JUNGKOOK POV

Estuve mirándole a los ojos cinco segundos.

—Tae...

—Sshh, no me respondas, era una pregunta retórica, pues obviamente quieres algo.

—Lo cierto, es que... tu espalda, yo...

No pude continuar, el repentino tacto de sus labios sobre los míos y el beso desenfrenado que vino después me dejó sin aliento. Me apegó más a él, sentí el calor de su cuerpo, sus dulces labios besando lo míos, poco a poco me dejé llevar por ese fuego que se apoderaba de todo mi ser.

Tae comenzó a recorrer mi cuerpo con una de sus manos, apretó mi cintura y bajó hasta mi pierna, tiernamente besó mi cuello, estaba sintiéndome en las nubes, todo era tan... exitante. Acarició mi vientre, desató el lazo del pijama, me extremecí y apreté con fuerza la sábana. Besó nuevamente mis labios, este beso era más pasional y fogoso, así que yo también quise ser aventurero: acaricié su espalda produciéndole un cosquilleo, él gimió y decidí cambiar de pocición.

Ahora era yo el que estaba encima de él, suavemente pasé mi mano por todo su pecho hasta detenerme en el borde de su short, desaté su lazo y lo toqué íntimamente. Él me miró fijamente.

—¿Estás seguro? ¿Es lo que quieres?

—Estoy seguro, totalmente.

⊰᯽⊱┈──╌❊ ♡ ❊╌──┈⊰᯽⊱

Sentía unos intensos e insistentes golpes en la puerta. Abrí los ojos, parecía que estaba despertando del paraíso al que había ido anoche, miré a mi lado, Tae dormía tranquilamente,  no quise despertarlo, por eso me paré cubriéndome a la vez con las sábanas y abrí la puerta.

—Señor Kim... —era Kein-Ho quien tocaba y abrió los ojos como platos al verme.

—Por favor  Kein-Ho, no nos molestes, queremos dormir, retírese y vuelva más tarde, adiós. ¡Ah!, se me olvidaba, buenos días, que maleducado fui —diciendo esto cerré la puerta en su cara.

—¿Quién era?

Tae se había despertado, lo miré, su cuerpo desnudo estaba tentándome otra vez. Me le acerqué.

—Era Kein-Ho.

—¿Y qué quería?

—No lo sé, no le di tiempo para que me lo dijera.

Tae se levantó de la cama, cogió la toalla con la que la noche anterior me había secado y se cubrió.

«¿Por qué lo hizo? Ya su cuerpo no es novedad para mí».

—Buenos días Tae, disculpa por no decírtelo antes.

—Ujum —fue lo que me respondió al salir del cuarto.

—¿Hice algo malo?

No entendía nada, Tae me estaba tratando con indiferencia, como si entre nosotros dos no hubiera pasado nada. Lo que sucedió anoche fue maravilloso, al menos pra mí, porque pra él, empecé a creer que no lo fue.