Capítulo 19: Gabriel
Sábado 7 de abril de 2018. El Castillo del Infierno.
-No lo puedo creer ¿Gabriel? ¿El Arcángel?-Lucifer no podía creer lo que le estaba diciendo.
Si recordaba bien a Gabriel era el tipo más estricto con las reglas del Cielo que conocía, jamás hubiera hecho algo que pusiera en peligro la vida de muchos seres celestiales. ¿Qué lo había hecho cambiar de idea?
Lilith asintió, apoyada contra el escritorio de su despacho. Seok Jin estaba con JungKook en su cuarto en el Castillo y Luzbel siendo cuidado por JiHoon en el ala contraria.
-Hay que hacer algo. Habla con Dios, necesitamos capturarlo antes de que le haga daño a Luzbel.
-Bien, quédate con ellos, necesito que le hagas compañía para evitar infortunios... no tengo una buena corazonada de esto.-suspiró, su diablesa se acercó pasando sus delicadas manos por sus hombros.
-¿Crees que entraremos en una batalla por capturarlo?
-Es lo más probable, si Gabriel tiene un ejército entonces no tendremos más opción que pelear por capturarlo. Los piadosos y estúpidos seres del Cielo buscarán un método pacífico, no tengo paciencia para esperar a que hagan un acuerdo ni ninguna mierda de esa.
-¿Entonces por qué hablarás con Dios? Es en vano, al fin de cuentas haremos lo que queremos.-las manos de Lilith acariciaron el rostro de Lucifer, él las tomó entre las suyas.
-Lo sé, pero dicen que el que advierte no traiciona.-se separó de su esposa-cuídalos.
Y se fue, tenía que hablar con Dios.
Ángel&Demonio
JiSoo veía a su pequeño sobrino correr de un lado a otro siendo perseguido por JiHoon, ambos riendo en ese juego inventado. Ella se dedicaba a sonreír y vigilarlos, era su trabajo, debía mantenerlos a salvo. Su hermano Jano la reemplazaría en unas horas.
Estaba demasiado cansada de todo el problema, por culpa de ese grupo de idiotas su hijo Alexander no podía tener una vida normal, estaba en peligro constante y ella tenía miedo de que algo le pasara. Si no fuera por ese lugar secreto en Illinois no podría descansar tranquila, o al menos un poco. Toda madre siempre se preocupaba por el bienestar de su hijo, era algo inevitable.
Todavía recuerda el pequeño rubio de siete años al que salvó de ser asesinado. Muchos demonios y diablesas no eran piadosos siquiera con niños, ella no pertenecía a ese grupo. Ella amaba a los niños humanos, tenía un corazón de madre demasiado grande cuando se trataba de niños humanos y Alex fue el único que quiso permanecer con ella a pesar de saber lo que era. Fue algo precipitado quizás, pero no pudo decirle que no cuando no quiso separarse de su lado, tampoco cuando la buscó como consuelo luego de lo ocurrido con NamJoon. Ella haría cualquier cosa para mantener a su hijo feliz, amaba a su bebé a pesar de que Jennie le recordaba que debía ayudarlo de otra manera y no acostándose con él. Aunque ella lo decía por celos, en eso le recordaba a JungKook, reconocía que tenía razón. JiSoo tendría que hacer entrar en razón a Alexander, no acostarse con él para consolarlo por su antigua relación con NamJoon. Como madre tenía que indicarle el camino correcto, no desviarlo del mismo.
Pero vamos, era una diablesa, el camino correcto para ellos no existían. En realidad no había camino bueno ni malo, solo el que ellos creaban para vivir diversas experiencias. Asesinar, torturar, violar y todas aquellas acciones que eran imperdonables para muchos humanos para ellos eran experiencias necesarias que los ayudaban a aprender. La teoría era pura mierda, podía hacerte entrar en razón y hacerte entender ciertas cosas, pero era lo vivido lo que completaba tu aprendizaje, lo que te brindaba la comprensión correcta.
JiSoo podía hablar con Alexander, intentar hacerlo entrar en razón, pero si él quería seguir con eso ella no iba a negarse. Su hijo tenía derecho a aprender como realmente quisiera, ella no iba a limitarlo.
Si había algo que muchos demonios no tenían, eran límites.
Ángel&Demonio
JungKook sonrió cuando sus dedos se enredaron suavemente entre sus cabellos oscuros, se veía como un niño mimado. Jin sabía que en realidad lo era.
Luego de curarlo se quedó a su lado por horas hasta que se quedó dormido. Una hora fue el tiempo que pudo estar junto a Luzbel nada más. Al regresar a la habitación el Serafín se negó a dejarlo, sin molestarse con él por despertar nuevamente con esas doradas pulseras en sus muñecas. No parecía importarle demasiado.
Sintió la mano de Kook acariciar su pecho por sobre su ropa, el toque distaba mucho de ser inocente y sin segundas intenciones. Pero él estaba lo suficientemente preocupado por lo que pasaría con Gabriel que ni siquiera podía excitarse. ¿Cómo podría pensar en sexo en un momento como ese? Si hacían bien las cosas su pequeño Luzbel volvería a tener la vida normal que tuvo antes de que toda esa mierda empezara. Si lograban capturar (aunque él lo quería matar) a Gabriel y sus estúpidos seguidores, todo acabaría. Todo terminaría y su vida volvería a ser la misma de siempre. JungKook volvería al Cielo, él a la Tierra con su hijo y todo transcurriría con normalidad.
Ya no volvería a ver a JungKook. De cierta manera eso le causó cierta tristeza y dolor, aunque pensó que era lo mejor para su hijo. Luzbel estaba antes que Kook, no al revés.
Jamás podría ser así. Amaba al Serafín, pero su pequeño era más importante.
-¿Vas a contarme en qué piensas tanto, Jinnie?-no miró a JungKook, ni siquiera sintió las caricias en su pecho-¿O tengo que adivinar?
-¿Cómo fue que te salvaste de Gabriel?-no era disimulada la forma en que había cambiado el tema, pero prefería no hablar de sus pensamientos.
-Oh...-de reojo vio a Kook hacer una mueca por desviar la conversación a algo distinto-no fue sencillo. Atacó a traición a Caín, intenté salvarlo, un Arcángel no es tan difícil de vencer para un Serafín, pero el cretino tenía a otros seres celestiales con él y me atacaron. Sigo pensando cómo fue que me liberé, fue complicado en especial porque eran tres Tronos. Aunque su fuerza fuera inferior a la mía aun así siendo tres era complicado. Me alegra haber escapado de ellos.-los brazos del Serafín se afianzaron a su torso-Me alegra estar entre tus brazos ahora.
Seok Jin no dijo nada, simplemente correspondió al abrazo sin mirarlo. Seguía bastante concentrado en otra cosa que en lo que le había pasado a JungKook. Había preguntado solamente para no responder respecto a lo que pensaba ni insistiera en eso, saber cómo realmente pasó todo no era importante para él. JungKook era un Serafín bien entrenado, vencerlo no era sencillo así que no le sorprendía que hubiera escapado de tres Tronos.
Volvió a acariciar distraídamente el cabello oscuro, JungKook se removió, dejando de abrazarlo para sentarse sobre su cadera de brazos cruzados y con el ceño fruncido.
-Ya deja de ignorarme y dime qué pasa por tu cabeza que te tiene tan distraído.
-Nada que tengas que saber-respondió, los azules ojos se mostraron más molestos.
-¿Por qué?
-Porque no te incumbe.
-No me incumbe-repitió lentamente JungKook, su voz suave, peligrosa-¿por qué? ¿Acaso solamente me concierne cuando tu pene está dentro de mí?
-No, no te concierne por el simple hecho de que no somos nada. Solamente estoy cuidando de ti pero esto no significa nada. No volveremos, JungKook, cuando todo acabe tú volverás al Cielo y yo a la Tierra con Luzbel.
No le sorprendió que Kook lo abofeteara, a mitad de lo que decía pudo ver el dolor asomar en su mirada. Había tocado un punto sensible en él, lo sabía pero no podía detenerse a que le importara. Era la verdad después de todo.
-¿Por qué? ¿Por qué ese niño sigue siendo más importante que yo? ¿Qué tengo que darte para estar primero en tu vida?-las manos de JungKook se apretaron con fuerza en su camisa, la tristeza sin lágrimas en sus ojos.
-Tus celos estúpidos no te dejan ver que Luzbel es solamente un niño pequeño que nos necesitaba, pudimos ser una familia pero preferiste dejar morir a nuestro hijo. Te amo, te amo como nunca amaré a nadie más, JungKook. Pero no puedes hacerme elegir entre un pequeño que es mi hijo y tú, un Serafín lo suficientemente fuerte como para valerte por ti mismo.
-Ese niño fue un error-murmuró con odio.
Jin se sentó, todavía con Kook sobre su cadera. Acunó su rostro delicadamente.
-Ese niño es lo más hermoso que me has dado. Saber que tú y yo hicimos a ese pequeño niño es lo más hermoso que me ha pasado en la vida, JungKook. Y no sabes cuánto me gustaría que pensaras lo mismo y dejaras de creer que Luzbel es un ser despreciable, no sabes cuánto anhelo formar una familia contigo...JungKook, no te das una idea lo difícil que es saber que odias a Luzbel, el bebé que prueba el amor ferviente entre dos seres completamente opuestos.
JungKook comenzó a llorar, apoyándose en el hombro de Jin y abrazándolo con fuerza. No dijo nada, él tampoco esperaba que lo hiciera. Simplemente correspondió el abrazo, acariciando su espalda y dejando que se desahogara contra su ropa, mojándola con las lágrimas y acallando sus sollozos.
No sabía por qué Kook lloraba, pero estaba seguro que no era porque se arrepentía de haber odiado a Luzbel.
Ángel&Demonio
Jano había suplantado ya a JiSoo y JiHoon había dejado de jugar con Luzbel, sentándose al lado del demonio y compartiendo una conversación con él viendo al pequeño ir de un lado a otro con unos peluches extraños que su abuela le había traído. De vez en cuando los miraba de reojo, podía detectar sus ojitos de distinto color observarlos y desviarse cuando era descubierto.
-¿Has pensado en lo que harás cuando todo esto termine?-preguntó Jano cruzado de piernas con un brazo sobre sus hombros.
-Vivir una vida mundana en la Tierra. Después de ayudarlos estoy seguro que Dios me quitará mis alas, así que estoy pensando en una tranquila vida en la Tierra.
-Podrías vivir aquí si quisieras.
-Te lo agradezco, pero estaría mejor con una vida en la Tierra.
-En ese caso podrías hablar con Alexander, él podría ayudarte con la documentación y demás. Tiene buenos contactos gracias a nosotros.-JiHoon asintió considerando la propuesta-Pero si no quieres molestar a mi sobrino podrías vivir en mi casa mundana, suelo ir en ocasiones. Podríamos divertirnos juntos.
-¿Divertirnos juntos? Viniendo de un demonio no puede ser algo fuera de lo sexual. Así que ¿Qué te hace creer que me acostaría contigo?-JiHoon jugaba con Jano, era obvio.
Después de lo ocurrido con Jin pureza era lo que ya no tenía.
-¿Crees que no sé de tus experiencias con mi hermano? Tal vez te vendría bien una experiencia fuera de lo ya conocido ¿no crees?-el Ángel rio, era divertido porque anteriormente hubiera detestado esas bromas de seres despreciables como ellos.
Ahora veía todo tan diferente que resultaba gracioso.
-Consideraré la oferta, descuida-siguió con la broma, aunque dudaba tener relaciones con Jano.
No era feo, lejos de eso, pero no sentía atracción física alguna como pasaba con Seok Jin. Tal vez pasaría con algún humano que conociera en la Tierra, mujer u hombre, ya lo sabría.
El demonio se acercó a él, acariciando su mejilla y sintiendo su cálido aliento en la contraria. Sonreía con confianza, estirando sus finos labios y mirándolo como si en cualquier momento fuera a caer frente a sus encantos. Ja, claro. Que siguiera esperando.
-¡Hoonie Honey!-Luzbel apareció de repente, haciendo que Jano se separara de él para que el pequeño pudiera treparse sobre él-¡Vamos a jugar!
JiHoon estaba por decirle que prefería descansar un rato en el sillón, pero cuando vio que Luzbel quitaba la mano de su tío de su mejilla cuando le dio una sutil caricia, optó por alejarse con él en brazos. Se alejaron de Jano, tomando algunos peluches para sentarse en el suelo.
Su pulgar pasó por entre las cejas oscuras del pequeño, tratando de alisar las arruguitas que se habían formado. Luzbel veía a su tío como si le hubiera hecho algo.
-¿Puedo saber por qué estás enojado?-preguntó suavemente.
Aunque el niño fuera tierno y adorable todavía seguía teniendo un carácter impredecible.
-Tío Jano es un tonto. No te acerques a él.-advirtió mirándolo seriamente.
JiHoon dudó de reírse.
-Es bueno, me estaba tratando bien.
-No, tío Jano es un tonto.
-Podría ser mi novio, así que no lo trates así-bromeó pensando en cortar ese tema ahí cuando Luzbel se levantó y le dio un golpe en la cabeza.
-No, no, no, no. Hoonie Honey no es un tonto, así que no puede estar con tío Jano. Tío Jano es malo, Hoonie Honey no debe tener novio. No, no, no, no.
-¿Acaso esperas que viva y muera soltero?-preguntó divertido cuando el pequeño hizo un puchero marcado.
-¡No! Hoonie Honey no morirá nunca, se quedará conmigo siempre.-Luzbel lo rodeó con sus cortos bracitos, apretándolo con fuerza-Siempre, siempre.
JiHoon sonrió y asintió. Era tan solo un deseo infantil de Luzbel por pasar tanto tiempo a su lado.
Estaba seguro que cuando todo terminara se olvidaría de él.
Ángel&Demonio
Jueves 12 de abril de 2018. El Cielo.
Ya todo había terminado, al fin después de todo. Habían capturado a Gabriel, los seres celestiales que no estaban a favor de él se habían mantenido al margen de todo. Nadie intervino en esa batalla entre demonios y los desgraciados que no temían una guerra.
Seok Jin se acercó hasta el Arcángel que yacía de rodillas, Jennie y un hermano de HoSeok lo sostenían con firmeza. Él no fue suave al tomarlo del cabello y alzar su mirada, haciéndolo ver que su ejército estaba en igual condiciones que él, incluso algunos habían muerto. Pudo ver su odio y dolor por la pérdida de compañeros, y otro sentimiento más que no supo del todo identificar, pero estaba ahí.
-¿Tus últimas palabras? Seré piadoso contigo y te concederé un último deseo.
Gabriel fijó sus ojos en él, suavizando su mirada y apretando los labios.
-Solo seguía órdenes-dijo en un murmullo.
-¿Qué?
-Que yo no soy el verdadero líder.
Se los traje lo antes posible, el 20 ya no sé cuando se los traeré. Espero que pronto.
Nos vemos! besos💋💋💋
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