Capítulo 40: ❤️Cerrando Ciclos ❤️
¡Hola amigas internacionales!
Por lo general, las notas van allá abajo, pero quiero hacerlo distinto, así que.
Cuarenta partes OMG.
Cuando la empecé, la trama era para veinte capítulos, sí y miren.
Pero saben, quería drama, amor, odio, dolor...
Y sinceramente creo que lo logré 😅...no lo sé.
Digo esto porque hoy se cierran ciclos como dice el título ☹️... Y no lo puedo hacer sin agradecerles por esa permanencia, apoyo... Cariño.
La verdad no sé cuántas personas leyeron mi historia, no se cuántas eran o son lectoras fantasmas pero igual las amo ❤️🙂.... Gracias a todas por motivarme a continuar y a esforzarme, haya sido de la haya manera que fuese.
Gracias por todo y de verdad deseo que este capítulo tenga el mismo efecto en ustedes.. Pues la semana pasada no actualicé porque este capítulo se me dificultó (romance),pero ahora espero que puedan morir en paz (xd) .
Por otra parte, quizá no haya amor por doquier, pero siento que hay detalles más valiosos que simples palabras dulces.
Se les quiere infinitamente y verga.... Las amo ❤️😍
¡MxC 4eva!
[Creo que mis palabras son trilladas pero después de corregir esto mi cerebro está como una pasa] …
[PV Camus]
¡Definitivamente no eran
veinticuatro grados!
Un bochorno opresivo caía sobre mí en ese instante, mi piel no soportaba un segundo más.
Por lo que, aún medio dormido tiro la cobija por allá e intento perderme en mis sueños de nuevo, pero había otro detalle que frustraba mi sueño.
— ¡Vamos! No puedes ser tan cruel conmigo después de todo — una sonrisa sonora nerva mi sangre y abro los ojos de golpe, simultáneamente que dejo caer mi brazo de golpe en el lugar en donde se supone que Milo debería estar.
Miro la hora.
8:43 a.m
Me estiro y tomo de inmediato el celular para marcar el número de Milo.
— Hola guapa — pronunció con voz ronca, en tanto me levantaba de la cama.
— Hola dormilón — se escucha su típico tono alegre.
Y en verdad ese simple hecho hace que en mi interior explote una contentera regocijante
— ¿Por qué no estás aquí? — me quejé con algo de chineo — Esperaba poder despertar contigo.
— Amor sé que soy un simbolo sexual pero tengo cosas importantes que hacer—Rie— Si no lo recuerdas, hoy tengo una boda a la que debo asistir.
— Lástima que no es la nuestra.
Gruñe y escuchó un grito de mujer, probablemente Marín o Sonia, al cual ella responde con un "Ya voy" .
— Amor, no te presiones si, pronto no me querrás cerca de tí — resoplo — Te amo—
—Y yo a tí, hablamos después — corto la llamada, tiro el teléfono en la cama, y prosigo a entrar al baño para lavar mi cara y enjuagar mi boca.
— Entonces espero verte allí — escuchó al salir de la pequeña recámara del yate.
Al enterarse de mi presencia, Aioros presionó su teléfono en su hombro.
— No sabía que estabas ahí — Sonreí con sarcasmo.
— ¡Oh claro que no! De ser así no creo que hayas dicho todo lo que he escuchado.
¡Odiaba que me despertaran!
Y mucho más si era un Dálaras hablando de amor a las ocho de la mañana.
— ¿Y tu gemelo? — burle.
— Abajo — se limitó a contestar.
Mi relación con Aioros era bastante buena para ser verdad.
Era alguien animado, directo y bastante amigable, por lo que me llevaba igual de bien que con Aioria. En poco tiempo ese espontáneo tipo, se había ganado un lugar de confianza para mí.
Agradecí y bajé las escaleras.
El sol en verdad estaba para rostizar un huevo en la mano. Imagínense, en el muelle, rodeados de agua, y si le sumamos la molestia que te deja el alcohol, realmente entendía perfectamente porqué Aioria estaba completamente metido en el agua.
—Al fin te dignaste — gruñó Shura, sentado en el borde del jacuzzi y comiendo algo de sandía.
— ¡Si claro! — pasé por su lado — El idiota de Aioros interrumpió mi preciado sueño — metí mi cuerpo en el agua y me remoje con las manos
— Suele pasar últimamente —rió —Pero aquí entre nos — Dálaras lo miró interesado — No sabía que tenía una novia.
Ladeo su cabeza en una sonrisa extraña — No sé si le llamaría así.—
Frunci mis cejas intrigado
—¿Aventurita? Después de todo ya era hora. —
— En unas horas lo sabrás — Aioria sacó la mitad de su musculoso cuerpo del agua — ¿Quieres hablar sobre las pelotas del hombre.. — se refirió a su hermano — o prefieres venir a casa a comernos la sopa que hará Shura? —
— Espera ¿yo? — Eleve mis manos en señal de que yo no mandaba en ese momento.
— Esto de hacer la despedida un día antes fue mala idea — expresó mi fiel amigo — Haré la sopa porque en verdad me siento de la mierda. —
No pude evitar reír al ver su rostro arrugado.
— En ese concuerdo contigo — añadió Aioria — además, llama a Milo — me habló a mí —necesitamos las brujerías de tu mujer, porque si llego al altar con estas ojeras me dirán "vete a la mierda".
Me relajo con el movimiento del agua —Di eso frente a ella y veremos si llegas vivo a Marín —
— Punto para tí Camus —
Aioria me lanzó una cerveza.
Era increíble ver como el tiempo pasaba, las relaciones cambiaban, las personas lo hacían, los pensamientos sobre algo se modificaban,pero lo curioso; ¿Qué tanto te afecta una persona como para tener sentimientos nítidos, intactos? .
Milo Lincer de 28 años, aún provocaba en mí lo que provocó dos años atrás, cuando la conocí en aquella discoteca, y cuando Aioria y yo, honestamente nos detestabamos.
No pude dejarla ir.
Intenté dejarlo pasar.
Pero, ella...
Ella era mi vida.
Mi felicidad, mi viaje futuro....
Uno que estaba a punto de iniciar
[...]
4:50 pm
Entré al salón y me senté rápidamente en la mesa de los novios, en donde Shura está sentado también.
— ¿Estás llorando? — cuestione por lo bajo sin prestar atención a lo demás.
— Cállate — me gruñó y golpeó mi hombro .
Sonreí ante su sensibilidad y dirigí mi atención a la pequeña tarima de enfrente.
¡Por Zeus!
Esa mujer, Milo, lo único que quería hacer era matarme.
Su cuerpo estaba cubierto por un vestido color champaña con una abertura en cada pierna, mostrando un poco más de lo permitido. Unos tacones dorados,y un escote perfecto.
Su cabello largo no estaba más, nuevamente lo tenía lacio hasta sus hombros.
Era una reina, mi reina.
— Creo que puedo tomarme la libertad para decirte Aio, que aquí nadie te conoce como yo. He visto cada etapa de tu vida, sé cómo eres y... sé que en verdad la amas porque he visto lo que ha hecho en ti, te convirtió en un imbécil y eso me encanta — rió llevándose la mano a su mejilla para secar sus lágrimas.
— Cariño — salió de Aioria
— Me hace inmensamente felíz ver que el día de hoy te has unido a una mujer magnífica que entiende perfectamente cada partícula de tu ser, una mujer que se que cada día va a darte lo mejor de ella ,que.... — Su voz se quebró — perdón es solo que es mi hermano el que Marín se me llevará a una luna de miel a hacer quien sabe qué — reí al igual que la mayoría por su ocurrencia — En fin, doy un brindis para desearles que sean inmensamente felices. ¡Salud!
— ¡Salud! — se acercó a la pareja.
— Gracias por exhibir nuestras perversiones — dijo Aioria mientras su cara quería partirse de risa — pero también gracias por estar aquí —
Milo achicó sus ojos y sonrió — No te preocupes Aio — le abrazó —
— No, en serio Milo, gracias por esto, por todo lo que me has dado de tí — la pelirroja se alejó y tocó su cabeza.
— ¡Querido basta! No quiero llorar más así que mejor prepárate para tu viaje.
— ¿Por qué no me abrazas así a mí? — pronuncié acercándome a ella y quitándole la atención al de cabellos blanco.
— ¡Cam! — acepta mis brazos y sus perfectos labios de rubí se mostraron apiadados de los míos. —
Obviamente más de una mirada estaba sobre nosotros, pero era algo que estábamos dispuestos a ignorar.
— Somos el centro de atención— dije muy cerca de sus labios. Asiente — me encanta al igual que tú.
— ¿En serio? — hizo como si no lo supiera ya.
¡Parecíamos adolescentes, pero era nuestro mundo, solo nuestro!
— Si preciosa. Me encantas tú y me encanta que por fín podamos demostrar las cosas sin importarnos nada —
Arrugó su nariz enrojecida y curvo sus labios.
— Te amo — atrapo nuevamente sus labios.
— ¿Rubí? —
Mi cuerpo gira en seco.
¡Maldita sea!
Sus manos se alejaron de mi y sus ojos me atravesaron para poder mirar a...
—¿Saga? — chilló — ¿Qué haces aquí?
Me miró con cierta amabilidad, sorprendiendome de ante mano.
Aclaro que ya no me importaba lo que había pasado, pero aún así, era extraño.
— ¿Todo bien?— dije saludandole. —
Me apretó la mano
— A la perfección Camus — contestó.
Mi novia me miró traviesa y tomó mi mano, dándome la seguridad que seguramente pensó que me faltaba.
— Es bueno verlos así — soltó con entusiasmo.
— Es genial ¿no?— Apoyó su cabeza en mi hombro
Sus labios se abrieron, como si pensara decirnos algo.
— En fin, solo.... deseo que les vaya bien — expresó y juro que sentí siento nerviosismo en sus palabras. — me están esperando así que espero verlos después, podemos salir todos juntos.
Milo asintió de inmediato y el tipo se alejó.
Rasque mi nuca— Que bien, por un momento pensé que te robaría de nuevo — Milo arrugó su cara.
— No seas loco cariño, sabes que Saga está muy clavado con Aioros. — volteó para acercarse al nuevo esposo
— ¿Aiorios? — asintió — Por eso tú me dijiste...—
— ¿Yo qué? — bramó sentado en su silla.
Era algo bastante inesperado, realmente me sorprendía, pues a simple vista ninguno de los dos aparentaba tal situación.
— Siempre creí que a tu hermano le gustaba Milo y tiene una hija — gruñi por lo bajo para que la chica pelirroja que estaba sentada al lado de la novia no escuchara.
— Eso no tiene nada que ver, si sabes que te pueden gustar ambos sexos ¿cierto? — se empino la copa — Te dije que no sabía si llamarle "novia". No puedo creer que todos lo sabían excepto tú, claro y Shura pero de él, es normal que no le preste atención.
En eso tenía razón, Shura era alguien bastante brillante. Pero era de las personas que no le ponía mente a nada, era directo, pero al mismo tiempo poco observador.
Sin poder revertirlo nuestros ojos caen sobre la pareja que se encontraba hablando muy animadamente cerca de una las mesas de aperitivos
— Aioros novio de Saga, eso si que es nuevo — arquee una ceja y ladee mi boca— Pero admito que se ven bien.
— Así es, al parecer mi reservado hermano al fin dejó su vida de soltero — rió — y vaya forma de hacerlo.
Volví mi rostro a la mesa y me senté, frente a las chicas.
Tomo una copa mientras Marín habla con su esposo.
Mi novia se pone de pie y se sienta a mi lado. — ¿Qué sucede cielo? — La miro a los ojos y noto una felicidad que es imposible ocultar.
— Te amo Camus Bonnet — sus manos se colocaron en mi cuello y su curvilínea figura estaba algo inclinada
— Lo sé mi vida —
— ¿Entonces qué hacemos aquí? — sonrie de esa forma eléctrica que solo ella tiene — Vámonos, quiero tiempo junto a tí, puede que suene egoísta, pero no quiero disfrutar contigo la felicidad de alguien más — arrugue mis cejas algo conmovido —quiero la nuestra.
Jamás me había enamorado tanto de alguien como lo hice de esa chica, esa que me miró con un universo entero en sus ojos, esos mismos que contestaron todas mis preguntas y que me mostraron que esto era solo el comienzo de lo que sería nuestra deseada felicidad.
Sonrio — Pensé que nunca lo dirías — dejó escapar algo de aire.
Y adivinen qué.
Ambos la pasamos mal, sí.
Ambos sufrimos.
Ambos sentimos y aprendimos juntos muchos significados tanto buenos como malos.
Pero ahora que nuestras manos entrelazadas caminan una con la otra digo..
¡Te amo Milo Lincer!
Amo esa llama que vive en tu interior, esa que me encerró el día en que te conocí y llegó a por mí sin titubear, logrando derretir cada glacial que encontró.
— Estás segura. ¿Milo seguirás conmigo cuándo todo sea difícil? ¿Cuándose acabe la magia de los primeros años?
Algunos días después.
Alguna playa de Grecia.
[Narración normal]
Suspiré nerviosa y me miré al espejo.
Un vestuario blanco al estilo bohemio;
la parte inferior era una alargada falda y la parte superior, era una prenda griega que dejaba descubierto mi ombligo, amplias mangas de encaje y se unía con un nudo en medio de mis senos, dejándome un escote bastante notable.
Mi cabello corto iba suelto,ondulado e iba adornado con una sencilla cadena griega que caía un poco sobre mi frente y abarcaba parte del mismo.
Llevé mis manos a la mi estómago
— No... No...no — dijo Marín — arruinarás tu maquillaje, cero lágrimas por hoy —
Reí en tanto una lágrima bajaba hasta mi nariz — No lo creo — susurré — aún no....sabes, estoy emocionada y asustada, no sé siento que es demasiado bueno para que pueda pasar —
Esa chica que estaba conmigo me sonrió con mucha amabilidad.
— Querida Milo — limpió mi rostro con delicadeza — Olvida todo, solo...quita los nervios y piensa en él, en que te ama y en que.. debe estar como bambi, así — movió sus piernitas como sin tambalearan. Reí — esperando por tí.
El sol estaba cálidamente perfecto, el
viento soplaba de forma sutil, moviendo apenas los velos que decoraban la estructura de madera en donde un alto, guapo y apuesto hombre de cabellos verdes, recogidos en una cola me esperaba, al parecer con ansias.
Sus labios se presionaron en una sonrisa sincera y cálida.
— Te ves.... espectacular— los cuantos mechones que se escaparon de estar sujetados, revolotearon. —
— Tú también estás muy guapo — le expresé en una risilla tímida —Aúnque tú ya estabas guapo así que no debería decírtelo — sus ojitos brillaban como nunca antes los vi hacerlo.
1. Nuestros seres queridos; Saga, Aioros, Shura, papá, Aioria, Marín, los padres de Cam, Sonia, Touma y el pequeño Isaac.
2. Olas, mar y arena.
3. Camus Bonnet, ese francés de ojos verdes y sonrisa envolvente.
Ese francés que sujeta mi mano y coloca un anillo en mi dedo anular, el único que me esperó al final del camino y que besa mi mano mientras me mira de la forma que siempre esperé.
Juro que sentía como mis emociones formaban una tormenta en mi interior.
Su sonrisa dirigida a mí, sus abrazos, sus besos y tan solo su mirada. Lo que era una pequeñez para alguien más, para mí, era el sueño de mi existencia.
Sostiene mi mano y me acerca a él.
— El sol se está poniendo — me susurra
— ¿Ah si? — sonrió besando su mentón.
— Es el momento perfecto, así que recuérdalo por siempre — su mano va a su bolsillo y mis ojos se clavan en aquella cajita roja que me había dado Sonia.
— ¿Qué haces con eso? — pregunto tomándola — ¿Hurgaste en mis cosas?
Sus manos la abren y toman esa fina cadena de la cual colgaba un diamante de copo de nieve.
— Esto no es tuyo preciosa — mis ojos se abren confusa — esto es del niño que planeamos en París, ¿recuerdas? — mis pupilas lo buscan incesantes.
— ¡Cam!
Continua colgando la joya en mi cuello mientras me susurra — Apareces en este lugar, han pasado 10 años, pero sigues siendo hermosa, tanto como ahora — mis ojitos se cierran y dejan escapar unas lágrimas — y trás de tí, viene el pequeño Isaac, jugueteando con el pequeño Hyoga, quien trae consigo esta joya. — me tomá el rostro y besa mis labios, los cuales están húmedos por mi llanto.
— Creo.. —
— ¿Cielo quieres entregarme cada pedazo de tu alma?.
Tomé sus muñecas y lo miré —Puedo caminar por esta costa por siempre tomada de tu mano, mientras perseguimos a esos pequeños demonios. — Camus sonrie dejándose llevar por la situación. — creo que Isaac estará felíz de tener un hermano menor.
— Pequeños Bonnet Lincer — Me abraza con fuerza y se acerca a mis labios — Te amo Cam.
— Y yo la amo señora de Bonnet.
Estás segura.— ¿Milo seguirás conmigo cuándo todo sea difícil? ¿Cuándose acabe la magia de los primeros años?
— ¿De qué hablas Cam? No dejaré que se acabe jamás.
FIN
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