar con Kumiko con tal de que al fin tenga pareja. Y papá ya lo aceptó hace rato, solo está esperando que lo hagan oficial—dijo Jano cruzándose de brazos.
—Si ya tienen todo listo vamos, Kumiko está guiando a los demás a la salida—informó Mammón dando media vuelta para guiar el camino.
—¿Luzbel está bien?—preguntó Caín mientras ayudaba a su pareja a caminar.
—Ambos lo están y si quieren verlos, mejor apresurémonos.
Y sin decir más, todos siguieron a Mammón hacia la salida.
Ángel&Demonio
Kumiko guio el camino hacia la salida, usando la ruta de escape que había memorizado. Seok Jin, JungKook, Luzbel y JiHoon la seguían de cerca, todos armados y preparados para defenderse de los cazadores. Kumiko no era la excepción, ella tenía su arma ya lista y sin seguro, dispuesta a disparar a cualquier pobre alma que se le presentara.
Repentinamente frenó. Todos hicieron lo mismo, casi chocando con ella.
—¿Qué pasa?—preguntó Jin a su hermana.
—Algo no me gusta de esto—dijo ella mirando alrededor.
Sabía que el camino no era el equivocado, lo había memorizado demasiado e incluso se lo había dibujado en la mano para no olvidarse. La ruta de escape aseguraba un camino solitario por donde podrían irse sin problemas, saliendo del radar que les impedía usar la teletransportación para volver al Infierno.
Pero si bien el camino estaba despejado y no había nada fuera de lo normal, Kumiko sentía que algo no estaba bien.
JungKook apretó su hombro y de manera disimulada señaló las paredes. Kumiko dejó el arma en su espalda y arrebató la de su hermano para disparar a la pared. Tan pronto lo hizo una lluvia de proyectiles se disparó hacia ellos, si no fuera por el escudo de JungKook, que se rompía cada pocas balas, hubieran muerto todos.
—Dime que tenías esto calculado—dijo Seok Jin mirándola.
—Sabía que algo podría salir mal, no pensé que estarían metidos en las paredes—dijo ella devolviéndole el arma a su hermano y tomando las suyas propias—. Estamos cerca de salir del radar, solo necesitamos avanzar un poco más.
—¿A dónde? ¡Estamos rodeados!—dijo Luzbel dejando a JiHoon detrás de él.
Kumiko gruñó, esto no estaba en sus planes.
Y regresamos con Entre el Cielo y el Infierno, con actualizaciones todos los viernes uwu
Habrán cosas que cambiarán. Hubo cosas que decidí modificar porque no me sentía satisfecha con lo que había pensado anteriormente. Así que el final y todo lo que había planeado antes se irá a la mierda :D También pondré otras cosas y agregaré un poco más de las historias de otros personajes que sentí que quedaron muy vacíos ._.
Próxima actualización: 15/09
Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro