JUNGKOOK POV

Tae regresó del baño y me pidió que saliera de su cuarto, que necesitaba cambiarse, quedé sorprendido con su actitud.

—¿Qué te sucede? ¿Acaso lo que pasó anoche no significó nada para ti?

—¿En verdad quieres que te responda?

—¿Taehyung, acaso me utilizaste? ¿Jugaste conmigo como si fuera un juguete y ahora me estás desechando?

—Jungkook, no quiero seguir escuchándote.

Me condujo hasta afuera de su habitación y cerró la puerta en mi rostro.

«¿Qué pasó?».

Las dudas estaban ya consumiéndome y la rabia también. No sé cómo lo consigue, Taehyung siempre termina lastimándome.

Fui a mi cuarto, empaqué todo.

—¡Señorito Jeon! —Kein-Ho tocaba mi puerta, le abrí.

—Dígame

—Lo vi pasar y le pedí a Mey-Hao que preparese su baño.

—Gracias, cuando esté listo que me avise.

—Sus deseos son órdenes señorito —dijo y salió de mi habitación.

—Quisiera yo que todos mis deseos fueran órdenes. Pero esta Taehyung me las paga, ya verá.

Cuando bajé de la habitación, me conduje hasta el comedor, pero al llegar la entrada me fue prohibida.

—No puede pasar señorito.

—¿Por qué no puedo pasar a desayunar Kein-Ho?

—Perdóneme, son órdenes del
señor Kim.

—¿Órdenes? —los ojos se me aguaron.

—No llore señorito, se lo suplico, o me veré obligado a reprender a mi patrón y no quiero perder mi trabajo.

—No voy a llorar Kein-Ho, no lo haré. Solo respóndeme una cosa: ¿por qué no puedo pasar?

—El señor Kim está desayunando con dos amigos y creo que no quiere que lo vean a usted.

—Comprendo. Mejor salgo, me sentaré un rato en el parque, cuando pueda entrar a la casa, me avisas ¿sí?

—Le aviso.

—Gracias.

Me dirigí al pasillo que conduce hasta el jardín y en él deje tirada mi camisa, cuando abrí la puerta que pasé el marco dejé tirado el short que llevaba puesto... Llegué al lago y entré en él, el agua a esa hora de la mañana se sentía tibia, y ahí me quedé.

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No sé qué horas eran ya, pero deberían ser como las 10:30 a.m., tenía hambre, el sol me molestaba en la vista y había mucho resplandor, por lo que fui hasta la sombra de un árbol de manzano que quedaba casi a orillas del lago, pero era lo suficientemente grande como para refugiarme. Sentía que alguien se acercaba tararenado una canción, no sé cuál pero ese debería ser Tae, era el único cantante que conocía aparte de Jimin y su grupo, aunque ellos estaban en Busan. Con una falsa sonrisa salí del lago.

—¡Tae!

El tarareo se le fue no sé a qué parte, se quedó con la boca abierta, sosteniendo mi ropa que al instante dejó caer. Usaba un pantalón negro, un pulóver amarillo y además tenía puesto una enorme chaqueta gris y un sombrerito de lo más chulo, tragó en seco, se quitó la chaqueta y me cubrió con ella.

—No sé quién eres ni de dónde saliste pero no deberías exhibirte así frente a un extraño.

—Pensé que eras otra persona —dije muy apenado.

La persona que tenía frente a mí no era Taehyung.

—Discúlpame por no ser quien esperabas.

—Yo... —en ese instante vi que Tae se acercaba con una chica.

«¿Quién era ella?».

Fruncí el seño y bajé la cabeza.

—¿Qué pasa? —escuché una voz femenina.

—¿Qué pasa, es lo que pregunto yo? —dijo Taehyung al parecer muy molesto— ¿Qué estás haciendo aquí, y así? —se acercó a mí— ¿Por qué tu ropa está a los pies de mi amigo? ¡AH! ¡Respóndeme!

—Oppaa, no lo trates así —le habló la chica a Taehyung—. No ves su cabello mojado, estaba tomando un baño en el lago y dejó la ropa aquí, nada más. Y por cierto, quién es este chico, nunca lo había visto. Dale oppa, dime, ¿quién es él, uno empleado nuevo?

—Exactamente —respondió.