Capítulo 21: Ojo que todo lo ve
Martes 10 de abril de 2018. Quito, Ecuador.
Por ese día, HoSeok se haría cargo de liderar el grupo de Ecuador. Estaban estratégicamente acomodados de tal manera que si había un Ángel cerca o cualquier ser celestial sería detectado al instante y capturado, o asesinado.
Si no fuera porque las trillizas se quedaron con TaeHyung, él no hubiera ido. Dejar a su novio en ese estado y con su terquedad habitual no sería bueno. Sería capaz de meterse en alguna misión como el idiota impulsivo que era y entonces podría salir lastimado. Todavía estaba débil pero él no lo entendía.
Había grupos en todos los países y demonios sobrevolando las islas. No había lugar al cual Gabriel podría ir sin ser detectado. Sin contar con los seres celestiales que ya habían capturado.
Comenzaba la cuenta regresiva.
Ángel&Demonio
Martes 10 de abril de 2018. El Castillo del Infierno.
Seok Jin mordió la cadera de JungKook, dejando la marca de sus dientes y apretándole los muslos. Un gemido placentero resonó en la habitación, la cadera se elevó y las manos apretaron las cuerdas que lo mantenían atado a la cama. Esa mañana Jin se había despertado con ganas de follar y que fortuna tener a JungKook a su lado. Todavía dormido lo ató a la cama y luego se encargó de besarlo.
La camisa estaba abierta completamente y los pantalones habían ido a parar a un lugar lejano. La ropa interior era lo único que conservaba JungKook todavía.
-Fóllame de una vez, Jinnie-pidió Kook al sentir la lengua del demonio pasar por su entrepierna.
-¿Así de simple? No cariño, quiero verte al borde de la locura antes de que mi pene esté en tu delicioso culo-succionó la entrepierna del Serafín el cual se removió ansioso-vamos cariño, vuélvete loco por mí.
Sus dientes descendieron por la piel de los muslos, marcando la carne y causando que unos finos, muy finos hilos de sangre descendieran. Sus ojos se volvieron rojos, brillando con intenso placer. Los dientes se tornaron puntiagudos, los colmillos crecieron sobrepasando sus labios. La lujuria lo llevó a clavar sus dientes en la cadera. JungKook gimió por el placer y el dolor de que esos dientes, sobre todo los colmillos, traspasaran su piel y tocaran su hueso. La sangre salió sin darse a esperar y las sábanas de la cama se mancharon por el líquido rojo.
Los dedos apretaron los muslos, el hambre creció en el interior de Seok Jin y pronto se lanzó a su pareja para besarla, importándole poco lastimarlo con sus colmillos por los bruscos besos. JungKook tampoco dijo algo al respecto, simplemente se dedicó a recibir tan sumisamente como estaba haciendo, disfrutando y alzando su cadera para tocar la contraria. La fricción de ambas erecciones era enloquecedora, completamente excitante e íntima.
Las pulseras doradas evitaban que JungKook se lastimara las muñecas, lo que era beneficioso de lo contrario ya se hubiera generado heridas con el constante movimiento que realizaba por la desesperación.
Las manos de Jin, mientras este continuaba con el candente beso, rompieron la ropa interior de JungKook, dándole total acceso a esas zonas íntimas que esperaba tomar. Una de ellas, traviesa, acarició el ano y la otra se dedicó a tocar tímidamente el pene. Pero bastó un gemido de reproche para tomarlo con firmeza y masturbarlo rápidamente al mismo tiempo en que los labios del pecado se preocupaban por succionar el pezón derecho con fuerza, la punta de los filosos dientes acariciándolo también.
JungKook no demoró demasiado en correrse, su semen esparcido por la mano del demonio y su vientre. Sin embargo, a pesar de que el orgasmo fue bueno, no era suficiente. Nunca lo era cuando tenía sexo con Seok Jin.
-Por favor...te necesito dentro.-suplicó JungKook.
-¿Y sabes qué necesito yo?-el Serafín negó y Jin sonrió, acomodándose sobre su cuerpo, dejando de tocarlo, para que su entrepierna estuviera a poca distancia de la boca ajena-necesito que la chupes, como me gusta. Yo también requiero atención, Kookie.
El Serafín sonrió, travieso y juguetón. Su lengua salió y con la punta tocó el glande. Pronto ese acto fue acompañado de un húmedo beso que le permitió saborear parte del presemen que se escapaba por la uretra. Los dedos del demonio tomaron el rostro de Kook y lo apretaron, en su mirada indicándole que abriera de una vez la boca. Necesitaba sentir esa sucia y húmeda boca cubrir su necesitado miembro, pero el Serafín no obedeció. Con firmeza lo tomó del cabello y forzó su pene en la boca del Serafín. JungKook, a pesar de la resistencia que ponía, gemía extasiado y encantado. Ese niño solo jugaba con su paciencia, como siempre.
Cuando sintió en su glande la garganta, salió para entrar de una sola vez. JungKook hizo una arcada que él ignoró para seguir follándole la boca. La respiración del Serafín era irregular, dificultosa, recibiéndolo con gusto a pesar de que básicamente le estaba importando poco su bienestar.
Vamos, no era como si tampoco a JungKook no le gustara jugar al violado. Era uno de los fetiches que tenía.
Salió de repente, con su pene completamente ensalivado y los labios del Serafín hinchados y brillosos por la saliva que había escurrido durante las penetraciones. Pudo ver en sus azules ojos un mudo reproche por no alimentarlo con su semen. Oh, de eso se encargaría después.
Ahora, lo único que quería, era hacerlo perder por completo la cordura que le quedara y que suplicara hasta el cansancio por tener su pene dentro de él.
Ángel&Demonio
Lilith interceptó a Lucifer en mitad del pasillo del ala este. Apretó su muñeca y lo arrastró hasta llegar a una de las tantas habitaciones. Se encerraron ahí, o bueno, ellas lo hizo. Por la mirada encolerizada, Lucifer sabía que le esperaba una reprimenda, de esas feas que odiaba y lo peor... ¡No sabía por qué! ¿Qué hizo esta vez además de respirar y matar humanos? ¿Qué?
-¿Por qué transformaste a YoonGi? ¡Estuvo a punto de morir!-esquivó el puño que agrietó la pared detrás de él.
-Era lo que él quería.-se excusó buscando una forma de librarse del problema sin salir herido.
-¿Y acaso sabías lo que quería JiMin? ¿Sabes lo preocupado que estuvo por YoonGi? ¡¿Por qué nunca preguntas y haces las cosas, gran idiota?!-uy, así que era eso.
Sí, debió pensar al saber que JiMin estaba relacionado con YoonGi. JiMin era la debilidad de su linda esposa.
-No creí que fuera tan grave-era verdad, no lo creyó así.
-¡Idiota!-el golpe que iba a impactar directo con su rostro logró detenerlo a tiempo.
-¡Lilith, por favor! Podrías dejar ese trato agresivo, podemos conversar.
-¡Ya hemos conversado un centenar de veces y sigues sin aprender!-el golpe con la otra mano que iba a impactar contra él fue frenada a tiempo.
Forcejearon un instante hasta que Lucifer cargó a su esposa y la acorraló contra la pared para besarla salvajemente. Con sexo ella se calmaría y lograrían hablar con calma, lo sabía.
¿Quién dice que Lucifer no conocía a su esposa?
Ángel&Demonio
Era la segunda vez que eyaculaba y JungKook sentía que ya no tenía fuerzas. Seok Jin seguía lamiendo su entrada y metiendo un solo dedo. Maldición, ya había comenzado a llorar por el placer y a sollozar. Necesitaba que estuviera adentro, tan adentro que lo hiciera olvidar de todo. Necesitaba que le hiciera el amor con la locura que tanto amaba.
-P-Por...favor...J-Jinnie...-suplicó jadeando.
Era placenteramente insoportable. Lo peor era la sensibilidad de su cuerpo, cada mínimo toque era digno de gemido. Estaba hecho un desastre, marcado con chupetones, arañazos y mordiscos. Las sábanas estaban manchadas de sangre y su cuerpo tenía hilos rojos y transparentes de saliva.
Jin rio tocando con su dedo la próstata. JungKook sollozó ante el intenso placer. Quería sentirlo ya, maldición lo necesitaba.
-P-por...p-por f-favor...-ya no sabía cómo suplicar y rogar por tenerlo adentro.
Su voz se quebró y un grito brotó de su garganta cuando, sorpresivamente, el miembro de Jin estaba dentro de él, estirándolo como tanto le gustaba. Sintió con satisfacción como crecía cuando se transformó completamente en un demonio. ¿Qué clase de fetiche sería ese en que amaba hacerlo con él transformado? Seguro no sería ninguno conocido. A la mierda, no importaba.
Gritó por segunda vez con la primera embestida y luego perdió la cuenta de la cantidad de veces que gritó llorando de placer aunque en muy pocas veces su nombre ya que le costaba formar palabras, por más cortas que fueran.
Las embestidas eran bestiales. Jin entraba con tanta fuerza que sentía que lo rompería, sus testículos golpeaban contra su trasero una y otra vez y la boca del demonio besaba la suya tan suciamente que le encantaba, tragándose cada grito como fuera posible. Cada certero golpe daba contra su próstata, llevándolo a delirar cada vez más.
Maldición, el sexo con Seok Jin era espectacular.
Siguió recibiendo las embestidas con los ojos derramando lágrimas hasta que Jin lo desató y lo sentó sobre él. En esa posición lo sentía más profundo aunque sonara imposible. Se sintió a punto de llegar por tercera vez y ni siquiera había notado que tenía una tercera erección.
Con sus manos tomó el rostro de Jin, apenas logrando verlo por sus lágrimas. Corrió el cabello largo que tapaba parte del rostro y llevado por su amor lo besó sin importar que eso fuera a crear nuevas heridas en sus labios o cerca de ellos. No importaba, simplemente necesitaba seguir besándolo.
Sus piernas no respondieron debidamente, temblando cuando quiso llevar el ritmo de las embestidas, así que Seok Jin lo tomó de la cadera y comenzó a alzarlo para volver a embestirlo. JungKook tuvo que separarse para gemir y gritar, completamente extasiado. No aguantaría más y luego de la cuarta embestida se corrió por tercera vez, quedando sobre Jin como una muñeca de trapo, gritando con los movimientos del demonio quien seguía entrando y saliendo de él.
Su espalda volvió a sentir el colchón y el demonio salió de su interior, acercándose a su rostro mientras se masturbaba.
-Abre la boca-obedeció al instante, era ese momento el que tanto había estado esperando.
Se levantó un poco para atrapar una parte en el interior de su boca y entonces sintió el líquido tibio y espeso liberarse en su garganta. Se tragó cada gota y suspiró cuando Jin salió de su boca para acostarse a su lado.
Se acostó también, intentando recuperar la respiración. Y cuando lo logró, pudo volver a hablar.
-Hacía tiempo que no lo hacíamos así.
-Creo que hoy me levanté con demasiadas ganas.-murmuró Seok Jin poniéndose de costado para verlo-Estás hecho un desastre.
-Un desastre feliz-sonrió, dándose la vuelta también, pero las heridas comenzaron a escocer, sin su resistencia de Serafín era complicado-aunque adolorido.
-Espera-el demonio se levantó y tomó algunas cosas de un mueble cercano para luego volver-acuéstate, te pasaré esto. Curará las heridas.-Kook asintió y pronto sintió las manos de Jin en su cuerpo.
Cerró los ojos, estaba cansado.
Ángel&Demonio
Martes 10 de abril de 2018. Illinois, Estados Unidos.
JiMin se acurrucó más en el pecho de YoonGi, sintiendo la mano con garras pequeñas acariciarlo. La piel pálida de demonio tenía unas plumas negras que le hacían cosquillas. Aún no podía transformarse en humano, era algo que debía aprender a controlar, así que mostraría su forma demoniaca, con dientes de lobo y el cabello verde.
Todavía no quería volver al Castillo, prefería que fuera cuando tuviera que marcharse al Cielo para la guerra. Allá él estaría a salvo, sin contratiempos.
-¿En qué piensas, Yoonie?-preguntó abrazándolo.
Ambos desnudos en la cama de YoonGi. Luego de llorar por verlo vivo y sano, ambos volvieron a hacer el amor.
-Hay...algo raro con mi ojo.-JiMin se levantó, sabía que hablaba de su ojo ciego.
-Sí, creí que se te curaría cuando te transformaras en demonio pero...no fue así.
-No es eso. Es algo más raro.-JiMin lo miró desconcertado-Cambia tus recuerdos, hazme creer que no eres un demonio.
No lo cuestionó, simplemente hizo lo que le pidió. Sin embargo, YoonGi abrió los ojos sorprendido. JiMin imaginó una vida humana, algo que engañaría a cualquiera que tuviera ese don.
-¿Qué pasa, Yoonie?
-Yo...seguía viendo tus verdaderos recuerdos. No pude ver los falsos.
-¿Qué?
Eso era extraño. Ningún demonio, salvo él que podía probar la sangre para saberlo, podía ver los verdaderos recuerdos. Siempre había una forma de engañarlos y él era alguien experimentado que había logrado engañar a demonios y seres celestiales.
-Pude ver tus recuerdos...incluso...los de Lilith...irónico que mi ojo ciego vea más que antes.
JiMin asintió volviendo a acurrucarse en el pecho de YoonGi, pensando en lo que le había dicho.
Lamento si hay errores ortograficos, pero lo subi sin revisar la mitad del capitulo. Prometo revisarlo despues.
Nos vemos! besos :D
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